1 Creación (Reseña sintética) En el principio(a) creó Dios el cielo y la tierra.
2 Pero la tierra estaba desierta e informe; y tinieblas, sobre la faz del abismo; y el Espíritu de Dios flotando(b) sobre la faz de las aguas.
3 Y dijo Dios:(c) «Hágase luz»; e hízose luz.
4 Y vio Dios la luz que(d) bella. Y dividió Dios por entre la luz y por entre las tinieblas.
5 Y llamó Dios la luz «día», y las tinieblas llamó «noche». E hízose tarde e hízose mañana: día uno.(e)
6 Y dijo Dios: «Hágase firmamento(f) en medio de las aguas, y esté dividiendo por entre aguas y aguas». E hízose así.
7 E hizo Dios el firmamento; y dividió Dios por entre las aguas que estaban por debajo del firmamento, y por entre las aguas, las por sobre el firmamento.
8 Y llamó Dios el firmamento «cielo». Y vio Dios que(g) bello. E hízose tarde, e hízose mañana: día segundo.
9 Y dijo Dios: «Congréguense las aguas las por debajo del cielo en congregación una, y aparezca la seca». E hízose así. Y congregáronse las aguas las por debajo del cielo en las congregaciones de ella; y apareció la seca.
10 Y llamó Dios la seca «tierra», y las juntas de las aguas llamó «mares». Y vio Dios que bello.
11 Y dijo Dios: «Brote la tierra planta: hierba semillando semilla según género y según semejanza; y leño fructífero, haciendo fruto; del cual la semilla de él en él, según género y según semejanza». E hízose así.
12 Y produjo la tierra planta: hierba semillando semilla según género y semejanza; y leño fructífero, haciendo fruto; del cual la semilla de él, según género y semejanza, sobre la tierra.
13 Y vio Dios que bello. E hízose tarde, e hízose mañana: día tercero.
14 Y dijo Dios: «Háganse lumbreras en el firmamento del cielo para iluminación sobre la tierra, para dividir por entre el día y por entre la noche; y sean para señales, y para sazones, y para días y para años.
15 Y estén para iluminación en el firmamento del cielo, para lucir sobre la tierra». E hízose así.
16 E hizo Dios las dos lumbreras las grandes: la lumbrera la grande para principados del día; y la lumbrera la menor para principados de la noche; y las estrellas.
17 Y púsolas Dios en el firmamento del cielo para lucir sobre la tierra;
18 y principar al día y a la noche, y dividir por entre la luz y por entre las tinieblas. Y vio Dios que bello.
19 E hízose tarde, e hízose mañana: día cuarto.
20 Y dijo Dios: «Produzcan las aguas reptiles de almas vivientes y volátiles volando sobre la tierra por el firmamento del cielo». E hízose así.
21 E hizo Dios los cetáceos los grandes y toda alma de vivientes reptiles, que produjeron las aguas según el género de ellos; y todo volátil alado, según género. Y vio Dios que bellos.
22 Y bendíjoles Dios, diciendo: «Creced y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares; y los volátiles multiplíquense sobre la tierra».
23 E hízose tarde, e hízose mañana: día quinto.
24 Y dijo Dios: «Produzca la tierra alma viviente, según género: cuadrúpedos y reptiles y bestias de la tierra, según género». E hízose así.
25 E hizo Dios las bestias de la tierra, según género, y ganado y todos los reptiles de la tierra, según género. Y vio Dios que bellos.
26 Y dijo Dios: «Hagamos hombre según imagen nuestra y según semejanza; y principe a los peces de la mar, y a los volátiles del cielo, y al ganado, y a toda la tierra, y a todos los reptiles los que reptan sobre la tierra.»
27 E hizo Dios al hombre; según imagen de Dios hízole; macho y hembra hízoles.
28 Y bendíjoles Dios, diciendo: «Creced y llenad la tierra, y enseñoreaos de ella y principad a los peces del mar, y a los volátiles del cielo, y a todo ganado, y a toda la tierra y a todos los reptiles que reptan sobre la tierra».
29 Y dijo Dios: «He aquí os he dado toda hierba sembradera, semillando semilla que hay sobre la faz de toda la tierra; y todo leño que tiene en sí fruto de semilla sembradera para vosotros será en comida;
30 y para todas las bestias de la tierra y todo reptil el que repta sobre la tierra, que tiene en sí alma de vida; y toda hierba verde en comida». E hízose así.
31 Y viólo Dios todo cuanto había hecho; y he aquí, bello sobre manera. E hízose tarde, e hízose mañana: día sexto.
1 Santifica Dios el día séptimo Y consumados fueron el cielo y la tierra y todo el ornato de ello.
2 Y consumó Dios en el día el sexto las obras suyas que hizo; y reposó el día el séptimo de todas las obras suyas que hizo.
3 Y bendijo Dios el día el séptimo y santificóle, porque en él cesó de todas las obras suyas que empezó Dios a hacer.
4 Este, el libro de la génesis de cielo y tierra, cuando fueron creados, el día que hizo Señor Dios el cielo y la tierra.
5 Y todo lo verde(a) de campo aún no había sobre la tierra; y toda hierba de campo aún no había brotado,(b) pues no había llovido Dios sobre la tierra; y hombre no había para trabajarla.
6 Y niebla ascendía de la tierra, regaba toda la faz de la tierra.
7 Y plasmó Dios al hombre, polvo de la tierra. E inspiró en su faz soplo de vida, y vino a ser el hombre en alma viviente.
8 Y plantó Dios un huerto en Edén(c) hacia el oriente, y puso allí al hombre, que plasmó.
9 Y produjo Dios todavía, de la tierra, todo leño gracioso de ver y bello de comer; y el leño de la vida en medio del paraíso, y el leño de ver lo cognoscible de bello y malo.(d)
10 Y río sale de Edén a regar el paraíso; de allí se parte en cuatro cabezas.(e)
11 Nombre del uno: Fisón; éste, el que rodea toda la tierra de Evilat: allí donde está el oro;
12 y el oro de aquella tierra, bello; y allí está el rubí y la piedra de ónice.
13 Y el nombre del río el segundo: Gehón; éste, el que rodea toda la tierra de Etiopía.
14 Y el río el tercero: Tigris; éste, el que avanza frente por frente de Asiria. Y el río, el cuarto, éste: Eufrates.
15 Y tomó Señor Dios el hombre que plasmó, y púsole en el paraíso de las delicias a trabajar y guardar.
16 Y mandó Señor Dios a Adán,(f) diciendo: «De todo leño el en el paraíso,(g) para alimento, comerás.
17 Del leño, empero, del conocer bello y malo, no comáis de él; y el día que comiereis de él, de muerte moriréis».
18 Y dijo Señor Dios: «No bello, estar el hombre solo: hagámosle auxiliador conforme a él».
19 Y plasmó Dios todavía, de la tierra, todas las bestias del campo y todos los volátiles del cielo,(h) y trájolos a Adán, a ver cómo los llamaba; y todo lo que llamara Adán alma viviente, éste(i) su nombre.
20 Y llamó Adán nombres para todo ganado y todos los volátiles del cielo y todas las bestias del campo; pero para Adán no se halló auxiliador semejante a él.
21 Y lanzó Dios éxtasis sobre Adán y durmióse; y tomó una de sus costillas y rellenó carne en lugar de ella.
22 Y edificó Dios la costilla que tomó de Adán en mujer,(j) y trájola a Adán.
23 Y dijo Adán: «Esto ahora,(k) hueso de los huesos míos, y carne de la carne mía; ésta llamaráse «varona», porque de varón tomada ha sido.
24 Por esto abandonará hombre al padre de él y a la madre; y conglutinaráse con su mujer, y serán dos para en carne una».
25 (2:24) Y estaban los dos desnudos, así Adán como su mujer, y no se ruborizaban.(l)
1 Caída Pero la serpiente era el más sagaz de todos los vivientes los sobre la tierra, que hizo Señor Dios. Y dijo la serpiente a la mujer: «¿Pues qué? ha dicho Dios: «No comáis, no, de todo leño del paraíso»?
2 Y dijo la mujer a la serpiente: «Del fruto del leño del paraíso hemos de comer;
3 pero del fruto del leño que está en el medio del paraíso, dijo Dios: «No comeréis de él ni lo toquéis, no; para que no muráis».
4 Y dijo la serpiente a la mujer: «No de muerte moriréis;
5 pues sabía Dios que el día que comiereis de él, se abrirán los ojos vuestros y seréis como dioses conociendo bello y malo».
6 Y vio la mujer qué bello es el leño de comer, y qué agradable a los ojos de ver y qué gracioso de contemplar:(a) y tomando el fruto de él, comió; y dio también al varón de ella, con ella, y comió.
7 Y abriéronse los ojos de los dos, y conocieron que desnudos estaban; y cosieron hojas de higuera, e hiciéronse cinturones.
8 Y oyeron la voz de Señor Dios paseándose en el paraíso a la tarde, y ocultáronse y Adán y su mujer a faz de Dios en medio del leño del paraíso.
9 Y llamó Dios a Adán y díjole: «Adán, ¿dónde estás?».
10 Y díjole: «La voz tuya he oído paseándote en el paraíso, y temí(b) porque desnudo estoy, y me oculté».
11 Y díjole Dios: «¿Quién te ha significado que desnudo estás, sino que, del leño, del que te mandé: de éste sólo no comer —de él has comido?»
12 Y dijo Adán: «La mujer que has dado(c) conmigo, ésta me ha dado del leño y he comido».
13 Y dijo Señor Dios a la mujer: «¿Qué, esto has hecho?». Y dijo la mujer: «La serpiente engañóme, y comí».
14 Y dijo Señor Dios a la serpiente: «Porque esto has hecho, maldita tú delante de todo el ganado y delante de todas las bestias las sobre la tierra; sobre el pecho tuyo y el vientre andarás y tierra comerás todos los días de tu vida.(d)
15 Y enemistad pondré entre ti y entre la mujer; y entre la simiente tuya y entre la simiente de ella: ella(e) te quebrantará la cabeza, y tú le quebrantarás el calcañar».
16 Y a la mujer dijo: «Multiplicando multiplicaré los dolores tuyos y el gemido(f) tuyo: en dolores parirás hijos, y hacia tu marido, tu conversión, y él te dominará».
17 Y a Adán dijo: «Porque has escuchado la voz de tu mujer y comido del leño, del cual te mandé —de él sólo no comer— de él has comido, maldita la tierra en tus obras: en dolores comerás de ella todos los días de tu vida.
18 Espinas y cardos te brotará, y comerás la hierba del campo.
19 En sudor de tu rostro comerás tu pan, hasta que vuelvas a la tierra de que se te tomó; que tierra eres y a tierra te irás».
20 Y llamó Adán el nombre de su mujer «Eva»;(g) por ser madre de todos los vivientes.
21 E hizo Dios a Adán y a su mujer túnicas pelíceas, y vistióles.
22 Y dijo Dios: «He aquí Adán hecho está cual uno de entre nosotros para conocer bello y malo.(h) Y ahora no sea que extienda su mano y coja del árbol de la vida, y viva por el siglo.(i)»
23 Y envióle Señor Dios fuera del paraíso de las delicias a trabajar la tierra; de que se le tomó.
24 Y echó fuera a Adán y le aposentó frente a frente del paraíso de las delicias; y ordenó a los querubines y la llameante espada la que se volvía,(j) a guardar el camino del leño de la vida.
1 Caín y Abel Y Adán conoció a Eva su mujer, y concibió y parió a Caín. Y dijo: «Adquirí(a) hombre por Dios».
2 Y volvió a parir, al hermano suyo: Abel. E hízose Abel pastor de ovejas; y Caín estaba trabajando la tierra.
3 Y aconteció después de días, ofrecer Caín de los frutos de la tierra sacrificio al Señor;
4 y Abel ofreció también él de los primogénitos de sus ovejas y de las grosuras de ellas; y miró Dios a Abel y sus dones;
5 pero a Caín y a sus sacrificios no atendió. Y entristecióse Caín sobremanera, y decayó su rostro.
6 Y dijo Señor Dios a Caín: «¿Por qué en torno triste te has puesto, y por qué ha decaído tu rostro?
7 Si rectamente hubieres ofrecido, pero rectamente no determinado ¿no has pecado? Tranquilízate: hacia ti la conversión de él;(b) y tú imperarásle».
8 Y dijo Caín a Abel su hermano: «Pasemos a la llanura». Y aconteció, estando ellos en la llanura, alzóse Caín contra Abel, su hermano, y matóle.
9 Y dijo Señor Dios a Caín: «¿Dónde está Abel el hermano tuyo?». Y dijo: «No sé; ¿acaso guarda de mi hermano soy yo?».
10 Y dijo Señor: «¿Qué has hecho? Voz de sangre del hermano tuyo clama a mí de la tierra.
11 Y ahora maldito tú de la tierra que ha abierto su boca para recibir la sangre de tu hermano, de la mano tuya.
12 Cuando trabajares la tierra, tampoco prestará su fuerza para darte:(c) gimiendo y temblando estarás sobre la tierra».
13 Y dijo Caín a Señor Dios: «Mayor mi culpa que para que se me perdone.
14 Si me lanzas hoy de faz de la tierra;(d) y de la faz tuya he de ocultarme(e) y estar gimiendo y temblando sobre la tierra; también todo el que me encuentre,(f) mataráme».
15 Y díjole Señor Dios: «No así; quienquiera que matare a Caín, siete veces(g) lo que agraviare, pagará». Y puso Señor Dios señal(h) a Caín, para que no le arrebatase todo el que le hallase.
16 Y salió Caín de faz del Señor y habitó en tierra de Naíd,(i) frente a frente del Edén.
17 Y conoció Caín a su mujer, y concibió y parió a Henoc. Y había edificado ciudad; y llamó la ciudad, por el nombre de su hijo «Henoc».
18 Y nació a Henoc, Irad; e Irad engendró a Maviael; y Maviael engendró a Matusalén; y Matusalén engendró a Lamec.
19 Y tomóse Lamec dos mujeres: nombre de una: Adá, y nombre de la segunda: Selá.
20 Y parió Adá a Jabel; éste fue el padre de los que habitan en tiendas, ganaderas.
21 Y nombre de su hermano: Jubal; éste fue el que descubrió salterio y cítara.
22 Y Selá parió, también ella, a Tubalcaín; éste fue forjador broncero de bronce y fierro. (Y hermana de Tubalcaín, Noema).(j)
23 Y dijo Lamec a sus mujeres: «Adá y Selá, oíd mi voz; mujeres de Lamec, escuchad mis palabras: que varón me maté(k) por herida, y jovencillo por cardenal;
24 porque siete veces se ha vindicado a Caín, pero a Lamec setenta veces siete».
25 Y conoció Adán a Eva su mujer, y concibió y parió hijo. Y denominó el nombre de él: Set,(l) diciendo: «Pues me suscitó Dios simiente(m) otra en lugar de Abel; a quien mató Caín».
26 Y a Set nació hijo y denominó su nombre: Enós; éste esperó(n) que se invocara nombre de Señor Dios.
1 Genealogías Este, el libro de generación de Adán. El día que creó Dios a Adán, a imagen de Dios hízole;
2 macho y hembra creóles, y bendíjoles. Y denominó el nombre de ellos Adán, el día que les creó.
3 Y vivió Adán ciento treinta años y engendró a su imagen y a su semejanza y denominó su nombre Set.
4 Y llegaron a ser los días de Adán, después que engendró a Set, ochocientos años; y engendró hijos e hijas.
5 Y llegaron a ser todos los días de Adán los que vivió, novecientos treinta años; y murió.
6 Y vivió Set ciento cinco años y engendró a Enós.
7 Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años y engendró hijos e hijas.
8 Y llegaron a ser todos los días de Set novecientos doce años; y murió.
9 Y vivió Enós noventa años y engendró a Cainán.
10 Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años; y engendró hijos e hijas.
11 Y llegaron a ser todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.
12 Y vivió Cainán setenta años y engendró a Malaleel.
13 Y vivió Cainán, después que engendró a Malaleel, ochocientos cuarenta años; y engendró hijos e hijas.
14 Y llegaron a ser todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió.
15 Y vivió Malaleel setenta y cinco años y engendró a Jared.
16 Y vivió Malaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años; y engendró hijos e hijas.
17 Y llegaron a ser todos los días de Malaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.
18 Y vivió Jared ciento sesenta y dos años y engendró a Henoc.
19 Y vivió Jared, después que engendró a Henoc, ochocientos años; y engendró hijos e hijas.
20 Y llegaron a ser todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.
21 Y Henoc vivió sesenta y cinco años y engendró a Matusalén.
22 Y complació Henoc a Dios; y vivió, después que engendró a Matusalén, trescientos años; y engendró hijos e hijas.
23 Y llegaron a ser todos los días de Henoc trescientos sesenta y cinco años.
24 Y complació Henoc a Dios; y no fue hallado por esto: porque trasladóle Dios.(a)
25 Y vivió Matusalén ciento ochenta y siete años y engendró a Lamec.
26 Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años; y engendró hijos e hijas.
27 Y llegaron a ser todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió.
28 Y vivió Lamec ciento ochenta y dos años y engendró hijo.
29 Y denominó su nombre Noé,(b) diciendo: «Este nos aliviará de las obras nuestras, y de las aflicciones de las manos nuestras y de la tierra a quien maldijo Dios».
30 Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años; y engendró hijos e hijas.
31 Y llegaron a ser todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.
32 (5:31) Y era Noé de quinientos años y engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
1 Noé Y aconteció, cuando principiaron los hombres a hacerse muchos sobre la tierra, que hijas(a) les nacieron;
2 y, viendo los hijos de Dios(b) a las hijas de los hombres ser bellas,(c) tomáronse cónyuges de entre todas las que eligieran.
3 Y dijo Dios: «No permanecerá, no, mi espíritu en estos hombres por el siglo,(d) por ser ellos carne; y serán los días de ellos ciento veinte años».
4 Y los gigantes estaban sobre la tierra en aquellos días;(e) y, también después entraron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les parieron; éstos son los potentes, los desde el siglo, los hombres los renombrados.
5 Y, viendo Dios que se habían multiplicado las malicias de los hombres sobre la tierra, y cada cual pensaba en su corazón empeñosamente lo malo todos los días;
6 arrepintióse Dios de haber hecho al hombre sobre la tierra; y se entristeció en su corazón.
7 Y dijo Dios: «Borraré al hombre, que creé, de faz de la tierra, desde el hombre, al ganado; y desde los reptiles a los volátiles del cielo; que me pesa haberlos creado»(f).
8 Pero Noé halló gracia en los ojos de Dios.
9 Y éstas, las génesis(g) de Noé, hombre justo; perfecto siendo en sus generaciones; a Dios complació Noé.
10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y Jafet.
11 Y perdióse la tierra a faz de Dios; y llenóse la tierra de iniquidad.
12 Y vio Dios la tierra; y estaba perdida; que perdido había toda carne en su camino sobre la tierra.
13 Y dijo Dios a Noé: «Fin de toda carne ha llegado a faz mía,(h) que llena está la tierra de iniquidad de ellos; y he aquí yo perderé a ellos y la tierra.
14 Hazte un arca de maderos pulidos;(i) alcobas y alcobas harás el arca, y asfaltarásla por dentro y por fuera con asfalto.
15 Y así harás el arca: de trescientos codos, el largo del arca; de cincuenta codos el ancho, y de treinta codos, el alto de ella.
16 Abertura en el arca harás y en un codo terminarás la terminación de ella;(j) y la puerta del arca harás a los lados; de piso inferior, segundo y tercero la harás.
17 Y yo he aquí traigo aguas de diluvio sobre la tierra, para perder toda carne en que hay, en ella, aliento de vida debajo del cielo; y cuanto hubiere sobre la tierra, acabará.
18 Y pondré mi alianza contigo; y entrarás en el arca, tú, y tus hijos y tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
19 Y de todo ganado, y de todos reptiles, y de todas fieras y de toda carne, dos y dos, macho y hembra serán.
20 De todos los volátiles, según género; y de todo ganado, según género; y de todo reptil de la tierra según género, dos y dos de todos entrarán a ti, para alimentarse contigo, macho y hembra.
21 Y tú te tomarás de toda vitualla que coméis, y juntarás contigo y será para ti y aquellos para comer».
22 E hizo Noé todo cuanto le mandó Dios; así hizo.
1 El diluvio Y dijo Señor Dios a Noé: «Entra tú y toda tu casa en el arca; pues a ti vi justo a faz mía en esta generación.
2 Y del ganado del puro entra contigo siete y siete,(a) macho y hembra; pero de los no puros dos y dos, macho y hembra;
3 y de los volátiles del cielo(b) siete y siete, macho y hembra; para conservar simiente sobre la faz de toda la tierra.
4 Pues aún días siete, y traigo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y borraré todo ser que hice, de la faz de la tierra».
5 E hizo Noé todo cuanto le había mandado el Señor.
6 Y Noé era de seiscientos años, y el diluvio fue sobre la tierra.
7 Y entró Noé, y sus hijos, y su mujer y las mujeres de sus hijos con él, en el arca por el agua del diluvio.
8 Y de los animales puros y no puros, y de los volátiles, y de todo lo que repta sobre la tierra;
9 dos y dos entraron a Noé en el arca, macho y hembra, así como había mandado el Señor a Noé.
10 Y sobrevino, después de los siete días, que las aguas del diluvio sobrevinieron a la tierra.
11 En el sexcentésimo año de la vida de Noé, el mes segundo, el séptimo día del mes; en este día rompiéronse todas las fuentes del hondo abismo, y las cataratas del cielo abriéronse;
12 y sobrevino la lluvia a la tierra cuarenta días y cuarenta noches.
13 En este mismo día entró Noé, Sem, Cam y Jafet, sus hijos, su mujer y las tres mujeres de sus hijos con él en el arca.
14 Y todas las fieras, según su género; y todo ganado, según género; y todo reptil que se mueve sobre la tierra, según su género; y todo volátil, según su género: todo lo alado, todo lo plúmeo;
15 llegáronse a Noé; al arca, dos y dos, macho y hembra, de toda carne en que hay aliento de vida.
16 Y los que se llegaron, macho y hembra de toda carne, entraron, así como había mandado Dios a Noé; y cerró el Señor el arca por de fuera de él.
17 Y sobrevino el diluvio a la tierra cuarenta días; y multiplicáronse las aguas y alzaron el arca, y remontóse de sobre la tierra.
18 Y prevalecían las aguas y multiplicábanse impetuosamente sobre la tierra; y flotaba el arca por sobre las aguas.
19 Y las aguas prevalecían impetuosamente impetuosas sobre la tierra, y cubrieron todos los montes, los erguidos que hay debajo de todo el cielo.
20 Quince codos por encima remontáronse las aguas.
21 Y pereció toda carne que se mueve sobre la tierra; de todos los volátiles, y del ganado, y de las fieras, y todo reptil que se mueve sobre la tierra; y todo hombre.
22 Y todo cuanto tiene aliento de vida, y todo lo que estaba sobre la seca, murió.
23 Y borró todo ser que había sobre la faz de la tierra, de hombre a ganado, a reptiles y a volátiles del cielo; y borrados fueron de la tierra; y quedó sólo Noé y los con él en el arca.
24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.
1 Fin del diluvio Y acordóse Dios de Noé, y de todas las fieras y de todo el ganado que estaban, con él en el arca, y trajo viento sobre la tierra, y cesaron las aguas.
2 Y cerráronse las fuentes del abismo y las cataratas del cielo; y detenida fue la lluvia del cielo;
3 y retirábanse las aguas yéndose de la tierra, y disminuyeron después de ciento cincuenta días.(a)
4 Y asentóse el arca en el mes séptimo, el día vigésimo séptimo del mes, sobre los montes de Ararat.
5 Y las aguas, yéndose, disminuyeron hasta el décimo mes, y en el décimo(b) mes, el primero del mes, aparecieron las cimas de los montes.
6 Y aconteció después de cuarenta días abrir Noé la ventana del arca que había hecho;
7 y envió el cuervo;(c) que saliendo no volvió(d) hasta que se secaron las aguas sobre la tierra.
8 Y envió la paloma de sí, para ver si habían cesado las aguas sobre la faz de la tierra.
9 Y no hallando la paloma reposo para sus pies,(e) volvió a él al arca, porque agua había sobre la faz de toda la tierra; y, extendiendo su mano, cogióla y entróla en el arca.
10 Y aguardando todavía siete días más, de nuevo envió la paloma.
11 Y volvió a él la paloma hacia la tarde y tenía una hoja de olivo cogida en su boca. Y conoció Noé que habían cesado las aguas sobre la tierra.
12 Y, aguardando todavía siete días más, de nuevo envió la paloma; y no hubo de volver a él ya.
13 Y aconteció en el sexcentésimo primer año(f), el primer mes, el primer día del mes, haberse secado las aguas sobre la tierra; y, abrió Noé el techo del arca, y vio que se habían secado las aguas de la faz de la tierra.
14 Y en el mes segundo, el séptimo y vigésimo día del mes del todo seca estaba la tierra.
15 Y habló Dios a Noé, diciendo:
16 «Sal del arca tú y tu mujer, y tus hijos y las mujeres de tus hijos, contigo.
17 Y todos los animales que están contigo, de toda carne, de volátiles a ganado y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra, saca contigo y esparcíos sobre la tierra; creced y multiplicaos sobre la tierra».
18 Y salió Noé y su mujer, y sus hijos y las mujeres de sus hijos con él;
19 y todas las fieras, ganado y reptiles que se mueven sobre la tierra, según su género, salieron del arca.
20 Y edificó Noé altar al Señor, y tomó de todo ganado y volátiles puros, y ofreció holocaustos sobre el altar.
21 Y olió Dios olor de suavidad y dijo Dios pensando:(g) «No volveré ya a maldecir la tierra por los hombres; que yace el pensamiento solícitamente sobre lo malo desde su adolescencia. No volveré, pues, a percutir a toda carne viviente, tal como lo hice.
22 Todos los días de la tierra, simiente y mies, frío y calor, noche y día no reposarán».
1 Noé después del diluvio. Dios le bendice. Alianza de Dios con Noé Y bendijo Dios a Noé y sus hijos, y díjoles: «Creced y multiplicaos y llenad la tierra(a).
2 Y vuestro temor y terror será sobre todos los animales de la tierra, y sobre los volátiles del cielo; y todo lo que se mueve sobre la tierra y todos los peces de la mar bajo vuestras manos dados están.
3 Y todo lo que se mueve y vive seráos comida: cual hortalizas verdes os he dado todo.
4 Sólo que carne en su sangre(b) no comeréis.
5 Sólo que la sangre vuestra de vuestras almas exigiré: de mano de todas las fieras exigiréla; y de mano de hombre; de mano de cada cual exigiré la vida del hermano suyo;
6 quien derramare sangre de hombre, por hombres será derramada su sangre; que a imagen de Dios ha sido hecho el hombre.
7 Y vosotros creced y multiplicaos, y extendeos por la tierra y llenadla.
8 Y dijo Dios a Noé, y a sus hijos con él, diciendo:
9 «He aquí yo estatuyo mi pacto con vosotros y con vuestra simiente, después de vosotros,
10 y con toda alma viviente con vosotros, en volátiles, y en ganado, y en todas las fieras.
11 Y estableceré mi pacto con vosotros: que no perecerá toda carne ya, por las aguas del diluvio, y no habrá ya diluvio de aguas para perder la tierra».
12 Y dijo Dios: «Esta la señal del pacto que yo doy entre mí y vosotros, para generaciones sempiternas:
13 mi arco pondré en la nube, y será para señal del pacto entre mí y la tierra.
14 Y será: nublando yo con nubes la tierra, aparecerá el arco mío en la nube,
15 y recordaré el pacto mío con vos y toda alma viviente en toda carne.
16 Y estará el arco mío en la nube y le veré, para recordar pacto sempiterno entre mí y toda alma viviente en toda carne que hay sobre la tierra».
17 Y dijo Dios a Noé: «Esta es la señal del pacto que he pactado entre mí y toda carne que hay sobre la tierra».(c)
18 Y eran los hijos de Noé que salieron del arca: Sem, Cam y Jafet; (Cam era padre de Canaán).
19 Estos tres son los hijos de Noé; de éstos poblóse toda la tierra.
20 Y empezó Noé como hombre agrícola de la tierra, y plantó viña.
21 Y bebió del vino, y embriagóse y desnudóse en su casa.
22 Y vio Cam, el padre de Canaán, la desnudez de su padre, y saliendo, anunciólo a sus dos hermanos fuera.
23 Y, cogiendo Sem y Jafet la vestidura, pusiéronla sobre sus hombros, y caminaron, mirando hacia atrás, y cubrieron la desnudez de su padre.
24 Y despertó Noé del vino, y conoció cuanto le había hecho su hijo menor.
25 Y dijo: «Maldito Canaán:(d) siervo de siervos(e) será a sus hermanos».
26 «Bendito, Señor, el Dios de Sem, y será Canaán siervo suyo.
27 Dilate Dios a Jafet, y habite(f) en las casas de Sem, y hágase Canaán siervo suyo».(g)
28 Y vivió Noé, después del diluvio, trescientos cincuenta años;
29 y llegaron a ser todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.
1 Genealogías de los hijos de Noé Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet.
2 Hijos de Jafet: Gomer, y Magog, y Madai, y Javán, y Tubal, y Mosoc y Tiras.
3 E hijos de Gomer: Ascenez, y Rifat y Togorma.
4 E hijos de Javán: Elisa, y Tarsis, Cetim y Dodanim.
5 De éstos dividiéronse las islas(a) de las gentes en la tierra de ellos; cada cual según su lengua y sus familias en las gentes de ellos.
6 E hijos de Cam: Cus, y Mesraím, y Fut, y Canaán.
7 Hijos de Cus: Sabá, y Hevila y Sabata, y Regmá, y Sabatacá. Hijos de Regmá: Sabá y Dadán.
8 Y Cus engendró a Nemrod; éste comenzó a ser gigante sobre la tierra.
9 Este era gigante cazador a faz de Señor(b) Por esto dirán: «Cual Nemrod gigante cazador a faz de Señor».
10 E hízose principio de su reino Babilonia, y Arac, y Acad y Calanne en la tierra de Sennaar.
11 De aquella tierra salió a Asur, y edificó a Nínive y Roboot ciudad y Calé,
12 y a Resén entre Nínive y Calé; ésta, la ciudad la grande(c)
13 Y Mesraím engendró a los ludim, y anamim, y laabim,
14 y fetruim y casluim; de donde salieron los filisteos y los caftorim.
15 Y Canaán engendró a Sidón, su primogénito y al heteo,
16 y al jebuseo y amorreo y gergeseo,
17 y heveo, y araceo y sineo,
18 y aradio y samareo, y amateo. Y después de esto disemináronse los pueblos de los cananeos.
19 Y fueron hechos los límites de los cananeos, desde Sidón hasta llegar a Gerar y Gaza; hasta llegar a Sodoma, y Gomorra, y Adamá y Seboím; hasta Lesá.
20 Estos son los hijos de Cam según sus tribus; según sus lenguas; en sus regiones y en sus gentes.
21 Y a Sem también le nacieron,(d) al padre de todos los hijos de Heber, al hermano de Jafet el mayor.
22 Hijos de Sem: Elam y Asur y Arfaxad y Sud y Aram.
23 Hijos de Aram: Us y Hul y Geter y Mes.
24 Y Arfaxad engendró a Salé y Salé engendró a Heber.
25 Y nacieron a Heber dos hijos: nombre del uno, Faleg,(e) porque en sus días se dividió la tierra; y nombre de su hermano, Jectán.
26 Y Jectán engendró a Elmodad, y Salef, y Asarmot y Jaré,
27 y Adurám, y Uzal, y Declá,
28 y Ebal, y Abimael, y Sabá,
29 y Ofir, y Hevilá, y Jobab; todos estos, hijos de Jectán.
30 Y fue hecha la habitación de ellos, desde Mesá hasta llegar a Sefar, monte oriental.
31 Estos, hijos de Sem, según sus tribus, según sus lenguas; en sus regiones y en sus gentes.
32 Estas, las tribus de Noé, según sus generaciones, en sus gentes; y de éstos se diseminaron las gentes por la tierra, después del diluvio.
1 Babel, y genealogías de Sem Y era toda la tierra labio uno, y voz una de todos.
2 Y aconteció, al moverse ellos de oriente, hallaron llanura en tierra de Sennaar, y habitaron allí.
3 Y dijo hombre al vecino: «Venid: fabriquemos ladrillos, y cozámoslos a fuego». Y llególes a ser el ladrillo piedra; y el asfalto les fue argamasa.
4 Y dijeron: «Venid; edifiquémonos ciudad y torre, cuya cumbre llegará al cielo; y haremos el nombre(a) nuestro, antes de dispersarnos por la faz de toda la tierra».
5 Y descendió Señor a ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres; y dijo:
6 «He aquí linaje uno, y labio uno de todos; y esto han principiado a hacer, y no desistirán por sí de todo cuanto han intentado hacer.
7 Venid: descendamos y confundamos allí su lengua para que no oigan cada cual la voz del vecino».
8 Y dispersóles Señor de allí por la faz de toda la tierra; y cesaron de edificar la ciudad.
9 Y por esto fue llamado el nombre de ella Babel,(b) porque allí confundió Señor los labios de toda la tierra; y de allí dispersóles Señor por la faz de toda la tierra.
10 Y estas, las generaciones de Sem: Sem era de cien años, cuando engendró a Arfaxad un bienio después del diluvio.
11 Y vivió Sem, después de engendrar a Arfaxad, quinientos años; y engendró hijos e hijas(c)
12 Y Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Salé.
13 Y vivió Arfaxad, después de engendrar a Salé, trescientos tres años; y engendró hijos e hijas.
14 Y vivió Salé treinta años, y engendró a Heber.
15 Y vivió Salé, después de engendrar a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.
16 Y vivió Heber treinta y cuatro años, y engendró a Faleg.
17 Y vivió Heber, después de engendrar a Faleg, cuatrocientos treinta años; y engendró hijos e hijas.
18 Y vivió Faleg treinta años, y engendró a Reu.
19 Y vivió Faleg, después de engendrar a Reu, doscientos nueve años; y engendró hijos e hijas.
20 Y vivió Reu treinta y dos años, y engendró a Sarug.
21 Y vivió Reu, después, de engendrar a Sarug, doscientos siete años; y engendró hijos e hijas.
22 Y vivió Sarug treinta años, y engendró a Nacor.
23 Y vivió Sarug, después de engendrar a Nacor, doscientos años y engendró hijos e hijas.
24 Y vivió Nacor veintinueve años, y engendró a Taré.
25 Y vivió Sarug, después de engendrar a Taré, ciento diecinueve años; y engendró hijos e hijas.
26 Y vivió Taré setenta años, y engendró a Abrám, y Nacor y Arán.
27 Y estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abrám, y Nacor y Arán; y Arán engendró a Lot.
28 Y murió Arán a faz de Taré su padre, en la tierra que nació; en Ur de los caldeos.
29 Y tomaron Abrám y Nacor para sí mujeres: nombre de la mujer de Abrám, Sarai; y nombre de la mujer de Nacor, Melcá, hija de Arán, el padre de Melcá y padre de Jescá.
30 Pero Sarai era estéril, e hijos no tenía.
31 Y tomó Taré a Abrám su hijo, y a Lot, hijo de Arán, hijo de su hijo; y a Sarai, mujer de Abrám, su hijo, y sacóles de Ur de los caldeos, para irse a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y habitaron allí.
32 Y llegaron a ser los días de Taré, doscientos cinco años, y murió en Harán.
1 Historia de Abrahán Y dijo Dios a Abram: «Sal de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre; y ven a la tierra que te mostraré.
2 Y te haré en gente grande; te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendito.
3 Bendeciré a los que te bendicen; y a los que te maldicen, maldeciré, y benditas serán en ti todas las tribus de la tierra».
4 Y partió Abram, así como le habló Señor, y fue con él Lot; de setenta y cinco años era Abram al salir de Harán.
5 Y llevó a Sarai, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, y todos los haberes de ellos cuantos adquirieran, y toda alma(a) que adquirieran en Harán; y salieron para ir a tierra de Canaán, Y vinieron a tierra de Canaán.
6 Y atravesó Abram a lo largo de ella, hasta el lugar de Siquem, hasta el valle ilustre(b) y el cananeo entonces habitaba la tierra.
7 Y apareció Señor a Abram, y díjole: «A tu simiente daré esta tierra». Y edificó altar a Señor, al que le había aparecido.
8 Y separóse de allí al monte, a oriente de Betel, y fijó allí su tienda, a occidente de Betel y a oriente de Haí; y edificó allí altar al Señor, e invocó el nombre de Señor.
9 Y alzóse Abram y fue avanzando hacia la «tierra del mediodía»(c).
10 Y hubo hambre sobre la tierra; y bajó Abram a Egipto, para peregrinar allí, que prevalecía el hambre sobre la tierra.
11 Y aconteció, cuando se acercaba Abram a entrar en Egipto, dijo a Sarai, su mujer: «Conozco que mujer bella de faz eres;
12 será, pues, que, cuando te vieren los egipcios, dirán: que «Mujer de él es ésta»; y matáranme y a ti reservarán.
13 Di, pues, que: «Hermana de él soy», para que bien me vaya por ti y viva mi alma por ti».
14 Y aconteció, al entrar Abram en Egipto, viendo los egipcios a la mujer que bella era sobre modo,
15 verla también los príncipes de Faraón y alabarla ante Faraón; y fue traída la mujer a casa de Faraón.
16 Y a Abram bien trataron por ella; y fuéronle ovejas, y bueyes, y asnos, y siervos, y siervas, y asnas y camellos.
17 Y azotó Dios a Faraón con azotes grandes, y a su casa, por Sarai, la mujer de Abram.
18 Y llamó Faraón a Abram y díjole: «¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me significaste que era tu mujer?
19 ¿Por qué dijiste que era tu hermana, para que me la tomase por mujer? Pero ahora, he aquí tu mujer, tómala y vete».
20 Y mandó Faraón acerca de Abram a varones, y condujéronle, y a su mujer y todo lo que tenía.
1 Abrahán y Lot Y subió Abram de Egipto, él y su mujer y todo lo que tenía, y Lot con él, a la tierra del mediodía.
2 Y era rico sobre manera en ganado, y plata y oro.
3 Y volvió por donde viniera: desde el mediodía a Betel, hasta el lugar donde antes fijara su tienda entre Betel y entre Hai;
4 al lugar del altar que había hecho antes; e invocado allí el nombre de Señor.
5 También Lot, el que vino juntamente con Abram, tuvo ovejas, y bueyes y tiendas.
6 y no cabían en la tierra, para habitar juntos; pues eran los haberes de ellos muchos, y no podían habitar juntos.
7 Y hubo riña entre los pastores del ganado de Abram y de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban en aquella tierra.
8 Y dijo Abram a Lot: «No haya riña entre mí y ti; y entre mis pastores y tus pastores; que hombres hermanos nosotros somos.
9 Y he aquí toda la tierra ante ti; sepárate de mí. Si tú, a la izquierda; yo, a la derecha; si tú, a la derecha; yo, a la izquierda».
10 Y, levantando Lot sus ojos vio toda la circunvecindad del Jordán que toda estaba regada, antes de hundir Dios a Sodoma y Gomorra, cual un paraíso de Dios, cual la tierra de Egipto, viniendo a Segor.
11 Y eligióse Lot toda la circunvecindad del Jordán; y retiróse Lot del oriente; y separáronse cada uno de su hermano.
12 Y Abram habitó en tierra de Canaán; y Lot habitó en las ciudades de las circunvecindades y fijó sus tiendas en Sodoma.
13 Pero los hombres los de Sodoma, malos y pecadores delante de Dios sobremanera.
14 Y dijo Dios a Abram, después de separarse de él Lot: « Levanta tus ojos, y mira desde el lugar donde estás, hacia aquilón, y mediodía, y oriente y occidente:
15 que toda la tierra que ves, te la daré y a tu simiente por el siglo.
16 Y haré tu simiente como polvo de la tierra; si alguno puede contar el polvo de la tierra también tu simiente se contará.
17 Alzando, atraviesa la tierra a lo largo de ella y a lo ancho de ella; pues a ti la daré».
18 Y moviendo tienda Abram, yendo, habitó en el valle de Mambré, el de Hebrón; y edificó allí altar a Señor.
1 Abrahán libra a Lot, y da diezmo a Melquisedec Y aconteció en los días de Amrafel, rey de Sennaar; y Arioc, rey del Ponto(a); y Codorlahomor, rey de Elam; y de Tadal rey de gentes;
2 hacer ellos guerra contra Bara, rey de Sodoma y contra Bersa, rey de Gomorra, y contra Sennaab rey de Adamá y contra Semeber, rey de Seboim, y contra el rey(b) de Balá; ésta es Segor.
3 Todos estos juntáronse en el «valle silvestre»(c); éste es el mar de las sales.
4 Doce años sirvieron a Codorlahomor, y en el décimotercer año rebeláronse.
5 Y en el décimocuarto año vino Codorlahomor y los reyes los con él y destrozaron a los rafaitas(d) en Astarot-Carnaím; y a los zuzitas con ellos, y a los emitas, en Savé Cariataim;
6 y a los correos en los montes de Seír, hasta El Farán, que está en el desierto.
7 Y volvieron y vinieron a la fuente de Misfat; ésta es Cadés, y destrozaron toda la región de los amalecitas, y al amorreo que habitaba en Asasón Tamar.
8 Y salió el rey de Sodoma, y el rey de Gomorra, y el rey de Adamá, y el rey de Seboim, y el rey de Balá; ésta es Segor; y ordenáronse en batalla en el «valle silvestre»;
9 contra Codorlahomor, rey de Elam; y Tadal, rey de gentes; y Amrafel, rey de Sennaar; y Arioc, rey de Ponto; cuatro reyes contra cinco.
10 Y el «valle silvestre» estaba lleno de pozos de asfalto. Y huyeron el rey de Sodoma y el rey de Gomorra y cayeron en ellos; y los restantes huyeron a la montaña.
11 Y cogieron todos los haberes de Sodoma y Gomorra y todas sus vituallas, y se fueron.
12 Y cogieron también a Lot, hijo del hermano de Abram y sus bienes; y se fueron; pues habitaba en Sodoma.
13 Y viniendo uno de los que salvaron anunció a Abram, el «hebreo»(e); que habitaba en valle de Mambré, el amorreo, el hermano de Escol y de Aner; que eran confederados de Abram.
14 Y oyendo Abram que estaba cautivo Lot, su hermano, enumeró(f) a los vernáculos ejercitados suyos: trescientos dieciocho, y lanzóse tras ellos(g) hasta Dan.
15 Y dividió su gente, y cayó sobre ellos de noche, él y sus niños, y percutióles y persiguióles hasta Hobá, que está a la izquierda de Damasco.
16 Y recobró todos los bienes, y a Lot, hermano suyo, y todos sus haberes, y las mujeres y el pueblo.
17 Y salió el rey de Sodoma al encuentro de él, después de volver de la matanza de Codorlahomor y de los reyes los con él, al valle el de Savé; el que es: la «llanura de rey».
18 Y Melquisedec, rey de Salem, sacó fuera pan y vino; y era sacerdote de Dios el altísimo.
19 Y bendijo a Abram y dijo: «Bendito Abram para Dios, el altísimo; quien creó el cielo y la tierra;
20 Y bendito Dios el altísimo, quien entregó tus enemigos en tus manos». Y dióle diezmos de todo.
21 Y dijo el rey de Sodoma a Abram: «Dame las personas; y los bienes toma para ti».
22 Y dijo Abram al rey de Sodoma: «Alzo mi mano a Dios el altísimo; quien creó el cielo y la tierra:
23 que, desde el hilo hasta la correa del zapato(h), no he de tomar de todo lo tuyo, porque no digas: que «Yo enriquecí a Abram»;
24 salvo lo que han comido los jóvenes, y la parte de los varones que vinieron conmigo: Aner, Escol y Mambré; éstos recibirán sus partes».
1 Promesas de Dios a Abrahán Después de estas cosas, vino palabra de Dios a Abram, en visión diciendo: «No temas, Abram: yo soy tu escudo; y tu galardón grande será sobremanera».
2 Y dijo Abram: «Señor Dios ¿qué me darás? Que yo me voy sin hijos; e hijo del procurador de mi casa, éste damasceno Eliezer»;
3 Y dijo Abram: «Ya que no me has dado simiente, este vernáculo mío me heredará».
4 Y luego voz de Señor vino a él, diciendo: «No te heredará éste; sino el que saldrá de tu vientre, éste te heredará».
5 Y sacóle fuera y díjole: «Mira ya al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes acabarlas de contar»; y díjole: «Así será tu simiente».
6 Y creyó Abram a Dios, y fuele imputado a justicia.
7 Y díjole: «Yo el Dios que te saqué de Ur de los caldeos, a darte esta tierra a heredar».
8 Y díjole: «Señor Dios, ¿en qué conoceré que la he de heredar»?
9 Y díjole: «Tómame una becerra de tres años, y una cabra de tres años y un carnero de tres años; y una tórtola y un palomino(a)»
10 Y tomó todo esto y partiólo por medio y púsolo cada parte frente en frente de la otra; pero las aves no partió.
11 Y descendieron aves rapaces sobre los cuerpos, y apartábalas(b) Abram.
12 Y alrededor de ponerse el sol, éxtasis cayó sobre Abram; y he aquí temor, tiniebla grande,(c) cayó sobre él.
13 Y fuéle dicho: «Conociendo conocerás que peregrina será tu simiente en tierra no propia, y maltrataránla, y esclavizaránla y humillaránla cuatrocientos años.
14 Y la gente a quien sirvieren, juzgaré yo; y, después de esto, saldrán con hacienda grande.
15 Y tú irás(d) a tus padres en paz, sepultado(e) en ancianidad hermosa.
16 Y en la generación cuarta volverán acá; pues aún no se llenan los pecados de los amorreos(f) hasta el día de hoy».
17 Y, cuando llegó el sol a poniente y se hizo tiniebla espesa, he aquí horno humeante y llama de fuego atravesando por en medio de estas particiones.
18 En aquel día pactó Dios pacto con Abram, diciendo: «A la simiente tuya daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, Eufrates:
19 el cineo, y cenezeo, y cedmoneo,
20 y heteo y ferezeo, y los rafaítas;
21 y el amorreo, y el cananeo, y gergeseo y gebuseo».
1 Agar Y Sarai, la mujer de Abram, no le paría; y tenía una criada egipcia, cuyo nombre: Agar.
2 Y dijo Sarai a Abram: «He aquí cerrádome ha señor para que no para; entra, pues, a la criada mía, por ventura al menos de ella tendré hijos». Y Abram obedeció a la voz de ella.
3 Y, tomó Sarai la mujer de Abram, a Agar, la egipcia, la criada de ella, después de habitar diez años en tierra de Canaán, y dióla a su marido por mujer.
4 Y entró a Agar y concibió; y, al ver que había concebido, menospreció a su señora.
5 Y dijo Sarai a Abram; «Injúriaseme por ti; yo he dado mi criada en tu seno; y, viendo que ha concebido, soy menospreciada en sus ojos: juzgue el Señor entre mí y ti».
6 Y dijo Abram a Sarai: «He aquí tu criada, delante de ti; haz con ella como te pluguiere». Y maltratóla Sarai; y escapóse de su faz.
7 Y hallóla un ángel de Señor a par de la fuente del agua en el desierto; a par de la fuente en el camino de Sur.
8 Y díjole el ángel de Señor: «Agar, criada de Sarai, ¿de dónde vienes y adónde vas? Y dijo: «De faz de Sarai la señora mía, yo vengo huyendo».
9 Y díjole el ángel de Señor: «Vuélvete a tu señora y humíllate bajo su mano».
10 Y díjole: «Multiplicando multiplicaré tu simiente, y no se contará por la muchedumbre».
11 Y díjole: «He aquí tú has concebido, y parirás hijo, y llamarás su nombre: Ismael(a); pues ha oído Señor tu aflicción.
12 Este será un fiero hombre: sus manos, contra todos; y las manos de todos contra él, y contra faz de todos sus hermanos habitará».
13 Y llamó el nombre de Señor que le hablaba: «Tú el Dios el que ves». Porque dijo: «Por cierto he visto y, después de ver, estoy viva».
14 Por esto llamó el pozo: «Pozo del que vivo ve». Helo aquí entre Cadés y Barad.
15 Y parió Agar a Abram un hijo, y llamó su nombre: Ismael.(b)
16 Y Abram era de ochenta y seis años, cuando Agar le parió a Ismael.
1 Promesa de Isaac Y era Abram de noventa y nueve años, y aparecióse Señor a Abram, y díjole: «Yo soy el Dios omnipotente; camina a faz mía y hazte perfecto.
2 Y pondré mi alianza entre mí y ti, y te multiplicaré sobremanera».
3 Y cayó Abram sobre su faz,
4 y hablóle Dios, diciendo: «Yo soy —he aquí mi alianza contigo: y serás padre de muchedumbre de gentes.
5 Ni se llamará ya tu nombre: Abram, sino que será Abrahán(a) tu nombre; pues padre de muchas gentes te he constituido.
6 Y te acrecentaré sobremanera y te pondré para gentes, y reyes saldrán de ti.
7 Y pondré mi alianza entre mí y ti y entre la simiente tuya, después de ti por generaciones de ellos, por alianza sempiterna.
8 Y daré a ti y a la simiente tuya, después de ti, la tierra que habitas: toda la tierra de Canaán para posesión eterna; y seréles Dios».
9 Y dijo Dios a Abrahán: «Y tú mi alianza guardarás, tú y tu simiente, después de ti, por sus generaciones.
10 Y ésta es la alianza que guardaréis entre mí y vosotros: circuncidaráseos todo lo masculino;
11 y cincuncidaréis la carne de vuestro prepucio, y será en señal de alianza entre mí y vosotros.
12 E infante de ocho días seráos circuncidado todo lo masculino por vuestras generaciones; y el vernáculo y el comprado circuncidado será, y quienquiera que no fuere de la simiente vuestra;
13 y será mi alianza en vuestra carne para alianza eterna.
14 Pero un varón incircunciso, que no ha sido circuncidado en la carne de su prepucio, exterminada será(b) aquella alma de su pueblo, porque mi alianza ha disipado».
15 Y dijo Dios a Abrahán: «A Sara, tu mujer, no llamarás su nombre Sarai(c), sino Sara(d) será su nombre.
16 Y la bendeciré y te daré de ella un hijo; y le bendeciré, y será para gentes, y reyes de gentes de él serán.
17 Y cayó Abrahán sobre su faz y rió,(e) diciendo en su corazón: «Si a un centenario nacerá hijo y Sara nonagenaria parirá»
18 Y dijo a Dios: «Ojalá Ismael viva ante ti».
19 Y dijo Dios a Abrahán: «Sí; Sara tu mujer te parirá hijo, y llamarás su nombre Isaac(f); y pondré mi alianza con él en alianza eterna.
20 Y acerca de Ismael te he oído; y bendeciréle, y acrecentaréle y multiplicaréle sobremanera: doce príncipes engendrará y le haré un pueblo grande.
21 Pero mi alianza estatuiré con Isaac, que te parirá Sara, por este mismo tiempo el año, el otro».
22 Y acabó de hablar con él, y alzóse Dios de Abrahán.
23 Y tomó a Ismael su hijo y todos sus vernáculos y todos los comprados y todo macho de todos los varones de su casa, y circuncidó la carne del prepucio de ellos el mismo día, según le mandara Dios.
24 Y Abrahán era de noventa y nueve años, cuando circuncidó la carne de su prepucio.
25 E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidado en la carne de su prepucio.
26 El mismo día circuncidado fue Abrahán e Ismael su hijo.
27 Y todos los varones de su casa, así vernáculos como comprados de extrañas gentes, fueron circuncidados con él.
1 Promesa de Isaac. Sodoma. Y aparecióle el Señor en el valle de Mambré, sentado él ante la puerta de su tienda al mediodía.
2 Y, levantando los ojos, miró, y he aquí tres varones estaban parados cerca de él. Y viéndoles, corrió a su encuentro, y adoró sobre la tierra.
3 Y dijo: «Señor»(a), si he hallado gracia en tus ojos, no pases de tu siervo.
4 Tráigase un poco de agua, para que lavéis vuestros pies; y refrigeráos debajo del árbol.
5 Y pondré un bocado de pan; y confortad vuestro corazón; y, después de esto, proseguiréis vuestro camino, ya que habéis pasado a vuestro siervo». Y dijeron: «Así haz cual has dicho».
6 Y Abrahán corrió a la tienda, a Sara, y dijo: «Apresúrate y amasa tres satos(b) de harina y haz tortas».
7 Y a las vacas corrió Abrahán, y tomó de allí un becerro tierno y hermoso y diólo al niño, éste apresuróse a aderezarlo.
8 Y tomó nata y leche y el becerro que había aderezado, y puso delante de ellos y comieron; y él asistíales debajo del árbol.
9 Y dijéronle: «¿Dónde está Sara tu mujer?» Y él, respondiendo, dijo: «He aquí en la tienda».
10 Y dijo: «Volviendo vendré a ti reviviendo este tiempo, y tendrá un hijo Sara tu mujer». Y Sara oyó tras la puerta de la tienda.
11 Y Abrahán y Sara eran ancianos, avanzados en días; y habían cesado a Sara de venirle las cosas mujeriles.
12 Y rió Sara dentro de sí, diciendo: «Después de envejecer ¿tendría yo aún gozo?, y también mi señor viejo está».
13 Y dijo Señor a Abrahán: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: «¿Con que verdaderamente pariré; y estoy vieja?
14 ¿Acaso para Dios algo es imposible? Reviviendo este mismo determinado tiempo, volveré y tendrá Sara un hijo».
15 Y negó Sara diciendo: «No me reí», pues temía. Y dijo: «Que no; sino que te reíste».
16 Y, levantándose de allí los varones, miraron a faz de Sodoma y Gomorra; y Abrahán iba juntamente, acompañándoles.
17 Y dijo el Señor: «¿Acaso podré ocultar a Abrahán(c), lo que he de hacer?»
18 Puesto que él será en gente mucha y grande, y en él han de ser benditas todas las gentes de la tierra?
19 Pues sé que ha de mandar a sus hijos y a su casa, después de él, que guarden el camino de Señor a hacer juicio y justicia, para que traiga Señor sobre Abrahán todo lo que le ha hablado».
20 Y dijo Señor: «El clamor de Sodoma y Gomorra hase multiplicado, y el pecado de ellos grande es sobremanera.
21 Descendiendo, pues, veré si el clamor que ha venido a mí han consumado; y si no, —para saberlo(d)».
22 Y, volviéndose de allí, fueron a Sodoma, y Abrahán parado estaba aún delante de Señor.
23 Y, acercándose, dijo: «¿Acaso perderás a justo con impío?»
24 Si hubiere cincuenta justos en la ciudad ¿perecerán juntamente? ¿y no perdonarás a aquel lugar por cincuenta justos, si los hubiese en él?
25 ¡Lejos de ti hacer esto: que mates a justo con impío, y llegue a ser el justo como el impío! Lejos esto de ti. El que juzgas toda la tierra, nunca harás este juicio».
26 Y dijo Señor: «Si hallare yo en Sodoma cincuenta justos, en la ciudad, perdonaré a todo el lugar por ellos».
27 Y, respondiendo Abrahán, dijo: «Ahora he comenzado a hablar al Señor, y yo soy polvo y ceniza:
28 ¿acaso, si faltaren de los cincuenta justos cinco, perderás, por los cuarenta y cinco(e), toda la ciudad?». Y dijo: «No perderé no, si hallare allí cuarenta y cinco».
29 Y prosiguió hablándole, y dijo: «Y si se hallaren allí cuarenta ¿qué harás?» Dijo: «No perderé, por los cuarenta».
30 Y dijo:»No te aíres, Señor, si hablo: ¿que si se hallaren treinta?»
31 Y dijo: «He aquí he empezado a hablar a mi Señor: ¿qué, si allí se hallaran veinte?» Dijo: «No perderé por los veinte».
32 Dijo: «No te aíres, Señor, si hablo todavía una vez: ¿qué si se hallaren allí diez?» Y dijo: «No perderé, por los diez».
33 Y fuése el Señor, cuando cesó de hablar a Abrahán; y Abrahán volvió a su lugar.
1 Sodoma. Lot. Y vinieron los dos ángeles a Sodoma a la tarde; y sentado estaba Lot a las puertas de Sodoma; y Lot vióles, y levantóse y fue a su encuentro, y adoró con el rostro sobre la tierra;
2 y dijo: «He aquí, señores, pasad a la casa del siervo vuestro, y hospedaos; y lavad vuestros pies; y, madrugando, proseguid vuestro camino». Y dijeron: «Que no; sino que en la calle nos hospedaremos».
3 Y obligóles, y pasaron a él; y entraron en su casa; e hízoles bebida y ázimos amasóles; y comieron.
4 Y antes de dormir, los varones de la ciudad cercaron la casa, de mozo a viejo, todo el pueblo a una.
5 Y llamaron a Lot y dijéronle: «¿Dónde están los varones que a ti han venido esta noche? Sácales fuera a nosotros, para conocerles».
6 Y Lot salió a ellos, y la puerta cerró tras sí.
7 Y dijo: «De ninguna manera, hermanos, no obréis mal.
8 Tengo dos hijas, que no han conocido varón; sacarélas a vosotros y abusad de ellas según os pluguiere; sólo a estos varones no hagáis nada malo, pues han entrado a la sombra de mi techo».
9 Y dijeron: «¡Quita allá! Has entrado advenedizo ¿y también juicio juzgas? Ahora, pues, a ti más mal te trataremos que a aquellos». Y violentaban a Lot sobremanera, y llegáronse a quebrantar la puerta.
10 Y he aquí, extendiendo las manos, introdujeron a Lot a sí en la casa, y la puerta de la casa cerraron;
11 y a los varones que estaban delante de la puerta de la casa, hirieron con ceguera, de pequeño a grande; y se perdieron buscando la puerta.
12 Y dijeron a Lot: «¿Tienes a alguno aquí: yernos o hijos o hijas? y si algún otro tienes, saca fuera de esta ciudad.
13 Pues perdemos este lugar; porque acrecentóse el clamor de ellos(a) delante de Dios; y nos ha enviado para perderlos».
14 Y salió Lot y habló a sus yernos los que habían de tomar a sus hijas, y dijo: «Levantaos y salid de este lugar; porque perderá Señor la ciudad». Pero pareció como que se burlaba, en los ojos de sus yernos.
15 Y al despuntar la aurora, apremiaban los ángeles a Lot, diciendo: «Levántate, toma tu mujer y las dos hijas que tienes;(b) no sea que tú también igualmente perezcas en la culpa de la ciudad».
16 Y vacilando él, cogieron los ángeles la mano de él y la mano de su mujer y las manos de sus dos hijas, para perdonarle Señor.
17 Y le llevaron fuera de la ciudad y dijeron: «Salva tu alma; no mires atrás; no te pares en todo el contorno; en la montaña sálvate, para que no seas a la vez arrebatado».
18 Y dijo Lot a ellos: «Suplico, Señor,
19 ya que tu siervo ha hallado gracia delante de ti, y has magnificado la misericordia tuya que has hecho conmigo, para salvar mi alma: no puedo salvarme en la montaña, no sea que me coja lo malo y muera.
20 He aquí esta ciudad cerca para refugiarme allí; que es pequeña; allá salvaréme: ¿no es pequeña? y vivirá mi alma».
21 Y díjole: «He aquí, condesciendo también contigo en esto: de no destruir la ciudad por la que has hablado.
22 Apresúrate y sálvate allá; pues nada podré hacer, mientras no entres allá». Por esto ha sido llamado el nombre de aquella ciudad: Segor(c).
23 El sol subió sobre la tierra, y Lot entró a Segor.
24 Y Señor llovió sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, desde Señor, del cielo;
25 y destruyó estas ciudades y todo el contorno, todos los habitantes de las ciudades y todo lo verde de la tierra.
26 Y, mirando atrás la mujer de él, e hízose estatua de sal.(d)
27 Y, madrugó Abrahán, de alba, al lugar donde había estado ante Señor,
28 y miró a faz de Sodoma y Gomorra y toda la tierra del contorno, y vio: y he aquí subía ceniza de la tierra como humo de un horno.
29 Y, cuando destruyó Dios las ciudades de aquella región, acordándose de Abrahán, libró a Lot de la destrucción de las ciudades en que habitaba.
30 Y salió Lot de Segor, y aposentóse en la montaña; y sus dos hijas con él; pues temió permanecer en Segor. Y habitó en una caverna, él y sus dos hijas con él.
31 Y dijo la mayor a la menor: «Nuestro padre anciano es, y ningún varón ha quedado en la tierra(e) que pueda entrar a nosotras, cual acostumbra toda la tierra.
32 Ea, pues, demos a beber a nuestro padre vino, y durmamos con él, y levantaremos de nuestro padre simiente».
33 Y dieron a su padre vino aquella noche. Y entró la mayor y durmió con su padre, y no supo al dormir ella ni al levantarse.
34 Y al otro día dijo la mayor a la menor: «He aquí, dormí con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y dormirás con él y levantaremos de nuestro padre simiente».
35 Y dieron también aquella noche a beber vino a su padre; y no supo al dormir ella ni al levantarse.
36 Y concibieron las dos hijas de Lot, de su padre.
37 Y parió la mayor un hijo y llamó su nombre: Moab; éste es padre de los moabitas hasta el día de hoy.
38 Y parió también la menor un hijo; y llamó su nombre: Amón; esto es: «hijo de mi linaje»; éste es padre de los amonitas hasta el día de hoy.
1 Sara y Abimelec Y partió de allí Abrahán a «la tierra del mediodía», y habitó entre Cadés y Sur; y peregrinó en Gerar.
2 Y dijo Abrahán de Sara su mujer: «Hermana mía es». Y envió Abimelec, rey de Gerar, y llevóla.
3 Pero vino Dios a Abimelec, en sueño, de noche, y díjole: «Hé aquí morirás por la mujer que has llevado; pues tiene marido».
4 Y Abimelec no la había tocado, y dijo: «Señor ¿a gente ignorante y justa matarás?
5 ¿No me dijo él mismo: «Hermana mía es»; y ella dijo: «Hermano mío es? En sencillez de mi corazón y en pureza de mis manos he hecho esto».
6 Y dijo a él Dios: «También yo sé que con sencillo corazón le has hecho; y por esto te guardé que no pecaras contra mí, y no permití que la tocaras.
7 Y ahora devuelve la mujer al hombre; que profeta es; y orará por ti, y vivirás. Mas, si no quisieres devolverla, sábete que morirás tú y todo lo tuyo».
8 Y madrugó Abimelec al alba y llamó a todos sus siervos, y habló todas estas palabras en las orejas de ellos; y temieron todos los hombres sobremanera.
9 Y llamó Abimelec a Abrahán y díjole: «¿Qué nos has hecho? ¿Qué hemos pecado contra ti que has traído sobre mí y sobre el reino mío pecado grande? Cosas que no debiste hacernos has hecho».
10 Y dijo: «¿Qué has visto que hiciste esto?»
11 Y dijo Abrahán: «Pensé dentro de mí, diciendo: «Acaso no hay temor de Dios en este lugar; y me matarán por mi mujer.
12 Pero también verdaderamente hermana mía es: hija de mi padre, pero no hija de mi madre; y fue hecha mi mujer.
13 Y aconteció, cuando Dios me sacó de casa de mi padre, díjela: «Esta piedad harás conmigo: en todo lugar, donde entráremos, dirás que soy tu hermano».
14 Y tomó Abimelec ovejas, y bueyes y siervos, y siervas, y dio a Abrahán.
15 Y díjole: «He aquí mi tierra delante de ti está: donde te pluguiere, habita».
16 Y a Sara dijo: «He aquí he dado mil didracmas a tu hermano: Esto te será para honra de tu rostro(a) y a todas las contigo; y en todo justificada seas».
17 Y oró Abrahán a Dios, y sanó Dios a Abimelec y a su mujer y sus siervas; y parieron;
18 pues cerrado había Señor toda matriz en la casa de Abimelec, por Sara, la mujer de Abrahán.
1 Nace Isaac. Es desterrada Agar. Alianza de Abrahán con Abimelec Y Señor visitó a Sara, según había dicho; e hizo, según había hablado.
2 Y concibió y parió un hijo en su vejez, al tiempo que le había dicho Dios.
3 Y llamó Abrahán el nombre de su hijo que le engendró Sara: Isaac.
4 Y circuncidóle el octavo día, según le mandara Dios.
5 Y era de cien años, cuando le nació Isaac.
6 Y dijo Sara: «Risa me ha hecho Dios; pues, quien oyere, se reirá conmigo».
7 Y dijo: «¿Quién creyera que hubiese de oír Abrahán que Sara lactase hijo, que le parió ya anciano?»
8 Y creció el infante y fue destetado; e hizo Abrahán convite grande el día de su destete.
9 Y viendo Sara al hijo de Agar la egipcia jugando con Isaac su hijo, dijo a Abrahán:
10 «Arroja a esta sierva y su hijo; pues no heredará el hijo de la sierva con el hijo mío Isaac».
11 Y dura pareció la palabra sobremanera a faz de Abrahán, por su hijo.
12 Y dijo Dios a Abrahán: «No te parezca dura la palabra sobre el infante y sobre la sierva tuya. Todo lo que te dijere Sara —oye la voz de ella; pues en Isaac te será llamada simiente.(a)
13 Pero también al hijo de la sierva haré en gente grande, por ser simiente tuya».
14 Y levantóse Abrahán al alba y tomó pan y un odre de agua y puso en el hombro de ella, y entregó el niño, y despidióla(b). Y, yéndose erraba por el desierto de Bersabé.
15 Y, habiéndose agotado el agua en el odre, puso al infante debajo de un árbol.
16 Y, apartándose, sentóse enfrente, como a tiro de arco; pues dijo: «No veré morir al infante»; y sentada enfrente, alzó su voz y lloró.(c)
17 Y escuchó Dios la voz del niño del lugar donde estaba; y llamó un ángel de Dios a Agar desde el cielo, diciendo: «¿Qué haces Agar? No temas; pues ha escuchado Dios la voz del infante desde el lugar donde está.
18 Levántate; toma al infante y afirma en él tu mano; que en gente grande le haré».
19 Y abrió sus ojos Dios, y vio una fuente de agua; y fue, y llenó el odre y dio de beber al infante.
20 Y fue Dios con él, y creció, y vivió en el desierto; e hízose arquero;
21 y habitó en el desierto de Farán, y tomóle su madre mujer de la tierra de Egipto.
22 Y aconteció en aquél mismo tiempo decir Abimelec y Ficol, el príncipe de su ejército a Abrahán: «Dios está contigo en todo lo que haces.
23 Ahora, pues, júrame por Dios que no dañarás a mí, ni a mi simiente, ni a mis nietos; sino que, según la piedad que hice contigo, harás conmigo y a la tierra en que has peregrinado».
24 Y dijo Abrahán: «Yo juraré».
25 E increpó Abrahán a Abimelec por el pozo de agua que robaran los siervos de Abimelec.
26 Y respondió Abimelec: «No sé quien haya hecho esto; ni tú me has avisado, ni lo he oído sino hoy».
27 Y tomó Abrahán ovejas y becerros, y dio a Abimelec y pactaron ambos alianza.
28 Y puso Abrahán siete corderas de grey aparte.
29 Y dijo Abimelec: «¿A qué estas siete corderas que has puesto aparte?
30 Y dijo: «Para que las siete corderas tomes de mi mano, en testimonio de que yo cavé este pozo».
31 Por esto fue llamado aquel lugar: Bersabé,(d) por haber allí jurado los dos.
32 Y pactaron alianza en «el pozo del juramento».
33 Y levantóse Abimelec y Ficol, el príncipe de su ejército y regresaron a la tierra de los filisteos. Y Abrahán plantó una selva en Bersabé e invocó allí el nombre de Señor el Dios eterno.
34 Y peregrinó Abrahán en la tierra de los filisteos días muchos.
1 Isaac Y aconteció después de estas cosas, tentar Dios a Abrahán y decirle: «¡Abrahán! ¡Abrahán!»
2 Y él dijo: «Heme aquí». Y dijo: «Toma a tu hijo unigénito(a) a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de la Visión,(b) y allí le ofrecerás en holocausto sobre uno de los montes que te he de mostrar».
3 Y levantándose Abrahán al alba, aparejó su asno, y tomó consigo dos niños y a Isaac, su hijo; y partió leña para el holocausto; y alzando, partió. Y vino al lugar que Dios le dijo.
4 El tercer día levantó Abrahán sus ojos y vio el lugar en lontananza;
5 y dijo Abrahán a sus niños: «Quedáos aquí con el asno; y yo y el infante iremos hasta allá; y, después de adorar, volveremos a vosotros».
6 Y tomó Abrahán la leña del holocausto y púsola sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y la cuchilla; y fueron los dos juntos.
7 Y dijo Isaac a Abrahán, su padre, diciendo: «¡Padre!» Y el dijo: «¿Qué hay hijo?» Y dijo: «He aquí el fuego y la leña: ¿dónde está el cordero del holocausto?»
8 Y dijo Abrahán: «Dios se proveerá de cordero de holocausto, hijo». Y yendo ambos juntos,
9 vinieron al lugar que le dijo Dios. Y edificó allí Abrahán altar y puso sobre él la leña; y atando a Isaac, su hijo, púsole sobre el altar encima de la leña.
10 Y Abrahán extendió su mano y cogió la cuchilla para degollar a su hijo.
11 Y llamóle un ángel de Señor, desde el cielo, y díjole: «¡Abrahán! ¡Abrahán!» Y él dijo: «Heme aquí».
12 Y dijo: «No pongas tu mano en el niñito, ni le hagas nada; pues ahora he conocido que temes a Dios tú, y no has perdonado a tu hijo querido, por mí».
13 Y Abrahán alzó sus ojos, y miró, y he ahí a sus espaldas un carnero enredado, en las zarzas, de los cuernos. Y fue Abrahán y cogió el carnero, y ofreciólo en holocausto en vez de su hijo.
14 Y llamó Abrahán el nombre de aquel lugar: «Señor ve»:(c) Así que hasta hoy se dice: En el monte «Dios verá».
15 Y llamó un ángel de Señor a Abrahán segunda vez desde el cielo, diciendo:
16 «Por mí mismo he jurado, dice Señor: por esto porque no perdonaste a tu hijo unigénito, por mí,
17 te bendeciré y multiplicaré(d) la simiente tuya como las estrellas del cielo y como la arena la que en la orilla del mar; y heredará tu simiente las ciudades de sus enemigos,
18 y serán benditas en tu simiente todas las gentes de la tierra, por esto, porque obedeciste mi voz».
19 Y volvió Abrahán a sus niños; y fuéronse a Bersabé juntamente, y habitó Abrahán en Bersabé.
20 Y aconteció después de estas cosas, anunciarse a Abrahán que «Melca también ha parido hijos a Nacor tu hermano:
21 a Hus el primogénito, y Bus su hermano, y Camuel, padre de los siros;
22 y Cased, y Azan y Feldás y Jedlaf,
23 y Batuel»; y Batuel engendró a Rebeca; estos ocho parió Melca a Nacor, hermano de Abrahán.
24 Y la concubina de él, cuyo nombre Roma, parió a Tabeé y Gaam y Taás y Maacá.
1 Muerte y entierro de Sara Y llegó a ser la vida de Sara ciento veintisiete años.
2 Y murió Sara en la ciudad de Arbé; la que es Hebrón, en tierra de Canaán. Y vino Abrahán para plañirla y llorarla.
3 Y levantóse Abrahán de su muerta; y habló a los hijos de Het, diciendo: «Advenedizo y peregrino soy yo entre vosotros.
4 Dadme, pues, propiedad de sepulcro con vosotros, y sepultaré mi muerto allí».
5 Respondieron los hijos de Het, diciendo:
6 «Escúchanos, señor: un príncipe de Dios eres entre nosotros: en las escogidas tumbas nuestras sepulta tu muerto; pues nadie de nosotros te negará su sepultura; para sepultar tu muerto».
7 Y levantóse Abrahán y adoró al pueblo de(a) la tierra: a los hijos de Het.
8 Y habló a ellos: «Si place a vuestra alma que sepulte yo mi muerto, oídme y hablad por mí a Efrón, el hijo de Seor,
9 para que me dé la caverna doble que tiene, la al fin de su campo; por todo su valor en plata démela, delante de vosotros, en propiedad de sepultura».
10 Y Efrón sentado estaba en medio de los hijos de Het, y Efrón respondió a Abrahán en las orejas de los hijos de Het, de todos los que entraban en la ciudad, diciendo:
11 «No sea así, mi señor; óyeme: el campo y la caverna la en él te doy; delante de los hijos de mi pueblo te están dados: sepulta tu muerto».
12 y adoró Abrahán delante del pueblo de la tierra.
13 Y dijo a Efrón delante de todo el pueblo de la tierra: «Ruégote, óyeme: la plata del campo recíbemela, y sepultaré mi muerto allí».
14 Y Efrón respondió, y dijo:
15 «Señor mío, óyeme: un campo de cuatrocientas didracmas de plata ¿qué es esto entre mí y ti? Pero tú entierra tu muerto».
16 Y oyó Abrahán a Efrón, y Abrahán pesó a Efrón la plata que había dicho en las orejas de los hijos de Het: cuatrocientas didracmas valederas ante el mercader.
17 Y pesóse el campo de Efrón en que estaba la caverna doble, el que estaba a faz de Mambré, el campo y la caverna que estaba en él y todo árbol que estaba en el campo en todos los confines de él en contorno;
18 para Abrahán en posesión delante de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.
19 Después de esto sepultó Abrahán a Sara su mujer en la caverna del campo la doble, que está frente por frente de Mambré; esta es Hebrón en la tierra de Canaán.
20 Y adjudicóse el campo y la caverna la en él para Abrahán en posesión de sepultura, por los hijos de Het.
1 Isaac y Rebeca Y Abrahán era anciano, avanzado en días, y Señor había bendecido a Abrahán en todo.
2 Y Abrahán dijo al siervo mayor de su casa, el príncipe de todo lo suyo: «Pon tu mano debajo de mi muslo;
3 y te juramentaré por Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás mujer, para mi hijo Isaac, de las hijas de los cananeos, entre quienes habito;
4 sino que irás a mi tierra y parentela mía y tomarás mujer para mi hijo de allí.»
5 Y el siervo díjole: «Si no quisiere la mujer venir conmigo a esta tierra ¿retornaré a tu hijo a la tierra de donde has salido?»
6 Y díjole Abrahán: «Guárdate de no retornar a mi hijo allá.
7 Señor el Dios del cielo que me ha sacado de la casa de mi padre y de la tierra donde nací; quien me habló y me juró, diciendo: «A tu simiente daré esta tierra»; él enviará su ángel delante de ti; y tomarás mujer para mi hijo Isaac de allí.
8 Pero, si no quisiere la mujer venir contigo, libre estás de tu juramento; sólo que a mi hijo no retornarás allá».
9 Y puso el siervo su mano debajo del muslo de Abrahán, su señor, y juróle sobre esta palabra.
10 Y tomó doce camellos de los camellos de su señor; y de todos los bienes de su señor, consigo; y levantándose partió a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
11 Y recostó los camellos fuera de la ciudad junto al pozo del agua, al atardecer, cuando salen las aguadoras.
12 Y dijo: «Señor, el Dios de mi señor Abrahán, camina delante de mí hoy y haz misericordia con mi señor Abrahán.
13 He aquí yo estoy sobre la fuente del agua, y las hijas de los que habitan la ciudad, salen por agua.
14 Y será: la doncella a quien yo dijere: «Baja tu cántaro para que yo beba», y ella respondiere: «Bebe, y también tus camellos abrevaré(a)»; ésta has prevenido para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que has hecho misericordia con mi señor».
15 Y aconteció que, antes de acabarlo él de hablar en su pensamiento, he aquí Rebeca salía, la nacida a Batuel, hijo de Melca, mujer de Nacor, el hermano de Abrahán, teniendo el cántaro sobre sus hombros.
16 Y la doncella era hermosa de faz sobremanera virgen era: varón no la había conocido. Y habiendo bajado a la fuente, llenara su cántaro y subía.
17 Y corrióle al encuentro el niño y dijo: «Dame a beber un poco de agua de tu cántaro».
18 Y ella dijo: «Bebe señor»; y apresuróse y bajó el cántaro sobre su brazo y dióle de beber, hasta que dejó de beber.
19 Y dijo: «También a tus camellos daré agua hasta que todos bebieren».
20 Y apresuróse y vació su cántaro en el bebedero, y corrió al pozo a sacar agua y dio agua a todos los camellos.
21 Y el hombre contemplábala y callaba, para conocer si encaminaba bien Señor su camino, o no.
22 Y aconteció que, cuando acabaron todos los camellos de beber, tomó el hombre pendientes de oro, de a dracma de peso, y dos brazaletes para las manos de ella; diez didracmas de oro, el peso de ellos.
23 Y preguntóla y dijo: «¿Cuya hija eres? cuéntame. ¿Si habrá cerca de tu padre lugar para nosotros de hospedarnos?»
24 Y díjole: «Hija de Batuel soy yo, del hijo de Melca, que parió Nacor».
25 Y díjole: «y paja y forraje mucho cerca de nosotros, y lugar de hospedarse».
26 E inclinándose el hombre, adoró a Señor,
27 diciendo: «Bendito Señor el Dios de mi señor Abrahán; quien no ha retirado su misericordia y verdad de mi señor: me ha encaminado bien Señor a casa del hermano de mi señor».
28 Y, corriendo la niña, anunció a la casa de su madre, según estas palabras.
29 Y tenía Rebeca un hermano cuyo nombre Labán; y corrió Labán al hombre, fuera, a la fuente.
30 Y aconteció, cuando vio los pendientes y los brazaletes en las manos de su hermana; y, cuando oyó las palabras de Rebeca, su hermana, diciendo: «Así me ha hablado el hombre» —y vino al hombre parado allí a par de los camellos, a par de la fuente,
31 le dijo: «Ven, entra, bendito de Señor(b) ¿Por qué estás fuera? Yo te he aderezado la casa, y lugar para los camellos»
32 Y entró al hombre en la casa, y desaparejó los camellos; y dio paja y forraje a los camellos, y agua a los pies de él y a los pies de los hombres los con él;
33 y presentóles panes que comer; y dijo: «No comeré, no, hasta hablar las palabras mías». Y dijeron: «Habla».
34 Y dijo: «Niño de Abrahán soy yo.
35 Y Señor ha bendecido a mi señor sobremanera; y se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y becerros, y plata y oro; niños y niñas; camellos y asnos.
36 Y parió Sara, la mujer de mi señor, un hijo a mi señor, después de envejecida; y le ha dado todo lo que tenía.
37 Y juramentóme mi señor, diciendo: «No tomarás mujer para mi hijo, de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;
38 sino que a la casa de mi padre irás, y de la parentela mía tomarás mujer para mi hijo».
39 Pero yo dije a mi señor: «¿No sea que no parta la mujer conmigo?»
40 y díjome: «Señor, delante de quien camino, él enviará a su ángel y bien encaminará tu camino; y tomarás mujer para mi hijo de la parentela mía y de la casa de mi padre.
41 Entonces libre estarás de mi maldición, cuando vinieres a mis parientes, y si no te dieren; y estarás libre de mi juramento».
42 Y he venido hoy a la fuente y dicho: «Señor, el Dios de mi señor Abrahán, si tú has bien encaminado el camino que ahora yo ando:
43 he aquí parado estoy sobre la fuente del agua, y será la virgen que saliere por agua y yo le dijere: «Dame un poco de agua que beber de tu cántaro»;
44 y me dijere: «Y tú bebe, y para tus camellos sacaré;» ésta es la mujer que ha prevenido Señor para el hijo de mi señor».
45 Y aconteció, antes de acabar yo de hablar en mi pensamiento, he aquí Rebeca salía, y tenía su cántaro sobre el hombro, y bajó a la fuente por agua. Y díjela: «Dame de beber».
46 Y presurosa bajó el cántaro del hombro, y díjome: «Bebe y también tus camellos abrevaré»; y bebí y mis camellos abrevó.
47 Y preguntéla y dije: «¿Cuya hija eres? cuéntame». Y ella dijo: «Hija de Batuel soy, del hijo de Nacor, que le parió Melca». Y puse entorno de ella los pendientes, y los brazaletes a sus manos.
48 E inclinándome adoré a Señor, y bendije a Señor el Dios de mi señor Abrahán; el que bien me ha encaminado en camino recto a tomar la hija del hermano de mi señor para el hijo de él.
49 Si hacéis, pues, vosotros misericordia y verdad con mi señor, indicádmelo; y, si no, indicádmelo, y me volveré a derecha o a izquierda».
50 Y respondieron Labán y Batuel: «De Señor ha salido esta disposición: no podemos, pues, fuera de lo que le place, decirte nada.
51 He aquí Rebeca delante de ti, tómala y parte; y sea mujer del hijo de tu señor, según ha hablado Señor».
52 Y aconteció que, oyendo el niño de Abrahán estas palabras, postróse en tierra y adoró a Señor.
53 Y sacó fuera el niño vasos argentinos y áureos, y vestiduras, y diólos a Rebeca; y dones dio a sus hermanos y a su madre.
54 Y comieron y bebieron, él y los varones que con él estaban, y durmieron. Y, levantándose al alba, dijo el niño: «Despedidme para que vaya a mi señor».
55 Y dijeron los hermanos de ella y la madre: «Quede la niña con nosotros unos diez días, y, después de ello parta».
56 Y díjoles: «No me detengáis; que Señor ha encaminado bien mi camino; enviadme para que me vaya a mi señor».
57 Y ellos dijeron: «Llamemos a la niña y preguntemos su boca».
58 Y llamaron a Rebeca y dijéronle: «¿Irás con este hombre?» Y dijo: «Iré»
59 Y despidieron a Rebeca y su nodriza y al niño de Abrahán y a los con él.
60 Y bendijeron a Rebeca y dijéronle: «Hermana nuestra eres: hecha seas en miles de miríadas, y herede tu simiente las puertas de tus enemigos».
61 Y, levantándose Rebeca y sus doncellas, subieron en los camellos y partieron con el hombre, y él apresuradamente, volvióse a su señor.
62 E Isaac caminaba en la soledad por el pozo, el Viviente y Vidente; y él habitaba en la tierra la del mediodía.
63 Y había salido a meditar(c) a la llanura, hacia la tarde, y alzó los ojos y he aquí venían camellos.
64 Y Rebeca alzó los ojos y vio a Isaac, y saltó del camello,
65 y dijo al niño: «¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a encontrarnos»? Y el niño dijo: «Ese es mi señor». Mas ella cogió el cendal y se veló.
66 Y contó el niño a Isaac todas las cosas que hiciera.
67 Y la introdujo Isaac en el pabellón de Sara, su madre, y tomóla por mujer; y amóla; y consolóse Isaac de Sara su madre.
1 Jacob y Esaú Y Abrahán tomó nuevamente mujer; cuyo nombre: Cetura.
2 Y parióle a Zamram, y Jecsan, y Madán, y Madián, y Yesboc y Sué.
3 Jecsan engendró a Sabá y Dadán, e hijos de Dadán nacieron: los asuretas, los latusitas y los loomitas;
4 y los hijos de Madián: Efá y Ofer y Henoc y Abidá y Eldaá; todos estos son los hijos de Cetura.
5 Y dio Abrahán todos sus bienes a Isaac;
6 y a los hijos de las concubinas dio dádivas, y separólos de Isaac su hijo, mientras él aún vivía, al oriente, a la tierra oriental.
7 Y éstos son los días de la vida de Abrahán: ciento setenta y cinco años.
8 Y desfalleciendo murió Abrahán en hermosa ancianidad; anciano y lleno(a) de días; fue reunido a su pueblo.
9 Y sepultáronle Isaac e Ismael, sus hijos, en caverna doble, en el campo de Efrón, el hijo de Seor el heteo; la que está frente a frente de Mambré,
10 en el campo que compró a los hijos de Het; allí sepultóse a Abrahán y a Sara su mujer.
11 Y aconteció, después de morir Abrahán, bendijo Dios a Isaac, su hijo; y habitó junto al pozo del Viviente y Vidente.
12 Y estas son las generaciones de Ismael, el hijo de Abrahán, que parió Agar, la servidora egipcia de Sara y Abrahán,
13 Y éstos, los nombres de los hijos de Ismael, por nombres y generaciones de ellos: el primogénito de Ismael, Nabayot; y Cedar, y Adbeel, y Mabsam,
14 y Masmá, y Dumá y Masá,
15 y Hadar, y Temá, y Yetur, y Nafís y Cedmá;
16 estos son los hijos de Ismael; y éstos los nombres en sus castillos y ciudades: doce príncipes de sus tribus.
17 Y estos, los años de la vida de Ismael: ciento treinta y siete años; y desfalleciendo, murió y fue reunido a su pueblo.
18 Y habitó desde Hevilá hasta Sur; que está a faz de Egipto, hasta llegar a los asirios; a faz(b) de todos sus hermanos habitó.
19 Y éstas son las generaciones de Isaac, el hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac,
20 Y era Isaac de cuarenta años, cuanto tomó por mujer a Rebeca, hija de Batuel, el siro, de la Mesopotamia, hermana de Labán, el siro.
21 Y oró Isaac a Señor por Rebeca, su mujer, pues era estéril. Y escuchóle Dios, y concibió Rebeca.
22 Y entrechocaban en su vientre los párvulos; y dijo: «Si así me ha de acontecer ¿a qué a mí esto?»(c) Y fue a consultar a Señor.
23 Y Señor díjole: «Dos gentes en tu vientre están, y dos pueblos de tu seno se dividirán; y pueblo a pueblo superará y el mayor servirá al menor».
24 Y cumpliéronse los días de parir ella, y he aquí mellizos en su vientre.
25 Y salió el hijo primogénito: rojizo todo, a manera de piel híspida; y fue llamado su nombre Esaú.(d) Y, después salió su hermano, y su mano sujetaba el talón de Esaú; y llamó su nombre: Jacob(e).
26 E Isaac era de sesenta años, cuando le nacieron los párvulos.
27 Y crecieron los niños; y era Esaú hombre versado en el cazar, agreste; pero Jacob era un hombre llano, viviendo en tiendas(f).
28 Y amaba Isaac a Esaú, pues la caza de él era su comida; pero Rebeca amaba a Jacob.
29 Y coció Jacob un potaje; y vino Esaú de la llanura fatigado.
30 Y dijo Esaú a Jacob: «Dame de ese cocimiento, el rojo; porque desfallezco». Por esto fue llamado su nombre: Edom(g).
31 Y dijo Jacob a Esaú: «Véndeme tu primogenitura».
32 Y Esaú dijo: «He aquí muriéndome estoy: ¿a qué a mí esta primogenitura?»
33 Y díjole Jacob: «Júrame Ya». Y le juró Esaú y vendió la primogenitura a Jacob.
34 Y Jacob dio a Esaú pan y un potaje de lentejas; y comió y bebió; y levantóse y se fue; y despreció la primogenitura.
1 Isaac y Abimelec Y hubo hambre sobre toda la tierra; fuera del hambre, la anterior que hubo en los días de Abrahán; y se fue Isaac a Abimelec, rey de los filisteos, a Gerar.
2 Y aparecióle Señor y dijo: «No desciendas a Egipto, sino que habita en la tierra que yo te dijere.
3 Y peregrina en esta tierra, y seré contigo, y te bendeciré; pues a ti y a tu simiente daré todas estas tierras; y confirmaré el juramento mío que juré a Abrahán tu padre.
4 Y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y daré a tu simiente todas estas tierras, y serán benditas, en tu simiente, todas las gentes de la tierra;
5 por esto: por haber obedecido Abrahán a mi voz y guardado mis preceptos, y mis mandamientos, y mis disposiciones y mis leyes».
6 Y habitó Isaac en Gerar.
7 Y preguntaron los varones del lugar acerca de su mujer, y dijo: «Hermana mía es»; pues temió decir: «Mi mujer es»; no fuese que le matasen los varones del lugar, por Rebeca, pues hermosa de faz era.
8 Y aconteció que, después de habitar mucho tiempo allí, mirase Abimelec, rey de Gerar, por la ventana y le viese jugar con Rebeca su mujer.
9 Y llamóle y dijo: «Por cierto mujer tuya es. ¿Por qué has dicho: «Hermana mía es»? Y díjole Isaac: «Porque dije: «No sea que yo muera por causa de ella».
10 Y dijo Abimelec: «¿Qué nos has hecho esto? por poco no duerme alguien de mi linaje con ella y traes sobre nosotros una culpa». Y mandó a todo el pueblo, diciendo:
11 «Quien tocare a este hombre o su mujer, de muerte morirá».
12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y halló en aquel año el céntuplo: y bendíjole Señor.
13 Y fue enaltecido el hombre y fue creciendo sin cesar, hasta que llegó a ser grande sobremanera;
14 y llegó a tener hatos de ovejas, y hatos de vacas y mucha servidumbre; y envidiáronle los filisteos;
15 Y todos los pozos que cavaran los niños de su padre, en los días de su padre Abrahán, cegaron los filisteos y llenáronlos de tierra.
16 Y dijo Abimelec a Isaac: «Retírate de nosotros, pues más poderoso que nosotros te has hecho sobremanera».
17 Y retiróse de allí Isaac; y detúvose en la hondonada de Gerar, y habitó allí.
18 Y descavó Isaac los pozos que cavaran los niños de su padre Abrahán y cegaran los filisteos, después de morir Abrahán, y llamóles con los mismos nombres que los llamara Abrahán su padre.
19 Y cavaron los niños de Isaac en la hondonada de Gerar, y hallaron allí un pozo de agua viva.
20 Y altercaron los pastores de Gerar con los pastores de Isaac, diciendo: «Nuestra es el agua»; y llamó el nombre de aquel pozo: «Agravio».
21 Y cavaron otro pozo; y también por él riñeron; y llamó su nombre: «Enemistad».
22 Y, partiendo de allí, cavó otro pozo, y no altercaron por él, y denominó su nombre: «Dilatación», diciendo: «Ahora nos ha dilatado Señor y acrecentándonos sobre la tierra».
23 Y subió de allí a Bersabé.
24 Y apareciósele Señor en aquella noche, y dijo: «Yo soy el Dios de Abrahán tu padre; no temas, que contigo soy, y te bendeciré, y multiplicaré tu simiente, por Abrahán mi siervo».
25 Y edificó allí altar e invocó el nombre de Señor y clavó allí su tienda; y cavaron allí los niños de Isaac un pozo.
26 Y Abimelec vino a él desde Gerar y Ocozat, su compañero,(a) y Ficol el príncipe de su milicia.
27 Y díjole Isaac: ¿«A qué habéis venido a mí? pues vosotros me odiáis y habéis arrojado de vosotros».
28 Y dijeron: «Hemos visto que Señor es contigo, y dicho: «Haya juramento entre nosotros y ti; y pactemos contigo un pacto
29 de no hacernos tú nada malo; así como nosotros nada de lo tuyo hemos tocado ni hecho lo que te dañe, y en paz te hemos despedido; y ahora tú bendito eres de Señor».
30 E hízoles festín y comieron y bebieron.
31 Y, levantándose al alba, juró el uno al otro; y despidióles Isaac; y partieron de él en paz.
32 Y aconteció el mismo día venir los niños de Isaac y noticiarle del pozo que cavaban, y dijeron: «Hemos hallado agua».
33 Y llamó el nombre de él: Abundancia(b). Por esto es el nombre de la ciudad: Bersabé,(c) hasta el día de hoy.
34 Y era Esaú de cuarenta años, y tomó por mujer a Judit, hija de Beer el heteo; y a Basemat, hija de Elán el heteo;
35 y altercaban con Isaac y Rebeca.
1 Esaú y Jacob contrarios Y aconteció, después de envejecer Isaac y desfallecer sus ojos para ver, que llamó a Esaú su hijo mayor y díjole: «¡Hijo mío!» Y díjole: «Heme aquí».
2 Y dijo: «He aquí, he envejecido, y no conozco el día de mi muerte.
3 Ahora, pues coge tus armas: la aljaba y el arco; y sal a la llanura y cázame caza;
4 y hazme viandas como amo yo, y tráeme para que coma; a fin de que te bendiga mi alma antes de morir».
5 Y Rebeca oyó hablar a Isaac con Esaú, su hijo; y Esaú fue a la llanura a cazar caza.
6 Y Rebeca dijo a Jacob su hijo menor: «He aquí, he oído a tu padre hablar con Esaú tu hermano, diciendo:
7 «Tráeme caza y hazme viandas para que, después de comer, te bendiga a faz de Señor, antes de morir».
8 Ahora, pues, hijo, escúchame en lo que te encargo:
9 y, yendo a las ovejas tómame de allí dos cabritos tiernos y hermosos, y los haré viandas para tu padre, cual ama;
10 y llevarás a tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de morir».
11 Y dijo Jacob a Rebeca su madre: «He aquí Esaú mi hermano es varón velloso, y yo, lampiño,
12 no sea que me atiente mi padre; y seré a faz de él como uno que burla y atraeré sobre mí maldición y no bendición».
13 Y díjole su madre: «Sobre mí, tu maldición, hijo; solamente escucha mi voz, y, yendo, tráeme».
14 Y fue, y cogió y trajo a su madre. E hizo su madre viandas como amaba su padre.
15 Y tomó Rebeca la vestidura de Esaú, su hijo mayor, la hermosa, que estaba cerca de ella en la casa y vistióla a Jacob, su hijo menor;
16 y con las pieles de los cabritos cubrió sus manos y lo desnudo de su cuello.
17 Y dio las viandas y el pan que había hecho, en mano de Jacob su hijo.
18 Y los entró a su padre, y dijo: «¡Padre mío!; y él dijo: «Heme aquí: ¿quién eres tú, hijo mío?
19 Y Jacob dijo a su padre: «Yo soy tu primogénito Esaú;(a) he hecho según me hablaste. Levántate, siéntate y come de la caza mía; para que me bendiga tu alma».
20 Y dijo Isaac a su hijo: «¿Qué esto tan pronto has hallado, hijo mío?» Y él dijo: «Porque Dios lo trajo a mi encuentro».
21 Y dijo Isaac a Jacob: «Acércate a mí, y te atentaré, hijo mío; si tú eres mi hijo Esaú, o no».
22 Y acercóse Jacob a Isaac su padre; y atentóle, y dijo: «La voz, voz de Jacob; pero las manos, manos de Esaú».
23 Y no le conoció; pues sus manos eran como las manos de Esaú, su hermano, vellosas; y bendíjole.
24 Y dijo: «¿Tú eres mi hijo Esaú?» y dijo: «Yo».
25 Y dijo: «Tráeme y comeré de tu caza, hijo mío, para que te bendiga mi alma». Y trájolo, y comió; y trájole vino, y bebió.
26 Y díjole Isaac su padre: «Llégate a mí y bésame, hijo mío».
27 Y llegóse y le besó. Y olió el olor de su vestidura, y bendíjole y dijo: «He aquí el olor del hijo mío, Cual olor de campo lleno que bendijo Señor
28 Y déte Dios del rocío del cielo, y, de la grosura de la tierra, muchedumbre de trigo y de vino;
29 Y sírvante las gentes, y adórente príncipes; y sé hecho señor de tus hermanos, y adórente los hijos de tu madre. Quien te maldijere ¡maldito! quien te bendijere ¡bendito!»
30 Y aconteció, acabando Isaac de bendecir a Jacob, y Jacob, de salir de la faz de Isaac, vino Esaú su hermano de su caza.
31 E hizo también él viandas y trajo a su padre; y dijo a su padre: «Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que me bendiga tu alma».
32 Y díjole Isaac su padre: «¿Quién eres tú?» Y dijo él: «Yo soy tu hijo primogénito Esaú».
33 Y espantóse Isaac con espanto grande sobremanera y dijo: «¿Quién pues ha sido el que cazó caza y me trajo, y comí de todo antes de entrar tú, y le bendije? Y bendito será»
34 Y aconteció, al oír Esaú las palabras de su padre, rugió con voz grande y amarga sobremanera, y dijo: «Bendíceme también a mí, padre mío».
35 Y díjole: «Vino tu hermano con engaño, y recibió tu bendición».
36 Y dijo: «Justamente es llamado su nombre Jacob; pues me ha suplantado ya ahora segunda vez: la primogenitura mía, se llevó, y ahora se ha llevado mi bendición». Y dijo: «¿No me has reservado bendición?»
37 E Isaac respondió y dijo a Esaú: «He aquí por señor te le he constituido y todos sus hermanos constituido siervos suyos; y con trigo y vino afianzándole: ¿y a ti qué haré, hijo mío?»
38 Y dijo Esaú a su padre: «¿Acaso una sola bendición tienes, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío». Y Esaú alzó su voz y lloró.
39 E Isaac, su padre, respondió y dijo: «He aquí lejos de la grosura de la tierra será tu vivienda, y del rocío del cielo desde arriba;
40 y sobre(b) tu cuchilla vivirás; y a tu hermano servirás y será cuando te agitares ¡sacudirás su yugo de tu cuello!»
41 Y odiaba Esaú a Jacob por la bendición que le bendijera su padre; y Esaú dijo en su pensamiento: «Aproximaránse los días del luto de mi padre, cuando matare yo a mi hermano Jacob».
42 Y anunciáronse a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor; y envió y llamó a Jacob su hijo menor, y díjole: «He aquí Esaú tu hermano, amenázate con matarte.
43 Ahora, pues, hijo mío, oye mi voz: y, levantándote huye a Labán, mi hermano, a Harán;
44 y habitarás con él algunos días, hasta que calmare el furor de tu hermano,
45 y su indignación contra ti, y olvidare lo que le has hecho; y, enviando, te retornaré de allá: ¿por qué he de ser despojada de los dos vosotros en día uno?»
46 Y dijo Rebeca a Isaac: «Hastiada estoy de mi vida por las hijas de Het. Si tomare Jacob mujer de las hijas de Het; ¿a qué a mí el vivir?»
1 Jacob en Mesopotamia Y llamó Isaac a Jacob, y bendíjole y mandóle, diciendo:»No tomarás mujer de las hijas de Canaán.
2 Alzando corre a Mesopotamia de Siria, a casa de Batuel, padre de tu madre, y tómate de allí mujer de las hijas de Labán, el hermano de tu madre.
3 Y Dios omnipotente te bendecirá, y acrecentará y multiplicará, que seas muchedumbres de pueblos;
4 y te dé la bendición de Abrahán, tu padre, a ti y a tu simiente, después de ti, para que heredes la tierra de tu peregrinación, que ha dado Dios a Abrahán».
5 Y despidió Isaac a Jacob; y partió a Mesopotamia, a Labán el hijo de Batuel, el siro, al hermano de Rebeca, la madre de Jacob y Esaú.
6 Y vio Esaú que bendijo Isaac a Jacob y le envió a Mesopotamia de Siria, a tomarse mujer, bendiciéndole y mandándole, diciendo: «No tomarás mujer de las hijas de Canaán».
7 Y que Jacob oyó a su padre y a su madre; y partió a Siria.
8 Y vio Esaú que malas eran las hijas de Canaán a faz de Isaac, su padre;
9 y fue Esaú a Ismael, y tomó a Mahelet, hija de Ismael, hijo de Abrahán, hermano de Nabayot, con sus mujeres para mujer.
10 Y salió Jacob de Bersabé y fue a Harán.
11 Y llegó a un lugar y durmió allí; porque se había puesto el sol; y tomó una de las piedras del lugar; y púsole debajo de su cabeza y durmió en aquel lugar.
12 Y soñó; y he aquí una escala afianzada en la tierra y su cabeza tocaba el cielo; y he aquí ángeles de Dios ascendían y descendían por ella.
13 Y he aquí el Señor estaba apoyado en ella; y dijo: «Yo el Señor el Dios de Abrahán tu padre y el Dios de Isaac: la tierra en que duermes, te daré y a tu simiente.
14 Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te delatarás hacia la mañana y la tarde, y la medianoche y el mediodía; y benditas serán en ti todas las tribus de la tierra, y en la simiente tuya.
15 Y he aquí yo contigo, guardándote, en todo camino que anduvieres, y te retornaré a esta tierra; pues no te abandonaré hasta hacer yo todo lo que he hablado».
16 Y despertó Jacob del sueño y dijo: «Verdaderamente, está Señor en este lugar, y yo no lo sabía».
17 Y temió y dijo: «¡Cuán terrible es este lugar! No es esto sino casa de Dios, y ésta la puerta del cielo».
18 Y levantóse Jacob al alba, y tomó la piedra que pusiera debajo de su cabeza, y erigióla en columna(a) y vertió aceite encima de ella.
19 Y llamó el nombre de aquel lugar: Betel(b); pero Luza era el nombre de la ciudad antes.
20 Y votó Jacob voto, diciendo: «Si fuere Dios conmigo y me guardare en este camino que ando y me diere pan que comer y vestido que ponerme;
21 y me devolviere con salud a casa de mi padre: me será Señor para Dios(c),
22 y esta piedra que he erigido en columna, será para mí una casa de Dios; y todo lo que me dieres diezmárelo para ti.»
1 Jacob y Labán Y alzó Jacob sus pies y partió a la tierra de los orientales.
2 Y miró, y he aquí un pozo en la llanura; y he aquí tres greyes de ovejas recostadas a par de él; pues de aquel pozo abrevábanse las greyes, y la piedra era grande sobre la boca del pozo.
3 y juntábanse allí todas las greyes, y rodaban la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y reponían la piedra sobre la boca del pozo en su sitio.
4 Y Jacob dijo a ellos: «Hermanos, ¿de dónde sois vosotros? Y dijeron: «De Harán somos».
5 Y díjoles: «¿Conocéis a Labán el hijo de Nacor?». Y ellos dijeron: «Conocémosle».
6 Y díjoles: «¿está bien?». Y ellos dijeron: «Bien está. Y he ahí Raquel, su hija viene con las ovejas de su padre».
7 Y dijo Jacob: «Aún es día mucho, no es todavía hora de juntar el ganado; abrevando las ovejas, yéndoos, apacentad».
8 Y dijéronle: «No podemos, hasta juntarse todas las greyes; y removeremos la piedra de la boca del pozo, y abrevaremos las ovejas».
9 Aún hablaba él con ellos, cuando Raquel llegó con las ovejas de su padre; pues ella apacentaba las ovejas de su padre.
10 Y aconteció que, al ver Jacob a Raquel, hija de Labán, el hermano de su madre, acercándose Jacob, rodó la piedra de la boca del pozo, y abrevó las ovejas de Labán, el hermano de su madre.
11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró.
12 Y notició a Raquel que hermano(a) del padre de ella, e hijo de Rebeca era; y corrió y anunció a su padre.
13 Y cuando Labán oyó la nueva de Jacob, el hijo de su hermana, corrió a su encuentro, y le abrazó y besó, y llevó a su casa; y contó a Labán todas estas palabras.
14 Y Labán díjole: «De mis huesos y mi carne eres tú». Y quedóse con él un mes.
15 Y dijo Labán a él: «Porque eres mi hermano ¿me servirás de balde? Dime qué es tu galardón».
16 Y tenía Labán dos hijas: el nombre de la mayor: Lía; y el nombre de la menor: Raquel.
17 Y los ojos de Lía eran débiles, pero Raquel era hermosa de faz y graciosa de aspecto.
18 Y amó Jacob a Raquel, y dijo: «Te serviré siete años por Raquel tu hija menor».
19 Y díjole Labán: «Mejor dártela a ti que darla a otro varón; quédate conmigo».
20 Y sirvió Jacob por Raquel siete años; y eran a faz de él como pocos días, por lo que la amaba.
21 Y dijo Jacob a Labán: «Dame mi mujer; que están cumplidos mis días para entrar a ella».
22 Y reunió Labán todos los varones del lugar e hizo bodas.
23 Y atardeció, y, tomando a Lía su hija, llevóla a él, y él vino a ella;
24 y dio Labán a su hija Lía una servidora; Zelfa, por servidora.
25 Y amaneció, y he aquí era Lía(b). Y dijo Jacob a Labán: «¿Qué me has hecho esto? ¿No te he servido por Raquel? ¿Y por qué me has engañado?(c)».
26 Y dijo Labán: «No es así en nuestro lugar: dar la menor antes de la mayor.
27 Cumple, pues, la semana de ésta, y te daré también ésta por el servicio que me sirvieres aún otros siete años».
28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de ésta; y dióle su hija Raquel por mujer.
29 Y dio Labán a su hija Raquel, su servidora —Bala por servidora.
30 Y entró a Raquel, y amó más a Raquel que a Lía; y sirvióle otros siete años.
31 Y vio Señor Dios que era desamada Lía y abrió su matriz, mas Raquel era estéril.
32 Y concibió Lía y parió hijo; y llamó su nombre: Rubén(d); pues dijo: «Por esto: porque Señor ha visto mi bajeza: ahora me amará mi marido».
33 Y concibió otra vez y parió hijo y dijo: «Ha oído Señor que soy desamada, y me ha dado también éste»; y llamó su nombre: Simeón.
34 Y concibió de nuevo y parió hijo, y dijo: «Ahora, esta vez, será para mí mi marido; que le he parido tres hijos»; por esto se llamó su nombre: Leví(e).
35 Y concibió todavía y parió hijo; y dijo: «Esta vez confesaré a Señor», por esto llamó su nombre: Judá(f). Y cesó de parir.
1 Otros hijos de Jacob. Este se enriquece Y, viendo Raquel que no le paría a Jacob, envidió a su hermana, y dijo a Jacob: dame hijos; de no me muero».
2 Y airóse Jacob con Raquel y díjola: «¿Acaso estoy en lugar de Dios yo, quien te ha negado fruto de vientre?»
3 Y dijo: «He aquí mi servidora Bala; entra a ella a fin de que para sobre mis rodillas(a), y tenga yo también hijos de ella».
4 Y dióle Bala su servidora por mujer, y entró a ella Jacob;
5 y concibió y parió a Jacob un hijo.
6 Y dijo Raquel: «Juzgádome ha Dios, y escuchado mi voz y dádome un hijo»; por esto llamó su nombre: Dan(b).
7 Y concibió otra vez Bala, la servidora de Raquel, y parió a Jacob un segundo hijo.
8 Y Raquel dijo: «Lucha de Dios luché con mi hermana, y vencí»; y nombró su nombre: Neftalí(c).
9 Y vio Lía que había cesado de parir y tomó a Zelfá, su servidora y dióla a Jacob por mujer.
10 Y parió Zelfá, la servidora de Lía a Jacob un hijo.
11 Y dijo Lía: «Felizmente»; y llamó su nombre: Gad(d).
12 Y parió Zelfá, la servidora de Lía, un segundo hijo a Jacob.
13 Y dijo Lía: «Bienaventurada yo, porque bienaventurada me dicen las mujeres»; y llamó: Aser(e).
14 Y fue Rubén en los días de la mies del trigo, y halló manzanas de mandrágora(f) en el campo y trájolas a Lía su madre. Y dijo Raquel a Lía: «Dame de las mandrágoras de tu hijo».
15 Y dijo: «¿No te basta haberte llevado mi marido, que también las mandrágoras de mi hijo te has de llevar?». Y dijo Raquel: «Duerma contigo esta noche a trueque de las mandrágoras de tu hijo».
16 Y vino Jacob del campo a la tarde, y fue Lía a su encuentro y dijo: «A mí entrarás hoy, que te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo». Y durmió con ella esa noche».
17 Y oyóla Dios, y concibió y parió a Jacob el hijo quinto.
18 Y dijo: «Me ha dado Dios mi galardón porque di mi servidora a mi marido»; y llamó su nombre Isacar(g).
19 Y concibió todavía Lía y parió el hijo sexto a Jacob.
20 Y dijo Lía: «Me ha dado Dios dádiva bella; esta vez habitará conmigo mi marido, pues le he parido seis hijos»; y llamó su nombre Zabulón(h).
21 Y, después de esto, parió hija; y llamó su nombre: Dina.
22 Y acordóse Dios de Raquel, y oyóla y abrió su matriz.
23 Y concibió y parió un hijo, y dijo: «Quitó Dios mi oprobio».
24 Y llamó su nombre: José(i), diciendo: «Añadiérame Dios otro hijo».
25 Y aconteció, cuando parió Raquel a José, dijo Jacob a Labán: «Despídeme para volverme a mi lugar y a mi tierra.
26 Dame mis mujeres y mis hijos, por quienes te he servido para irme; pues tú conoces la servidumbre con que te he servido.
27 Y díjole Labán: Si he hallado gracia delante de ti —(he augurado; pues me ha bendecido Dios por ti);
28 determina el salario tuyo, y te lo daré».
29 Y díjole Jacob: «Tú conoces cómo te he servido, y cuánto era tu ganado conmigo;
30 pues poco era, cuanto había delante de mí, y ha crecido en muchedumbre; y bendecídote Señor a mi pisada. Ahora, empero ¿cuándo me he de hacer yo también casa?
31 Y dijo Labán: «¿Qué te daré»? Y díjole Jacob: «No me darás nada: si me hicieres esta palabra, de nuevo pastorearé tus ovejas y guardaré:
32 Atraviesa(j) por todas tus ovejas hoy, y separa de allí toda oveja pintada y abigarrada; y todo lo que fuere negro y manchado y pintado, tanto en las ovejas como en las cabras, será mi salario.
33 Y testimoniará por mí mañana mi justicia, cuando viniere mi salario ante ti: todo lo que no fuere pintado y abigarrado y negro tanto en las ovejas como en las cabras, hurtado será delante de mí».
34 Y dijo Labán: «Sea según tu palabra».
35 Y separó aquel día las cabras, y ovejas y los cabríos y los carneros pintados y manchados; pero todo ganado unicolor, esto es: de vellón blanco y negro entregó en mano de sus hijos.
36 Y puso un camino de tres días entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las ovejas de Labán.(k)
37 Y tomóse Jacob varas verdes de pobo,(l) y almendro y plátano y descortézolas con descortezaduras blancas, arrancando lo verde; y apareció multicolor lo blanco(m) lo de las varas.
38 Y dispuso las varas que había descortezado, dentro de los abrevaderos de las aguas, para que, viniendo las ovejas a beber, a la vista de las varas, se recalentaran.
39 Y recalentáronse las ovejas a la vista de las varas, y parieron blanquizcos, y pintados y cenicientos.
40 Y los corderos separó Jacob, y puso delante de las ovejas lo blanquizco y todo lo pintado en los corderos, y segregó para sí greyes aparte, y no la mezcló con las ovejas de Labán.
41 Y aconteció que, cuando la primera vez apetecían ayuntamiento las ovejas, ponía Jacob las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que, a su vista, concibiesen;
42 pero, cuando venían las concepciones tardías, no las ponía; e hízose lo tardío de Labán y lo primerizo de Jacob.
43 Y enriquecióse el hombre muy sobremanera, y tuvo ganado mucho, y siervos y siervas; y camellos y asnos.
1 Huye Jacob; riñe con Labán; pactan alianza Y oyó las palabras de los hijos de Labán, diciendo: «Llevóse Jacob todo lo de nuestro padre; y de lo de nuestro padre ha hecho toda esta gloria».
2 Y vio Jacob el rostro de Labán; y he aquí no era con él como ayer y anteayer.
3 Y dijo Señor a Jacob: «Vuelve a la tierra de tus padres, y a tu linaje; y seré yo contigo».
4 Y envió Jacob y llamó Raquel y Lía al campo donde los rebaños;
5 y díjoles: «Veo yo el rostro de vuestro padre que no es para conmigo como ayer y anteayer; pero el Dios de mi padre ha sido conmigo.
6 Y vosotras mismas sabéis que con toda mi fuerza he servido a vuestro padre.
7 Pero vuestro padre me ha engañado y mudado mi salario diez(a) veces; y no le ha dado Dios hacerme mal.
8 Si él así decía: «las pintadas serán tu salario», parían todas las ovejas pintadas;(b) y si decía: «las blancas serán tu salario», parían todas las ovejas blancas.
9 Y ha quitado Dios todo el ganado de vuestro padre y dádomelo a mí».
10 Y aconteció que, cuando se recalentaban las ovejas, alcé mis ojos en sueño, y he aquí los machos que subían sobre las hembras, eran blanquizcos, y pintados y cenicientos manchados.
11 Y díjome el ángel de Dios en el sueño: «¡Jacob!» Y yo dije: «Heme aquí».
12 Y dijo: «Alza tus ojos, y ve: todos los machos que suben sobre las hembras, blanquizcos y pintados y cenicientos manchados;(c) pues he visto cuanto Labán te hace.
13 Yo soy el Dios de Betel, donde ungiste una columna, y voto me votaste. Ahora, pues, levántate y sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento».
14 Y respondieron Raquel y Lía y dijéronle: «¿Acaso tenemos aún parte y herencia en la casa de nuestro padre?»
15 No hemos sido reputadas como extrañas por él y nos ha vendido y devorado el dinero de nuestra venta?
16 Mas todas las riquezas ha quitado Dios a nuestro padre, y entregádolas a nosotros y nuestros hijos; ahora, pues, cuanto te ha dicho Dios, haz».
17 Levantóse, pues, Jacob, y alzó sus hijos y sus mujeres sobre los camellos.
18 Y llevó consigo todos sus haberes, y ganado y cuanto había adquirido en Mesopotamia, para ir a Isaac su padre, a la tierra de Canaán.
19 Y Labán había salido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de su padre.
20 Y Jacob ocultóse de Labán el siro, no anunciándole que se huía.
21 Y huyóse él y todo lo suyo y pasó el río y dirigióse al monte de Galaad.
22 Y anuncióse al día tercero a Labán que se había huido Jacob.
23 Y tomó consigo sus hermanos, y persiguióle siete días y le cogió en el monte de Galaad.
24 Y vino Dios a Labán el siro en sueños de noche y díjole: «Guárdate que no hables a Jacob cosa mala».
25 Y cogiera Labán a Jacob y fijara Jacob su tienda, y Labán fijó su tienda con sus hermanos en el monte.
26 Y dijo Labán a Jacob: «¿Qué has hecho? engañaste mi corazón y condujiste mis hijas como cautivas de guerra.
27 ¿Por qué hiciste secretamente y no me avisaste para haberte enviado con alegría y con música, con tímpanos y cítaras?
28 Y no me has permitido besar a mis niñitos y mis hijas; y ahora insensatamente has obrado.
29 Y ahora puede mi mano hacerte mal; pero el Dios de vuestro padre ayer hablóme diciendo: «Guárdate que no hables contra Jacob cosa mala».
30 Y ahora te has ido, porque ansiabas volver a casa de tu padre: «¿por qué me hurtaste mis dioses?»
31 Y respondió Jacob y dijo a Labán: «Porque temía, pensando no me arrebatases tus hijas.
32 Cerca de quien hallares tus dioses, no vivirá delante de nuestros hermanos: reconoce qué hay de tuyo cerca de mí y tómalo», y no sabía que Raquel los había hurtado.
33 Y entró Labán en la tienda de Jacob y de Lía y de las servidoras, y no halló nada. Y entró en la tienda de Raquel.
34 Pero Raquel había tomado sus ídolos y puéstolos debajo de una albarda de camello y sentádose encima. Y Labán rebuscó por toda la tienda y nada halló.
35 Y dijo ella a su padre: «No se aíre mi señor que no pueda levantarme, pues tengo lo de la costumbre de las mujeres». Y rebuscó y no halló los ídolos.
36 Y airóse Jacob y riñó a Labán. Y Jacob respondió y dijo a Labán: «¿Cuál es mi culpa y cuál el pecado que te has lanzado tras mí,
37 y has escudriñado todo el menaje de mi casa? ¿Qué has hallado de todo el menaje de tu casa? ¡Pónlo aquí delante de tus hermanos y mis hermanos, juzguen entre mí y ti!
38 Veinte años ha que estoy contigo; tus ovejas y tus cabras no han dejado de parir; carneros de tus ovejas no me he comido.
39 Lo apresado por fieras no te traía; yo tenía que pagar; de mi mano pedías lo robado de día y de noche.
40 De día consumíame el calor, y la escarcha de noche, y retirábase el sueño de mis ojos.
41 Así he estado veinte años en tu casa, te he servido catorce años por tus dos hijas y seis años por tus greyes; y tú mudaste mi salario diez veces.
42 Si el Dios de mi padre Abrahán y el temor de Isaac(d) no hubiera sido conmigo, ahora vacío me despidieras; mi aflicción y el trabajo de mis manos ha mirado Dios, y te increpó ayer».
43 Y respondió Labán y dijo a Jacob: «Las hijas son mis hijas y los hijos, mis hijos, y tu ganado, ganado mío, y cuanto ves, mío es; pero a mis hijas ¿qué les haré a éstas ahora o a los hijos que parieron?
44 Ahora, pues, ven y hagamos alianza yo y tú, y sea ella en testimonio(e) entre mí y ti».
45 Y tomó Jacob una piedra, y erigióla en columna.
46 Y dijo Jacob a sus hermanos: «Recoged piedras». Y recogieron piedras e hicieron un montículo, y comieron allí sobre el montículo.
47 Y Labán le llamó: Montículo testigo; y Jacob le llamó: Montículo testimonio (cada uno según la propiedad de su lengua).
48 Y dijo Labán: «Este montículo será testigo entre mí y ti; por esto fue llamado su nombre: Galaad (esto es: Montículo del testimonio);
49 y: La visión, porque dijo: Mire Dios entre mí y ti, cuando nos apartáremos el uno del otro:
50 Si afligieres a mis hijas e introdujeres otras mujeres sobre ellas; aunque ningún hombre esté con nosotros, mira: Dios es testigo entre ti y mi.»
51 Y dijo Labán a Jacob: «He aquí el montículo y la columna que he erigido entre mí y ti,
52 testigo sea este montículo y columna de que ni yo iré a ti, pasando de este montículo, ni tú pasarás de este montículo y esta columna para mal.
53 El Dios de Abrahán y el Dios de Nacor juzgará entre nosotros; el Dios(f) de sus padres. Y juró Jacob por él a quien temía su padre Isaac.
54 Y Jacob inmoló víctimas en el monte; y convidó a sus hermanos a comer; y comieron y durmieron en el monte.
55 Y Labán se levantó al alba y besó sus hijas, y bendíjoles, y volvió a su lugar.
1 Jacob envía dones a Esaú, y lucha con el ángel. Y Jacob fue por su camino, viniéronle al encuentro ángeles.
2 Y dijo Jacob al verles: «Campamento de Dios es éste», y llamó el nombre de aquel lugar: Mahanaim(a) (esto es: Campamentos).
3 Y envió Jacob mensajeros delante de sí, a Esaú, su hermano, a la tierra de Seír, a la región de Edom;
4 y preceptuóles, diciendo: «Así diréis a mi señor Esaú: «Así dice tu hermano(b) Jacob: Cerca de Labán he peregrinado y permanecido hasta ahora,
5 y adquirí bueyes, y asnos, y ovejas; y niños y niñas; y he enviado a anunciarlo a mi señor Esaú, para que tu niño halle gracia delante de ti».
6 Y volvieron los mensajeros a Jacob, diciendo: «Hemos venido a tu hermano Esaú; y viene a tu encuentro y cuatrocientos varones con él».
7 Y temió Jacob sobremanera y vaciló; y dividió el pueblo el con él, y las ovejas y los bueyes y camellos en dos campamentos,
8 y dijo: «Si viniere Esaú a uno de los campamentos y lo destrozare, será el campamento el segundo para que se salve».
9 Y dijo Jacob: «El Dios de mi padre Abrahán y el Dios de mi padre Isaac, Señor que me dijiste: «Vuelve a tu tierra y al lugar de tu nacimiento y yo te haré bien».
10 Menor soy que toda gracia y toda verdad(c) que has hecho a tu siervo; pues con mi báculo pasé este Jordán; y ahora heme hecho dos campamentos.
11 Líbrame de la mano de mi hermano Esaú; que le temo, no sea que venga y me hiera, a madre con hijos.
12 Y tú has dicho: «Bien te haré, y pondré tu simiente como la arena del mar que no se contará por lo mucha».
13 Y durmió allí aquella noche y tomó de lo que llevaba, un presente para su hermano Esaú:
14 cabras doscientas, cabríos veinte; ovejas doscientas y carneros diez;
15 camellas paridas con sus crías, treinta; vacas cuarenta y toros veinte(d); asnas veinte y diez pollinos.
16 Y diólos en mano de sus siervos: manada por manada; y dijo a sus siervos: «Adelantaos a mí, y espacio haced entre manada y manada.
17 Y mandó al primero, diciendo: «Si te encontrare Esaú, mi hermano, y te preguntare: «¿Cuyo eres»? o: «¿Adónde vas?» o: «¿Para quién es eso que va delante de ti?»;
18 responderás: «De tu niño Jacob: presentes ha enviado a mi señor Esaú, y he ahí a él mismo detrás de nosotros».
19 Y mandó al segundo y al tercero y a todos los que se iban adelantando, detrás de las manadas, diciendo: «Según estas palabras hablaréis a Esaú hallándole, y diréis:
20 He aquí tu niño Jacob viene en pos de nosotros». Pues dijo: «Propiciaré su rostro con los presentes que me preceden; y después veré su rostro: acaso aceptará el rostro mío».
21 Y precedían los presentes ante su faz; y él durmió aquella noche en el campamento.
22 Y levantóse con noche, tomó sus dos mujeres y las dos servidoras y sus once niñitos y pasó el vado del Jaboc.
23 Y tomóles y pasó el torrente, y pasó todo lo suyo.
24 Y quedó solo, y luchó con él un hombre(e) hasta el amanecer.
25 Y vio que no podía contra él, y tocó la cavidad de su muslo, y se paralizó la cavidad del muslo de Jacob; al luchar con él.
26 Y díjole: «Déjame, que ha subido la aurora(f). Y él dijo: «No te he de dejar, si no me bendijeres».
27 Y díjole: «¿Cuál es tu nombre?» Y díjole: «Jacob».
28 Y díjole: «No se denominará ya tu nombre: Jacob, sino Israel(g); porque has prevalecido contra Dios; también contra hombre poderoso(h)».
29 Y preguntó Jacob y dijo: «Anúnciame tu nombre». Y dijo: «¿Por qué preguntas mi nombre?»(i) Y bendíjole allí.
30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar: Fanuel(j)»: pues he visto a Dios faz a faz, y salvóse mi alma».(k)
31 Y salióle el sol, cuando pasó de Fanuel, y cojeaba de su muslo.
32 Por esto no han de comer los hijos de Israel, el nervio que se paralizó el que está en la cavidad del muslo, hasta el día de hoy; pues tocó en la cavidad del muslo de Jacob, en el nervio.
1 Reconcíliase con Esaú Y alzó Jacob sus ojos y vio, y he aquí Esaú su hermano venía, él y cuatrocientos hombres con él; y dividió a los niñitos con Lía y con Raquel y las dos servidoras;
2 y puso a las dos servidoras y los hijos de ellas adelante, y a Lía y sus niñitos, detrás; y a Raquel y José los últimos.
3 Y él mismo adelantóse a ellos y adoró(a) sobre la tierra siete veces, hasta acercarse a su hermano.
4 Y corrió Esaú a su encuentro, y abrazóle, y le besó y echóse sobre su cuello; y lloró(b)
5 Y alzó los ojos, y vio las mujeres y los niñitos y dijo: «¿Qué?» ¿éstos son tuyos? Y dijo: «Los niñitos, con que Dios se apiadó del niño tuyo».
6 Y llegáronse las servidoras y los niñitos de ellas y adoraron.
7 Y llegóse Lía y los hijos de ella, y adoraron; y, después de esto llegóse José y Raquel(c), y adoraron.
8 Y dijo: «¿Qué? ¿esto tuyo es: todos estos campamentos que he encontrado?». Y el dijo: «Para hallar el niño tuyo gracia en los ojos de mi señor».
9 Y dijo Esaú: «Tengo mucho, hermano: sea tuyo lo tuyo».
10 Y dijo Jacob: «No tal; sino que, si he hallado gracia en tus ojos, recibe los dones de mis manos; puesto que he visto en tu rostro, como se ve el rostro de Dios(d); y me complacerás:
11 toma las bendiciones que te he traído, porque Dios se ha apiadado de mí; y tengo todo».Y obligóle y aceptó.
12 Y dijo: «Levantémonos y caminemos e iré a tu lado».
13 Y díjole: «Mi señor sabe que los niñitos son tiernos; y las ovejas y las vacas paridas, conmigo; y si las apurare un día, morirá todo el ganado.
14 Adelántese mi señor a su niño; y yo seguiré, según la lentitud de mi marcha(e), al paso de los niñitos, hasta venir a mi señor, a Seír».
15 Y dijo Esaú: «Dejaré contigo del pueblo el conmigo». Y él dijo: «¿A qué esto? Basta haber hallado gracia en tus ojos, señor».
16 Y volvió Esaú en aquel día a su camino hacia Seír.
17 Y Jacob levantóse a Sucot; e hízose allí casa y a su ganado hizo tiendas; por esto se llamó el nombre del lugar: Sucot (esto es: Tiendas).
18 Y vino Jacob a Salem, ciudad de síquimos; la que está en tierra de Canaán, cuando vino de Mesopotamia de Siria; y establecióse a faz de la ciudad.
19 Y compró una parte del campo donde había fijado su tienda, de Hemor padre de Siquem, en cien corderos.
20 Y erigió allí altar y le llamó: «Dios es el Dios de Israel».
1 Dina y Siquem Y salió Dina la hija de Lía a conocer las hijas de la región.
2 Y viéndola Siquem, el hijo de Hemor, heveo, el príncipe de la tierra tomóla y durmió con ella y violentóla.
3 Y adhirióse de alma a Dina, la hija de Jacob; y amó a la joven y habló al corazón de la joven.
4 Y Siquem dijo a su padre Hemor: «Tómame a esta niña por mujer».
5 Y Jacob oyó haber mancillado el hijo de Hemor a Dina su hija (y sus hijos estaban con su ganado en el campo) y calló Jacob hasta volver ellos.
6 Y salió Hemor el padre de Siquem, a hablarle.
7 Y los hijos de Jacob volvieron del campo, y, al oirlo enfureciéronse y contristáronse sobremanera, por haber hecho Siquem cosa ignominiosa a Israel, durmiendo con la hija de Jacob; y no así ha de ser.
8 Y habló con ellos Hemor, y dijo: «Siquem, mi hijo, ha elegido el alma de vuestra hermana; dádsela, pues, por mujer.
9 Emparentaos con nosotros: las hijas vuestras dadnos, y las hijas nuestras tomaos.
10 Y entre nosotros habitad, y la tierra os esté abierta; negociad sobre ella y poseedla».
11 Y dijo Siquem al padre de ella y a los hermanos de ella: «Halle gracia yo delante de vosotros; y lo que me dijéreis, os daremos.
12 Acrecentadme grandemente el dote y los dones, y daré según dijereis: sólo dadme este niña por mujer».
13 Y respondieron los hijos de Jacob a Siquem y Hemor, su padre, con dolo, habláronles porque mancillado había a la hermana de ellos.
14 Y dijéronles(a): «No podemos esto hacer: dar nuestra hermana a hombre que tiene prepucio: es ignominia para nosotros.
15 En esto pactaremos con vosotros: si os hiciereis también vosotros como nosotros: circuncidándose todo lo masculino vuestro;
16 y os daremos nuestras hijas, y vuestras hijas tomaremos, y habitaremos con vosotros: y seremos un pueblo;
17 pero si no os circuncidáreis, tomaremos nuestra hija y nos iremos».
18 Y plugieron las palabras en los ojos de Hemor y en los ojos de Siquem el hijo de Hemor;
19 y no tardó el jovencillo en hacer esta palabra; que apegado estaba a la hija de Jacob; y él era el más esclarecido de todos en la casa de su padre.
20 Y Hemor y Siquem, su hijo vinieron a la puerta de su ciudad y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo:
21 «Estos hombres pacíficos son para con nosotros: quieren habitar en el país y conversar en él; pero abierto está delante de ellos: sus hijas nos tomaremos por mujeres, y nuestras hijas les daremos.
22 Sólo en esto pactarán con nosotros los hombres habitar con nosotros hasta ser un pueblo: si circuncidamos todo lo masculino nuestro, según ellos están circuncidados.
23 Y el ganado de ellos, y sus haberes, y sus bestias ¿no serán de nosotros? Sólo en esto pactemos con ellos; y habitarán con nosotros».
24 Y oyeron a Hemor y Siquem su hijo, todos los que salieron a la puerta de su ciudad, y circuncidóse todo lo masculino.
25 Y aconteció que, al tercero día, cuando estaban con el dolor, cogieron los dos hijos de Jacob: Simeón y Leví, hermanos de Dina, cada uno su cuchilla y entraron en la ciudad desprevenida, y mataron lo masculino todo.
26 Y a Hemor y Siquem, su hijo mataron a filo de cuchilla, y tomaron a Dina de casa de Siquem y salieron.
27 Y los hijos de Jacob lanzáronse sobre los occisos y saquearon la ciudad, por haberse mancillado a Dina, su hermana.
28 Y sus ovejas, y sus vacas, y sus asnos y cuanto había en la ciudad y cuanto había en el campo, lleváronse.
29 Y toda su hacienda, y sus niños y sus mujeres cautivaron.
30 Y dijo Jacob a Simeón y Leví: «Entristecídome habéis hasta hacerme odioso a los cananeos y a los ferezeos, los habitantes de esta tierra; pues poco soy en número, y, juntándose me destrozarán,y exterminado seré, yo y mi casa».
31 Y dijeron: «Por ventura ¿cual ramera abusarán de nuestra hermana?».
1 Y Dios aparécese de nuevo a Jacob. Muerte de Raquel y de Isaac Y Dios dijo a Jacob: «Levántate y sube a Betel, y habita allí, y haz altar al Dios que se te apareció, cuando huías de Esaú, tu hermano».
2 Y dijo Jacob a su casa y a todos los con él: «Quitad los dioses ajenos de en medio de vosotros; y purificaos y mudad vuestras vestiduras;
3 y nos levantaremos y subiremos a Betel y haremos allí un altar al Dios que oyó en el día de mi tribulación; quien estuvo conmigo y me salvó en el camino que anduve».
4 Y dieron a Jacob todos los dioses ajenos que estaban en sus manos y los zarcillos que estaban en sus orejas; y enterrólos bajo el terebinto, que hay detrás de Siquem.
5 Y levantáronse, y hubo un terror de Dios sobre todas las ciudades las en torno de ellos, y no persiguieron a los hijos de Jacob.
6 Y vino Jacob a Luza, que estaba en tierra de Canaán; la que es Betel, él y todo el pueblo que estaba con él.
7 Y edificó allí altar y llamó el nombre de aquel lugar: Casa de Dios(a), pues allí apareciósele Dios cuando huía de su hermano.
8 Y murió Débora, la nodriza de Rebeca, y más abajo de Betel fue sepultada debajo de la encina que llamó el nombre de ella: Encina del llanto.
9 Y aparecióse Dios a Jacob nuevamente, cuando volvió de Mesopotamia, y bendíjole.
10 Y díjole Dios: «Tu nombre ya no será llamado: Jacob, sino Israel, será tu nombre» y llamó su nombre Israel.
11 Y díjole Dios: «Yo soy Dios el omnipotente: cría y multiplícate, y gentes y congregaciones de gentes vendrán de ti; y reyes saldrán de tus lomos.
12 Y la tierra que he dado a Abrahán e Isaac, te daré y a tu simiente después de ti».
13 Y alzóse Dios del lugar donde le hablara.
14 Y puso Jacob columna en el lugar donde le hablara: columna de piedra; y libó sobre ella una libación; y derramó sobre ella aceite.
15 Y llamó Jacob el lugar donde hablara con él Dios: Betel.
16 Y alzó de allí y vino en primavera(b) hasta cerca de Efrata, y parió Raquel, y trabajó en el parir.
17 Y aconteció, al parir ella trabajosamente, díjole la partera: «No temas; que también éste es hijo».
18 Y aconteció que, al retirársele el alma, pues murió; nombró su nombre: Benoni; (esto es: Hijo de mi dolor), pero su padre llamóle Benjamín esto es (Hijo de la diestra).
19 Y murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efrata, esto es: Belén.
20 Y puso Jacob columna sobre su sepulcro, ésta es la columna del sepulcro de Raquel hasta el día de hoy.
21 E Israel levantóse y fijó su tienda, detrás de la torre de greyes.
22 Y aconteció, al habitar Israel en aquella tierra, fue Rubén y durmió con Balá la concubina de su padre; y oyólo Israel(c). Fueron los hijos de Jacob doce:
23 Los hijos de Lía: el primogénito, de Jacob: Rubén y Simeón, y Leví, y Judá, e Isacar y Zabulón.
24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín.
25 Y los hijos de Balá, niña de Raquel: Dan y Neftalí.
26 Y los hijos de Zelfá, niña de Lía: Gad y Aser. Estos son los hijos que le nacieron en Mesopotamia de Siria.
27 Y vino Jacob a Isaac, su padre, a Mambré, a la ciudad de Arbé; esta es: Hebrón, donde peregrinaran Abrahán e Isaac.
28 Y llegaron a ser los días de Isaac ciento ochenta años.
29 Y, desfalleciendo, murió y fue reunido a su linaje, anciano y lleno de días y sepultáronle Esaú y Jacob, sus hijos.
1 Genealogías de Esaú Estas son las generaciones de Esaú; este es: Edom.
2 Esaú tomóse mujeres de las hijas de Canaán: a Adá, hija de Elón el heteo; y a Olibamá, hija de Sebeón, el heveo;
3 y a Basemat, hija de Ismael, hermano de Nabayot.
4 Y Adá a Esaú parió a Elifaz; y Basemat parió a Ragüel.
5 Y Olibamá parió a Jehús, y a Yelón y Coré. Estos son los hijos de Esaú que le nacieron en tierra de Canaán.
6 Y Esaú tomó sus mujeres; y su hijos, y sus hijas, y todas las almas(a) de su casa, y todos sus haberes, y su ganado y todo cuanto había adquirido en la tierra de Canaán, y partió de la tierra de Canaán, de la faz de Jacob su hermano.
7 Pues eran sus haberes muchos para habitar juntos, y no podía la tierra de su peregrinación llevarles por la muchedumbre de sus greyes.
8 Y habitó Esaú en el monte de Seír; Esaú, éste es Edom.
9 Y éstas las generaciones de Esaú, padre de Edom, en el monte de Seír.
10 Y éstos los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz: hijo de Adá, mujer de Esaú; y Ragüel, hijo de Basemat; mujer de Esaú.
11 Y fueron los hijos de Elifaz: Teman, Omar, Sefó, y Gatam y Cenez.
12 Y Tamna era concubina de Elifaz; hijo de Esaú y a Elifaz parió a Amalec. Estos son los hijos de Adá, mujer de Esaú.
13 Y éstos son los hijos de Ragüel: Nahat y Zará, Samá y Mezá; éstos los hijos de Basemat, mujer de Esaú.
14 Y éstos eran los hijos de Olibamá, hija de Aná, hija de Sebeón, mujer de Esaú; y a Esaú parió a Jehús e Ihelón y Coré.
15 Y éstos son los caudillos de los hijos de Esaú: los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: caudillo Temán, caudillo Omar, caudillo Cenés,
16 caudillo Coré, caudillo Gatam, caudillo Amalec; éstos son los hijos de Elifaz en tierra de Edom; y éstos los hijos de Adá.
17 Y éstos, los hijos de Ragüel, hijo de Esaú: caudillo Nahat, caudillo Zará, caudillo Samá, caudillo Mezá; éstos son los caudillos de Ragüel en tierra de Edom; éstos son los hijos de Basemat, mujer de Esaú.
18 Y éstos los hijos de Olibamá, mujer de Esaú: caudillo Jehús, caudillo Yhelón, caudillo Coré; éstos, los caudillos de Olibamá hija de Aná, mujer de Esaú.
19 Estos son los hijos de Esaú, y éstos los caudillos de ellos; éste es Edom.
20 Estos son los hijos de Seír, el horreo, habitadores de la tierra: Lotán, y Sobal, y Sebeón, y Aná,
21 y Disón, y Eser y Disam(b); éstos son los caudillos del horreo, los hijos de Seír, en tierra de Edom.
22 Y fueron hijos de Lotán: Horí y Hemán; y hermana de Lotán: Tamná.
23 Y éstos, los hijos de Sobal: Alván, y Manahat, y Ebal, y Sef y Onán.
24 Y éstos los hijos de Sebeón: Ayá y Aná(c) éste es Aná que halló los yemitas(d) en el desierto, al apacentar los asnos de Sebeón, su padre.
25 Y éstos los hijos de Aná: Disón; y Olibamá, hija de Aná.
26 Y éstos son los hijos de Disón: Hamdán y Esebón y Jetram y Corán.
27 Y éstos, los hijos de Eser: Balaán y Zaván y Acán.
28 Y éstos, los hijos de Disán: Hus y Aram.
29 Estos caudillos de los horreos: caudillo Lotán, caudillo Sobal, caudillo Sebeón, caudillo Aná,
30 caudillo Disón, caudillo Eser, caudillo Disán; éstos los caudillos de los horreos en las capitanías de ellos en tierra de Seír.
31 Y éstos los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes de tener rey los hijos de Israel:
32 reinó en Edom, Balac, hijo de Beor; y el nombre de su ciudad: Denabá.
33 Y murió Balac, y reinó en su lugar Jobab, hijo de Zará, de Bosrá.
34 Y murió Jobab y reinó en su lugar Husam, de tierra de temanitas.
35 Y murió Husam, y reinó en su lugar Hadad, hijo de Badad; que destrozó a Madián en la llanura de Moab; y nombre de su ciudad: Avit.
36 Y murió Hadad, y reinó en su lugar Semlá, de Masrecá.
37 Y murió Semlá y reinó en su lugar Saúl, del río de Rohobot.
38 Y murió Saúl, y reinó en su lugar Balanán, hijo de Acbor.
39 Y murió Balanán, y reinó en su lugar Adar; y el nombre de su ciudad: Fau; y el nombre de su mujer: Meetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.
40 Estos, los nombres de los caudillos de Esaú, en sus familias, según sus lugares y nombres: caudillo Tamná, caudillo Alvá, caudillo Jetet,
41 caudillo Olibamá, caudillo Elá, caudillo Finón,
42 caudillo Cenez, caudillo Temán, caudillo Mebsar,
43 caudillo Magdiel, caudillo Hiram; éstos los caudillos de Edom según sus moradas en la tierra de su posesión; éste, Esaú, padre de Edom(e).
1 José en Canaán Y Jacob habitaba en la tierra donde peregrinó su padre: en tierra de Canaán.
2 Y éstas son las generaciones(a) de Jacob. José de diecisiete(b) años, estaba pastoreando con sus hermanos, las ovejas, y, como niño(c) con los hijos de Balá y con los hijos de Zelfá, las mujeres de su padre; y trajo José infamia mala(d) acerca de ellos a su padre.
3 Y amaba Israel a José sobre todos sus hijos, porque hijo de vejez le era; e hízole una túnica multicolor.
4 Pero, viendo sus hermanos que le amaba su padre sobre todos sus hijos, aborreciéronle, ni podíanle hablar nada pacífico.
5 Y, habiendo soñado José un sueño, contóle a sus hermanos, y aborreciéronle, por esto, aún más.
6 Porque les dijo: «Escuchad este sueño que soñé:
7 He aquí atábamos gavilla en el campo, y he aquí la gavilla mía alzóse y enderezóse; y he aquí, poniéndose alrededor vuestras gavillas adoraban la gavilla mía».
8 Y dijéronle sus hermanos: «¿Acaso reinando reinarás sobre nosotros, o, señoreando nos señorearás?» Y aborrecíanle aún más por sus sueños y sus palabras.
9 Y vio otro sueño, y narrólo a su padre y a sus hermanos y dijo: «He aquí soñé otro sueño; y he aquí el sol y la luna y once estrellas adorábanme».
10 Y narrólo a su padre y a sus hermanos, y su padre le increpó, y díjole: «¿Qué este sueño que soñaste? Por ventura, viniendo vendremos yo y tu madre y tus hermanos y te adoraremos sobre la tierra?» Y envidiábanle sus hermanos;
11 pero su padre guardóse la palabra.
12 Y partieron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.
13 Y dijo Israel a José: «¿No pastorean tus hermanos Siquem? Ven: te enviaré a ellos» Y díjole: «Heme aquí».
14 Y díjole Israel: «Yendo, ve si están bien tus hermanos y las ovejas; y anúnciamelo». Y envióle del valle de Hebrón; y vino a Siquem.
15 Y hallóle un hombre: y he aquí perdido andaba en el campo. Y preguntóle el hombre, diciendo: «¿Qué buscas?»
16 Y dijo: «A mis hermanos busco: indícame dónde pastorearán».
17 Y díjole el hombre: «Se han ido de aquí, pues oíles decir: «Vamos a Dotaín». Y fue José tras de sus hermanos, y hallóles en Dotaín.
18 Y viéronle de lejos, antes de acercarse a ellos, y concertáronse para matarle.
19 Y decían el uno al otro: «He aquí el soñador ahí viene;
20 ahora venid: matémosle y arrojémosle en una cisterna; y diremos: «Fiera mala devoróle» y veremos qué es de sus sueños».
21 Y Rubén oyólo, y salvóle de sus manos, y dijo: «No le hiramos hasta el alma».
22 Y Rubén díjoles: «No derraméis sangre; sino arrojadle en una de las cisternas del desierto; pero mano no pongáis en él», para librarle de las manos de ellos y devolverle a su padre.
23 Y aconteció que, cuando vino José a sus hermanos, desvistieron a José la túnica la multicolor, la en torno de él,
24 y cogiéronle y lanzáronle en la cisterna; pero aquella cisterna agua no tenía.
25 Y sentáronse a comer pan; y alzaron sus ojos y vieron: y he ahí viajeros ismaelitas venían de Galaad, y sus camellos, llenos de timiamas, y resina y bálsamo; y marchaban llevándolo a Egipto.
26 Y dijo Judá a sus hermanos: «¿Qué aprovecha, si matáremos a nuestro hermano y ocultáremos su sangre?»
27 Venid: le venderemos a estos ismaelitas; y nuestras manos no sean sobre él, pues hermano nuestro y carne nuestra es». Y oyéronle sus hermanos.
28 E iban pasando los hombres, los madianitas(e) los mercaderes; y extrajeron a José, y vendieron a José a ismaelitas en veinte argénteos(f) y llevaron a José a Egipto.
29 Y volvió Rubén a la cisterna, y no vio a José en la cisterna;
30 y rasgó sus vestiduras y volvió a sus hermanos, y dijo: «El niño(g) no está, ¿y yo a dónde iré ya?
31 Y tomaron la túnica de José y degollaron un cabrito y tiñeron la túnica en la sangre.
32 Y enviaron la túnica, la multicolor, y lleváronla a su padre y dijeron: «Esta hemos hallado; mira si es la túnica de tu hijo o no».
33 Y conocióla y dijo: «Fiera mala devoróle; fiera desgarró a José».
34 Y rasgó Jacob sus vestiduras, y puso saco en torno de sus lomos y lloró a su hijo días muchos.
35 Y juntáronse todos sus hijos e hijas, y vinieron a consolarle; pero él no quería consolarse, diciendo: «Descenderé al hijo mío, llorando, a los infiernos». Y lloróle su padre.
36 Y los madianitas vendieron a José, al Egipto, a Putifar, eunuco(h) de Faraón, al jefe de su guardia.
1 Her, Onán y Tamar Y aconteció en aquel tiempo, descendió Judá de sus hermanos, y llegó a un hombre odolamita; y su nombre: Hiram.
2 Y vio allí Judá a una hija de hombre cananeo, y el nombre de ella: Sué; y tomóla y entró a ella.
3 Y concibió, y parió un hijo; y llamó su nombre: Her.
4 Y concibió de nuevo, y parió un hijo; y llamó su nombre: Onán.
5 Y parió otra vez un hijo, y llamó su nombre: Selá; y él estaba en Quesib, cuando le parió(a),
6 Y tomó Judá mujer para Her su primogénito, y el nombre de ella: Tamar.
7 Y fue Her, el primogénito de Judá, malo en los ojos de Dios, y matóle Dios.
8 Y dijo Judá a Onán: «Entra a la mujer de tu hermano y cásate con ella leviráticamente y levanta simiente a tu hermano».
9 Pero sabiendo que no había de ser suya la simiente, aconteció que cuando entraba a la mujer de su hermano, derramaba en la tierra, para no dar simiente a su hermano.
10 Y mala pareció la palabra(b) en los ojos de de Dios, porque hacía esto, y mató también a éste.
11 Y dijo Judá a Tamar su nuera: «Quédate viuda en casa de tu padre hasta que sea grande Selá, mi hijo». Pues decía: «No sea que también muera éste como sus hermanos». Y Tamar fue y quedóse en la casa de su padre.
12 Y cumpliéronse sus días y murió Sué, la mujer de Judá; y, después de consolarse Judá, subió a los que trasquilaban sus ovejas, él e Hirás, su pastor el odolamita, a Tamná.
13 Y se anunció a Tamar: «He aquí tu suegro viene subiendo a Tamná a trasquilar las ovejas».
14 Y, deponiendo los vestidos de su viudez, tomó un cendal y se veló y sentóse en las puertas de Enán; la que está camino de Tamná; pues vio que Selá estaba grande y que no le era ella dada por mujer.
15 Y Judá la vio y túvola por ramera; pues había cubierto su rostro, y no la conoció.
16 Y apartóse a ella, del camino; y dijo: «Déjame venir a ti(c)», pues no conoció ser su nuera. Y ella dijo: «¿Qué me darás, si vinieres a mí?»
17 Y él dijo: «Yo te enviaré cabrito de las greyes». Y ella dijo: «Si me das prenda hasta enviármelo».
18 Y él dijo: «¿Qué prenda te daré?» Y ella dijo: «Tu anillo, y tu cadenilla y tu báculo el en tu mano». Y dióselos; y entró a ella; y preñóse de él.
19 Y se levantó y se fue, y sacóse el cendal y vistióse las vestiduras de su viudez.
20 Y envió Judá el cabrito por su pastor odolomita, para tomar la prenda de la mujer; pero no la halló.
21 Y preguntó a los hombres del lugar: «¿Dónde está la ramera, la que estuvo sentada en Enán sobre el camino?» Y dijeron: «No ha estado aquí ramera».
22 Y volvió a Judá, y dijo: «No la hallé, y los hombres los del lugar dicen no haber allí ramera».
23 Y dijo Judá: «Téngaselo; empero jamás se burlará de nosotros; que yo he enviado este cabrito, y tú no la has hallado».
24 Y aconteció, después de tres meses, anuncióse a Judá, diciendo: «Ha fornicado Tamar tu nuera, y he aquí concebido ha de ramería». Y dijo Judá: «Sacadla fuera, y quémesela».
25 Y, al sacarla fuera, envió a decir a su suegro: «Del varón cuyas son estas cosas, he concebido». Y dijo: «Reconozca cuyo este anillo y cadenilla, y báculo.
26 Y conoció Judá y dijo: «Más justa es Tamar que yo por esto: porque no la di a Selá, mi hijo». Y no la conoció más.
27 Y aconteció, que al parir ella, he aquí mellizos en su vientre.
28 Y aconteció, al parir, que uno sacó la mano; y cogiendo la partera la mano de él, ató en ella hilo de grana, diciendo: «Este saldrá primero».(d)
29 Y, cuando retiró la mano, al punto salió el hermano de él. Y ella dijo: «¿Por qué sobre ti se ha roto la cerca?»(e). Y llamó su nombre Farés.
30 Y después salió su hermano, en cuya mano estaba el hilo de grana; y llamó su nombre: Zará.
1 José en Egipto, en casa de Putifar. Y José fue llevado a Egipto; y comprólo Putifar, el eunuco(a) de Faraón, el jefe de su guardia, varón egipcio, de mano de los ismaelitas que le llevaran allá.
2 Y era Señor con José, y era varón afortunado; así estaba en la casa de su señor, el egipcio.
3 Y sabía su señor que Señor con él y que cuanto hacía, bien se encaminaba en manos de él.
4 Y halló José gracia en los ojos de su señor; y érale grato; y púsole sobre su casa; y cuanto tenía, dio en su mano.
5 Y aconteció que, habiéndole puesto sobre su casa y sobre todo cuanto tenía, bendijo Señor la casa del egipcio por José; y vino bendición de Señor sobre todos los bienes de él en la casa y en el campo.
6 Y entregó todo cuanto tenía, en manos de José; y no sabía de lo que cerca de él, nada sino del pan que comía él mismo. Y era José hermoso de forma, y gracioso de faz sobremanera.
7 Y aconteció, después de estas palabras(b) que fijó la mujer de su señor, sus ojos en José, y dijo: «Duerme conmigo».
8 Mas él no quiso, y dijo a la mujer de su señor: «He aquí mi señor no conoce, por causa mía, nada en su casa, y todo cuanto es suyo ha dado en mis manos;
9 y no se aventaja en su casa nada a mí, y no me ha reservado nada sino a ti, por ser tú su mujer —y ¿cómo hacer yo esta palabra, la mala, y pecar a faz de Dios?
10 Y, mientras hablaba a José día a día, él tampoco escuchábala para dormir con ella, a estarse con ella.
11 Y ocurrió un día como éste: entró José en la casa a hacer su labor, y nadie había en la casa dentro;
12 y asióle de sus vestiduras, diciendo: «Duerme conmigo». Y dejando él sus vestiduras, huyó y salió fuera.
13 Y aconteció que, cuando vio haber él dejado sus vestiduras en manos de ella, y huido y salido fuera,
14 llamó a los que había en la casa, y hablóles diciendo: «Ved: nos ha traído niño hebreo, a jugarse con nosotras; y entró a mí, diciendo: «Duerme conmigo»; y grité con voz grande.
15 Mas, oyendo él que yo alzaba mi voz y gritaba, dejando sus vestiduras conmigo, huyó y salió fuera».
16 Y dejó las vestiduras cabe sí hasta volver el señor a su casa.
17 Y hablóle, según estas mismas palabras diciendo: «Ha entrado a mí el niño, el hebreo, que nos has traído, a jugarse conmigo, y díjome: «Duerme conmigo».
18 Mas, oyendo él que yo alzaba mi voz y gritaba, dejó sus vestiduras conmigo, y huyó y salió fuera».
19 Y aconteció, cuando oyó el señor las palabras de su mujer, cuantas le habló, diciendo: «Así me ha hecho el niño tuyo»; ardió en ira.
20 Y tomó el señor a José y arrojóle en la cárcel, en el sitio que los presos del rey detenidos estaban en la cárcel allí.
21 Mas era Señor con José, y derramó su misericordia, y dióle gracia en los ojos del carcelero mayor.
22 Y dio el carcelero mayor la cárcel en manos de José y a todos los presos, cuantos en la cárcel, y todo cuanto se hacía allí.
23 Y el carcelero mayor no entendía, por causa de él, en nada que todo estaba en la mano de José, por estar el Señor con él; y cuanto hacía, Señor encaminábalo bien en sus manos.
1 José en la cárcel Y aconteció, después de estas palabras pecó el copero mayor del rey de Egipto y panadero mayor contra su señor: el rey de Egipto.
2 Y airóse Faraón contra sus dos eunucos: el copero mayor y el panadero mayor;
3 y púsoles en detención cerca del carcelero mayor, en cárcel, en el lugar donde José estaba preso.
4 Y entrególes el carcelero mayor a José, y asistióles; y estuvieron días en la detención.
5 Y vieron ambos un sueño; cada uno un sueño en una misma noche (visión(a) del sueño de él) el copero mayor y el panadero mayor que tenía el rey de Egipto; los que estaban en la cárcel.
6 Y entró a ellos de mañana José y vióles y estaban turbados.
7 Y preguntó a los eunucos de Faraón, los que estaban con él en detención cerca de su señor, diciendo: «¿Porqué vuestros semblantes hoy sombríos?»
8 «Sueño hemos visto, y quien lo interprete no hay». Y díjoles José: «¿No son de Dios las interpretaciones de ellos? Pues contadme».
9 Y contó el copero mayor su sueño a José, y dijo: «En mi sueño estaba una vid delante de mí,
10 y en la vid, tres sarmientos; y ella creciendo cubriéndose de flores: maduros los racimos de uva.
11 Y la copa de Faraón en mi mano; y tomé la uva y exprimíla en la copa y di la copa en las manos de Faraón».
12 Y dijo José: «Esta, su interpretación: Los tres sarmientos, tres días son;
13 aún tres días y se acordará Faraón de tu principado y te restituirá a tu copería mayor, y darás la copa de Faraón en su mano, según tu principado el primero, cuando eran escanciador.
14 Empero, acuérdate de mí, por ti, cuando bien te fuere y harás conmigo misericordia; y te acordarás de mí ante Faraón; y me sacarás de esta cárcel;
15 pues con hurto he sido hurtado de tierra de hebreos y aquí no he hecho nada, sino que me han arrojado en este lago».
16 Y vio el panadero mayor que rectamente había interpretado, y dijo a José: «También yo he visto sueño: y he aquí tres cestas de sémula sobre mi cabeza;
17 y en la cesta la de encima, toda especie de comida que el rey Faraón come, obra de panadero; y los volátiles del cielo devorábanlo de la cesta la de encima de mi cabeza».
18 Y respondió José y dijo: «Esta es su interpretación: «Las tres cestas son tres días;
19 después de tres días quitará Faraón tu cabeza de ti, y te colgará en madero y comerán las aves del cielo tu carne de ti».
20 Y aconteció en el día el tercero ser el día natal de Faraón (y hacía festín a todos sus niños) y acordóse del principado del copero mayor en medio de sus niños.
21 Y restituyó al copero mayor a su principado; y dio la copa en la mano de Faraón;
22 pero al panadero mayor colgó; según les interpretó José.
23 Mas no recordó el copero mayor a José, sino olvidóse de él.
1 José enaltecido Y aconteció después de dos años de días, ver Faraón un sueño: Parecíale estar parado sobre el río;
2 y he aquí cual si del río, subían siete vacas hermosas de aspecto y selectas de carne, y pacían en la verdura;
3 y otras siete vacas subían después de éstas, del río, feas de aspecto y flacas de carnes, y apacentábanse las vacas, junto al labio del río;
4 y devoraron las siete vacas feas y flacas de carnes a las siete vacas las hermosas de aspecto y las selectas. Y despertó Faraón.
5 Y soñó segunda vez: y he aquí siete espigas subían de una sola caña, selectas y hermosas;
6 y otras siete espigas flacas, agostadas del viento, brotaron, después de ellas.
7 Y devoraron las siete espigas las flacas y agostadas del viento, a las selectas y las llenas. Y despertó Faraón; y sueño era(a)
8 Y amaneció y turbóse su alma; y envió y llamó a todos los intérpretes de Egipto y a todos los sabios de él; y refirióles Faraón el sueño, y no había quién los interpretase a Faraón.
9 Y habló el copero mayor a Faraón, diciendo: «Mi pecado recuerdo hoy.
10 Faraón airóse con sus niños, y púsonos en detención en la casa del carcelero mayor, a mí y al panadero mayor;
11 y vimos sueño en una misma noche, yo y él; cada uno según el sueño suyo,(b) vimos.
12 Y había allí con nosotros un jovencillo, niño hebreo, del carcelero mayor; e interpretónos.
13 Y sucedió según nos interpretó; así también aconteció: ser yo restituido a mi principado; y aquél, colgado».
14 Y envió Faraón y llamó a José, y sacóle de la cárcel; y peláronle y mudaron sus vestidos; y vino a Faraón.
15 Y dijo Faraón a José: «Sueño he visto, y no hay quien los interprete; y yo he oído acerca de ti decir que, oyendo tú sueños, los interpretas».
16 Y José respondió a Faraón y dijo: «Sin Dios, no se responderá lo saludable(c) de Faraón».
17 Y habló Faraón a José diciendo: «En mi sueño parecíame estar parado sobre el labio del río;
18 y, cual si del río, subían siete vacas hermosas de aspecto y selectas de carnes y pacían en la verdura.
19 Y he aquí otras siete vacas subían en pos de ellas del río, malas y feas de aspecto, y flacas de carnes, y pacían en la verdura; cuales no he visto semejantes en todo Egipto de feas;
20 y devoraron las siete las feas y flacas a las siete vacas las primeras, las hermosas y selectas;
21 y entraron en sus vientres; y no manifiestas hacíanse de haber entrado en sus vientres; y sus aspectos, feos como antes. Y desperté.
22 Y dormíme; y vi de nuevo en mi sueño, cual si siete espigas subieran en una sola caña, llenas y hermosas;
23 y otras siete espigas flacas y agostadas del viento brotaban tras ellas.
24 Y devoraron las siete espigas las flacas y agostadas del viento a las siete espigas las hermosas y llenas. He dicho, pues, a los intérpretes, y no habido quien me interprete».
25 Y respondió José a Faraón: «El sueño de Faraón uno es: cuanto Dios hará, ha manifestado a Faraón.
26 Las siete vacas hermosas, siete años son y las siete espigas las hermosas, siete años son: el sueño de Faraón uno es.
27 Y las siete vacas flacas, las que subían en pos de ellas, siete años son; y las siete espigas las flacas y agostadas del viento: serán siete años de hambre.
28 Esta la palabra que he dicho a Faraón; cuanto Dios hará, ha manifestado a Faraón.
29 He aquí siete años vienen de abundancia mucha en toda tierra de Egipto;
30 y llegarán siete años de hambre, después de esto, y olvidaránse de la abundancia en toda la tierra de Egipto; y consumirá el hambre la tierra;
31 y no se conocerá la abundancia sobre la tierra, por el hambre que habrá, después de esto, que fuerte será sobremanera.
32 Y, cuanto a reiterarse el sueño de Faraón dos veces: verdadera será la palabra, y apresúrase Dios a hacerla.
33 Ahora, pues, vea a un hombre prudente y sabio, y póngale sobre la tierra de Egipto;
34 y hágalo Faraón y ponga prefectos sobre la tierra y junten todos los frutos de la tierra de Egipto de los siete años de abundancia,
35 y junten todos los víveres de los siete años los venideros, los hermosos estos; y júntese trigo bajo la mano de Faraón, víveres en las ciudades júntense.
36 Y guardaránse los víveres a la tierra para los siete años del hambre que habrá en la tierra de Egipto; y no se agotará la tierra en el hambre».
37 Y plugieron las palabras en los ojos de Faraón, y en los ojos de todos sus niños.
38 Y dijo Faraón a todos sus niños: «¿Acaso hallaremos hombre semejante que tenga el espíritu de Dios en sí?»
39 Y dijo Faraón a José: «Ya que te ha manifestado Dios todo esto, no hay hombre más prudente y sabio que tú.
40 Tú serás sobre mi casa, y a tu boca obedecerá todo mi pueblo; sólo en el trono te aventajaré yo».
41 Y dijo Faraón a José: «He aquí póngote hoy sobre toda la tierra de Egipto».
42 Y sacóse Faraón el anillo de su mano, y púsolo en la mano de José, y vistióle estola bísina(d) y puso collar de oro en torno de su cuello;
43 y subióle en el carro, el segundo de él, y heraldeó delante de él un heraldo;(e) y púsole sobre la tierra de Egipto.
44 Y dijo Faraón a José: «Yo, Faraón: sin ti, no alzará nadie su mano y su pie en toda la tierra de Egipto».
45 Y llamó Faraón el nombre de José: «Abundancia de vida».(f) Y dióle a Asenet, hija de Putifare, sacerdote de Heliópolis, por mujer.
46 Y José era de treinta años, cuando se presentó ante Faraón, rey de Egipto.
47 Y salió José de faz de Faraón y atravesó toda la tierra de Egipto. E hizo la tierra, en los siete años, de abundancia gavillas;
48 y juntó todos los víveres de los siete años, en que hubo abundancia en la tierra de Egipto; y puso los víveres en las ciudades: los víveres de las llanuras de la ciudad, las en torno de la misma On(g) puso en ella.
49 Y juntó José trigo a modo de la arena del mar, mucho sobremanera, hasta no poderse contar; que era sin número.
50 Y a José nacieron hijos dos, antes de venir los siete años del hambre; los que le parió Asenet hija de Putifare, sacerdote de Heliópolis.
51 Y llamó José el nombre del primogénito: Manasés(h), diciendo: que «olvidar me hizo Dios todos mis trabajos y todo lo de mi padre»;
52 y el nombre del segundo llamó: Efraín;(i) «porque me ensalzó Dios en tierra de mi humillación».
53 Y pasaron los siete años de la abundancia que hubo en la tierra de Egipto;
54 y empezaron los siete años del hambre a venir, según dijera José. Y hubo hambre en toda la tierra; y en toda la tierra de Egipto no había pan.(j)
55 Y hambreó toda la tierra de Egipto; y clamaba todo el pueblo de Faraón por pan; y dijo Faraón a todos los egipcios: «Id a José, y lo que os dijere, hacer».
56 Y el hambre estaba sobre la faz de toda la tierra; y abrió José todos los graneros; y vendíales a todos los egipcios.
57 Y todas las regiones venían a Egipto a comprar de José; que prevalecía el hambre en toda la tierra.
1 Los hermanos de José ante él Y, viendo Jacob que había venta(a) en Egipto, dijo a sus hijos «¿Por qué os estáis mirando?(b)
2 He oído que hay trigo en Egipto: bajad allá y compradnos unos pocos víveres para que vivamos, y no muramos».
3 Y bajaron los hermanos de José, los diez, a comprar trigo de Egipto;
4 pero a Benjamín, el hermano de José, no envió con sus hermanos, pues dijo: «No sea que le suceda daño».
5 Y vinieron los hijos de Israel a comprar con los que venían, pues había hambre en tierra de Canaán.
6 Y José era príncipe de la tierra; éste vendía a todo el pueblo de la tierra; y viniendo los hermanos de José, adoráronle de rostro sobre la tierra.
7 Y José vio a sus hermanos, y conocióles; tratóles cual extraños; y hablóles cosas duras, y díjoles: «¿De dónde venís?» Y ellos dijeron: «De tierra de Canaán a comprar víveres».
8 Y conoció José a sus hermanos; pero ellos no le conocieron.
9 Y rememoró José los sueños que él había visto. Y díjoles: «Espías sois; a explorar las huellas(c) de la región habéis venido».
10 Pero ellos dijeron: «No señor; niños tuyos hemos venido a comprar víveres;
11 todos somos hijos de un hombre; pacíficos somos; no son los niños tuyos espías».
12 Y díjoles: «No; sino que las huellas de la tierra habéis venido a ver».
13 Y ellos dijeron: «Doce somos, tus niños, hermanos, en tierra de Canaán; y he aquí el menor, con nuestro padre, hoy; y el otro no es».
14 Y díjoles José: «Esto es, lo que os he dicho, diciendo: «Espías sois».
15 En esto se os probará: ¡vive Faraón!: no saldréis, no, de aquí, si el hermano vuestro, el menor, no viniere acá.
16 Enviad uno de vosotros a traed a vuestro hermano; y vosotros seréis detenidos hasta que se hagan manifiestas vuestras palabras: si verdad decís o no; y, si no ¡vive Faraón! que sois espías».
17 Y púsoles en prisión tres días.
18 Y díjoles al día tercero: «Esto haced, y viviréis; pues temo yo a Dios:(d)
19 si pacíficos sois, un hermano de vosotros quédese detenido en prisión; y vosotros id y llevad la compra de vuestra provisión de trigo;
20 y a vuestro hermano el menor traed a mí; y serán creídas vuestras palabras; y, si no, moriréis». E hicieron así.
21 Y dijo cada uno a su hermano: «Sí; en pecado estamos acerca de nuestro hermano, porque nos desentendimos de la tribulación de su alma, y no le escuchamos; por esto ha venido sobre nosotros esta tribulación».
22 Y, respondiendo Rubén, díjoles: «¿No os lo decía yo, diciendo: «No dañéis al niñito?» y no me escuchásteis; y he aquí su sangre se pide».
23 Y no sabían ellos que escuchaba José; pues el intérprete en medio de ellos estaba;
24 y retirándose de ellos, lloró José; y vino de nuevo a ellos y hablóles; y tomó a Simeón de ellos, y atóle ante sus ojos.
25 Y mandó José llenar sus vasos de trigo; y devolver el dinero de cada uno en su saco; y darles viático para el camino; y se les hizo así.
26 Y, poniendo el trigo sobre sus asnos, retiráronse de allí.
27 Y, desatando uno su alforja, para dar forraje a sus asnos, donde se hospedaron, vio el atado de dinero, y he aquí estaba encima de la boca de su alforja.
28 Y dijo a sus hermanos: «Devuéltoseme ha el dinero, y helo aquí en mi alforja. Y extasióse su corazón y turbáronse unos a otros diciendo: «¿Qué nos ha hecho esto Dios?»
29 Y vinieron a Jacob su padre a la tierra de Canaán y contáronle todo lo a ellos acontecido, diciendo:
30 «Ha hablado el hombre, el señor de la tierra a nosotros cosas duras, y puéstonos en prisión por espías de la tierra.
31 Y dijímosle: «No somos espías;
32 doce hermanos somos, hijos de nuestro padre; el uno no es, y el menor con nuestro padre hoy en tierra de Canaán».
33 Y díjonos el hombre, el señor de la tierra: «En esto se os conocerá que sois pacíficos: un hermano dejad aquí conmigo; y, la compra de la provisión vuestra de trigo tomando, idos; y traed a mí a vuestro hermano el menor; y conoceré que no sois espías sino que pacíficos sois;
34 y vuestro hermano devolveréos, y en la tierra conversad».
35 Y aconteció que, vaciando ellos sus sacos, estaba el atado de dinero de cada uno en su saco; y miraron(e) los atados de su dinero, ellos y su padre; y amedrentáronse.
36 Y díjoles Jacob su padre: «A mí sin hijos me habéis dejado: José no es; Simeón no es, y a Benjamín habéis de llevar; sobre mí viene todo esto».
37 Y dijo Rubén a su padre; diciendo: «A mis dos hijos mata, si no te lo devuelvo; dale en mi mano, y yo te lo devolveré».
38 Y dijo Jacob: «No bajará mi hijo con vosotros; su hermano muerto es; y él solo ha quedado(f) y sucederá que reciba daño en el camino que vais, y bajaréis mi vejez, con tristeza, a los infiernos.
1 Benjamín en Egipto Y el hambre prevaleció sobre la tierra.
2 Y aconteció que, cuando acabaron de comer todo el trigo que trajeran de Egipto, díjoles su padre: «De nuevo yendo, compradnos unos pocos víveres».
3 Y díjole Judá, diciendo: «Con conjuración nos ha conjurado el hombre, diciendo: «No veréis mi faz, si vuestro hermano el menor no descendiere a mí.
4 Si, pues, enviares nuestro hermano con nosotros, descenderemos, y compraremos víveres;
5 pero, si no enviares nuestro hermano con nosotros, no iremos; pues el hombre díjonos, diciendo: «No veréis mi faz, si vuestro hermano el menor no está con vosotros».
6 Y dijo Israel: «¿Porqué me habéis hecho mal, anunciando al hombre que tenéis hermano?»
7 Y ellos dijeron: «Preguntando preguntónos el hombre por nuestro linaje, diciendo: «¿Si aún vuestro padre vive? ¿Si tenéis hermanos? Y le anunciamos según su pregunta. ¿Acaso sabíamos que nos diría: «Traed vuestro hermano?»
8 Y dijo Judá a Israel su padre: «Envía el niñito conmigo, y levantándonos, partiremos, para que vivamos y no muramos, así nosotros como tú, como nuestros pequeñuelos.
9 Y yo le recibo: de mi mano pídele: si no te le trajere y pusiere delante de ti, pecado habré contra ti todos los días.
10 Pues si no hubiéramos tardado, ya volviéramos dos veces».
11 Y díjoles Israel su padre: «Si así es, esto haced: tomad de lo selecto de la tierra en vuestros vasos y llevad al hombre dones: de resina y de miel; timiama y bálsamo, y terebinto y nueces.
12 Y el dinero doble llevad en vuestras manos; el dinero el devuelto en vuestras alforjas, devolved con vosotros; acaso fue error.
13 Y a vuestro hermano tomad, y, levantándoos, id al hombre.
14 Y mi Dios todopoderoso os dé gracia delante del hombre, y remita vuestro hermano el otro y Benjamín; yo, empero, así como he quedado sin hijos, he quedado sin hijos».
15 Y, tomando los varones estos dones, el dinero doble, tomaron en sus manos y a Benjamín; y, levantándose, descendieron a Egipto, y presentáronse delante de José.
16 Y vióles José y a Benjamín su hermano, y mandó al que era sobre su casa: «Entra los hombres en la casa, y mata víctimas y dispón; que conmigo comerán los hombres pan al mediodía».
17 E hizo el hombre según dijo José y entró los hombres en la casa de José.
18 Y temieron los hombres cuando se les llevó a la casa de José, y dijeron: «Por el dinero el devuelto en nuestras alforjas antes, se nos lleva, para calumniarnos e imputarnos para cogernos por esclavos a nosotros y nuestros asnos».
19 Y llegáronse al hombre el que era sobre la casa de José y habláronle en la puerta de la casa,
20 diciendo: «Te rogamos, señor: descendimos antes de comprar víveres;
21 y aconteció, cuando vinimos a hospedarnos, abrimos nuestras alforjas, y he aquí el dinero de cada uno estaba en la alforja de él; nuestro dinero en balanza, hemos devuelto ahora en nuestras alforjas;
22 y otro dinero hemos traído con nosotros a comprar víveres; no sabemos quién echó el dinero en nuestras alforjas».
23 Y díjoles el hombre: «Paz con vosotros: no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestros padres os dio tesoro en vuestras(a) alforjas y el dinero vuestro probado(b) lo tengo». Y sácoles a Simeón;
24 y entróles a la casa de José, y trajo agua para que se lavaran los pies, y trajo forraje a sus asnos.
25 Y previnieron los dones hasta que viniera José al mediodía; pues habían oído que allí habían de comer.
26 Y entró José en la casa, y trajéronle los dones que tenían en sus manos a la casa, y adoráronle de rostro sobre la tierra.
27 Y preguntóles: «¿Cómo estáis?» Y díjoles: «¿Está bien vuestro padre el anciano que decíais? ¿Aún vive?
28 Y ellos dijeron: «Está bien el niño tuyo, nuestro padre; aún vive». Y dijo: «Bendito aquel hombre por Dios»(c). E inclinándose, adoraron.
29 Y, levantando los ojos José,(d) vio a Benjamín su hermano, el hijo de su madre, y díjoles: «¿Ese es vuestro hermano el menor que me decíais? Y dijo: «Dios apiádese de ti, hijo mío».
30 Y turbóse José, y conmoviéronse sus entrañas sobre su hermano; y buscaba dónde llorar; y, entrando en la cámara, lloró allí.
31 Y lavóse el rostro, y salió fuera, y dominóse y dijo: «Poned panes».
32 Y pusieron para él solo; y para ellos aparte; y para los egipcios que comían con él, aparte; pues no pueden los egipcios comer con los hebreos pan; que abominación es para los egipcios todo pastor de ovejas.(e)
33 Y sentáronse en frente de él: el primogénito, según su primogenitura, y el menor, según su menoría; y asombráronse los hombres cada uno con su hermano.
34 Y lleváronse presentes de él a ellos; y excedía el presente de Benjamín los presentes de todos cinco veces. Y bebieron y embriagáronse con él.(f)
1 Prueba José a sus hermanos con respecto a Benjamín Y mandó José al que era sobre su casa diciendo: «Llena los costales de los hombres con víveres, cuantos pudieren llevar, y echad el dinero de cada uno sobre la boca del costal;
2 y mi copa, la de plata, echa en el costal del menor, y el precio del trigo de él». Y se hizo según la palabra de José, conforme hablara.
3 La aurora despuntaba, y fueron despedidos los hombres, ellos y sus asnos.
4 Y, salidos ellos de la ciudad, no estaban lejos; y José dijo al sobre su casa, diciendo: «Alzando, corre en pos de los hombres; y les alcanzarás y dirásles: «¿Y por qué habéis devuelto cosas malas por bellas? ¿Por qué habéis hurtado mi copa, la de plata?
5 ¿No es ésta en la que bebe mi señor? El mismo con augurio augura en ella.(a) Cosas malas habéis consumado —las que habéis hecho».
6 Y, hallándoles, díjoles según estas palabras.
7 Y ellos dijéronle: «¿Por qué habla el señor según estas palabras? ¡No sea que tus niños hagan esta palabra!
8 Si el dinero que hallamos en nuestros costales, devolvimos a ti, de la tierra de Canaán ¿cómo habíamos de hurtar, de la casa de tu señor, plata u oro?
9 En quien hallare la copa de entre los niños tuyos, muera; y nosotros seremos niños a nuestro señor».
10 Y él dijo: «Y ahora, según decís, así será: el hombre cerca del cual se hallare la copa, él será mi niño; pero vosotros seréis inocentes».
11 Y apresuráronse y bajaron cada uno su costal a la tierra y abrió cada uno su costal.
12 Y escudriñó, principiando por el mayor hasta llegar al menor, y halló la copa en el costal de Benjamín.
13 Y rasgaron sus vestidos, y pusieron cada uno su costal sobre su asno, y tornaron a la ciudad.
14 Y entró Judá y sus hermanos a José; que aún estaba allí; y cayeron delante de él en tierra.
15 Y díjoles José: «¿Qué cosa es ésta que habéis hecho? ¿No sabíais que en augurio augura hombre como yo?»
16 Y dijo Judá: «¿Qué replicaremos al señor o qué hablaremos o cómo nos justificaremos? Dios ha hallado la iniquidad de tus niños; he aquí somos esclavos para nuestro señor, así nosotros como el cerca de quien se halló la copa».
17 Y dijo José: «¡Lejos de mí hacer esta palabra!: el hombre cerca de quien se ha hallado la copa, él será niño mío; pero vosotros bajaréis en paz a vuestro padre».
18 Y, llegándosele Judá, dijo: «Ruégote, señor: hable tu niño una palabra delante de ti; y no te aíres con tu niño, pues tú eres después de Faraón.
19 Señor, tú preguntaste a tus niños, diciendo: «¿Si tenéis padre o hermano».
20 Y dijimos al señor: «Tenemos padre anciano y un niñito menor, hijo de su ancianidad, y el hermano de él ha muerto, y él solo ha quedado a su padre; y su padre le ha amado».
21 Y tú has dicho a tus niños: «Traédmele, y yo cuidaré de él».
22 Y dijimos al señor: «No podrá el niñito dejar a su padre; y si dejare a su padre, morirá».
23 Y tú dijiste a tus niños: «Si no descendiere vuestro hermano el menor con vosotros, no volveréis a ver mi rostro».
24 Y aconteció, cuando descendimos a tu niño, nuestro padre, le anunciamos las palabras del señor.
25 Y díjonos nuestro padre: «Marchad otra vez; compradnos unos pocos víveres».
26 Y nosotros dijimos: «No podremos descender, a no ser que nuestro hermano el menor descendiere con nosotros; pues no podremos ver el rostro del hombre, no estando el hermano el menor con nosotros».
27 Y dijo tu niño, nuestro padre a nosotros:
28 «Vosotros sabéis que dos me ha parido la mujer; y se fue el uno de mí, y dijisteis: «Pasto de fiera ha sido», y no le vi más.
29 Si, pues, tomáreis también a éste de mi faz, y le aconteciere daño en el camino, bajaréis mi vejez con tristeza a los infiernos».
30 Ahora, pues, si voy a tu niño, nuestro padre, y el niñito no fuere conmigo, el alma de él colgada está del alma de éste;
31 y será que en viendo él no estar el niñito con nosotros, fallecerá y bajaremos los niños tuyos la vejez de tu niño, nuestro padre, con dolor, a los infiernos».
32 «Pues tu niño se ha recibido del niñito del padre, diciendo: «Si no te le traigo y le pongo delante de ti, pecado habré contra el padre todos los días».
33 Ahora, pues, quedaré contigo niño, en lugar del niñito, esclavo del señor, y el niñito descienda con los hermanos.
34 Pues ¿cómo descenderé a mi padre, no estando el niñito con nosotros? que no vea yo el mal que hallará a mi padre».
1 Dase a conocer José Y no pudo José reprimirse delante de todos los que estaban a par de él, y dijo: «Haced salir a todos de mí»; y, no estaba nadie a par ya de José, cuando se dio a conocer a sus hermanos.
2 Y alzó su voz con llanto (y oyeron todos los egipcios y de oídas llegó a la casa de Faraón).
3 Y dijo José a sus hermanos: «Yo soy José —¿Aún vive mi padre?» Y no podían sus hermanos responderle; que turbados estaban.
4 Y dijo José a sus hermanos: «Llegaos a mí». Y llegáronse, y dijo: Yo soy José, vuestro hermano, a quien vendisteis a Egipto.
5 Ahora, pues, no os aflijáis ni duro os parezca haberme vendido para acá; que para vida envióme Dios delante de vosotros.
6 Pues este es el segundo año que hay hambre sobre la tierra, y todavía faltan cinco años en que no habrá aradura ni siega.
7 Me ha enviado, pues, Dios delante de vosotros, para que reste vuestro resto sobre la tierra, y se conserve vuestra vida para salvación grande.
8 Ahora, pues, no vosotros me habéis enviado acá, sino que Dios; y me ha hecho como padre de Faraón y señor de toda su casa, y príncipe de toda la tierra de Egipto.
9 Apresuraos, pues y descended a mi padre y decidle: «Esto dice tu hijo José: «Héchome a Dios señor de toda la tierra de Egipto; desciende, pues, a mí y no tardes;
10 y habitarás en tierra de Gesén de Arabia, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas, y cuanto tiene ahí;
11 y te alimentaré allí, pues todavía cinco años hay hambre; para que no te agotes tú y tus hijos y todos tus haberes.
12 He aquí vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín: que mi boca es la que os habla.(a)
13 Anunciad, pues, a mi padre toda mi gloria la en Egipto, y cuanto veis, y, apresurándoos, descended a mi padre acá.
14 Y cayendo sobre el cuello de Benjamín, su hermano, cayó sobre él y lloró; y Benjamín lloró sobre su cuello.
15 Y besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos; y, después de esto, hablaron sus hermanos con él.
16 Y resonó la voz hasta la casa de Faraón, diciendo: «Han llegado los hermanos de José», y gozóse Faraón y su servidumbre.
17 Y dijo Faraón a José: «Di a tus hermanos: «Esto haced: cargad vuestros jumentos, e id a la tierra de Canaán;
18 y, tomando a vuestro padre y vuestros haberes, venid a mí; y os daré de todos los bienes de Egipto y comeréis la médula de la tierra.
19 Y tú ordena esto: «Tomaos —carros de la tierra de Egipto para vuestros niñitos y las mujeres; y tomad a vuestro padre y venid;
20 y no se os dé nada de vuestro menaje; que todo lo mejor de Egipto vuestro será».
21 E hicieron así los hijos de Israel; y dióles José carros, según lo dicho por Faraón el rey;
22 y dióles viático para el camino; y a todos dio dobles vestiduras, y a Benjamín dio trescientos áureos(b) y cinco vestiduras de mudar;
23 y a su padre mandó, según lo mismo, y diez asnos cargados con todos los bienes de Egipto, y diez mulas cargadas de panes a su padre para el camino.
24 Y despidió a sus hermanos; y partieron. Y díjoles: «No os airéis en el camino»(c)
25 Y bajaron de Egipto y vinieron a la tierra de Canaán, a Jacob su padre,
26 y anunciáronle, diciendo: «Tu hijo José vive, y él impera a toda la tierra de Egipto». Y extasióse el corazón de Jacob, porque no les creyó.
27 Y habláronle todo lo dicho por José y cuanto les dijo; y viendo los carros que enviara José para conducirle, revivió el espíritu de Jacob su padre.
28 Y dijo Israel: «Grande es para mí, si aún el hijo mío José vive: yendo veréle, antes de morirme».
1 Jacob en Egipto Y levantándose Israel, él y todo lo suyo, vino al Pozo del juramento y victimó allí víctima al Dios de su padre Isaac.
2 Y dijo Dios a Israel en visión de la noche, diciendo: «¡Jacob, Jacob!» Y él dijo: «Heme aquí».
3 Y él le dice: Yo soy el Dios de tus padres: no temas bajar a Egipto; que gran pueblo te haré allí;
4 y yo bajaré contigo a Egipto, y yo te subiré hasta el fin; y José pondrá sus manos sobre tus ojos.
5 Y levantóse Jacob del Pozo del juramento; y tomaron los hijos de Israel a su padre y a sus hijos y sus mujeres sobre los carros que enviara José para conducirle;
6 y tomaron los haberes de ellos y toda la ganancia que ganaron de la tierra de Canaán; y entró Jacob a Egipto, y toda su simiente con él:
7 hijos y los hijos de los hijos de él con él; hijas e hijas de los hijos de él con él; y toda su simiente trajo a Egipto.
8 Y éstos, los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: el primogénito de Jacob: Rubén;
9 e hijos de Rubén: Henoc, y Falú, y Hesrón y Carmí.
10 E hijos de Simeón: Jamuel, y Jamín, y Ahod, y Jaquín y Sohar; y Saúl, hijo de la cananea.
11 E hijos de Leví: Gersón y Caat y Merarí.
12 E hijos de Judá: Her y Onán, y Selá, y Farés y Zará; pero murieron Her y Onán en tierra de Canaán; y nacieron hijos de Farés: Hesrón y Hamul.
13 E hijos de Isacar: Tolá y Fuá y Job y Semrón.
14 E hijos de Zabulón: Sared, y Helón y Jahelel.
15 Estos, hijos de Lía; los que parió a Jacob en Mesopotamia de Siria, y a Dina su hija; todas las almas: hijos y las hijas: treinta y tres.
16 E hijos de Gad: Sefión, y Hagi, y Suni, y Esebón, y Herí, y Arodí y Arelí.
17 E hijos de Aser: Jamné, y Jesuá, y Jesuí y Beriá; y Sara su hermana. Y los hijos de Beriá: Heber y Melquiel.
18 Estos los hijos de Zelfá, que dio Labán a Lía su hija; la que parió éstos a Jacob: dieciséis almas.
19 Y los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín.
20 Y nacieron hijos a José en la tierra de Egipto; los que parió Asenet, hija de Putifare sacerdote de Heliópolis: Manasés y Efraín.(a)
21 E hijos de Benjamín: Balá, y Becor, y Asbel, y Gerá, y Naamán, y Equí, y Ros, y Mofín, y Ofín y Ared.
22 Estos son los hijos de Raquel que nacieron a Jacob; todas las almas: catorce.
23 E hijos(b) de Dan: Husim.
24 E hijos de Neftalí: Jasiel, y Guni, y Jeser y Salem.
25 Estos hijos de Balá que dio Labán a Raquel su hija; la que parió éstos a Jacob: todas las almas: siete.
26 Y todas las almas que entraron con Jacob a Egipto; los que salieron de sus lomos (fuera de las mujeres de los hijos de Jacob); todas las almas: sesenta y seis.
27 E hijos de José que le nacieron en Egipto: almas dos.(c) Todas las almas de la casa de Jacob, las que entraron en Egipto; setenta.(d)
28 Y envió a Judá delante de ellos a José a encontrarle por Heroópolis, a tierra de Gesén.
29 Y unciendo José sus carros, subió al encuentro de Israel, su padre, por Heroópolis; y, viéndole, cayó sobre su cuello, y lloró con llanto copioso.
30 Y dijo Israel a José: «Muera yo ahora mismo ya que he visto tu faz; que todavía tú vives».
31 Y dijo José a sus hermanos:(e) «Subiendo, anunciaré a Faraón, y le diré: «Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en tierra de Canaán, han llegado a mí
32 y los varones son pastores (pues ganaderos eran); y su ganado y sus vacas y todo lo suyo han traído consigo».
33 Si, pues, os llamare Faraón y os dijere: «¿Cuál es vuestra labor?;
34 diréis: «Varones ganaderos somos tus niños, desde niño hasta ahora, y nosotros y nuestros padres»; para que habitéis en tierra de Gesén, en Arabia; pues abominación es de los egipcios todo pastor de ovejas».
1 Jacob ante Faraón. Sigue el hambre. Muerte de Jacob. Y viniendo José, anunció a Faraón diciendo: «Mi padre y mis hermanos y el ganado y las vacas de ellos y todo lo suyo, han venido de tierra de Canaán, y he aquí están en tierra de Gesén».
2 Y de sus hermanos tomó cinco varones y púsoles delante de Faraón.
3 Y dijo Faraón a los hermanos de José: «¿Cuál la labor vuestra?» Y ellos dijeron a Faraón: «Pastores de ovejas, tus niños y nosotros y nuestros padres».
4 Y dijeron a Faraón: «A peregrinar en la tierra hemos venido pues no hay pasto para las ovejas de tus niños; que ha prevalecido el hambre en tierra de Canaán; ahora, pues, peregrinaremos en tierra de Gesén».
5 Y dijo Faraón a José: «Habiten en tierra de Gesén; y si sabes que hay entre ellos varones poderosos, constitúyelos príncipes de mi ganado». Y llegó,(a) a Egipto, a José Jacob y sus hijos. Y oyólo Faraón rey de Egipto. Y dijo Faraón a José diciendo: «Tu padre y tus hermanos han llegado a ti;
6 he aquí la tierra de Egipto delante de ti está: en la mejor tierra establece a tu padre y a tus hermanos».
7 Y llevó José a Jacob, su padre, y presentóle a Faraón, y bendijo Jacob a Faraón.
8 Y dijo Faraón a Jacob: «¿Cuántos días de años de tu vida?».
9 Y dijo Jacob a Faraón: «Días de años de mi vida que estoy peregrinando: ciento treinta años; pequeños y malos se han hecho días de años de mi vida: no han llegado a días de años de mi vida de mis padres; los días que peregrinaron».
10 Y bendiciendo Jacob a Faraón, salió de delante de él.
11 Y estableció José a su padre y sus hermanos y dióles posesión en tierra de Egipto; en la mejor tierra: en tierra de Ramsés; según ordenara Faraón.
12 Y midió trigo José a su padre y a sus hermanos y a toda la casa de su padre; trigo por cabeza.
13 Y trigo no había en toda la tierra; que prevalecía el hambre sobremanera; y desfalleció la tierra de Egipto y la tierra de Canaán del hambre.
14 Y juntó José todo el dinero, el hallado en tierra de Egipto y en tierra de Canaán, del trigo que compraban y les medía; y llevó José todo el dinero a la casa de Faraón.
15 Y agotóse todo el dinero en tierra de Egipto y en tierra de Canaán. Y vinieron los egipcios todos a José diciendo: «Danos pan. Y ¿porqué morimos delante de ti? que agotado está nuestro dinero».
16 Y díjoles José: «Traed vuestro ganado, y daréos pan por ganado, si agotado está vuestro dinero».
17 Y trajeron el ganado a José, y dióles José pan por los caballos, y por las ovejas, y por las vacas y por los asnos. Y alimentóles con pan en aquel año.
18 Y terminó aquel año; y vinieron a él en el año el siguiente, y dijéronle: «No ocultemos delante de nuestro señor que está agotado nuestro dinero, y nuestro ganado a ti el señor, y no nos queda delante del señor sino el propio cuerpo y la tierra nuestra.
19 ¿Porqué hemos de morir delante de ti y desolarse la tierra? Cómpranos y nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra niños de Faraón; da semilla para que sembremos y no muramos y nuestra tierra se desuele».
20 Y compró José toda la tierra de los Egipcios para Faraón; pues vendieron los egipcios la tierra de ellos a Faraón; que prevalecía sobre ellos el hambre; e hízose la tierra de Faraón;
21 y el pueblo esclavizóselo para niños, de los altos límites de Egipto hasta los altos;
22 fuera de la tierra de los sacerdotes solamente; no compró ésta José; pues en don había dado casa a los sacerdotes Faraón, y comían el don que les daba Faraón; por esto no vendieron la tierra de ellos.
23 Y dijo José a todos los egipcios: «He aquí os he comprado a vos y vuestra tierra hoy para Faraón: llevaos semilla y sembrad la tierra;
24 y serán los frutos de ella: daréis la quinta parte a Faraón; y las cuatro partes serán para vosotros, para semilla a la tierra y para alimento a vosotros y todas las casas de vosotros».
25 Y dijeron: «Salvádonos has; hemos hallado gracia delante de nuestro señor, y seremos niños de Faraón».
26 Y púsoselo José por mandamiento hasta el día de hoy sobre la tierra de Egipto: el quintar para Faraón; salvo la tierra de los sacerdotes solamente; no era ella de Faraón.
27 Y habitó Israel en tierra egipcia, en la tierra de Gesén; y heredaron en ella, y multiplicáronse sobremanera.
28 Y vivió aún Jacob en tierra egipcia diecisiete años; y llegaron a ser los días de Jacob de años de su vida: ciento cuarenta y siete años.
29 Y aproximáronse los días de Israel de morir; y llamó a su hijo José y díjole: «Si he hallado gracia delante de ti, pon tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad de no sepultarme en Egipto;
30 sino que dormiré con mis padres, y me llevarás de Egipto y me sepultarás en la sepultura de ellos». Y él dijo: «Yo haré según tu palabra».
31 Y dijo: «Júrame». Y juróle; y se inclinó Israel sobre el extremo de su báculo.(b)
1 Adopta Jacob a Efraín y Manasés Y aconteció, después de estas palabras, anunciarse a José: «Tu padre siéntese mal». Y tomando a sus dos hijos consigo: a Manasés y Efraín, vino a Jacob.
2 Y anuncióse a Jacob, diciendo: «He aquí tu hijo José viene a ti». Y esforzándose Israel sentóse en el lecho(a).
3 Y dijo Jacob a José: «Aparecióseme el Dios omnipotente en Luza, en tierra de Canaán; y bendíjome
4 y me dijo: «He aquí yo te acrecentaré y multiplicaré y te haré en congregaciones de gentes, y a ti daré esta tierra y a tu simiente, después de ti, en posesión sempiterna».
5 Ahora, pues, los dos hijos tuyos, los nacidos a ti en Egipto, antes de venir yo a Egipto a ti, míos son: Efraín y Manasés; como Rubén y Simeón, serán míos.
6 Y la progenie que engendrares, después de esto, serán con el nombre de sus hermanos, llamados serán con las heredades de aquellos.
7 Y yo(b) —cuando venía de Mesopotamia de Siria, murió Raquel, tu madre, en tierra de Canaán, al acercarme por el camino, un trecho a la tierra, viniendo a Efrata; y enterréla en el camino; éste es Belén».
8 Y viendo Israel a los hijos de José, dijo: «¿Quiénes son éstos?»
9 Y dijo José a su padre: «Hijos míos son los que me ha dado Dios aquí». Y dijo Jacob: «Acércamelos, para bendecirlos».
10 Y los ojos de Israel apenas veían por la vejez, y no podía ver; y acercóles a él; y besóles y abrazóles.
11 Y dijo Israel a José: «He aquí de tu rostro no he sido privado; y he aquí mostróme Dios también tu simiente.»
12 Y retiróles José de las rodillas de él, y adoróle de rostro sobre la tierra(c)
13 Y, tomando José a sus dos hijos; a Efraín con la derecha, a izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, a la derecha de Israel, acercóles a él.
14 Y extendió Israel su mano; la derecha, y púsola sobre la cabeza de Efraín, y éste era el menor; y la izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando las manos.
15 Y bendíjoles y dijo: «El Dios a quien complacieron mis padres —a faz de él: Abrahán e Isaac; el Señor el que me nutre desde mi juventud hasta este día;
16 el ángel el que me libra de todos los males: bendiga estos niñitos; y será nombrado mi nombre en ellos, y el nombre de mis padres: Abrahán e Isaac; y multiplíquese en muchedumbre mucha sobre la tierra».
17 Y, viendo José que puso el padre su diestra sobre la cabeza de Efraín, pesado parecióle; y cogió José la mano de su padre para sacarla, de la cabeza de Efraín, a la cabeza de Manasés.
18 Y dijo José a su padre: «No así, padre; que éste es el primogénito: pon tu diestra sobre su cabeza».
19 Y no quiso; sino que dijo: «Sé, hijo mío, sé; también él será en pueblo; también él será enaltecido; empero su hermano, el menor, mayor será que él, y su simiente serán en muchedumbre de gente».
20 Y bendíjoles en aquel día, diciendo: «En vosotros bendito será Israel, diciendo: «Hágate Dios como Efraín y como Manasés»; y puso a Efraín delante de Manasés.
21 Y dijo Israel a José: «He aquí yo muero; mas Dios será con vosotros y os volverá a la tierra de vuestros padres;
22 y yo te doy Síquima elegida sobre tus hermanos; la que cogí de manos de amorreos con mi cuchilla y arco».
1 Profetiza Jacob a sus hijos sus destinos futuros; y muere. Y llamó Jacob a sus hijos y díjoles: «Congregaos, para anunciaros lo que os ha de acontecer en los postreros de los días:
2 Congregaos y oídme, hijos de Jacob; oíd a Israel; oíd a vuestro padre:
3 Rubén, primogénito mío, tú, mi fuerza y principio de mis hijos, duro de llevar y duro altanero.
4 Desenfrenástete como agua —no crecerás, que ascendiste al lecho de tu padre; entonces mancillaste el tálamo donde ascendiste.
5 Simeón y Leví, hermanos, consumaron iniquidad por su violencia.
6 En consejo de ellos no entre mi alma; y en su junta no contiendan mis entrañas; porque en su furor mataron hombres, y en su apetito enervaron al toro.
7 Maldito, su furor, por altanero, y sus iras porque se endurecieron; desmembrarélos en Jacob y dispersarélos en Israel.
8 Judá, a ti loaron tus hermanos; tus manos sobre la espalda de tus enemigos; adoraránte los hijos de tu padre.
9 Cachorro de león Judá: de presa,(a) hijo mío, has subido; tendístete y dormiste como león y leona —¿quién te despertará?—
10 No faltará príncipe de Judá y caudillo de sus muslos, hasta que viniere el que ha de ser enviado(b) y él será la expectación de las gentes.
11 Atando a la vid su pollino, y al pámpano el pollino de su asna, lavará en vino su estola, y en sangre de uva su palio.
12 Alegres sus ojos por el vino, y albos sus dientes por la leche.
13 Zabulón sobre el mar habitará y él sobre el puerto de las naves, y dilatárase hasta Sidón.
14 Isacar, asno huesudo(c) reposando en medio de las heredades.
15 Y viendo el reposo que bello, y la tierra que pingüe, arrimó su hombro a trabajar, e hízose varón agrícola.
16 Dan juzgará a su pueblo tal como una tribu(d) en Israel.
17 Y sea Dan serpiente sobre el camino, recostada sobre la senda; mordiendo talón de caballo; y caerá el jinete de espaldas;
18 la salud aguardando de Señor.(e)
19 Gad, probación probarále; pero él probará por los pies de ellos.(f)
20 Aser, pingüe su pan y él dará delicias a los príncipes.
21 Neftalí, terebinto erguido, produciendo en los vástagos hermosura.
22 Hijo lozaneante José hijo lozaneante, envidiable mío; sus ramas se han dilatado sobre el muro.
23 Exasperáronle, disparáronle y persiguiéronle los maestros de las saetas;
24 y destrozáronse con poder los arcos de ellos y disolviéronse los nervios de las manos de ellos por la mano del poderoso de Jacob; por el nombre del pastor de los hijos de Israel.(g)
25 El Dios de tu padre te amparará, y el Omnipotente te bendecirá: con bendición del cielo desde arriba; con bendición del abismo(h) que yace abajo: con bendición de pechos y de matriz.(i)
26 Bendiciones de tu padre —exceden a las bendiciones de mis progenitores hasta los límites de preeminencias eternas(j) éstas vienen sobre la cabeza de José, el vértice del coronado entre sus hermanos.
27 Benjamín lobo rapaz: por la mañana comerá presa. por la tarde despresará rapiña(k).
28 Todos estos, hijos de Jacob, doce; y esto hablóles su padre; y bendíjoles; a cada uno según su bendición, bendíjoles.
29 Y díjoles: «Yo reunido soy a mi pueblo: sepultadme, con mis padres, en la caverna la que está en el campo de Efrón el heteo;
30 en la caverna la doble, la enfrente de Mambré en tierra de Canaán; la caverna que adquirió Abrahán de Efrón el heteo en adquisición de sepultura.
31 Allí sepultaron a Abrahán y Sara, su mujer; allí sepultaron a Isaac y Rebeca su mujer; allí sepultaron a Lía,
32 en la adquisición del campo y de la caverna que está en él, de los hijos de Het».
33 (49:32) Y cesó Jacob de mandar a sus hijos; y, levantando sus pies al lecho, reunido fue a su pueblo.(l)
1 Sepultura de Jacob. José consuela a sus hermanos. Muere. Y cayó José sobre el rostro de su padre, y lloróle y besóle.
2 Y mandó José a sus niños, los embalsamadores; embalsamar a su padre; y embalsamaron los embalsamadores a Israel.
3 Y cumplieron los cuarenta días de él; pues así se cuentan los días de la sepultura; y lloróle Egipto setenta días.
4 Y, cuando pasaron los días del luto, habló José a los potentados de Faraón, diciendo: «Si he hallado gracia en vuestros ojos, hablad por mí en las orejas de Faraón diciendo:
5 «Mi padre me juramentó, diciendo: «He aquí muero, en la sepultura que me cavé en tierra de Canaán, allí me sepultarás». Ahora, pues, bajando sepultaré a mi padre, y volveré».
6 Y dijo Faraón: «Baja, sepulta a tu padre según tu juramento».
7 Y subió José a sepultar a su padre y subieron juntamente con él todos los niños de Faraón, y los ancianos(a) de la casa de él; y todos los ancianos de la tierra de Egipto;
8 y toda la casa entera de José y los hermanos de él y toda la casa, la paterna de él y la parentela de él; solo los niños y las ovejas y las vacas dejaron en tierra de Gesén.
9 Y subieron juntamente con él, y carros y caballería, e hízose el campamento grande sobremanera.
10 Y llegaron a la «era de Atad»; la que está allende el Jordán, y lloráronle con llanto grande y fuerte sobremanera; e hicieron el llanto a su padre siete días.
11 Y vieron los habitadores de la tierra de Canaán el llanto en la «era de Atad» y dijeron: «Llanto grande es éste para los egipcios»; por esto llamaron su nombre: «Llanto de Egipto(b); el que está allende el Jordán.
12 E hiciéronle así sus hijos, como les había mandado.
13 Y lleváronle sus hijos a tierra de Canaán y sepultáronle allí en la caverna la doble; caverna que adquirió Abrahán en adquisición de sepultura, de Efrón el heteo, en frente de Mambré.
14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos y los que subieron con él a sepultar al padre de él.
15 Y, viendo los hermanos de José que había muerto el padre de ellos dijeron: «No sea que se acuerde mal de nosotros José, y nos pague con pago todo lo malo que le ocasionamos».
16 Y presentáronse a José, diciendo: «Tu padre nos conjuró, antes de morir, diciendo:
17 «Así decid a José: Perdónales la iniquidad y el pecado de ellos; pues malas cosas te ocasionaron». Y ahora perdona la iniquidad a los servidores del Dios de tu padre». Y lloró José, al hablarles ellos.
18 Y, viniendo a él, adoráronle y dijeron: «Henos aquí esclavos».
19 Y díjoles José: «No temáis: ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?(c)
20 Vosotros dispusisteis contra mí para mal; pero Dios dispuso acerca de mí para bien: para que sucediese como ha sido hoy: para que fuese alimentado pueblo mucho».
21 Y díjoles: «No temáis: yo mantendré a vosotros y vuestras casas». Y consolóles y hablóles al corazón.
22 Y habitó José en Egipto, él y sus hermanos y toda la casa entera de su padre; y vivió José ciento y diez años.
23 Y vio José de Efraín niñitos hasta la tercera generación; también hijos de Maquir, el hijo de Manasés, nacieron sobre las rodillas de José.
24 Y dijo José a sus hermanos, diciendo: «Yo muero; mas con visita os visitará Dios, y os subirá de esta tierra a la tierra que juró a nuestros padres: a Abrahán e Isaac y Jacob».
25 Y juramentó José a los hijos de Israel, diciendo: «En la visita que os visitare Dios, llevaréis mis huesos de aquí con vos».
26 Y falleció José de ciento y diez años; y sepultáronle y pusieron en sarcófago en Egipto.