1

1

Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beerí, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.

2 Comienzo de lo que habló Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria y engendra hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová.

3 Fue, pues, y tomó a Gómer, hija de Dibláyim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.

4 Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jizreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jizreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.

5 Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jizreel.

6 Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios a Oseas: Ponle por nombre Lo-ruhamá, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.

7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.

8 Después de haber destetado a Lo-ruhamá, concibió y dio a luz un hijo.

9 Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.

10 Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.

11 Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jizreel será grande.

2

1

Decid a vuestros hermanos: Ammí, y a vuestras hermanas: Ruhamá.

2 Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos;

3 no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed.

4 Y no tendré compasión de sus hijos, porque son hijos de prostitución.

5 Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.

6 Por tanto, he aquí que yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con un muro, y no hallará sus sendas.

7 Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora.

8 Pues ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ellos usaban para Baal.

9 Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez.

10 Y ahora descubriré yo su vergüenza delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.

11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus lunas nuevas, sus sábados y todas sus solemnidades.

12 Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y se las comerán las bestias del campo.

13 Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba con sus pendientes y sus joyas, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová.

14 Por eso, he aquí que yo la voy a seducir y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí responderé como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.

16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishí, y nunca más me llamarás Baalí.

17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.

18 En aquel tiempo haré en favor de ellos un pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; y quebraré arco y espada y guerra fuera de la tierra, y haré que reposen seguros.

19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en rectitud, justicia, amabilidad y compasión.

20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.

21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra.

22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jizreel.

23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhamá; y diré a Lo-ammí: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

3

1

Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, y, con todo, adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, mientras ellos se vuelven a dioses ajenos, y se deleitan en tortas de pasas.

2 La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada.

3 Y le dije: Tú me permanecerás aquí durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo.

4 Porque durante muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estela, sin efod y sin terafines.

5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y acudirán con temor a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

4

1

Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová tiene pleito con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

2 Perjuran, mienten, matan, hurtan, adulteran y oprimen, y se suceden homicidios tras homicidios.

3 Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán.

4 Que nadie entre en pleito ni reprenda a nadie, porque tu pueblo es como los que ponen pleito al sacerdote.

5 Tropezarás en pleno día, y tropezará también contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré.

6 Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

7 Conforme a su multitud, pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta.

8 Del pecado de mi pueblo comen, y hacia su maldad dirigen su avidez.

9 Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.

10 Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque se obstinaron en alejarse de Jehová.

11 Fornicación, vino y mosto quitan el juicio.

12 Mi pueblo pregunta a su ídolo de madera, y el leño le responde; porque un espíritu de fornicaciones lo ha descarriado, y dejaron a su Dios para fornicar.

13 Sobre las cimas de los montes sacrificaron, e incensaron sobre los collados, debajo de las encinas, álamos y terebintos que tienen grata sombra; por eso, vuestras hijas fornicarán, y adulterarán vuestras nueras.

14 No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras, y sacrifican con malas mujeres; y el pueblo, por no entender, perecerá.

15 Si fornicas tú, Israel, que al menos no peque Judá; y no entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-aven, ni juréis: Vive Jehová.

16 Porque se ha encabritado Israel como novilla indómita, ¿los apacentará ahora Jehová como a corderos en lugar espacioso?

17 Efraín está ligado a los ídolos; déjalo.

18 Cuando se les pasa la embriaguez, se dan a la fornicación; cambian la gloria por la ignominia.

19 El viento los envolverá en sus alas, y serán avergonzados de sus sacrificios.

5

1

Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque contra vosotros es el juicio, pues habéis sido un lazo en Mizpá, y una red tendida sobre el Tabor.

2 Los apóstatas se han hundido hasta lo profundo en la matanza; pero yo soy un correctivo para todos ellos.

3 Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.

4 No les permiten sus obras convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación hay dentro de ellos, y no conocen a Jehová.

5 La soberbia de Israel testifica contra él; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos.

6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos.

7 Han traicionado a Jehová, porque han engendrado hijos bastardos; ahora la luna nueva los consumirá a ellos y sus heredades.

8 Tocad el cuerno en Guibeá, la trompeta en Ramá; sonad alarma en Bet-aven; alerta, oh Benjamín.

9 Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hago saber cosa segura.

10 Los príncipes de Judá fueron como los que desplazan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.

11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque se complace en seguir su propia norma.

12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá.

13 Efraín ve su enfermedad, y Judá su llaga; acude entonces Efraín a Asiria, y envía mensaje a un rey vengador; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.

14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo mismo haré presa, y me iré; arrebataré, y no habrá quien liberte.

15

Voy a volverme de ellos a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

6

1

Venid y volvamos a Jehová; porque él ha desgarrado, y él nos curará; él hirió, y él nos vendará.

2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos levantará, y viviremos delante de él.

3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está fijada su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.

4 ¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece.

5 Por esta causa los he tajado por medio de los profetas, y los maté con las palabras de mi boca; y mi juicio saldrá como la luz.

6 Porque quiero misericordia, y no sacrificios; y conocimiento de Dios más que holocaustos.

7 Mas ellos, como hombres, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.

8 Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada de sangre.

9 Y como bandidos al acecho es la pandilla de sacerdotes que mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación.

10 En la casa de Israel he visto cosas espantosas; allí fornicó Efraín, y se contaminó Israel.

11 Para ti también, oh Judá, está preparada una cosecha, cuando yo haga volver a los cautivos de mi pueblo.

7

1

Mientras quería curar yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque practican mentira; y entra el ladrón mientras afuera saquean los bandidos.

2 Y no consideran en su corazón que tengo en memoria toda su maldad; ahora les rodean sus obras; delante de mí están.

3 Con su maldad recrean al rey, y a los príncipes con sus mentiras.

4 Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido por el hornero, que cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, y espera a que fermente.

5 En el día de nuestro rey los príncipes se hicieron enfermar con el ardor del vino; y él tendió su mano a los escarnecedores.

6 Aplicaron su corazón, semejante a un horno, a sus intrigas; toda la noche duerme su hornero; a la mañana está encendido como llama de fuego.

7 Todos ellos arden como un horno, y devoran a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien clame a mí.

8 Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín es como una torta a la que no se le ha dado vuelta.

9 Los extranjeros devoran su vigor sin que él se dé cuenta; se ha llenado de canas, y aún no se ha enterado.

10 Y la soberbia de Israel testifica contra él en su cara; y aun así no se volvieron a Jehová su Dios, ni lo buscan con todo eso.

11 Efraín es como una paloma incauta, sin entendimiento; llaman a Egipto, acuden a Asiria.

12 Mientras vayan, tenderé sobre ellos mi red; les haré caer como aves del cielo; les castigaré conforme a lo decretado contra sus maldades.

13 ¡Ay de ellos!, porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque se rebelaron contra mí; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí.

14 Y no claman a mí con su corazón cuando aúllan sobre sus almohadillas; sino que se congregan para el trigo y el mosto, y se rebelan contra mí.

15 Y aunque yo los adiestré y fortalecí sus brazos, maquinaron el mal contra mí.

16 Se vuelven, pero no hacia lo alto; son como arco engañoso; caerán sus príncipes a espada por la insolencia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto.

8

1

Pon trompeta a tu boca. Como un águila vigila sobre la casa de Jehová, porque quebrantaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley.

2 Me gritan: Dios mío, los de Israel te hemos conocido.

3 Pero Israel desechó el bien; el enemigo lo perseguirá.

4 Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos.

5 Yo rechazo tu becerro, oh Samaria; se encendió mi enojo contra ellos; ¿hasta cuándo estarán sin purificarse?

6 Porque de Israel es también éste, y un artífice lo hizo; no es Dios; por lo que será deshecho en pedazos el becerro de Samaria.

7 Porque sembraron viento, y segarán torbellino; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la llega a hacer, se la comerán extranjeros.

8 Devorado será Israel; pronto será entre las naciones como vasija de desecho.

9 Porque ellos acudieron a Asiria; el asno montés prefiere estar solo; pero Efraín alquiló amantes por salario.

10 Aunque los alquilen entre las naciones, ahora los juntaré, y serán afligidos un poco de tiempo bajo el peso del rey de los príncipes.

11 Porque Efraín multiplicó altares para pecar, altares que sólo le han servido para pecar.

12 Aunque yo haya escrito para él mis leyes a millares, se las tiene como cosa de un extraño.

13 Les gustan los sacrificios, ¡que los ofrezcan!; sacrifican carne, ¡que la coman!; no los acepta Jehová; ahora se acordará de su iniquidad, y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.

14 Pues Israel olvidó a su Hacedor, y edificó templos; y Judá multiplicó ciudades fortificadas; mas yo prenderé fuego a sus ciudades, el cual consumirá sus palacios.

9

1

No te alegres, oh Israel, no te regocijes como los demás pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo.

2 La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el mosto.

3 No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá Efraín a Egipto y a Asiria, donde comerán viandas inmundas.

4 No harán libaciones a Jehová, ni le presentarán sus sacrificios; como pan de enlutados será su alimento; todos los que coman de él serán inmundos; pues su pan será sólo para ellos; ese pan no entrará en la casa de Jehová.

5 ¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta de Jehová?

6 Porque he aquí que se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga heredará sus tesoros de plata, y en sus moradas crecerán los espinos.

7 Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución; Israel sabe que es necio el profeta, e insensato el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y de la grandeza de tu hostilidad.

8 El centinela de Efraín con su Dios, el profeta, halla en todos sus caminos el lazo del cazador; hostilidad en la casa de su Dios.

9 Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días de Guibeá; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal-peor, se dieron a la infamia, y se hicieron abominables como aquello que amaron.

11 La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones.

12 Y si llegan a hacerse grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!

13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza.

14 Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos.

15 Toda la maldad de ellos apareció en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales.

16 Efraín fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré el fruto deseado de su vientre.

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le escucharon; y andarán errantes entre las naciones.

10

1

Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto, multiplicó también los altares; conforme a la bondad de su tierra, más hermosas hacía las estelas.

2 Su corazón está dividido; mas ahora lo van a pagar; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.

3 Seguramente dirán ahora: No tenemos rey porque no temimos a Jehová; ¿y qué podría hacer ahora el rey por nosotros?

4 Han hablado meras palabras, jurando en vano al hacer pacto; por tanto, el castigo florecerá como ajenjo en los surcos del campo.

5 Por las becerras de Bet-aven serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo hará duelo por el becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, porque ha desaparecido.

6 También él será llevado a Asiria como presente al rey vengador; Efraín será avergonzado, e Israel se cubrirá de confusión a causa de su designio.

7 Fue cortada Samaria; su rey es como espuma sobre la superficie de las aguas.

8 Y serán destruidos los lugares altos de Aven, el pecado de Israel; espinos y cardos crecerán sobre sus altares. Entonces dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros.

9 Desde los días de Guibeá has pecado, oh Israel; allí tomaron posiciones; ¿no los alcanzará la batalla en Guibeá a estos hijos de iniquidad?

10 Yo voy a castigarlos, y los pueblos se reunirán contra ellos cuando yo los ate por su doble crimen.

11 Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz; unciré al carro a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob.

12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; roturad el barbecho, porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.

13 Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad y habéis comido fruto de mentira. Porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes;

14 por eso, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando la madre fue aplastada con los hijos.

15 Así haré a vosotros, casa de Dios, por causa de vuestra gran maldad; al rayar el alba, será del todo cortado el rey de Israel.

11

1

Cuando Israel era un niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.

2 Cuanto más los llamaba yo, tanto más se alejaban de mí; sacrificaban a los baales, y a los ídolos ofrecían sahumerios.

3 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole en brazos; y no conoció que yo le cuidaba.

4 Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que quitan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.

5 No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.

6 Caerá la espada sobre sus ciudades, y consumirá las barras de sus puertas; y ellos comerán del fruto de sus propios designios.

7 Entretanto, mi pueblo está obstinado en apartarse de mí, y aunque les exhortan a subir, nadie quiere levantarse.

8 ¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Cómo podré entregarte, oh Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Admá, o ponerte como a Zeboím? Mi corazón se revuelve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.

9 No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no vendré con ira.

10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá como un león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente.

11 Como un pájaro acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como una paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová.

12 Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de engaño. Judá aún es inconstante con su Dios, y con el Santo, que es fiel.

12

1

Efraín se apacienta de viento, y sigue al solano; todo el día multiplica mentiras y destrucción; porque hacen un pacto con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto.

2 También tiene Jehová pleito con Judá, y castigará a Jacob conforme a sus caminos; le pagará conforme a sus obras.

3 En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su fuerza luchó con un ser divino.

4 Luchó con el ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Betel le halló, y allí habló con nosotros.

5 Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su nombre.

6 Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y espera siempre en tu Dios.

7 En cuanto al mercader, tiene en su mano una balanza falsa; le gusta oprimir.

8 Efraín dijo: Ciertamente me he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará en mí iniquidad que sea pecado, en todos mis trabajos.

9 Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.

10 Y he hablado a los profetas, y multipliqué las visiones, y por medio de los profetas usé parábolas.

11 En Galaad todo es iniquidad y mentira; en Gilgal sacrifican a toros, y sus altares serán como montones en los surcos del campo.

12 Y Jacob huyó a tierra de Aram; Israel sirvió para adquirir mujer, y por adquirir mujer fue pastor.

13 Y por medio de un profeta, Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por medio de un profeta fue guardado.

14 Efraín ha provocado muy amargamente; por tanto, hará recaer sobre él su sangre, y su Señor le devolverá su ultraje.

13

1

Cuando Efraín hablaba, cundía el terror; se encumbró en Israel; mas cuando se hizo culpable por Baal, murió.

2 Y ahora añadieron más pecados, y de su plata se han hecho según su entendimiento imágenes de fundición, ídolos, todo ello obra de artífices, de los cuales dicen: Los que sacrifican hombres, besan a los becerros.

3 Por tanto, serán como la niebla de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa; como el tamo que el viento se lleva de la era, y como el humo que sale por la ventana.

4 Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; y no conoces otro dios fuera de mí, y fuera de mí no hay salvador.

5 Yo te conocí en el desierto, en tierra de gran sequedad.

6 Cuando eran apacentados se saciaron; se saciaron y se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.

7 Por tanto, yo seré para ellos como un león; como un leopardo los acecharé en el camino.

8 Como osa que ha perdido los hijos los encontraré, y desgarraré las fibras de su corazón, y allí los devoraré como una leona; la fiera del campo los despedazará.

9 Tu destrucción, oh Israel, es obra de tu rebelión contra mí, que soy tu ayuda.

10 ¿Dónde está ahora tu rey, para que te guarde en todas tus ciudades; y tus jueces, de los cuales dijiste: Dame rey y príncipes?

11 Te di rey en mi furor, y te lo quité en mi ira.

12 Cerrada en saco está la maldad de Efraín; su pecado está guardado en lugar seguro.

13 Dolores de mujer que da a luz le sobrevendrán; es un hijo insensato, porque ya es tiempo en que no debiera detenerse al punto mismo de nacer.

14 Los redimiré de la mano del Seol; los libraré de la muerte. ¿Dónde, oh muerte, tus plagas? ¿Dónde, oh Seol, tu destrucción? ¡Que el arrepentimiento se oculte de mis ojos!

15 Pues aunque él fructifique entre las cañas, vendrá el solano, el viento de Jehová que se levantará desde el desierto; y se secará su manantial, y se agotará su fuente; él saqueará el tesoro de todos sus preciosos utensilios.

16 Samaria llevará su culpa, porque se rebeló contra su Dios; caerán a espada; sus niños serán estrellados, y sus mujeres encintas serán reventadas.

14

1

Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque es tu pecado el que te ha hecho tropezar.

2 Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta lo que es bueno, y te ofreceremos en vez de terneros la ofrenda de nuestros labios.

3 No nos salvará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti halla compasión el huérfano.

4 Yo sanaré su apostasía, los amaré de buen grado; porque mi ira se apartó de ellos.

5 Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.

6 Se extenderán sus ramas, y será su belleza como la del olivo, y su fragancia como el Líbano.

7 Los que habitan a su sombra, volverán a hacer crecer el trigo, y florecerán como la vid; su aroma será como de vino del Líbano.

8 Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya que ver con los ídolos? Yo le atenderé, y miraré por él; yo soy como un ciprés frondoso; de mí será hallado tu fruto.

9 El que sea sabio, comprenda estas cosas, el que es prudente las entienda. Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los transgresores tropezarán en ellos.