1 El Señor llamó a Moisés desde la tienda del encuentro, y le dijo:
2 “Habla a los israelitas y diles que cuando alguno me traiga ofrendas de animales, deberá traérmelas de su ganado o de su rebaño.
3 “Si el animal que ofrece en holocausto es de su ganado, tendrá que ser un toro sin defecto. Para que le sea aceptado, lo ofrecerá en presencia del Señor, a la entrada de la tienda del encuentro y
4 poniendo la mano sobre la cabeza del animal. Así el Señor aceptará el holocausto y le perdonará sus pecados.
5 El toro será degollado en presencia del Señor; luego los hijos de Aarón, los sacerdotes, ofrecerán la sangre, y la rociarán por encima y alrededor del altar que está a la entrada de la tienda del encuentro.
6 El que presenta en holocausto al animal, le quitará la piel y lo cortará en pedazos,
7 y los sacerdotes harán fuego sobre el altar, y dispondrán la leña
8 para poner encima los pedazos cortados del animal, junto con la cabeza y la grasa de los intestinos.
9 El que presenta el holocausto lavará con agua las vísceras y las patas del animal, y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar, como ofrenda quemada de aroma agradable al Señor.
10 “Si el animal que ofrece en holocausto es de su rebaño de ovejas o de cabras, tendrá que ser un macho sin defecto,
11 y lo degollará al lado norte del altar, ante el Señor. Los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán la sangre del animal por encima y alrededor del altar;
12 luego se cortará el animal en pedazos, y el sacerdote pondrá los pedazos cortados sobre la leña que arde en el altar, junto con la cabeza y la grasa de los intestinos.
13 Luego, el que presenta el holocausto lavará con agua las vísceras y las patas del animal, y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar, como ofrenda quemada de aroma agradable al Señor.
14 “Si el animal que ofrece en holocausto en honor del Señor es un ave, tendrá que ser una tórtola o un pichón.
15 El sacerdote ofrecerá el ave en el altar: le arrancará la cabeza y quemará el ave sobre el altar después de exprimir su sangre en un costado del altar.
16 Le quitará el buche y su contenido, y lo echará hacia el lado oriental del altar, o sea en el lugar de la ceniza;
17 luego partirá el ave en dos, tomándola por las alas, pero sin separar las dos partes; finalmente quemará el ave sobre la leña del altar, como holocausto, como ofrenda quemada de aroma agradable al Señor.
1 “Cuando alguno traiga al Señor una ofrenda de cereales, deberá traer harina de la mejor calidad, sobre la cual echará aceite e incienso;
2 luego la llevará a los hijos de Aarón, los sacerdotes, y uno de ellos tomará un puñado de harina con aceite, junto con todo el incienso, y lo quemará sobre el altar, como ofrenda quemada de memorial, de aroma agradable al Señor.
3 Y la porción restante de la ofrenda, que es una porción muy sagrada entre las ofrendas que se queman en honor del Señor, será para Aarón y sus descendientes.
4 “Cuando presentes una ofrenda de cereales cocida al horno, que sea de tortas de la mejor harina amasadas con aceite, pero sin levadura; o de hojuelas sin levadura rociadas de aceite.
5 “Si tu ofrenda es de cereales, cocinada en sartén, tendrá que ser de la mejor harina, amasada con aceite y sin levadura.
6 La partirás en pedazos y la rociarás con aceite, pues es ofrenda de cereales.
7 “Si tu ofrenda es de cereales, cocinada en cacerola, deberá estar hecha con la mejor harina y con aceite.
8 Una vez que hayas preparado la ofrenda con estas cosas, la llevarás ante el Señor y la entregarás al sacerdote, el cual la llevará hasta el altar.
9 Allí el sacerdote tomará un poco de la ofrenda para quemarla sobre el altar, como ofrenda quemada de memorial, de aroma agradable al Señor.
10 Y la porción restante de la ofrenda, que es una porción muy sagrada entre las ofrendas que se queman en honor del Señor, será para Aarón y sus descendientes.
11 “No pongáis levadura a ninguna de las ofrendas de cereales que presentáis al Señor. Es más, ninguna clase de levadura ni de miel deberá ser quemada como ofrenda al Señor.
12 Podéis presentar la levadura y la miel al Señor como ofrendas de primeros frutos, pero no ofrecerlas en el altar como aroma agradable.
13 “A todas tus ofrendas de cereales les pondrás sal; no permitas que en tu ofrenda de cereales falte la sal del pacto de tu Dios. En todas tus ofrendas debes ofrecer sal.
14 “Si presentas al Señor una ofrenda de cereales de tus primeros frutos, deberá ser de espigas maduras tostadas al fuego y de grano fresco machacado de tus primeras cosechas.
15 Sobre la ofrenda echarás aceite e incienso, pues es ofrenda de cereales.
16 Luego el sacerdote quemará un poco de grano machacado y aceite, junto con todo el incienso, y será una ofrenda de memorial, quemada en honor del Señor.
1 “Si alguien toma de sus ganados una vaca o un toro para ofrecer al Señor un sacrificio de reconciliación, el animal ofrecido deberá ser sin defecto.
2 El que presenta la ofrenda pondrá la mano sobre la cabeza del animal ofrecido, y luego lo degollará a la entrada de la tienda del encuentro. Los sacerdotes, por su parte, rociarán la sangre por encima y alrededor del altar.
3 “El que presenta el animal para ofrecer un sacrificio de reconciliación, presentará al Señor, como ofrenda quemada, la grasa que cubre las vísceras del animal,
4 los riñones, la grasa que los cubre y que está sobre los lomos, y la parte grasa del hígado, que deberá quitar junto con los riñones.
5 Los sacerdotes harán arder todo esto en el altar, junto con el animal que se va a quemar sobre la leña, en el fuego, como ofrenda quemada de aroma agradable al Señor.
6 “Si alguien ofrece al Señor un animal de sus rebaños como sacrificio de reconciliación, deberá ofrecer un macho o una hembra sin defecto.
7 Si ofrece un cordero, al presentarlo ante el Señor
8 le pondrá la mano sobre la cabeza, y luego lo degollará ante la tienda del encuentro. Entonces los sacerdotes rociarán la sangre del animal por encima y alrededor del altar.
9 “El que ofrece el animal como sacrificio de reconciliación, presentará al Señor, como ofrenda quemada, la grasa, la cola entera cortada al ras del espinazo, la grasa que cubre las vísceras,
10 los dos riñones, la grasa que los cubre y la que está sobre los lomos, y la parte grasa del hígado, que habrá de quitar junto con los riñones.
11 Luego el sacerdote quemará todo esto sobre el altar, como ofrenda de alimento quemada en honor del Señor.
12 “Si el animal que ofrece es una cabra, al ofrecerla ante el Señor
13 le pondrá la mano sobre la cabeza, y luego la degollará ante la tienda del encuentro. Entonces los sacerdotes rociarán la sangre por encima y alrededor del altar.
14 “El que ofrece el animal puede tomar y presentar, como ofrenda quemada en honor del Señor, toda la grasa que cubre las vísceras,
15 los dos riñones, la grasa que los cubre y que está sobre los lomos, y la parte grasa del hígado, que quitará junto con los riñones.
16 Luego el sacerdote quemará todo esto sobre el altar, como ofrenda de alimento quemada, de aroma agradable. Toda la grasa es para el Señor.
17 “Esta es una ley permanente que pasará de padres a hijos, dondequiera que viváis: no comáis nada de grasa ni de sangre.”
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles a los israelitas que en aquellos casos en que alguien peque involuntariamente contra alguno de los mandamientos del Señor, y haga algo que no está permitido, se hará esto:
3 “Si el que peca es el sacerdote principal, haciendo así recaer la culpa sobre el pueblo, deberá ofrecer al Señor un becerro sin defecto, como sacrificio por el pecado cometido.
4 Lo llevará ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro; allí le pondrá la mano sobre la cabeza, y luego lo degollará en presencia del Señor.
5 Después el mismo sacerdote tomará un poco de la sangre del becerro y la llevará a la tienda del encuentro,
6 mojará su dedo en la sangre y la rociará siete veces ante el Señor, hacia el velo del santuario.
7 Untará también con un poco de sangre los cuernos del altar destinado al incienso aromático –que está ante el Señor, en la tienda del encuentro–, y toda la sangre restante la derramará al pie del altar de los holocaustos, que está a la entrada de la tienda del encuentro.
8 Luego le quitará al becerro sacrificado por el pecado toda la grasa que cubre las vísceras,
9 los dos riñones, la grasa que los cubre y que está sobre los lomos, y la parte grasa del hígado, la cual quitará junto con los riñones,
10 tal como se le quita al toro que se ofrece como ofrenda de reconciliación. Luego el sacerdote lo quemará sobre el altar de los holocaustos.
11 Pero la piel del becerro y toda su carne, junto con la cabeza, las patas, las vísceras y los desechos
12 –o sea, todo el becerro–, los sacará a un lugar limpio fuera del campamento, donde se echa la ceniza, y allí, sobre el montón de ceniza, pondrá leña y les prenderá fuego.
13 “Si toda la comunidad israelita hace algo malo sin quererlo, y ninguno de ellos se da cuenta de que su acción va en contra de los mandamientos del Señor y que así se han hecho culpables,
14 en cuanto se conozca el pecado que han cometido deberán ofrecer todos juntos un becerro, como sacrificio por el pecado. Lo llevarán ante la tienda del encuentro,
15 donde los ancianos de la comunidad pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro, ante el Señor, y allí mismo lo degollarán.
16 Luego el sacerdote principal llevará un poco de la sangre del becerro a la tienda del encuentro,
17 mojará su dedo en la sangre y la rociará siete veces ante el Señor, frente al velo.
18 Untará con un poco de sangre los cuernos del altar que está ante el Señor, en la tienda del encuentro. Y toda la sangre restante la derramará al pie del altar de los holocaustos, el cual está a la entrada de la tienda del encuentro.
19 También le quitará al becerro toda la grasa, y la quemará en el altar;
20 es decir, que se hará con este becerro exactamente lo mismo que se hace con el becerro que se sacrifica por el pecado; así el sacerdote obtendrá el perdón por los pecados de ellos, y el pecado se les perdonará.
21 Luego sacará el becerro fuera del campamento, y lo quemará, tal como se hace con el primer becerro, pues es el sacrificio por el pecado de la comunidad.
22 “Si un jefe peca cometiendo algo que está en contra de los mandamientos del Señor su Dios, resultará culpable aun cuando lo haya hecho involuntariamente.
23 En cuanto se dé cuenta del pecado que cometió, deberá llevar como ofrenda un chivo sin ningún defecto.
24 Pondrá la mano sobre la cabeza del chivo, y lo degollará ante el Señor, en el lugar donde se matan los animales que van a ser quemados, pues es sacrificio por el pecado.
25 Luego el sacerdote tomará con su dedo un poco de sangre del animal sacrificado por el pecado, y untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos, después de lo cual derramará la sangre restante al pie del mismo altar,
26 y quemará toda la grasa sobre el altar, tal como se hace con la del sacrificio de reconciliación. Así el sacerdote obtendrá el perdón por el pecado del jefe, y el pecado le será perdonado.
27 “Si una persona de clase humilde peca involuntariamente, resultando culpable de haber hecho algo que está en contra de los mandamientos del Señor,
28 en cuanto se dé cuenta del pecado que cometió, deberá llevar una cabra sin ningún defecto como ofrenda por el pecado cometido.
29 Pondrá la mano sobre la cabeza del animal que ofrece por el pecado, y luego lo degollará en el lugar de los holocaustos.
30 Entonces el sacerdote tomará con el dedo un poco de sangre y untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos, y toda la sangre restante la derramará al pie del altar.
31 También le quitará toda la grasa, tal como se le quita al animal que se ofrece como sacrificio de reconciliación, y la quemará en el altar como aroma agradable al Señor. Así el sacerdote obtendrá el perdón por el pecado de esa persona, y el pecado se le perdonará.
32 “Si esa persona trae una oveja como sacrificio por el pecado, deberá traer una hembra sin defecto.
33 Pondrá la mano sobre la cabeza de la oveja, y luego la degollará como sacrificio por el pecado en el lugar donde se matan los animales que se van a quemar.
34 Entonces el sacerdote tomará con el dedo un poco de sangre del animal sacrificado por el pecado y untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos, y toda la sangre restante la derramará al pie del altar.
35 Luego le quitará toda la grasa, tal como se le quita al cordero que se ofrece como sacrificio de reconciliación, y quemará la grasa en el altar, junto con las ofrendas quemadas en honor del Señor. Así el sacerdote obtendrá el perdón por el pecado que esa persona cometió, y el pecado le será perdonado.
1 “Si alguien es llamado a declarar como testigo de algo que vio o escuchó, y se niega a declarar, comete un pecado y debe cargar con la culpa.
2 “Si alguien toca alguna cosa impura, como el cadáver de un animal impuro, sea salvaje o doméstico, o de un reptil impuro, quedará también impuro, y será culpable aun cuando no se haya dado cuenta.
3 “Si alguien toca alguna impureza humana, cualquier cosa que le pueda dejar impuro, pero no se da cuenta en ese mismo momento, si después se da cuenta será culpable.
4 “Si alguien pronuncia a la ligera un juramento de hacer algo bueno o malo –de esa clase de juramentos que se hacen sin pensar–, pero no se da cuenta en ese mismo momento, si después se da cuenta será culpable de cualquiera de estas cosas.
5 “El que resulte culpable en cualquiera de estos casos, deberá confesar el pecado que cometió,
6 y presentará al Señor una hembra de sus rebaños como sacrificio por el pecado cometido; puede ser una oveja o una cabra, y con este sacrificio el sacerdote obtendrá el perdón de los pecados de esa persona.
7 “Si no tiene lo suficiente para comprar un cordero, deberá llevar al Señor dos tórtolas o dos pichones por el pecado cometido: uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto.
8 Los llevará al sacerdote, el cual presentará primero el que se ofrece por el pecado, retorciéndole el cuello aunque sin arrancarle la cabeza por completo;
9 luego rociará un poco de la sangre del sacrificio por el pecado en un costado del altar, y la sangre restante la exprimirá al pie del altar, pues es sacrificio por el pecado.
10 Con el segundo hará un holocausto, según lo establecido; así el sacerdote obtendrá el perdón del pecado cometido por esa persona, y el pecado le será perdonado.
11 “Si no tiene ni siquiera para comprar dos tórtolas o dos pichones, deberá llevar como ofrenda por su pecado dos kilos de la mejor harina. No echará aceite ni pondrá incienso encima, porque es una ofrenda por el pecado.
12 Se la llevará al sacerdote, el cual tomará un puñado como memorial y lo quemará en el altar junto con las ofrendas que se queman en honor del Señor. Es una ofrenda por el pecado,
13 para que el sacerdote obtenga el perdón de cualquier pecado que esa persona haya cometido, y el pecado se le perdonará. Y, como en el caso de las ofrendas de cereales, la parte restante será para el sacerdote.”
14 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
15 “La persona que peque involuntariamente y resulte culpable de fraude en las cosas sagradas del Señor, tomará de sus rebaños un carnero sin defecto, como sacrificio por su culpa, y se lo llevará al Señor. El valor del carnero se calculará en plata, según el peso oficial del santuario para las ofrendas por la culpa.
16 Esa persona pagará lo defraudado de las cosas sagradas, más una quinta parte, cantidad que entregará al sacerdote. Luego, con el carnero que se sacrifica por la culpa, el sacerdote obtendrá el perdón por el pecado de esa persona, y el pecado se le perdonará.
17 “Si alguien peca haciendo algo que está en contra de los mandamientos del Señor, aunque no se dé cuenta será culpable y deberá cargar con la culpa.
18 Por lo tanto, tomará de sus rebaños un carnero sin defecto, cuyo valor tú calcularás, y se lo llevará al sacerdote como sacrificio por la culpa, para obtener así el perdón del pecado que esa persona cometió involuntariamente, y el pecado se le perdonará.
19 Es un sacrificio por la culpa, pues esa persona es culpable ante el Señor.”
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Cuando alguien peque y resulte culpable de fraude ante el Señor por haber engañado a su prójimo en algo que este le hubiera confiado o prestado, o por robarle o quitarle algo a la fuerza,
3 o por negar haber encontrado un objeto perdido, o por hacer un juramento falso –cualquiera de esas cosas en que uno comete pecado–,
4 será culpable de ese pecado. Por lo tanto, tendrá que devolver lo que había robado o conseguido a la fuerza, o aquello que se le había confiado, o el objeto encontrado,
5 o cualquiera otra cosa por la que hubiera jurado falsamente. Tendrá que devolverlo todo a su dueño, más una quinta parte, cuando presente su sacrificio por la culpa.
6 Su sacrificio al Señor será un carnero sin defecto, cuyo valor tú calcularás, y el cual tomará él del rebaño y se lo llevará al sacerdote como sacrificio por la culpa.
7 Entonces el sacerdote obtendrá del Señor el perdón de cualquiera de aquellas cosas en que esa persona hubiera pecado, y el pecado se le perdonará.”
8 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
9 “Dales a Aarón y a sus hijos las siguientes instrucciones relativas a los holocaustos: El animal sacrificado deberá dejarse sobre las brasas del altar durante toda la noche, para que el fuego lo queme.
10 El sacerdote se cubrirá el cuerpo poniéndose ropa y calzones de lino; luego recogerá las cenizas del animal quemado sobre el altar, y las pondrá a un lado del altar.
11 Después se cambiará de ropa y se llevará las cenizas a un lugar limpio fuera del campamento.
12 “El fuego que arde en el altar no debe apagarse nunca. El sacerdote le añadirá leña todas las mañanas, y dispondrá sobre el fuego el animal que se va a quemar; y quemará también en el altar la grasa de los sacrificios de reconciliación.
13 El fuego del altar estará siempre encendido. No debe apagarse nunca.
14 “Las siguientes instrucciones se refieren a las ofrendas de cereales: Los sacerdotes las ofrecerán ante el altar, delante del Señor.
15 Uno de ellos tomará un puñado de la harina ofrendada y de su aceite, junto con todo el incienso que va con la ofrenda, y los hará arder en el altar como ofrenda quemada de memorial, de aroma agradable al Señor.
16 Y la parte restante de la ofrenda se la comerán Aarón y sus hijos, sin levadura y en un lugar consagrado, en el atrio de la tienda del encuentro.
17 No la cocerán con levadura. Les ha sido dada como la parte que les corresponde de mis ofrendas quemadas, y es una cosa santísima, como lo son los sacrificios por el pecado y por la culpa.
18 Para siempre en el futuro, todos los varones descendientes de Aarón podrán comer la parte que les corresponde de las ofrendas quemadas al Señor. Cualquier cosa que toque estas ofrendas quedará consagrada.”
19 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
20 “Esta es la ofrenda que Aarón y sus descendientes deben presentar al Señor cuando sean consagrados como sacerdotes: dos kilos de la mejor harina como ofrenda de cereales, presentando la mitad por la mañana y la otra mitad al atardecer, sin faltar un solo día.
21 Prepararán la ofrenda en una sartén, bien mezclada con aceite, y luego la presentarán partida en pedazos como ofrenda de aroma agradable al Señor.
22 Así la preparará el sacerdote principal descendiente de Aarón que sea consagrado en su lugar; le corresponde siempre al Señor, y deberá ser quemada completamente.
23 Todas las ofrendas de los sacerdotes habrán de ser quemadas completamente. Nadie debe comerlas.”
24 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
25 “Dales a Aarón y a sus hijos las siguientes instrucciones relativas a los sacrificios por el pecado: El animal que se ofrezca por el pecado será degollado ante el Señor, en el lugar donde se matan los animales que se van a quemar, pues es una cosa santísima.
26 El sacerdote que ofrezca el sacrificio por el pecado podrá comer de él, pero lo comerá en un lugar santo, en el atrio de la tienda del encuentro.
27 Cualquier cosa que toque la carne del animal quedará consagrada, y si la ropa queda salpicada de sangre, deberá ser lavada en un lugar santo.
28 La olla de barro en que se hirvió la carne de la ofrenda, deberá romperse; pero si se hirvió en un recipiente de bronce, bastará con fregarlo y enjuagarlo.
29 “Este sacrificio es una cosa santísima. Sólo podrán comer de él los sacerdotes.
30 Pero no se podrá comer ningún animal ofrecido por el pecado, cuya sangre haya sido llevada a la tienda del encuentro para perdón de pecados en el santuario. Ese sacrificio será quemado en el fuego.
1 “Los sacrificios por la culpa son una cosa santísima. Estas son las instrucciones relativas a ellos:
2 El animal ofrecido por la culpa será degollado en el lugar donde se matan los animales que se ofrecen para ser quemados, y su sangre será rociada por encima y alrededor del altar.
3 Se ofrecerá toda la grasa del animal: la que hay en la cola y la que cubre las vísceras,
4 los dos riñones, la grasa que los cubre y la que está sobre los lomos, así como la parte grasa que está sobre el hígado, la cual se quitará junto con los riñones.
5 Luego el sacerdote quemará esto sobre el altar, como ofrenda quemada en honor del Señor. Es un sacrificio por la culpa,
6 y todos los sacerdotes podrán comer de él, aunque deberán hacerlo en un lugar consagrado, pues es una cosa santísima.
7 “El sacrificio por la culpa es como el sacrificio por el pecado, y las instrucciones son las mismas para los dos: lo ofrecido será para el sacerdote que oficie en el acto del perdón.
8 Igualmente, el sacerdote que sacrifique al animal que alguien haya ofrecido en holocausto, podrá quedarse con la piel del animal.
9 También todas las ofrendas de cereales horneadas, y todo lo preparado en cacerola y sartén, serán para el sacerdote que presente la ofrenda.
10 De la misma manera, todas las ofrendas de cereales, tanto las amasadas con aceite como las secas, serán para todos los descendientes de Aarón, a partes iguales.
11 “Estas son las instrucciones relativas a los sacrificios de reconciliación que se presentan al Señor:
12 Si el sacrificio es de acción de gracias, se ofrecerán también tortas sin levadura amasadas con aceite, hojuelas sin levadura rociadas de aceite, y tortas de harina de la mejor calidad amasadas con aceite;
13 y, junto con el sacrificio de acción de gracias y de reconciliación, se presentarán tortas de pan con levadura.
14 De toda ofrenda se tomará una parte y se presentará al Señor como contribución, y será para el sacerdote que rocíe la sangre del sacrificio de reconciliación.
15 “La carne del animal ofrecido en acción de gracias y reconciliación debe comerse el mismo día en que se ofrece; no se guardará un solo pedazo para el día siguiente.
16 En caso de que el animal se ofrezca en cumplimiento de una promesa o como una ofrenda voluntaria, deberá comerse el mismo día en que se ofrece, pero lo que quede se podrá comer al día siguiente;
17 si a los tres días todavía queda carne del animal ofrecido, habrá que quemarla toda.
18 Y si alguien come al tercer día carne del sacrificio de reconciliación, el sacrificio no será aceptado ni tomado en cuenta, y la carne será considerada despreciable. El que coma de ella cargará con ese pecado.
19 “La carne que toque cualquier cosa impura no debe ser comida, sino quemada. “Todos los que estén puros podrán comer carne.
20 “La persona que estando impura coma carne del sacrificio de reconciliación, el cual pertenece al Señor, será eliminada de entre su pueblo.
21 “La persona que toque cualquier cosa impura –ya sea alguna impureza humana o impureza de animal, o cualquier otra cosa repugnante–, y luego coma carne del sacrificio de reconciliación, el cual pertenece al Señor, será eliminada de entre su pueblo.”
22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
23 “Di esto a los israelitas: No comeréis ninguna grasa de toro, de cordero o de cabra.
24 A la grasa de animales muertos o despedazados por las fieras podréis darle cualquier otro uso, pero no la comeréis.
25 “Cualquiera que coma grasa de animales de los que se presentan al Señor como ofrendas quemadas, será eliminado de entre su pueblo.
26 “En ninguno de los lugares donde viváis comeréis sangre, ni de ave ni de otro animal.
27 La persona que coma cualquier clase de sangre será eliminada de entre su pueblo.”
28 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
29 “Di a los israelitas que el que presente al Señor un sacrificio de reconciliación, deberá llevarlo ante el Señor.
30 Con sus propias manos llevará ante el Señor la ofrenda quemada, la grasa que cubre el pecho, y el pecho mismo, para celebrar ante el Señor el rito de presentación.
31 El sacerdote quemará la grasa en el altar, pero el pecho será para Aarón y sus descendientes.
32 El muslo derecho de los animales ofrecidos en reconciliación se le dará al sacerdote como contribución.
33 Ese muslo derecho le corresponderá al sacerdote que ofrezca la grasa y la sangre del sacrificio de reconciliación,
34 pues de los sacrificios de reconciliación que los israelitas me ofrecen he tomado el pecho como ofrenda especial y el muslo como contribución, y se los he dado al sacerdote Aarón y a sus descendientes como la parte que siempre les corresponderá de las ofrendas de los israelitas.”
35 De las ofrendas que se queman en honor del Señor, estas son las porciones que corresponden a Aarón y a sus descendientes, a partir del día en que el Señor los consagró como sus sacerdotes.
36 El Señor ordenó que los israelitas se las dieran, a partir del día en que los consagró, como una obligación permanente que pasaría de padres a hijos.
37 Estas son las instrucciones en cuanto a los holocaustos, las ofrendas de cereales, los sacrificios por el pecado y por la culpa, las ofrendas de consagración y los sacrificios de reconciliación.
38 El Señor se las dio a Moisés en el monte Sinaí, cuando en el desierto de Sinaí ordenó a los israelitas que le presentaran ofrendas.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Toma a Aarón y a sus hijos, y toma además las ropas sacerdotales, el aceite de consagrar, el becerro que se sacrifica por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura,
3 y reúne a toda la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro.”
4 Moisés hizo lo que el Señor le había ordenado, y la comunidad se reunió a la entrada de la tienda del encuentro.
5 Entonces Moisés dijo a la comunidad: “Esto es lo que el Señor ha ordenado que se haga.”
6 Luego hizo Moisés que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua.
7 Después puso la túnica a Aarón, le ajustó el cinturón y le vistió con la capa; luego le puso encima el efod y se lo ajustó bien con la misma cinta del efod.
8 Después le puso encima el pectoral, y en el pectoral puso el Urim y el Tumim.
9 Luego le puso el turbante en la cabeza, y sobre él, por la parte de la frente, colocó la placa de oro que le consagraba como sacerdote, tal como el Señor se lo había ordenado.
10 Después Moisés tomó el aceite de consagrar y lo derramó sobre el santuario y sobre todo lo que había dentro, y así lo consagró.
11 Con el mismo aceite roció el altar siete veces, y lo derramó sobre el altar y sobre todos sus utensilios, y también sobre la palangana y su base, para consagrarlos.
12 Luego derramó Moisés sobre la cabeza de Aarón el aceite de consagrar, para consagrarle como sacerdote.
13 Hizo también que los hijos de Aarón se acercaran, y los vistió con las túnicas, les ajustó los cinturones y les puso los turbantes, tal como el Señor se lo había ordenado.
14 Después Moisés mandó traer el becerro que se sacrifica por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro.
15 Entonces Moisés lo degolló y, tomando sangre con sus dedos, untó con ella los cuernos alrededor del altar, para purificarlo, y la sangre restante la derramó al pie del altar. Así el altar quedó consagrado para obtener allí el perdón de los pecados.
16 Después Moisés tomó toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar;
17 pero al resto del becerro, es decir, a su piel, carne y desechos, les prendió fuego fuera del campamento, tal como el Señor se lo había ordenado.
18 Moisés hizo que acercaran el carnero que se ofrece en holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero.
19 Luego Moisés lo degolló, y derramó la sangre por encima y alrededor del altar,
20 cortó el carnero en pedazos, y quemó la cabeza, los pedazos y la grasa;
21 después lavó con agua las vísceras y las patas del carnero, y lo quemó todo en el altar como holocausto, como ofrenda de aroma agradable al Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.
22 Luego Moisés hizo que trajeran el otro carnero, el de la ceremonia de consagración, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero.
23 Después Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre y untó con ella a Aarón la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho.
24 Luego hizo que se acercaran los hijos de Aarón, y también les untó con sangre la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho; después derramó la sangre restante por encima y alrededor del altar.
25 Luego Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho.
26 Del canastillo de los panes sin levadura que se pone ante el Señor, tomó Moisés una torta sin levadura, una torta amasada con aceite y una hojuela, y las puso junto con las grasas y el muslo derecho;
27 luego puso todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, para que celebraran ante el Señor el rito de presentación.
28 Luego recogió Moisés todo esto de sus manos y lo quemó en al altar junto con el holocausto, como ofrenda de consagración de aroma agradable: ofrenda quemada en honor del Señor.
29 Después Moisés tomó el pecho y celebró ante el Señor el rito de presentación. Esa parte del carnero de la consagración fue la que le tocó a Moisés, tal como el Señor se lo había ordenado.
30 Tomó luego Moisés un poco de aceite de consagrar y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus hijos, así como sobre la ropa sacerdotal de todos ellos. Así consagró a Aarón y a sus hijos, y la ropa sacerdotal de todos ellos.
31 Después Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro, y comedla allí mismo con el pan del canastillo de las consagraciones, tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo: ‘Aarón y sus hijos comerán esta carne.’
32 Quemad después la carne y el pan que sobren,
33 y no os alejéis de la entrada de la tienda del encuentro durante siete días, que es lo que dura el periodo de vuestra consagración.
34 El Señor ha ordenado que el rito para obtener el perdón de los pecados cometidos por vosotros se celebre tal como se ha hecho hoy.
35 Por lo tanto, deberéis quedaros día y noche a la entrada de la tienda del encuentro, durante siete días. Respetad la orden del Señor y no moriréis, pues esa es la orden que recibí.”
36 Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había ordenado por medio de Moisés.
1 Al octavo día, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel.
2 Y dijo a Aarón: “Toma un becerro para el sacrificio por el pecado, y un carnero sin defecto para ofrecerlo en holocausto, y preséntalos ante el Señor.
3 A los israelitas diles que tomen un chivo como sacrificio por el pecado, un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para ofrecerlos como holocausto,
4 y un toro y un carnero para matarlos ante el Señor como sacrificio de reconciliación. Que traigan también una ofrenda de cereales amasada con aceite, porque el Señor se os va a manifestar hoy.”
5 Los israelitas pusieron delante de la tienda del encuentro lo que Moisés había ordenado, y toda la comunidad se acercó y permaneció de pie ante el Señor.
6 Entonces Moisés dijo: “Esto es lo que el Señor ha ordenado. Hacedlo, y el Señor se manifestará a vosotros con gran esplendor.”
7 Luego dijo Moisés a Aarón: “Acércate al altar, y presenta tu sacrificio por el pecado y el animal que vas a ofrecer en holocausto para el perdón de tus pecados y de los pecados de los israelitas. Presenta también la ofrenda de los israelitas para el perdón de sus pecados, tal como el Señor lo ha ordenado.”
8 Aarón se acercó al altar y degolló el becerro que ofrecía por sus pecados.
9 En seguida sus hijos le acercaron la sangre, y Aarón, mojando sus dedos en ella, untó los cuernos del altar, y derramó la sangre restante al pie del altar.
10 Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y la parte grasa del hígado del animal sacrificado por el pecado, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
11 Pero la carne y la piel las quemó fuera del campamento.
12 Aarón degolló también al animal que se ofrecía en holocausto, y sus hijos le llevaron la sangre, que Aarón derramó por encima y alrededor del altar.
13 Luego le llevaron la cabeza y los pedazos cortados del animal que se ofrecía en holocausto, y Aarón los quemó sobre el altar;
14 luego lavó las vísceras y las piernas, y las quemó en el altar, lo mismo que el resto del animal.
15 Aarón presentó también la ofrenda por los israelitas. Tomó el chivo, destinado al sacrificio por el pecado del pueblo, y lo degolló, ofreciéndolo por el pecado como había hecho con la ofrenda anterior.
16 Al presentar el animal que se ofrece en holocausto, lo hizo según lo establecido.
17 Luego presentó la ofrenda de cereales, de la que tomó un puñado y lo quemó sobre el altar, además de los holocaustos de la mañana.
18 Aarón degolló también el toro y el carnero que los israelitas ofrecían como sacrificio de reconciliación. Sus hijos le entregaron la sangre, y él la derramó encima y alrededor del altar.
19 También le entregaron las grasas del toro y del carnero, la cola, la grasa que cubre las vísceras, los riñones y la parte grasa del hígado,
20 y pusieron las grasas junto con los pechos. Entonces Aarón quemó las grasas en el altar,
21 pero con los pechos y los muslos derechos solo celebró ante el Señor el rito de presentación, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
22 Aarón levantó sus manos sobre los israelitas y los bendijo, y después de haber presentado el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de reconciliación, se retiró del altar.
23 Luego Moisés y Aarón entraron en la tienda del encuentro, y al salir bendijeron a los israelitas. Entonces el Señor se manifestó con gran esplendor a todo el pueblo:
24 salió fuego de la presencia del Señor y consumió el animal que iba a ser quemado y las grasas que estaban sobre el altar. Al ver esto, todos los israelitas lanzaron gritos de alegría y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente.
1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su brasero, pusieron lumbre e incienso en ellos y ofrecieron ante el Señor un fuego extraño que él no les había ordenado.
2 Entonces salió fuego de la presencia del Señor y los quemó por completo. Así murieron ante el Señor.
3 Después Moisés dijo a Aarón: –Esto es lo que el Señor quería decir cuando dijo: ‘A los que se acercan a mí les mostraré mi santidad, y a todos los israelitas les mostraré mi gloria.’ Aarón guardó silencio.
4 Luego Moisés llamó a Misael y a Elsafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: –Venid a sacar del santuario a vuestros parientes, y lleváoslos fuera del campamento.
5 Ellos se acercaron, y en sus propias túnicas se los llevaron fuera del campamento, tal como lo había ordenado Moisés.
6 Luego Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: –No os dejéis suelto el pelo ni os rasguéis la ropa en señal de luto, no sea que muráis y que Dios descargue su ira sobre la comunidad. Lo que sí deben lamentar vuestros hermanos, todos los israelitas, es que el Señor haya tenido que provocar este incendio.
7 No os alejéis tampoco de la entrada de la tienda del encuentro, para que no muráis, pues vosotros habéis sido consagrados con el aceite del Señor. Y tal como Moisés lo ordenó, así lo hicieron.
8 Además, el Señor habló a Aarón y le dijo:
9 “Cuando tú o tus hijos tengáis que entrar en la tienda del encuentro, no beberéis vino ni licor, no sea que muráis. Es una ley permanente, que pasará de padres a hijos,
10 para que podáis distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo puro y lo impuro,
11 y podáis también instruir a los israelitas en todas las leyes que el Señor os ha dado por medio de Moisés.”
12 Después Moisés dijo a Aarón y a Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban a Aarón: –Tomad la ofrenda de cereales que ha quedado de las ofrendas quemadas al Señor, y comedla sin levadura junto al altar, porque es una cosa santísima.
13 Comedla en un lugar sagrado, porque eso es lo que os ha tocado a ti y a tus hijos de las ofrendas que se queman en honor del Señor. Eso es lo que se me ha ordenado.
14 Y el pecho, que es la ofrenda especial, y el muslo, que es la contribución, los comeréis en un lugar puro tú, tus hijos y tus hijas, porque esa es la parte que os corresponde de los sacrificios de reconciliación de los israelitas.
15 El muslo, que es la contribución, y el pecho, que es la ofrenda especial, serán llevados ante el Señor y presentados como ofrenda especial, junto con las grasas que se ofrecen para ser quemadas. Esta parte será siempre tuya y de tus hijos, tal como el Señor lo ha ordenado.
16 Entonces Moisés preguntó por el chivo que se sacrifica por el pecado, y se encontró con que ya lo habían quemado. Entonces se enojó con Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban a Aarón, y les dijo:
17 –¿Por qué no comisteis el sacrificio por el pecado en un lugar sagrado? Es una cosa santísima, y el Señor os lo dio a vosotros para que carguéis con la culpa de la comunidad y obtengáis del Señor el perdón de sus pecados.
18 Puesto que la sangre no fue llevada al interior del santuario, vosotros teníais que haber comido el sacrificio en ese lugar sagrado, tal como yo lo había ordenado.
19 Aarón le contestó: –Mira, hoy han presentado ellos ante el Señor sus sacrificios por el pecado, y sus holocaustos, y a mí me han sucedido cosas como estas. Si yo hubiera comido hoy del sacrificio por el pecado, ¿le habría agradado al Señor?
20 Al oir esto, Moisés se dio por satisfecho.
1 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:
2 “Decidles a los israelitas que, de todos los animales que viven en tierra, podéis comer
3 los que sean rumiantes y tengan pezuñas partidas;
4 pero no comeréis los siguientes animales, aunque sean rumiantes o tengan pezuñas partidas: “El camello, porque es rumiante pero no tiene pezuñas partidas. Lo consideraréis animal impuro.
5 “El tejón, porque es rumiante pero no tiene pezuñas partidas. Lo consideraréis animal impuro.
6 “La liebre, porque es rumiante pero no tiene pezuñas partidas. La consideraréis animal impuro.
7 “El cerdo, porque tiene pezuñas, y aunque las tiene partidas en dos, no es rumiante. Lo consideraréis animal impuro.
8 “No comeréis la carne de estos animales, y ni siquiera tocaréis su cadáver. Los consideraréis animales impuros.
9 “De los animales que viven en el agua, ya sean de mar o de río, podéis comer solamente los que tienen aletas y escamas.
10 Pero a los que no tienen aletas y escamas los consideraréis animales despreciables, aunque sean de mar o de río, lo mismo los animales pequeños que los grandes.
11 No comeréis su carne; los consideraréis animales despreciables, y despreciaréis también su cadáver.
12 Todo animal de agua que no tenga aletas y escamas, lo consideraréis despreciable.
13 “De las aves no comeréis las siguientes, sino que las consideraréis animales despreciables: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina,
14 el milano, toda clase de halcones,
15 toda clase de cuervos,
16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, toda clase de gavilanes,
17 el búho, el cormorán, el ibis,
18 el cisne, el pelícano, el buitre,
19 la cigüeña, toda clase de garzas, la abubilla y el murciélago.
20 “A todo insecto que vuela y anda lo consideraréis despreciable,
21 pero podéis comer de los que, aunque vuelan y andan, tienen también zancas unidas a sus patas para saltar sobre el suelo.
22 De ellos podéis comer los siguientes: toda clase de langostas, langostones, grillos y saltamontes;
23 pero a todo otro insecto de los que vuelan y andan, lo consideraréis despreciable.
24 “En los siguientes casos quedaréis impuros: “Cualquiera que toque el cadáver de uno de esos animales, quedará impuro hasta el anochecer.
25 “Cualquiera que levante el cadáver de uno de esos animales, deberá lavar su ropa y quedará impuro hasta el anochecer.
26 “A todo animal de pezuñas, que no las tenga partidas ni sea rumiante, lo consideraréis animal impuro, y cualquiera que lo toque quedará impuro también.
27 “A cualquier animal de cuatro patas que para andar se apoye en sus plantas, lo consideraréis animal impuro; cualquiera que toque el cadáver de uno de ellos, quedará impuro hasta el anochecer.
28 Así mismo, el que levante el cadáver de uno de ellos, deberá lavar su ropa y quedará impuro hasta el anochecer, pues vosotros debéis considerar impuros a esos animales.
29 “De los animales que se arrastran sobre la tierra, consideraréis impuros los siguientes: comadrejas, ratones y toda clase de reptiles,
30 como salamanquesas, cocodrilos, lagartos, lagartijas y camaleones.
31 “Entre los muchos animales que existen, a estos los consideraréis impuros. Cualquiera que toque el cadáver de uno de estos animales, quedará impuro hasta el anochecer.
32 “También quedará impura cualquier cosa sobre la que caiga el cadáver de uno de esos animales. Ya sea un objeto de madera, un vestido, alguna cosa de piel, un costal o cualquier instrumento de trabajo, se deberá meter en agua y quedará impuro hasta el anochecer; después de eso quedará puro.
33 “Si el cadáver de cualquiera de esos animales cae en una olla de barro, todo lo que haya dentro de ella quedará impuro, y la olla tendrá que romperse.
34 Todo alimento sobre el que caiga agua de esa olla quedará impuro, y toda bebida que haya en ella quedará impura.
35 Todo aquello sobre lo que caiga el cadáver de uno de esos animales quedará impuro; aunque sea un horno o una doble hornilla, tendrá que ser destruido. Es un objeto impuro, y así deberéis considerarlo.
36 “Sin embargo, el manantial o pozo de donde se toma agua, seguirá siendo puro; pero quien toque los cadáveres de esos animales, quedará impuro.
37 “Si el cadáver de uno de esos animales cae sobre una semilla que se va a sembrar, la semilla seguirá siendo pura;
38 pero si la semilla estuviera mojada y el cadáver de uno de esos animales cayera sobre ella, se la considerará impura.
39 “En caso de que muera alguno de los animales que tenéis para comer, el que toque el cadáver quedará impuro hasta el anochecer;
40 el que coma carne del animal muerto, se lavará la ropa y quedará impuro hasta el anochecer; y el que saque el cadáver del animal, se lavará también la ropa y quedará impuro hasta el anochecer.
41 “No comeréis ningún reptil que se arrastre sobre la tierra; es animal despreciable.
42 “De todos los animales que se arrastran sobre la tierra, no comeréis ninguno, ya sea que se arrastre sobre el vientre o que ande a cuatro o más patas, pues son animales despreciables.
43 No os hagáis despreciables e impuros vosotros mismos con ningún animal que se arrastra,
44 porque yo soy el Señor vuestro Dios. Vosotros debéis purificaros completamente, y ser santos porque yo soy santo. No os hagáis impuros con ningún animal que se arrastre por la tierra.
45 Yo soy el Señor, el que os hizo salir de Egipto para ser vuestro Dios. Por lo tanto, vosotros debéis ser santos porque yo soy santo.”
46 Estas son las instrucciones relativas a los animales, aves y todo lo que vive y se mueve en el agua, y a todos los animales que se arrastran sobre la tierra,
47 para que se pueda distinguir entre lo puro y lo impuro, y entre los animales que se pueden comer y los que no se pueden comer.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles esto a los israelitas: Cuando una mujer quede embarazada y dé a luz un varón, será impura durante siete días, como cuando tiene su periodo natural.
3 El niño será circuncidado a los ocho días de nacido.
4 La madre, sin embargo, continuará purificándose de su sangre treinta y tres días más. No podrá tocar ninguna cosa consagrada ni entrar en el santuario mientras no se cumpla el término de su purificación.
5 Pero si da a luz una niña, será impura durante dos semanas, como en el caso de su periodo natural, y seguirá purificándose de su sangre sesenta y seis días más.
6 “Cuando se cumpla el término de la purificación, sea por un niño o por una niña, la madre llevará a la entrada de la tienda del encuentro un cordero de un año para ofrecerlo en holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. Se los entregará al sacerdote,
7 y el sacerdote los ofrecerá ante el Señor para pedir el perdón de ella; así ella quedará purificada de su flujo de sangre.” Estas son las instrucciones relativas al nacimiento de un niño o una niña.
8 Y si la madre no tiene lo suficiente para un cordero, podrá tomar dos tórtolas o dos pichones, uno para ofrecerlo en holocausto y otro como sacrificio por el pecado; entonces el sacerdote pedirá el perdón de ella, y quedará purificada.
1 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:
2 “Cuando alguien tenga hinchazones, erupciones o manchas en la piel del cuerpo, o llagas que parezcan de lepra, deberá ser llevado al sacerdote Aarón o a uno de los sacerdotes descendientes de él.
3 El sacerdote examinará la llaga de la piel, y si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco y la llaga se ve más hundida que la piel, seguramente es llaga de lepra. Después que el sacerdote haya examinado a esa persona, la declarará impura.
4 “Si la mancha de la piel es blanca, pero no se ve más hundida que la piel ni el pelo se ha vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al enfermo durante siete días.
5 A los siete días lo volverá a examinar, y si la llaga sigue igual y no se ha extendido por la piel, volverá a encerrarlo otros siete días.
6 A los siete días lo examinará de nuevo, y si la llaga va desapareciendo y no se ha extendido por la piel, entonces el sacerdote declarará puro al enfermo, pues era solo una irritación de la piel. Entonces el enfermo lavará su ropa y quedará puro.
7 “Pero si la irritación sigue extendiéndose por la piel después de que el enfermo fuera examinado y declarado puro por el sacerdote, tendrá que ir otra vez a que el sacerdote lo examine.
8 Si al examinar el sacerdote al enfermo ve que la irritación se ha extendido por toda la piel, entonces lo declarará impuro, pues está enfermo de lepra.
9 “Cuando una persona tenga llagas de lepra, deberá ser llevada al sacerdote.
10 El sacerdote la examinará, y si la hinchazón de la piel es blanca y ha causado que el pelo se vuelva blanco, y si se ve la carne viva en la hinchazón,
11 es que se trata de lepra crónica de la piel. El sacerdote declarará impura a esa persona, y no será necesario que la encierre, porque ya es impura.
12 “Si la lepra se desarrolla rápidamente, al punto de cubrir de pies a cabeza la piel del enfermo hasta donde el sacerdote pueda ver,
13 el sacerdote lo examinará; y si la lepra ha cubierto todo su cuerpo, el sacerdote lo declarará puro, pues la lepra se ha vuelto blanca y él ha quedado puro.
14 Pero el día que aparezca en él la carne viva, quedará impuro.
15 Entonces el sacerdote examinará la carne viva y lo declarará impuro, pues la carne viva es impura: es lepra.
16 “En caso de que la carne viva vuelva a ponerse blanca, el enfermo irá al sacerdote
17 para que lo examine, y si el sacerdote ve que la llaga se ha vuelto blanca, declarará puro al enfermo, pues ya ha quedado puro.
18 “Cuando alguien tenga una llaga en la piel, y llegue a sanar,
19 y quede en su lugar una hinchazón blanca o una mancha blanco-rojiza, deberá presentarse ante el sacerdote.
20 Si el sacerdote ve que la parte afectada aparece más hundida que el resto de la piel y que el pelo se ha vuelto blanco, entonces declarará impura a esa persona, pues lo que tiene es una llaga de lepra.
21 Si ve que la parte afectada no tiene ningún pelo blanco ni está más hundida que el resto de la piel, sino que va desapareciendo, entonces encerrará a esa persona durante siete días.
22 Si el mal sigue extendiéndose por la piel, entonces el sacerdote declarará impura a esa persona, pues tiene llagas leprosas.
23 Pero si la parte afectada se mantiene sin extenderse, entonces es solamente la cicatriz de la llaga, y el sacerdote lo declarará puro.
24 “Cuando alguien tenga una quemadura en la piel, y en la carne viva de la quemadura haya una mancha blanco-rojiza o blanca,
25 el sacerdote la examinará. Si el pelo en la mancha se ha vuelto blanco y la mancha aparece más hundida que el resto de la piel, entonces es lepra lo que brotó en la quemadura. Así que el sacerdote lo declarará impuro por tener llaga de lepra.
26 Si al examinar la mancha ve el sacerdote que no hay en ella ningún pelo blanco ni aparece más hundida que la piel, sino que va desapareciendo, entonces encerrará a esa persona durante siete días.
27 A los siete días, el sacerdote la examinará, y si la mancha se ha extendido por la piel, declarará impura a esa persona, pues tiene llaga de lepra.
28 Pero si la mancha se mantiene sin extenderse por la piel, y va desapareciendo, entonces no es más que la hinchazón de la quemadura, así que el sacerdote declarará puro al enfermo, porque solo se trata de la cicatriz de la quemadura.
29 “Cuando un hombre o una mujer tenga una llaga en la cabeza o en la barba,
30 el sacerdote examinará la llaga. Si la llaga aparece más hundida que la piel y tiene pelo amarillento y escaso, entonces el sacerdote declarará impura a esa persona, pues tiene tiña, es decir, lepra de la cabeza y de la barba.
31 Y si al examinar el sacerdote la llaga tiñosa ve que no está más hundida que la piel ni tiene pelo negro, entonces encerrará a esa persona durante siete días.
32 Al séptimo día, el sacerdote examinará la llaga, y si la tiña no se ha extendido, ni aparece más hundida que la piel, ni tiene pelo amarillento,
33 entonces ordenará el sacerdote que la persona enferma se afeite, excepto en la llaga tiñosa, y la encerrará por siete días más.
34 Pasados los siete días, el sacerdote volverá a examinar la llaga, y si la tiña no se ha extendido ni aparece más hundida que la piel, entonces el sacerdote declarará pura a la persona enferma, la cual lavará sus ropas y quedará pura.
35 Pero en caso de que la tiña siga extendiéndose por la piel después de haber sido declarada pura,
36 el sacerdote examinará otra vez a la persona enferma; si la tiña se ha extendido por la piel, no hará falta que busque el pelo amarillo: esa persona es impura.
37 Pero si a él le parece que la tiña se ha detenido y ha salido pelo negro, es que la tiña ha sanado y la persona es pura. Entonces el sacerdote declarará pura a esa persona.
38 “Cuando un hombre o una mujer tenga manchas blancas en la piel,
39 el sacerdote examinará la piel, y si ve en ella manchas blancuzcas y opacas, es que le ha salido una simple erupción en la piel; en ese caso la persona es pura.
40 “Si a un hombre se le cae el cabello y se queda calvo, es puro.
41 Si el cabello de la frente se le cae y la frente se le queda calva, también es puro.
42 Pero si aparece una llaga de color blanco-rojizo en las partes calvas, ya sea atrás o en la frente, es que allí le está brotando lepra.
43 Entonces el sacerdote lo examinará, y si la hinchazón de la llaga en las partes calvas es de color blanco-rojizo, tal como se ve la lepra en la piel del cuerpo,
44 ese hombre está enfermo de lepra, pues tiene la cabeza llagada. Es un hombre impuro, y así lo declarará el sacerdote.
45 “El que tenga llagas de lepra deberá llevar rasgada la ropa y descubierta la cabeza, y con la cara semicubierta gritará: ‘¡Impuro! ¡Impuro!’
46 Y mientras tenga las llagas será considerado hombre impuro; tendrá que vivir solo y fuera del campamento.
47 “Cuando aparezca una mancha en un vestido de lana o de lino,
48 o en un tejido de lino o de lana, o en cuero, o en cualquier objeto hecho de cuero,
49 y si la mancha en esos objetos es verdosa o rojiza, la mancha es de lepra y debe ser mostrada al sacerdote.
50 El sacerdote examinará la mancha y encerrará durante siete días el objeto manchado.
51 Al séptimo día examinará la mancha; si se ha extendido en el vestido o tejido, o en el cuero u objeto de cuero, la mancha es de lepra maligna y los objetos son impuros.
52 Así que cualquier objeto que tenga esa mancha será quemado por completo, pues se trata de lepra maligna.
53 Pero si el sacerdote la examina y encuentra que la mancha no se ha extendido,
54 dará orden de que se lave la mancha y se encierre el objeto por siete días más.
55 “Después de lavada la mancha, el sacerdote la examinará. Si ve que la mancha no ha desaparecido, es mancha impura y el objeto debe ser quemado, aun cuando la mancha no se haya extendido, pues se trata de una corrosión, tanto si está por dentro como por fuera.
56 Si al examinar la mancha el sacerdote nota que se ha desvanecido después de lavada, la arrancará del vestido, cuero o tejido.
57 Pero si vuelve a aparecer y se extiende por ese vestido, tejido u objeto de cuero, se quemará el objeto manchado.
58 En cuanto al vestido, tejido u objeto de cuero del cual la mancha desaparezca al ser lavada, se lavará una vez más, y entonces quedará purificado.”
59 Estas son las instrucciones acerca de las manchas de lepra en vestidos de lana o de lino, o en tejidos u objetos de cuero, para que se les pueda declarar puros o impuros.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Estas son las instrucciones para la purificación de un enfermo de lepra: El enfermo será llevado ante el sacerdote,
3 el cual saldrá fuera del campamento para examinarlo. Si el sacerdote ve que la llaga leprosa del enfermo ha sanado,
4 mandará traer para el que se purifica dos pajarillos vivos, que sean puros, y madera de cedro, tela roja e hisopo.
5 Ordenará que se mate uno de los pajarillos sobre una olla de barro que contenga agua de manantial,
6 y tomará el pajarillo vivo, la madera de cedro, la tela roja y el hisopo, y mojará estas cosas y el pajarillo vivo con la sangre del pajarillo muerto sobre el agua de manantial.
7 Luego rociará siete veces con la sangre al que va a ser purificado de la lepra, y lo declarará puro. Al pajarillo vivo lo dejará en libertad.
8 “El que se purifica debe lavar su ropa, y lavarse a sí mismo y afeitarse del todo, para quedar purificado. Después podrá entrar en el campamento, aunque durante siete días se quedará viviendo al aire libre.
9 Al séptimo día se rapará completamente la cabeza, se afeitará la barba, las cejas y todo el vello, lavará sus ropas y se lavará a sí mismo, y entonces quedará purificado.
10 Al octavo día tomará dos corderos sin defecto y una cordera de un año y sin defecto; además, seis kilos y medio de la mejor harina para una ofrenda de cereal amasada con aceite, y la tercera parte de un litro de aceite.
11 El sacerdote que va a realizar la purificación colocará a la persona que va a ser purificada, con sus cosas, a la entrada de la tienda del encuentro, ante la presencia del Señor;
12 luego tomará uno de los corderos y lo ofrecerá junto con la tercera parte de un litro de aceite, como sacrificio por la culpa, celebrando el rito de presentación ante el Señor.
13 Matará el cordero en el lugar consagrado al degüello de los animales para los sacrificios por el pecado y los holocaustos. El sacrificio por la culpa será para el sacerdote, lo mismo que el sacrificio por el pecado, pues es una cosa santísima.
14 “Después tomará el sacerdote un poco de sangre del sacrificio por la culpa y untará con ella al que se purifica, en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho.
15 Tomará luego un poco de aceite y se lo pondrá en la palma de la mano izquierda;
16 mojará entonces su dedo derecho en el aceite que tiene en la mano, y con el mismo dedo rociará siete veces aceite ante el Señor.
17 Del aceite que le quede en la mano tomará el sacerdote un poco, para untar al que se purifica, en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho, sobre la sangre del sacrificio por la culpa;
18 y con el resto del aceite untará en la cabeza al que se purifica. Así el sacerdote obtendrá del Señor el perdón por el pecado de esa persona.
19 Luego presentará el sacerdote el sacrificio por el pecado, realizando así la purificación del que se encuentra impuro; después sacrificará al animal que se va a ofrecer en holocausto,
20 ofreciéndolo sobre el altar junto con la ofrenda de cereales. De esta manera el sacerdote obtendrá el perdón por el pecado de esa persona, y así quedará purificada.
21 “Si la persona enferma es pobre y no tiene para tanto, tomará un cordero como sacrificio por la culpa y lo presentará como ofrenda especial para obtener el perdón de sus pecados, con un poco más de dos kilos de la mejor harina amasada con aceite como ofrenda de cereales, y la tercera parte de un litro de aceite,
22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus posibilidades, uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto.
23 Al octavo día llevará todo esto al sacerdote para su purificación; lo entregará en presencia del Señor, a la entrada de la tienda del encuentro.
24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por la culpa y la tercera parte de un litro de aceite, y los presentará ante el Señor como ofrenda especial.
25 Degollará el cordero del sacrificio por la culpa y, tomando un poco de la sangre del cordero, untará con ella al que se purifica, en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho;
26 luego se pondrá un poco de aceite en la palma de la mano izquierda,
27 y con el dedo derecho rociará siete veces ante el Señor parte del aceite que tiene en la mano.
28 También untará al que se purifica, con un poco de aceite, en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho, es decir, en el mismo lugar en que le puso la sangre del sacrificio por la culpa.
29 Con el resto del aceite untará el sacerdote la cabeza del que se purifica, para que este obtenga del Señor el perdón de su pecado.
30 Luego ofrecerá el sacerdote una de las tórtolas o uno de los pichones, según lo que haya podido ofrecer el que se purifica.
31 Una de las aves será como sacrificio por el pecado y la otra como holocausto, además de la ofrenda de cereales. Así el sacerdote obtendrá del Señor el perdón para el que se purifica.”
32 Estas son las instrucciones para los enfermos con llagas de lepra que no puedan dar una ofrenda mayor por su purificación.
33 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:
34 “Cuando estéis ya en la tierra de Canaán, la cual os entrego en propiedad, y yo envíe una plaga de lepra sobre alguna casa de vuestro país,
35 el dueño de la casa irá a ver al sacerdote, y le dirá: ‘Me parece que hay una plaga en mi casa.’
36 “El sacerdote, antes de entrar en la casa, ordenará que la desocupen, para que no se vuelva impuro todo lo que hay en ella. Después entrará a examinar la plaga.
37 “Si al examinar la plaga nota el sacerdote que las paredes de la casa presentan manchas profundas de color verdoso o rojizo, las cuales se hunden en la pared,
38 saldrá de la casa y ordenará mantenerla cerrada durante siete días.
39 Al séptimo día volverá el sacerdote a examinarla, y si la plaga se ha extendido por las paredes de la casa,
40 dará orden de que se quiten las piedras que tengan esa mancha y se arrojen a un lugar impuro fuera de la ciudad.
41 Dará orden también de que se raspe todo el interior de la casa, y de que el polvo raspado se arroje a un lugar impuro fuera de la ciudad.
42 Se tomarán entonces otras piedras para reponer las que fueron quitadas, y barro nuevo para recubrir la casa.
43 “Si la plaga vuelve a aparecer en la casa después de haberse quitado las piedras, raspado la pared y haberla recubierto de nuevo,
44 el sacerdote entrará a examinarla. Si la plaga se ha extendido por la casa, se trata de lepra maligna y la casa es impura.
45 Por lo tanto, la casa será derribada y todos sus escombros arrojados a un lugar impuro fuera de la ciudad.
46 Cualquiera que entre en la casa durante el tiempo en que el sacerdote haya ordenado mantenerla cerrada, será considerado impuro hasta el anochecer.
47 Cualquiera que coma o duerma en la casa, deberá lavar su ropa para purificarla.
48 “Si al entrar el sacerdote a examinar la casa, nota que la plaga no se ha extendido después de haber sido recubierta, la declarará casa pura, porque la plaga ha terminado.
49 Para purificar la casa tomará dos pajarillos, madera de cedro, tela roja e hisopo.
50 Matará uno de los pajarillos sobre una olla de barro con agua de manantial.
51 Luego tomará el cedro, el hisopo, la tela roja y el pajarillo vivo, y los mojará con la sangre del pajarillo muerto y con el agua de manantial, y rociará la casa siete veces.
52 Así purificará la casa con la sangre del pajarillo y el agua de manantial, y con el pajarillo vivo, el cedro, el hisopo y la tela roja.
53 Después dejará en libertad al pajarillo vivo en las afueras de la ciudad, y así cumplirá con lo requerido para la purificación de la casa.”
54 Estas son las instrucciones acerca de cualquier plaga de lepra y de tiña,
55 de lepra en la ropa y en las casas,
56 de hinchazones, erupciones y manchas,
57 para que se pueda distinguir entre lo puro y lo impuro. Hasta aquí las instrucciones acerca de la lepra.
1 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:
2 “Decidles esto a los israelitas: Cuando un hombre sufra de flujo de su miembro, ese flujo será impuro.
3 La impureza del hombre debida al flujo existirá tanto si su miembro deja correr el semen como si queda obstruido a causa del mismo. De todos modos es impuro.
4 “Cualquier lugar en que ese hombre se acueste y donde su flujo se derrame, será considerado impuro. “Cualquier objeto sobre el que se siente, será considerado impuro.
5 “Cualquiera que toque el lugar en que ese hombre se acostó, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
6 “Cualquiera que se siente sobre el objeto en que ese hombre se haya sentado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
7 “Cualquiera que toque al que sufre de flujo, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
8 “Si el que sufre de flujo escupe sobre una persona pura, esa persona deberá lavarse la ropa y lavarse a sí misma con agua, y será considerada impura hasta el anochecer.
9 “Cualquier silla de montar que use el que sufre de flujo, será considerada impura.
10 “Cualquiera que toque algo sobre lo cual se haya sentado el que sufre de flujo, será considerado impuro hasta el anochecer. “Cualquiera que lleve alguna de esas cosas, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
11 “Cualquiera a quien toque el que sufre de flujo, sin haberse este lavado las manos, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
12 “La olla de barro que toque el que sufre de flujo deberá romperse; los objetos de madera deberán lavarse.
13 “Si ese hombre sana de su flujo, contará siete días para su purificación; se lavará la ropa y se lavará a sí mismo en agua de manantial, y entonces quedará purificado.
14 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, e irá a la entrada de la tienda del encuentro para entregárselos al sacerdote en presencia del Señor.
15 El sacerdote ofrecerá uno como sacrificio por el pecado y otro como holocausto, y así realizará ante el Señor la purificación del hombre que sufre de flujo.
16 “Cuando un hombre tenga un derrame de semen, se lavará con agua todo el cuerpo, y será considerado impuro hasta el anochecer.
17 “Cualquier ropa o piel en la que caiga parte del semen, deberá lavarse con agua, y quedará impura hasta el anochecer.
18 “Si un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales, los dos deberán lavarse con agua, y quedarán impuros hasta el anochecer.
19 “Cuando una mujer tenga su periodo normal de menstruación, será considerada impura durante siete días. “Cualquiera que la toque, será considerado impuro hasta el anochecer.
20 “Cualquier cosa sobre la que ella se acueste durante su periodo de menstruación, será considerada impura. “Cualquier cosa sobre la que se siente, será considerada impura.
21 “Cualquiera que toque el lugar donde ella se haya acostado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
22 “Cualquiera que toque algún objeto sobre el que ella se haya sentado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
23 Sea lo que sea que toque el lugar sobre el que ella se haya acostado o sentado, será considerado impuro hasta el anochecer.
24 “Si algún hombre se acuesta con ella, comparte su impureza, y será considerado impuro durante siete días, lo mismo que el lugar donde se hayan acostado.
25 “En caso de que una mujer tenga flujo de sangre fuera de su periodo normal de menstruación, y que el flujo le dure muchos días, o en caso de que su menstruación le dure más de lo normal, será considerada impura mientras le dure el flujo, como si estuviera en su periodo de menstruación.
26 “Cualquier lugar sobre el que ella duerma y cualquier objeto en que se siente mientras le dura el flujo, será considerado impuro, como si estuviera ella en su periodo de menstruación.
27 “Cualquiera que toque estas cosas, será considerado impuro. Deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.
28 “Cuando el flujo se le detenga, podrá contar siete días, y después quedará purificada.
29 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, y se los llevará al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro.
30 El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y otro como holocausto. Así realizará el sacerdote ante el Señor la purificación de esa mujer por el flujo que tuvo,
31 y de esa manera alejaréis a los israelitas de sus impurezas, para que no mueran por manchar con ellas el lugar donde yo habito entre ellos.”
32 Estas son las instrucciones acerca de los que sufren de flujo y los que tienen derrames de semen, quedando impuros por esa razón;
33 y acerca de las mujeres que están en su menstruación y, en una palabra, acerca de todo el que sufre de derrames, sea hombre o mujer, y de los hombres que se acuesten con una mujer en su periodo de menstruación.
1 El Señor habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, los cuales murieron por haberse acercado demasiado a la presencia del Señor.
2 Y dijo el Señor a Moisés: “Dile a tu hermano Aarón que no entre a cualquier hora en el santuario que está tras el velo, ni ante la tapa que está sobre el arca, para que no muera; porque yo me manifestaré en una nube sobre la tapa.
3 Aarón debe entrar en el santuario con un becerro como sacrificio por el pecado y con un carnero para ofrecerlo en holocausto.
4 Irá vestido con la túnica de lino consagrada, cubierto su cuerpo con calzones de lino, y ceñido con el cinturón y el turbante de lino. Esta es ropa consagrada, así que, antes de ponérsela, deberá él lavarse con agua.
5 “De parte de la comunidad israelita tomará Aarón dos chivos como sacrificio por el pecado, y un carnero para ofrecerlo en holocausto.
6 Ofrecerá entonces el becerro como su propio sacrificio por el pecado, a fin de obtener el perdón de los pecados para sí mismo y para su familia.
7 Después tomará los dos chivos y los ofrecerá ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro;
8 luego echará suertes sobre los dos chivos: una suerte será por el Señor y la otra por Azazel.
9 El chivo sobre el que recaiga la suerte por el Señor, lo ofrecerá Aarón como sacrificio por el pecado;
10 pero el chivo sobre el que recaiga la suerte por Azazel, lo presentará vivo ante el Señor para obtener el perdón de los pecados, y después lo echará al desierto, donde está Azazel.
11 “Aarón ofrecerá el becerro como su propio sacrificio por el pecado, a fin de obtener el perdón de los pecados para sí mismo y para su familia.
12 Luego tomará un incensario lleno de brasas tomadas del altar que está ante el Señor, y dos puñados de incienso aromático molido, y los llevará detrás del velo.
13 Echará el incienso sobre el fuego en presencia del Señor, y el humo del incienso cubrirá la tapa que está sobre el arca del pacto, y así Aarón no morirá.
14 Tomará también un poco de sangre del becerro, y con su dedo la rociará sobre la tapa, por el lado oriental. Luego rociará sangre con su dedo siete veces, por la parte delantera de la tapa,
15 y después matará al chivo como sacrificio por el pecado del pueblo, y llevará la sangre a la parte que está tras el velo; allí la rociará encima y delante de la tapa, tal como hizo con la sangre del becerro.
16 De esa manera limpiará el santuario de todas las impurezas, rebeliones y pecados de los israelitas. Lo mismo debe hacer con la tienda del encuentro, la cual está en medio de ellos y de sus impurezas.
17 “Mientras Aarón permanece dentro del santuario para obtener el perdón de los pecados, y hasta que salga de allí, nadie podrá estar en la tienda del encuentro. Una vez que haya obtenido el perdón de los pecados para sí mismo, para su familia y para toda la comunidad israelita,
18 saldrá e irá a purificar el altar que está delante del Señor. Tomará un poco de la sangre del becerro y del chivo, y untará con ella los cuernos alrededor del altar,
19 y con el dedo rociará sangre sobre el altar siete veces. Así lo purificará de las impurezas de los israelitas, y lo consagrará.
20 “Cuando Aarón haya terminado de purificar el santuario, la tienda del encuentro y el altar, mandará traer el chivo que quedó vivo
21 y, poniendo sus manos sobre la cabeza del animal, confesará sobre él todas las maldades, rebeliones y pecados de los israelitas. De esta manera pondrá los pecados sobre la cabeza del chivo, y una persona se encargará de llevarlo y soltarlo en el desierto.
22 Así, al perderse el chivo en el desierto, se llevará todas las maldades de ellos a tierras deshabitadas.
23 Luego entrará Aarón en la tienda del encuentro y se quitará la ropa de lino que se puso para entrar en el santuario, y la dejará allí.
24 Allí mismo, en el santuario, se lavará con agua y, después de vestirse, saldrá para presentar su propio holocausto y el que debe ofrecer por el pueblo, y así obtendrá el perdón de los pecados para sí mismo y para el pueblo.
25 La grasa del sacrificio por el pecado la quemará en el altar;
26 y quien haya llevado el chivo para soltarlo a Azazel, se lavará la ropa y se lavará a sí mismo con agua, y después podrá entrar en el campamento.
27 “El becerro y el chivo sacrificados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para obtener el perdón de los pecados, serán llevados fuera del campamento, y su piel, carne y desechos serán quemados.
28 La persona que los queme deberá lavarse la ropa y lavarse a sí misma con agua, y después podrá entrar en el campamento.
29 “Esta será una ley permanente para vosotros: el día diez del mes séptimo lo dedicaréis al ayuno y suspenderéis todas vuestras labores, lo mismo los israelitas que los extranjeros que vivan entre vosotros,
30 pues en ese día se obtendrá el perdón de vuestros pecados delante del Señor, y quedaréis limpios de todos ellos.
31 Es una ley permanente: ese día será para vosotros un día especial de reposo y dedicado al ayuno.
32 El sacerdote que haya sido escogido y a quien se le haya dado plena autoridad para ocupar el lugar de su padre como sacerdote, celebrará el rito para obtener el perdón de los pecados; se vestirá con la ropa de lino consagrada
33 y hará la purificación del lugar santísimo, de la tienda del encuentro y del altar, y obtendrá el perdón de los pecados para los sacerdotes y para toda la comunidad.
34 “Esta será una ley permanente para vosotros: una vez al año se celebrará el rito para obtener el perdón de los pecados que hayan cometido los israelitas.” Y se hizo tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Dile a Aarón, y a sus hijos, y a todos los israelitas, que el Señor ha dado estas órdenes:
3 “Cualquier israelita que mate un toro, un cordero o una cabra, dentro o fuera del campamento,
4 y que no lo traiga a la entrada de la tienda del encuentro para presentarlo como ofrenda al Señor ante su santuario, será culpable de derramamiento de sangre. Por lo tanto, será eliminado de entre su gente.
5 Esto es para que los israelitas ofrezcan al Señor los animales que maten al aire libre, y los lleven al sacerdote a la entrada de la tienda del encuentro, para que él los ofrezca por ellos como sacrificio de reconciliación.
6 El sacerdote rociará la sangre sobre el altar del Señor, a la entrada de la tienda del encuentro, y quemará la grasa como aroma agradable al Señor.
7 Y nunca más volverán a presentar sus sacrificios a esos demonios a los que han adorado y por los que se han corrompido. Esta será una ley permanente para vosotros, que pasará de padres a hijos.
8 “Diles también que cualquier israelita o extranjero que viva entre vosotros y presente un holocausto o cualquier otro sacrificio,
9 y que no lo lleve a la entrada de la tienda del encuentro para ofrecérselo al Señor, será eliminado de entre su pueblo.
10 “Yo estaré en contra de todo israelita o extranjero que viva entre vosotros y que coma sangre en la forma que sea. Lo eliminaré de entre su pueblo.
11 Porque todo ser vive por la sangre que está en él, y yo os la he dado en el altar para que por medio de ella podáis pagar el rescate por vuestra vida, pues la sangre es el pago del rescate por la vida.
12 “Por lo tanto, digo a los israelitas: Ninguno de vosotros, ni de los extranjeros que viven entre vosotros, debe comer sangre.
13 Cualquier israelita, o extranjero que viva entre vosotros, que cace un animal o un ave de los que se pueden comer, deberá derramar la sangre de su presa y cubrirla con tierra,
14 porque la sangre es la vida de todo ser viviente. Por eso os he dicho que no comáis sangre, porque ella es la vida de todo ser viviente, y cualquiera que la coma será eliminado.
15 “Cualquier israelita o extranjero que coma carne de algún animal muerto o despedazado por una fiera, deberá lavar su ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer. Después quedará purificado.
16 Pero si no lava su ropa ni se lava a sí mismo, cargará con su maldad.”
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles esto a los israelitas: “Yo soy el Señor vuestro Dios.
3 “No sigáis las costumbres de Egipto, país en el cual vivisteis. “No sigáis las costumbres de Canaán, país al cual voy a llevaros, ni viváis conforme a sus leyes.
4 “Cumplid mis decretos; poned en práctica mis leyes; vivid conforme a ellos. Yo soy el Señor vuestro Dios.
5 “Poned en práctica mis leyes y decretos. Todo aquel que los cumpla, vivirá. Yo soy el Señor.
6 “Ningún hombre debe acercarse a una mujer de su propia familia para tener relaciones sexuales con ella. Yo soy el Señor.
7 “No deshonres a tu padre teniendo relaciones sexuales con tu madre; además, ella es tu madre y no debes hacerlo.
8 “No deshonres a tu padre teniendo relaciones sexuales con su mujer.
9 “No tengas relaciones sexuales con tu hermana. Ya sea hermana tuya por parte de padre o por parte de madre, ya sea que haya nacido en la casa o fuera de la casa, no debes tener relaciones sexuales con ella.
10 “No te deshonres a ti mismo teniendo relaciones sexuales con tu nieta, tanto si lo es por parte de tu hijo como de tu hija. No debes tener relaciones con ella.
11 “No tengas relaciones con la hija de la mujer de tu padre. Ha sido engendrada por tu padre, y es tu hermana. No debes tener relaciones con ella.
12 “No tengas relaciones sexuales con la hermana de tu padre; es de la misma sangre que tu padre.
13 “No tengas relaciones sexuales con la hermana de tu madre; es de la misma sangre que tu madre.
14 “No deshonres a tu tío teniendo relaciones sexuales con su mujer, pues es tu tía.
15 “No tengas relaciones sexuales con tu nuera, pues es la mujer de tu hijo; no debes tener relaciones sexuales con ella.
16 “No deshonres a tu hermano teniendo relaciones sexuales con su mujer.
17 “No tengas relaciones sexuales con una mujer y con su hija, ni tomes a su nieta, tanto si lo es por parte de su hijo como de su hija, para tener también relaciones sexuales con ella. Esa es una conducta depravada, pues son de la misma sangre.
18 “No tomes como mujer a la hermana de tu esposa, ni tengas relaciones sexuales con ella mientras tu esposa viva, para no crear enemistad entre las dos.
19 “No tengas relaciones sexuales con una mujer en su periodo de menstruación.
20 “No te acuestes con la mujer de tu prójimo ni tengas relaciones sexuales con ella, para que no te hagas impuro por esa causa.
21 “No entregues a ninguno de tus hijos como ofrenda al dios Moloc. No ofendas así el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
22 “No te acuestes con un hombre como si te acostaras con una mujer. Eso es un acto infame.
23 “No te entregues a actos sexuales con ningún animal, para que no te hagas impuro por esa causa. Tampoco la mujer debe entregarse a actos sexuales con un animal. Eso es una infamia.
24 “No os hagáis impuros con ninguna de estas cosas. Con ellas se hicieron impuros los pueblos que yo voy a arrojar de vuestra presencia,
25 y también su país quedó impuro; pero yo les pedí cuentas de su maldad, y el país arrojó de sí a sus habitantes.
26 Pero vosotros los israelitas, y los extranjeros que viven entre vosotros, poned en práctica mis leyes y mis decretos, y no cometáis ninguno de estos actos infames,
27 pues todas estas infamias las cometieron los que habitaban el país antes que vosotros, y la tierra quedó impura.
28 ¡Que no los arroje de sí el país por hacerlo impuro, tal como arrojó a la gente que lo habitó antes que vosotros!
29 El que cometa cualquiera de esas infamias será eliminado de entre su pueblo.
30 Por lo tanto, poned en práctica mi precepto y no caigáis en las prácticas infames cometidas antes de vosotros, ni os hagáis impuros con ellas. Yo soy el Señor vuestro Dios.”
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Dile esto a la comunidad israelita: “Sed santos, pues yo, el Señor vuestro Dios, soy santo.
3 “Respete cada uno a su padre y a su madre. “Respetad también mis sábados. Yo soy el Señor vuestro Dios.
4 “No recurráis a los ídolos ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo soy el Señor vuestro Dios.
5 “Cuando presentéis al Señor sacrificios de reconciliación, hacedlo de tal manera que Dios os los acepte.
6 El animal presentado deberá ser comido el mismo día, y también podrá serlo al día siguiente, pero lo que sobre para el tercer día deberá ser quemado.
7 Si se come la ofrenda al tercer día, será considerada despreciable y Dios no la aceptará;
8 el que la coma, cargará con su maldad y será eliminado de entre su pueblo por haber profanado lo consagrado al Señor.
9 “Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no recojas hasta el último grano de tu campo ni rebusques hasta las últimas espigas que hayan quedado en él.
10 No rebusques todas las uvas de tu viñedo ni recojas las uvas caídas; déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor, el Dios vuestro.
11 “No robéis. No mintáis ni os engañéis unos a otros.
12 “No hagas promesas falsas en mi nombre, pues profanas el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
13 “No emplees la violencia contra tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo. “No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente.
14 “No maldigas al sordo. “No pongas ningún tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios. Yo soy el Señor.
15 “No actúes con injusticia cuando dictes sentencia: ni favorezcas al débil ni te rindas ante el poderoso. Apégate a la justicia cuando dictes sentencia.
16 “No andes con chismes entre tu gente. “No tomes parte en el asesinato de tu prójimo. Yo soy el Señor.
17 “No abrigues en tu corazón odio contra tu hermano. “Reprende a tu prójimo cuando debas reprenderle. No te hagas cómplice de su pecado.
18 “No seas vengativo ni rencoroso con tu propia gente. Ama a tu prójimo, que es como tú mismo. Yo soy el Señor.
19 “Pon en práctica mis leyes. “No cruces tu ganado con animales de diferente especie. “No siembres tu campo con diferentes semillas entremezcladas. “No te pongas ropas hechas con tela de materiales mezclados.
20 “Si alguno se acuesta con una esclava destinada a otro hombre, pero que aún no ha sido comprada ni puesta en libertad, tendrá que pagar indemnización; pero no se les condenará a muerte, porque ella no es libre.
21 El hombre presentará al Señor un carnero como sacrificio por la culpa, el cual llevará hasta la entrada de la tienda del encuentro.
22 Con este carnero como sacrificio por la culpa, el sacerdote pedirá al Señor que perdone el pecado de ese hombre, y el pecado cometido se le perdonará.
23 “Cuando entréis en el país y plantéis árboles frutales, no cortaréis ni comeréis sus frutos durante tres años.
24 Al cuarto año, todos sus frutos serán consagrados al Señor en una celebración,
25 y al quinto año ya podréis comer su fruto. Así el árbol os dará más. Yo soy el Señor vuestro Dios.
26 “No comáis nada que tenga sangre. “No practiquéis la adivinación ni pretendáis predecir el futuro.
27 “No os cortéis el pelo en redondo ni os recortéis la punta de la barba.
28 “No os hagáis heridas en el cuerpo por causa de un muerto. No os hagáis ninguna clase de tatuaje. Yo soy el Señor.
29 “No deshonres a tu hija convirtiéndola en una prostituta. No corrompas el país llenándolo de depravaciones.
30 “Respetad mis sábados. Guardad reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.
31 “No recurráis a espíritus y adivinos; no os hagáis impuros consultándolos. Yo soy el Señor vuestro Dios.
32 “Ponte en pie y respeta a los ancianos. Sé reverente con tu Dios. Yo soy el Señor.
33 “No hagáis sufrir al extranjero que viva entre vosotros.
34 Tratadlo como a uno de vosotros; amadlo, pues es como vosotros. Además, también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios.
35 “No hagáis trampa en la exactitud de medidas lineales, de peso o de capacidad.
36 Usad balanzas, pesas y medidas exactas. Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de Egipto.
37 “Así pues, poned en práctica mis leyes y decretos. Cumplidlos. Yo soy el Señor.”
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles esto a los israelitas: “Cualquier israelita o extranjero que viva en Israel y que entregue alguno de sus hijos al dios Moloc, será muerto a pedradas por la gente del país.
3 Yo me pondré en contra de ese hombre y lo eliminaré de entre su pueblo, por haber hecho impuro mi santuario y haber profanado mi santo nombre al entregar un hijo suyo a Moloc.
4 Si la gente del país se desentiende del asunto y no condena a muerte a ese hombre,
5 yo me pondré en contra de él y de su familia, y lo eliminaré de entre su pueblo junto con todos los que se corrompieron con él y recurrieron a Moloc.
6 Y si alguien recurre a espíritus y adivinos, y se corrompe por seguirlos, yo me pondré en contra de esa persona y la eliminaré de entre su pueblo.
7 “Consagraos completamente a mí y sed santos, pues yo soy el Señor vuestro Dios.
8 Poned en práctica mis leyes; cumplidlas. Yo soy el Señor, que os consagro para mí.
9 “A cualquiera que maldiga a su padre o a su madre se le condenará a muerte. Ha maldecido a su padre o a su madre, y será responsable de su propia muerte.
10 “Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, se condenará a muerte tanto al adúltero como a la adúltera.
11 “Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, deshonra a su propio padre. Por lo tanto, se condenará a muerte al hombre y a la mujer, y serán responsables de su propia muerte.
12 “Si alguien se acuesta con su nuera, los dos serán condenados a muerte, y serán responsables de su propia muerte, pues eso es una infamia.
13 “Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame.
14 “Si alguien toma como esposas a una mujer y a la madre de esa mujer, comete un acto depravado, y tanto él como ellas serán quemados vivos. Así no habrá tales depravaciones entre vosotros.
15 “Si un hombre se entrega a actos sexuales con un animal, será condenado a muerte. También se matará al animal.
16 “Si una mujer se entrega a actos sexuales con un animal, tanto a la mujer como al animal se les matará. Ellos serán responsables de su propia muerte.
17 “Si alguien toma como mujer a su hermana, ya lo sea por parte de padre o de madre, y tienen relaciones sexuales, los dos serán eliminados a la vista de sus compatriotas, pues tener relaciones sexuales con la propia hermana es un hecho vergonzoso, y el que lo hace deberá cargar con su culpa.
18 “Si alguien se acuesta con una mujer en periodo de menstruación y tiene relaciones sexuales con ella, pone al descubierto la fuente de sangre de la mujer, y ella misma la ha descubierto; por lo tanto, los dos serán eliminados de entre su pueblo.
19 “No tengas relaciones sexuales con la hermana de tu madre ni con la hermana de tu padre; eso es tenerlas con una pariente cercana, y los dos deberán cargar con su maldad.
20 “Si alguien se acuesta con la mujer de su tío, deshonra a su propio tío; los dos cargarán con su pecado: morirán sin tener descendencia.
21 “Si alguien le quita la esposa a su hermano, deshonra a su propio hermano. Este es un acto odioso, y los dos se quedarán sin hijos.
22 “Poned en práctica mis leyes y decretos; cumplidlos todos. De ese modo no os arrojará de sí el país al cual os llevo para que viváis en él.
23 No sigáis las prácticas de la gente que voy a arrojar de delante de vosotros; ellos hicieron todas estas cosas, y por eso no pude soportarlos.
24 Yo os prometo que seréis los dueños de su país; yo mismo os daré posesión de ese país, donde la leche y la miel corren como el agua. “Yo soy el Señor vuestro Dios, que os ha distinguido de los demás pueblos.
25 Por lo tanto, también vosotros debéis hacer distinción entre animales puros e impuros, y entre aves puras e impuras. No os hagáis despreciables por causa de los animales, aves y reptiles que he señalado como animales impuros.
26 Vosotros seréis santos para conmigo, porque yo, el Señor, soy santo y os he distinguido de los demás pueblos para que seáis míos.
27 “El hombre o la mujer que estén poseídos por un espíritu o practiquen la adivinación, serán muertos a pedradas, y serán responsables de su propia muerte.”
1 El Señor dijo a Moisés: “Habla con los sacerdotes descendientes de Aarón, y diles que no se hagan impuros por causa del cadáver de alguno de sus parientes,
2 excepto si se trata de algún pariente cercano, como su madre, su padre, su hijo o su hija, su hermano
3 o su hermana soltera que aún vivía con él porque no se había casado; por ellos podrá hacerse impuro.
4 Pero no debe hacerse impuro ni mancharse por una pariente casada.
5 “No se raparán la cabeza ni se afeitarán la barba ni se harán heridas en el cuerpo,
6 sino que se consagrarán completamente a su Dios y no profanarán su nombre, porque ellos son los que presentan las ofrendas quemadas y el pan de su Dios; así que deben mantenerse consagrados.
7 “Tampoco se casarán con una prostituta ni con una mujer violada o divorciada, porque han sido consagrados a su Dios.
8 Manténlos apartados de todo, porque ellos son los que presentan el pan de tu Dios. Y serán santos para ti, porque yo, el Señor, soy santo y soy quien los hace santos.
9 “Si la hija de un sacerdote se rebaja y se convierte en prostituta, deshonra a su padre, y será quemada viva.
10 “El jefe de los sacerdotes, por medio del aceite de consagrar que se le puso en la cabeza, ha recibido plena autoridad para vestir la ropa sagrada. Por lo tanto, no se dejará suelto el pelo ni se rasgará la ropa en señal de luto;
11 tampoco entrará donde haya un cadáver: ni siquiera por causa de su padre o de su madre debe hacerse impuro.
12 No saldrá del santuario de su Dios ni rebajará el carácter sagrado del santuario, porque sobre él ha sido puesto el aceite de consagrar de su Dios. Yo soy el Señor.
13 “Por esposa tomará una mujer virgen.
14 En ningún caso se casará con una viuda o divorciada, violada o prostituta; su esposa debe ser virgen y de su propio clan,
15 para no rebajar a sus descendientes entre su gente; pues yo, el Señor, lo he consagrado.”
16 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
17 “Dile a Aarón que, ahora y en el futuro, a ninguno de sus descendientes con algún defecto físico se le permitirá presentar la ofrenda de pan de su Dios.
18 A decir verdad, nadie que tenga un defecto físico podrá presentarse a hacerlo: sea ciego, cojo, con la nariz o las orejas deformes,
19 con las piernas o los brazos quebrados,
20 jorobado, enano, con nubes en los ojos, sarnoso o con erupciones en la piel, o con los testículos dañados.
21 Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga algún defecto físico presentará al Señor las ofrendas que se queman; tiene un defecto y, por lo tanto, no podrá presentar la ofrenda de pan de su Dios.
22 Podrá comer de ese pan y de las cosas santas y santísimas,
23 pero no podrá entrar tras el velo ni acercarse al altar, para no rebajar con su defecto el carácter sagrado de mi santuario. Yo soy el Señor, que los ha consagrado.”
24 Y Moisés repitió esto mismo a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles a Aarón y a sus descendientes que tengan cuidado con las cosas santas que los israelitas me consagran, para que no profanen mi santo nombre. Yo soy el Señor.
3 “Diles que, ahora y en el futuro, cualquiera de sus descendientes que estando impuro haga la presentación de las cosas sagradas que los israelitas consagran al Señor, será eliminado de mi presencia. Yo soy el Señor.
4 “Ninguno de los descendientes de Aarón que esté enfermo de lepra o sufra derrames comerá de las cosas sagradas hasta que no haya sido purificado. “El que toque alguna cosa impura a causa de un cadáver, o toque a quien haya tenido un derrame de semen,
5 o el que se haga impuro por tocar un reptil o a un hombre que por encontrarse impuro hace impuro al que lo toca,
6 será considerado impuro hasta el anochecer, y no podrá comer de las cosas sagradas si antes no se lava con agua.
7 Quedará purificado al ponerse el sol, después de lo cual podrá comer de las cosas sagradas, pues son su alimento.
8 No comerá carne de un animal muerto o despedazado por una fiera, para no hacerse impuro con ello. Yo soy el Señor.
9 “Diles que cumplan mi precepto y que no carguen con ningún pecado por faltar a él, y así no morirán. Yo soy el Señor, que los ha consagrado.
10 “Ningún extraño al sacerdocio podrá comer de lo que es sagrado. “Ni el huésped del sacerdote ni el que trabaje para él podrán comer de lo que es sagrado.
11 “Si el sacerdote compra un esclavo con su dinero, el esclavo podrá comer de lo que es sagrado. También los que hayan nacido en casa del sacerdote podrán comer de sus alimentos.
12 “Si la hija del sacerdote está casada con alguien extraño al sacerdocio, no podrá comer de las ofrendas que se dan a los sacerdotes.
13 Pero si es viuda o divorciada, y no tiene hijos, y vuelve a la casa de su padre como cuando era soltera, podrá comer de los alimentos de su padre. Por lo demás, ningún extraño al sacerdocio podrá comerlos.
14 “Si alguien come involuntariamente de las cosas sagradas, tendrá que restituir al sacerdote lo que se comió, más una quinta parte;
15 pero los sacerdotes no deben permitir que los israelitas profanen las cosas sagradas que se ofrecen al Señor,
16 ni que carguen con la maldad de su pecado por comer de las cosas sagradas. Yo soy el Señor, que los ha consagrado.”
17 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
18 “Habla con Aarón y sus hijos, y con todos los israelitas, y diles esto: Si alguno de los israelitas o de los extranjeros que vivan entre ellos presenta al Señor un animal en holocausto, ya sea en cumplimiento de una promesa o como ofrenda voluntaria,
19 deberá presentar un macho sin defecto para que le sea aceptado. Podrá ser un toro, un cordero o un chivo,
20 pero no un animal con defecto, porque no le será aceptado.
21 “Cualquiera que presente al Señor un sacrificio de reconciliación, ya sea en cumplimiento de una promesa o como ofrenda voluntaria, deberá ofrecer toros u ovejas sin defecto para que le sean aceptados.
22 No presentéis al Señor animales ciegos, o lastimados, o mancos, o con verrugas, sarna o erupciones en la piel, ni los deis para ser quemados como ofrendas en el altar del Señor.
23 Como ofrenda voluntaria podrás ofrecer un toro o un carnero que tenga las patas disparejas, pero en cumplimiento de una promesa no te será aceptado.
24 Tampoco presentaréis al Señor animales con los testículos heridos, golpeados, arrancados o cortados. No practiquéis estas cosas en vuestra tierra.
25 Tampoco recibáis de un extranjero estos animales como alimento para vuestro Dios, porque son animales con defecto y no os serán aceptados.”
26 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
27 “Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, deberá quedarse al lado de su madre durante siete días, pero a partir del octavo día podrá ser aceptado para quemarlo como ofrenda al Señor.
28 “No mates en el mismo día a una vaca o una oveja y a su cría.
29 “Cuando presentes una ofrenda de acción de gracias al Señor, hazlo de tal manera que sea bien recibida.
30 Además, cómela el mismo día y no dejes nada para el día siguiente. Yo soy el Señor.
31 “Poned en práctica mis mandamientos; cumplidlos. Yo soy el Señor.
32 “No profanéis mi santo nombre, y así seré santificado entre los israelitas. Yo soy el Señor, que os ha consagrado
33 y os ha sacado de Egipto para ser vuestro Dios. Yo soy el Señor.”
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles esto a los israelitas: Estas son las fechas especialmente dedicadas al Señor, que llamaréis reuniones santas.
3 “Trabajarás durante seis días, pero el día séptimo no harás trabajo alguno; será un día especial de reposo y habrá una reunión santa. Dondequiera que vivas, ese día será de reposo en honor del Señor.
4 “Estas son las fechas especiales para celebrar las reuniones santas en honor del Señor, en las cuales deberéis reuniros:
5 “El día catorce del mes primero, al atardecer, se celebrará la Pascua en honor del Señor.
6 “El día quince del mismo mes se celebrará la fiesta de los panes sin levadura en honor del Señor. Durante siete días se comerá pan sin levadura.
7 El primer día se celebrará una reunión santa. No haréis ninguna clase de trabajo duro.
8 Durante siete días quemaréis ofrendas al Señor, y el día séptimo celebraréis una reunión santa. No realizaréis ninguna clase de trabajo.”
9 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
10 “Diles esto a los israelitas: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os voy a dar, y hayáis segado vuestro trigo, deberéis presentar al sacerdote la primera gavilla de vuestra cosecha.
11 El día siguiente al sábado, el sacerdote lo presentará al Señor como ofrenda especial, para que os sea aceptado.
12 Y el mismo día en que presentéis la gavilla, presentaréis también un cordero de un año, sin defecto, como holocausto en honor del Señor.
13 Traeréis, además, cuatro kilos y medio de la mejor harina amasada con aceite, para presentársela al Señor como ofrenda quemada de aroma agradable. Como ofrenda para derramar, se presentará un litro de vino.
14 Hasta el día en que llevéis vuestra ofrenda al Señor, no comeréis pan, ni trigo tostado o fresco. Esta es una ley permanente, que pasará de padres a hijos y dondequiera que viváis.
15 “A partir del día en que llevéis la gavilla de trigo como ofrenda especial, es decir, a partir del día siguiente al sábado, contaréis siete semanas completas.
16 Y con el día siguiente al séptimo sábado se completarán cincuenta días. Entonces presentaréis al Señor vuestra ofrenda de trigo nuevo,
17 y llevaréis de vuestras casas dos panes de la mejor harina cocidos con levadura, de unos cuatro kilos cada uno, como ofrenda especial de primeros frutos para el Señor.
18 Junto con los panes llevaréis siete corderos de un año, sin defecto, y un becerro y dos carneros, como holocausto en honor del Señor, ofrenda quemada de aroma agradable a él, además de vuestras ofrendas de cereal y de vino.
19 “Ofreceréis además un chivo como sacrificio por el pecado y dos corderos de un año como sacrificio de reconciliación.
20 El sacerdote ofrecerá los animales como ofrenda especial en presencia del Señor, junto con el pan de los primeros frutos y los dos corderos. Serán consagrados al Señor, para el sacerdote.
21 “Ese mismo día celebraréis una reunión santa, y no haréis ninguna clase de trabajo duro. Esta es una ley permanente, que pasará de padres a hijos y dondequiera que viváis.
22 “Cuando llegue el tiempo de cosechar, no recojas hasta el último grano de tu campo ni rebusques hasta las últimas espigas que hayan quedado. Déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor vuestro Dios.”
23 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
24 “Diles esto a los israelitas: El día primero del mes séptimo lo celebraréis como día de reposo y con una reunión santa conmemorativa, con toque de trompetas.
25 Quemaréis una ofrenda en honor del Señor y no haréis ninguna clase de trabajo duro.”
26 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
27 “El día diez del mismo mes séptimo será el Día del perdón. Celebraréis una reunión santa, y dedicaréis el día al ayuno, y quemaréis una ofrenda en honor del Señor.
28 No hagáis trabajo alguno ese día, porque es el Día del perdón, en el que obtendréis el perdón ante el Señor vuestro Dios.
29 El que no dedique ese día al ayuno, quienquiera que sea, será eliminado de entre su pueblo.
30 Y al que haga algún trabajo ese día, quienquiera que sea, lo haré desaparecer de su pueblo.
31 “No hagáis trabajo alguno. Es una ley permanente, que pasará de padres a hijos y dondequiera que viváis.
32 Será para vosotros un día de reposo y dedicado al ayuno, y lo contaréis desde el atardecer del día nueve del mes hasta el atardecer del día siguiente.”
33 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
34 “Diles esto a los israelitas: El día quince del mismo mes séptimo, y durante siete días, se celebrará la fiesta de las Enramadas en honor del Señor,
35 con una reunión santa el primer día. No hagáis ninguna clase de trabajo.
36 Durante esos siete días quemaréis ofrendas en honor del Señor, y el octavo día celebraréis también una reunión santa y quemaréis una ofrenda al Señor. Es un día de fiesta y no debéis hacer ninguna clase de trabajo duro.
37 “Estas son las fechas especialmente dedicadas al Señor, en las que convocaréis reuniones santas y en las que presentaréis al Señor ofrendas quemadas, holocaustos, ofrendas de cereales, sacrificios y ofrendas de vino, según el día que corresponda,
38 aparte de los sábados en honor del Señor, y de los regalos y ofrendas prometidas o voluntarias que le hagáis.
39 “El día quince del mes séptimo, cuando hayáis recogido ya la cosecha, celebraréis una fiesta de siete días en honor del Señor, con reposo el primer día y el octavo.
40 El primer día tomaréis frutos de los mejores árboles y hojas de palmera, de árboles frondosos y de álamos del río, y durante siete días os alegraréis en presencia del Señor vuestro Dios.
41 Cada año, en el mes séptimo, celebraréis una fiesta de siete días en honor del Señor. Es una ley permanente que pasará de padres a hijos.
42 Durante esos siete días, todos vosotros, los israelitas de nacimiento, viviréis bajo enramadas,
43 para que todos vuestros descendientes sepan que, cuando yo saqué de Egipto a los israelitas, los hice vivir bajo enramadas. Yo soy el Señor vuestro Dios.”
44 De esta manera informó Moisés a los israelitas acerca de las fechas especialmente dedicadas al Señor.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Ordena a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva para mantener las lámparas siempre encendidas.
3 Aarón se encargará de prepararlas, para que durante toda la noche ardan sin cesar delante del Señor en la tienda del encuentro, fuera del velo que está junto al arca del pacto. Esta es una ley permanente, que pasará de padres a hijos.
4 Ha de preparar las lámparas en el candelabro de oro puro, para que ardan delante del Señor.
5 “Toma de la mejor harina y cuece doce tortas, de cuatro kilos y medio cada una,
6 y ponlas sobre la mesa de oro puro que está ante el Señor, en dos hileras de seis tortas cada una.
7 Pon en cada hilera incienso puro, que le servirá al pan como ofrenda de memorial quemada en honor del Señor.
8 Esto deberá ser puesto sin falta ante el Señor cada sábado, como un pacto eterno por parte de los israelitas.
9 Es la parte que les corresponderá siempre a Aarón y a sus descendientes, los cuales comerán ese pan en un lugar santo, porque de las ofrendas que se queman en honor del Señor, esta es una de las más sagradas.”
10 Entre los israelitas había un hombre nacido de madre israelita y padre egipcio. Su madre se llamaba Selomit, y era hija de Dibrí, de la tribu de Dan. Este hombre y un israelita tuvieron una discusión en el campamento, durante la cual el hijo de madre israelita ofendió y maldijo el nombre del Señor. Entonces lo llevaron ante Moisés,
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12 y lo tuvieron bajo vigilancia mientras el Señor les decía lo que tenían que hacer.
13 Y el Señor habló a Moisés y le dijo:
14 “Saca del campamento al que me maldijo; que pongan la mano sobre su cabeza todos los que le oyeron, y que lo maten a pedradas todos los de la comunidad.
15 Por lo que toca a los israelitas, diles esto: El que ofenda y maldiga el nombre del Señor su Dios, tendrá que cargar con su pecado y será muerto a pedradas por toda la comunidad. Tanto si es extranjero como si es natural del país, el que ofenda el nombre del Señor será condenado a muerte.
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17 “El que quite la vida a otra persona, será condenado a muerte.
18 “El que mate una cabeza de ganado, tendrá que reponerla: animal por animal.
19 “El que cause daño a alguno de su pueblo, tendrá que sufrir el mismo daño que hizo:
20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. Tendrá que sufrir en carne propia el mismo daño que haya causado.
21 “El que mate un animal, tendrá que reponerlo. El que mate a un hombre, será condenado a muerte.
22 “La misma ley vale tanto para los extranjeros como para los naturales del país. Yo soy el Señor vuestro Dios.”
23 Moisés habló entonces a los israelitas, y ellos sacaron del campamento al que había maldecido a Dios, y allí lo mataron a pedradas. Lo hicieron los israelitas tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
1 El Señor se dirigió a Moisés en el monte Sinaí, y le dijo:
2 “Diles esto a los israelitas: Cuando hayáis entrado en la tierra que os voy a dar, la tierra deberá tener reposo en honor del Señor.
3 Podréis sembrar vuestros campos durante seis años. También durante seis años podréis podar vuestros viñedos y recoger sus frutos,
4 pero el séptimo año será de completo reposo de la tierra en honor del Señor; no sembréis ese año vuestros campos ni podéis vuestros viñedos.
5 Tampoco seguéis el trigo que nazca por sí mismo después de la última cosecha, ni recojáis las uvas de vuestro viñedo no podado; la tierra debe tener reposo completo.
6 Lo que la tierra produzca por sí misma durante su reposo, alcanzará para que comáis vosotros, vuestros siervos y vuestras siervas, los trabajadores y extranjeros que vivan con vosotros,
7 y también vuestros ganados y los animales salvajes del país. Todo lo que la tierra produzca os servirá de alimento.
8 “Contaréis siete semanas de años, es decir, siete años multiplicados por siete, lo cual dará un total de cuarenta y nueve años,
9 y el día diez del mes séptimo, que es el Día del perdón, haréis sonar el cuerno de carnero en todo el país.
10 El año cincuenta lo declararéis año santo: será un año de liberación, y en él anunciaréis libertad para todos los habitantes del país. Todo hombre volverá al seno de su familia y a la posesión de sus tierras.
11 El año cincuenta será para vosotros año de liberación, y en él no sembraréis, ni segaréis el trigo que nazca por sí mismo, ni podaréis los viñedos ni recogeréis sus uvas,
12 porque será un año santo y de liberación para vosotros. Comeréis solo lo que la tierra produzca por sí misma.
13 “En ese año de liberación, todos volveréis a tomar posesión de vuestras tierras.
14 Si alguien vende o compra a otra persona algún terreno, no trate de aprovecharse de ella;
15 el que compra, debe pagar según el tiempo transcurrido desde el año de liberación; y el que vende, debe cobrar según los años de cosecha que aún falten:
16 cuantos más años de cosecha falten, más alto será el precio; si quedan pocos años, el precio será más bajo, pues lo que se vende es el número de cosechas.
17 “No abuse nadie de nadie. Sed reverentes con vuestro Dios, pues yo soy el Señor vuestro Dios.
18 Cumplid mis leyes, poned en práctica mis decretos. Cumplidlos y viviréis tranquilos en el país;
19 la tierra dará frutos, viviréis tranquilamente en ella y comeréis de sus frutos hasta quedar satisfechos.
20 “Tal vez os preguntéis: ‘¿Y qué comeremos durante el séptimo año, si no podemos sembrar ni recoger la cosecha?’
21 Pues bien, yo os enviaré mi bendición durante el sexto año, y la cosecha será suficiente para tres años;
22 así comeréis del grano almacenado mientras sembráis de nuevo en el año octavo, y aun hasta el año noveno podréis comer del grano almacenado, mientras llega la cosecha.
23 “La tierra no debe venderse a perpetuidad: la tierra es mía, y vosotros solo estáis de paso por ella como huéspedes míos.
24 Por lo tanto, para cualquier terreno que tengáis en propiedad, deberéis conceder a los dueños anteriores el derecho de volver a comprarlo.
25 “Si uno de tus compatriotas se queda en la ruina y te vende alguno de sus terrenos, su pariente más cercano podrá venir y rescatar lo que su pariente había vendido.
26 “En el caso de alguien que no tenga un pariente que pueda rescatar su propiedad, si él logra reunir lo suficiente para rescatarla por sí mismo,
27 calculará el tiempo transcurrido desde que la vendió, devolverá al que se la compró la cantidad de dinero que resulte a su favor, y él volverá a tomar posesión de su propiedad.
28 Pero si no logra reunir lo suficiente para rescatar la propiedad, esta quedará en poder del comprador hasta el año de liberación, durante el cual será liberada la propiedad, y el que la vendió volverá a tomar posesión de ella.
29 “Si alguien vende una vivienda en una ciudad con murallas, tendrá derecho a volver a comprarla durante un año completo a partir de la fecha de venta.
30 Pero en caso de que la vivienda no sea rescatada en el término de un año, quedará para siempre en poder del que la compró y de sus descendientes. No podrá ser liberada en el año de liberación.
31 En cambio, las casas de pueblos sin murallas serán consideradas igual que los campos: podrán ser rescatadas, y serán liberadas en el año de liberación.
32 “Los levitas tendrán siempre el derecho de volver a comprar las casas que estén dentro de sus ciudades.
33 Si el que rescata es un levita, deberá abandonar la casa en el año de liberación e irse a la ciudad donde tiene su propiedad, porque la única propiedad de los levitas entre los israelitas es la casa que tienen en su ciudad.
34 Las tierras de pastoreo pertenecientes a las ciudades de los levitas no podrán ser vendidas, porque son su propiedad permanente.
35 “Si alguno de tus compatriotas se arruina y recurre a ti, debes ayudarle como a un extranjero de paso, y le acomodarás en tu casa.
36 No le quites nada ni le cargues intereses sobre los préstamos que le hagas; al contrario, muestra temor por tu Dios y acomoda a tu compatriota en tu casa.
37 No cargues intereses al dinero que le prestes, ni aumentes el precio de los alimentos que le des.
38 Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de Egipto para daros la tierra de Canaán y para ser vuestro Dios.
39 “Si uno de tus compatriotas se arruina estando contigo, y se vende a ti, no le hagas trabajar como esclavo;
40 trátale como a un trabajador o como a un huésped. Trabajará para ti hasta el año de liberación,
41 después del cual podrá abandonar tu casa junto con sus hijos, para volver otra vez a su clan y a sus propiedades familiares,
42 porque ellos son mis siervos. Yo los saqué de Egipto, y no deben ser vendidos como esclavos.
43 No los trates con crueldad; al contrario, muestra temor de tu Dios.
44 “Si quieres tener esclavos o esclavas, cómpralos de las otras naciones que te rodean.
45 También puedes comprar a la gente extranjera que vive entre vosotros, y a los hijos que os nazcan mientras estéis en vuestro país; a ellos podéis comprarlos en propiedad
46 y dejarlos como herencia a vuestros hijos cuando muráis; siempre podréis serviros de ellos. Pero ninguno de vosotros debe dominar ni tratar con crueldad a sus hermanos los israelitas.
47 “Si un extranjero que vive en tu tierra se hace rico, y en cambio uno de tus compatriotas, vecino del extranjero, se queda en la ruina y se vende a ese extranjero o a algún otro extranjero,
48 tendrá derecho a que se compre su libertad aun después de haberse vendido. Podrá ser rescatado por uno de sus hermanos,
49 un tío, un primo o cualquier pariente cercano; también podrá rescatarse él mismo, si tiene medios para hacerlo,
50 calculando con el que lo compró desde el año en que se vendió hasta el año de liberación: el precio de venta corresponderá al número de años, y el tiempo que haya trabajado se calculará según la paga que se da a los trabajadores.
51 Si aún quedaran muchos años por delante, en proporción a ellos dará por su rescate parte del dinero que recibió por venderse;
52 pero si falta poco tiempo para el año de liberación, dará por su rescate la cantidad correspondiente a los años que falten.
53 Se le deberá tratar como a un trabajador contratado por años; no permitas que se le trate con crueldad.
54 “Si acaso no es rescatado en ese tiempo, quedará en libertad en el año de liberación, junto con sus hijos,
55 pues los israelitas son mis siervos, mis propios siervos; yo los saqué de Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios.
1 “No os hagáis ídolos ni imágenes; no levantéis en vuestro país piedras sagradas ni piedras grabadas; no os inclinéis ante ellas, porque yo soy el Señor vuestro Dios.
2 Respetad mis sábados; tened reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.
3 “Si seguís mis leyes, y cumplís mis mandamientos y los practicáis,
4 yo os enviaré la lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán su fruto;
5 tendréis trigo hasta el tiempo de la vendimia, y uvas hasta el tiempo de la siembra; comeréis pan hasta quedar satisfechos, y gozaréis de tranquilidad en el país.
6 Os daré bienestar en el país, y dormiréis sin sobresaltos, pues yo libraré al país de animales feroces y de guerras.
7 Haréis huir a vuestros enemigos, y ellos caerán a filo de espada delante de vosotros;
8 cinco de vosotros harán huir a cien, y cien de vosotros harán huir a diez mil; vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros.
9 Os miraré con buenos ojos, os haré crecer en número y mantendré con vosotros mi pacto.
10 Comeréis del trigo almacenado en años anteriores, y hasta tendréis que desalojarlo para almacenar el trigo nuevo.
11 “Yo viviré entre vosotros y no os rechazaré;
12 constantemente andaré entre vosotros, y seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.
13 Yo soy el Señor vuestro Dios, que os sacó de Egipto para que no siguierais siendo esclavos de ellos; yo rompí el yugo que pesaba sobre vosotros, y os hice andar con la frente alta.
14 “Pero si no me obedecéis ni ponéis en práctica todos estos mandamientos,
15 sino que rechazáis y menospreciáis mis leyes y decretos, y no cumplís ninguno de mis mandamientos, faltando así a mi pacto,
16 yo también haré esto con vosotros: os enviaré mi terror, epidemia mortal, fiebre, enfermedades de los ojos y decaimiento del cuerpo; y de nada os servirá sembrar, porque vuestros enemigos se comerán la cosecha.
17 Yo me pondré en contra vuestra y seréis derrotados por vuestros enemigos; seréis dominados por aquellos que os odian y tendréis que huir aunque nadie os persiga.
18 “Si a pesar de esto no me obedecéis, os volveré a castigar siete veces por vuestros pecados.
19 Haré pedazos vuestro necio orgullo; haré que el cielo os niegue su lluvia y la tierra sus frutos.
20 En vano gastaréis vuestras fuerzas, porque la tierra no os producirá nada ni los árboles del campo os darán frutos.
21 “Si os seguís oponiendo a mí y negándoos a obedecerme, volveré a castigaros siete veces más, conforme a vuestros pecados.
22 Lanzaré sobre vosotros bestias salvajes que os dejarán sin hijos, que despedazarán a vuestros ganados y reducirán vuestro número hasta que no haya quien transite por vuestros caminos.
23 “Si a pesar de todo esto no os corregís, sino que seguís oponiéndoos a mí,
24 yo también me opondré a vosotros y os castigaré aún siete veces más por vuestros pecados.
25 Haré venir sobre vosotros una espada que vengue el pacto; y correréis a refugiaros en vuestras ciudades, pero yo os enviaré enfermedades y caeréis en poder del enemigo.
26 “Cuando yo destruya vuestra provisión de alimentos, diez mujeres cocerán en un solo horno vuestro pan, y lo racionaréis tanto que, aunque comáis, no quedaréis satisfechos.
27 “Si a pesar de esto no me obedecéis, sino que seguís oponiéndoos a mí,
28 yo también me opondré a vosotros, y con ira os castigaré aún otras siete veces más por vuestros pecados.
29 Entonces os comeréis a vuestros propios hijos e hijas.
30 Yo destruiré vuestros santuarios paganos y partiré en dos vuestros altares de incienso; amontonaré vuestros cuerpos sin vida sobre los cuerpos sin vida de vuestros ídolos, y os mostraré mi desprecio;
31 arruinaré vuestras ciudades y destruiré vuestros santuarios, y no me deleitaré más con el aroma de vuestros perfumes.
32 “Destruiré el país, y aquellos enemigos vuestros que vengan a vivir en él, se quedarán asombrados.
33 A vosotros os esparciré entre las naciones, y con la espada desnuda os perseguiré; vuestro país se convertirá en un desierto y vuestras ciudades en espantosas ruinas.
34 Entonces la tierra disfrutará de tranquilidad todo el tiempo que permanezca desolada y que vosotros estéis en el país de vuestros enemigos; así descansará y se desquitará de lo que antes no descansó.
35 Todo el tiempo que permanezca desolada, la tierra disfrutará de los días de reposo que no tuvo mientras vosotros habitasteis en ella.
36 “A aquellos de vosotros que queden con vida en terreno enemigo, les haré sentir tanto miedo que huirán por el simple ruido de una hoja al caer; huirán como si los persiguieran con una espada, y caerán sin que nadie los persiga.
37 Tropezarán unos contra otros como si huyeran de la guerra, aunque nadie los persiga. ¡Ninguno de vosotros podrá hacer frente a vuestros enemigos!
38 Seréis destruidos entre las naciones, y el país de vuestros enemigos acabará con vosotros.
39 Los que queden con vida en terreno enemigo, morirán por culpa de su maldad, ¡morirán junto con sus padres, por la maldad de ellos!
40 “Aunque reconozcáis vuestra maldad y la maldad de vuestros padres, lo mismo que vuestra infidelidad y oposición a mí,
41 yo también me opondré a vosotros y os llevaré al país de vuestros enemigos; allí vuestra mente pagana quedará humillada, y pagaréis por vuestro pecado.
42 Entonces yo me acordaré del pacto que hice con Jacob, con Isaac y con Abraham, y también me acordaré de la tierra,
43 la cual quedará libre de vosotros y disfrutará de sus días de reposo mientras vosotros no la habitéis; y pagaréis por vuestra maldad, porque despreciasteis mis decretos y rechazasteis mis leyes.
44 “A pesar de esto, y aunque vosotros estéis en un país enemigo, no os despreciaré ni os rechazaré; no os destruiré ni faltaré al pacto que hice con vuestros antepasados, porque yo soy el Señor vuestro Dios.
45 Por el contrario, me acordaré del pacto que hice con ellos cuando, en presencia de las naciones, los saqué de Egipto para ser su Dios. Yo soy el Señor.”
46 Estas son las leyes, decretos y enseñanzas que por medio de Moisés estableció el Señor en el monte Sinaí, entre él y los israelitas.
1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 “Diles esto a los israelitas: Cuando alguien quiera pagar una promesa al Señor conforme al valor correspondiente a una persona,
3 para un varón de veinte a sesenta años fijarás una contribución de cincuenta monedas de plata, según la medida oficial del santuario;
4 en el caso de una mujer, la contribución será de treinta monedas.
5 Para las personas de cinco a veinte años, la contribución será de veinte monedas si es hombre, y de diez monedas si es mujer.
6 Para los niños de un mes a cinco años, la contribución será de cinco monedas de plata, y de tres para las niñas.
7 Para las personas mayores de sesenta años, la contribución será de quince monedas para los hombres, y de diez monedas para las mujeres.
8 Y si la persona es demasiado pobre para pagar la contribución establecida, se llevará el caso al sacerdote, para que este fije una nueva contribución de acuerdo con las posibilidades del que hizo la promesa.
9 “En el caso de los animales que se pueden ofrecer al Señor, todo animal que se entregue al Señor quedará consagrado,
10 y no podrá ser cambiado por otro animal, ya sea éste mejor o peor. En caso de cambio, tanto el animal ofrecido como el animal dado a cambio quedarán consagrados.
11 “En el caso de un animal impuro, que no puede ser ofrecido al Señor, se llevará el animal al sacerdote
12 para que este fije la contribución correspondiente, según la calidad del animal. La contribución fijada por el sacerdote deberá ser aceptada,
13 y si se quiere recuperar el animal, deberá darse una quinta parte más de la contribución establecida.
14 “Si alguien consagra su casa al Señor, el sacerdote establecerá su valor según la calidad de la casa. El cálculo del sacerdote deberá ser aceptado.
15 Pero en caso de que el que consagró la casa quiera rescatarla, deberá dar una quinta parte más del valor en que había sido calculada, y la casa volverá a ser suya.
16 “Si alguien consagra al Señor una parte de sus terrenos, el valor de esa parte se calculará según lo que pueda producir, a razón de cincuenta monedas de plata por cada doscientos veinte litros de cebada.
17 Si consagra el terreno a partir del año de liberación, quedará en pie el valor establecido;
18 pero si lo consagra después del año de liberación, el sacerdote hará el cálculo de la plata que debe darse, descontando del valor calculado la cantidad que corresponda a los años que restan hasta el año de liberación.
19 “Si el que consagró el terreno quiere recuperarlo, deberá dar una quinta parte más sobre el valor calculado, y el terreno seguirá siendo suyo;
20 pero si no lo recupera, y el terreno se vende a otra persona, ya no podrá volver a recuperarlo.
21 Cuando el terreno quede libre en el año de liberación, será dedicado a uso exclusivo del Señor, y el sacerdote tomará posesión de él.
22 “Si alguien consagra al Señor un terreno comprado, que no es propiedad suya por herencia de familia,
23 el sacerdote calculará con él el precio del terreno hasta el año de liberación, y él pagará ese mismo día la cantidad estimada como valor del terreno, y la consagrará al Señor.
24 En el año de liberación, el terreno volverá a poder del que lo vendió, es decir, a poder del propietario real del terreno.
25 “Todos tus cálculos tendrán como base el siclo de veinte geras, que es el peso oficial del santuario.
26 “En cuanto a las primeras crías del ganado, que son del Señor por ser las primeras, nadie debe consagrarlas. Ya sea un ternerito o un corderito, es del Señor.
27 Si se trata de un animal impuro, podrá ser rescatado según el precio que se le fije, más una quinta parte de ese precio. Pero si no es rescatado, podrá ser vendido en el precio fijado.
28 “Si alguien consagra al Señor parte de sus propiedades, ya sean personas, animales o terrenos heredados de su familia, nada de lo consagrado podrá ser vendido ni recuperado; todo lo consagrado será una cosa santísima dedicada al Señor.
29 Y tampoco podrá rescatarse a ninguna persona que haya sido destinada a la destrucción: tendrá que morir.
30 “La décima parte de los productos de la tierra, tanto de semillas como de árboles frutales, pertenece al Señor y está consagrada a él.
31 Si alguien quiere recuperar algo de esa décima parte, tendrá que pagar lo que valga, más una quinta parte.
32 “Uno de cada diez animales del ganado o del rebaño será consagrado al Señor como décima parte,
33 sin escoger los mejores ni los peores, ni cambiar uno por otro. En caso de hacer un cambio, tanto el primer animal como el animal dado a cambio quedarán consagrados y, por lo tanto, no podrán ser recuperados.”
34 Estos son los mandamientos que el Señor dio a Moisés para los israelitas, en el monte Sinaí.