1

1 Sabiduría y grandeza de Salomón Y se afianzó Salomón, hijo de David, en su reino y el Señor, su Dios(a) estaba con él; y magnificóle hasta lo sumo.

2 Y habló Salomón a todo Israel: a los quiliarcas, y centuriones, y a los jueces y a todos los príncipes ante Israel, los príncipes de las familias.

3 Y fue Salomón y toda la congregación, con él, a la altura, la de Gabaón; donde, allí, estaba el tabernáculo del testimonio de Dios; que hizo Moisés, un varón de Dios, en el desierto.

4 Empero, el arca de Dios subiera David desde Cariatiarim, porque preparó para ella, porque fijó para ella tabernáculo en Jerusalén.

5 Y el altar, el broncíneo, que hizo Beseleel, hijo de Urí, hijo de Hur, allí estaba delante del tabernáculo del Señor; y buscóle Salomón en la congregación toda.

6 Y ofreció Salomón allí sobre el altar, el broncíneo, a faz del Señor, el en el tabernáculo; y ofreció sobre él holocaustos mil.

7 En aquella noche apareció el Señor a Salomón y le dijo: «Pide ¿qué te doy?».

8 Y dijo Salomón a Dios: «Tú has hecho con David mi padre, misericordia grande; y enreyecídome en su lugar;

9 y ahora, Señor Dios, confírmese ya tu nombre(b) sobre David, mi padre; pues tú me has enreyecido sobre pueblo, mucho, como el polvo de la tierra.

10 Ahora sabiduría y entendimiento dame: y saldré a faz de este pueblo y entraré; pues ¿quién juzgará a este pueblo el grande?»

11 Y dijo Dios a Salomón: «Por cuanto ha acontecido esto en tu corazón, y no has pedido riqueza de bienes, ni gloria, ni el alma de los enemigos, y días muchos no has pedido; y has pedido para ti sabiduría y entendimiento, para juzgar a mi pueblo, sobre el cual te he enreyecido, sobre él:

12 la sabiduría y el entendimiento te doy; y riquezas, y bienes y gloria te daré, tal que no ha habido semejante a ti, entre los reyes antes de ti y después de ti no había tal».

13 Y vino Salomón de la altura, la de Gabaón, a Jerusalén, a faz del tabernáculo, y reinó sobre Israel.

14 Y juntó Salomón carros y jinetes, y tuvo mil cuatrocientos carros y doce millares de jinetes; y dejóles en ciudades de los carros; y el pueblo(c), con el rey, en Jerusalén.

15 Y puso el rey la plata y el oro en Jerusalén como piedras, y los cedros los de Judea, como sicomoros los de la llanura, en muchedumbre.

16 Y la salida de los bridones de Salomón, de Egipto(d), y el precio, de los mercaderes del rey de ir(e), y compraban.

17 Y subían y sacaban de Egipto carro uno de seiscientos(f), de plata, y bridón, de ciento cincuenta de plata; y así, de todos los reyes de los heteos y de los reyes de Siria, en manos de ellos sacaban.

2

1 Salomón pacta con Hiram Y dijo Salomón edificaré casa al nombre del Señor, y casa para su reino.

2 Y juntó Salomón setenta mil varones cargadores y ochenta mil picapedreros en la montaña; y los sobreestantes sobre ellos: tres mil seiscientos.

3 Y envió Salomón cerca de Hiram, rey de Tiro, diciendo: «Como hiciste con mi padre y le enviaste cedros para edificarse una casa para habitar en ella;

4 también he aquí yo, hijo suyo, edifico casa al nombre del Señor, mi Dios, para consagrarla a él, para incensar delante de él incienso y proposición sin cesar y ofrecer holocaustos sin cesar, mañana y tarde, y en los sábados, y en las neomenias, y en las fiestas del Señor, nuestro Dios —por los siglos, sobre Israel.

5 Y la casa que yo edifico, es grande; porque grande es el Señor, nuestro Dios, más que todos los dioses.

6 Y ¿quién valdrá para edificarle casa? Pues si el cielo y el cielo del cielo no soportan su gloria; ¿quién soy yo para edificarle una casa, sino es para incensar delante de él?

7 Y ahora envíame varón sabio y entendido en labrar en el oro, y en la plata, y en el bronce, y en el hierro; y en la púrpura y en la escarlata, y en el jacinto; y sabedor de esculpir escultura con los sabios, los conmigo en Judá y en Jerusalén, lo que preparó David, mi padre.

8 Y envíame madera cedrina y enebrina y cipresina del Líbano; porque yo sé que tus siervos saben cortar madera del Líbano; y he aquí tus jóvenes, con mis jóvenes,

9 van para prepararme madera en abundancia, pues la casa que yo edifico, es grande y gloriosa.

10 Y he aquí a los obreros, los que cortaren madera, para víveres he dado trigo: veinte millares; y de cebada coros: veinte millares; y de vino medidas: veinte millares, y de aceite medidas: veinte millares.

11 Y dijo Hiram, rey de Tiro por escrito, que envió a Salomón, diciendo: «Por amar el Señor al pueblo de Israel, te ha puesto sobre ellos por rey».

12 Y dijo Hiram: «Bendito, Señor, el Dios de Israel, que hizo el cielo y la tierra, que ha dado a David, el rey, un hijo sabio y discreto de discreción y prudencia, que edificará casa al Señor, y casa para su reino.

13 Y ahora te he enviado un varón sabio y entendido en prudencia: Hiram, padre mío;

14 su madre de las hijas de Dan, y su padre, varón tirio, sabedor de labrar en oro, y en plata y en bronce, y en hierro y en piedras y maderas; y de tejer en la púrpura, y en el jacinto, y en el biso, y en la escarlata; y de esculpir esculturas, y de inventar todo, invento, cuanto le dieres, con los sabios tuyos y sabios de David, mi señor, padre tuyo.

15 Y ahora el trigo, y la cebada, y el aceite y el vino que ha dicho mi señor, envíelo a sus niños.

16 Y nosotros cortaremos madera del Líbano, según toda la necesidad tuya, y la llevaremos en balsas por el mar de Jope; y tú la llevarás a Jerusalén».

17 Y juntó Salomón todos los varones los prosélitos, los en tierra de Israel por la cuenta que los contó David su padre; y halláronse ciento cincuenta millares y tres mil seiscientos.

18 E hizo de ellos setenta millares de cargadores, y ochenta millares de picapedreros, y tres mil seiscientos prefectos de obras, sobre el pueblo.

3

1 Fábrica del templo Y empezó Salomón a edificar la casa del Señor en Jerusalén, en el monte Moria; donde apareció el Señor a David, su padre, en el lugar que preparó David en la era de Ornán el jebuseo.

2 Y empezó a edificar en el mes segundo, en el año el cuarto de su reinado.

3 Y esto(a) empezó, Salomón a edificar la casa de Dios: longitud: codos —la medida la primera de codos sesenta; y latitud —codos veinte.

4 Y el pórtico, al frente de la casa: longitud (sobre el frente de la anchura de la casa): codos veinte y altura: codos ciento veinte; dorólo por dentro con oro puro.

5 Y la casa la grande incrustó en madera cedrina, y doró con oro puro; y esculpió sobre ellas palmeras y cadenas.

6 Y ornó la casa con piedras preciosas para gloria y doró con oro, de oro del de Parvaím.

7 Y doró la casa y sus paredes, y los postes, y las techumbres y las puertas con oro, y esculpió querubines sobre las paredes.

8 E hizo la casa del santo de los santos —su longitud, según la latitud de la casa: codos veinte, y su anchura: codos veinte, y la doró con oro puro(b), cerca de los talentos seiscientos.

9 Y el peso de los clavos, peso de uno, cincuenta siclos de oro; y la terraza doró con oro.

10 E hizo en la casa, en el santo de los santos, querubines dos, obra de madera y las doró con oro.

11 Y las salas de los querubines —su longitud de codos veinte, y el ala la una, de codos cinco, tocando la pared de la casa; y el ala la otra de codos cinco, tocando el ala de querubín el otro.

12 Y el ala del querubín el uno, de codos cinco, tocando la pared de la casa; y el ala de la otra, de codos cinco, tocando el ala del querubín el otro.

13 Y las alas de estos querubines, extendidas codos veinte; y ellos, puestos sobre sus pies, y sus rostros, hacia la casa.

14 E hizo el velo de jacinto, y púrpura y escarlata y biso; y tejió en él querubines.

15 E hizo delante de la casa columnas dos, de codos treinta y cinco su altura y el capitel de ellas, de codos cinco.

16 E hizo cadenas en el oráculo y puso sobre el capitel de las columnas; e hizo granadas ciento y puso sobre las cadenas.

17 Y puso las columnas al frente del templo: una a la derecha; y la otra, a la izquierda; y llamó el nombre de la derecha: Rectitud y el nombre de la izquierda: «Fortaleza»(c).

4

1 Las demás obras del templo E hizo un altar broncíneo, de veinte codos de longitud, y de diez codos su latitud, y de diez codos su altura.

2 E hizo el mar fundido: de diez codos de diámetro, redondo en contorno; y de cinco codos de altura y el circuito de treinta codos.

3 Y semejanza de becerros debajo de él; en contorno lo rodean; diez codos abrazan el baño en contorno; dos(a) órdenes fundieron los becerros en sus fundiciones

4 con las que hicieron doce becerros: los tres mirando al septentrión, y los tres al occidente, y los tres al austro, y los tres hacia el oriente; y el mar sobre ellos arriba; estaba lo posterior de ellos hacia adentro.

5 Y el espesor de él, una mano, y su labio como labio de cáliz, esculturas-brotes de lirios, cogiendo metretas tres mil(b).

6 E hizo jofainas diez, y púsolas: las cinco a diestra y las cinco a siniestra, para lavar en ellas las obras de los holocaustos y enjuagar en ellas; y el mar, para lavarse los sacerdotes en él.

7 E hizo los candelabros los áureos diez según la prescripción de ellos; y puso en el templo: cinco a la derecha y cinco a la izquierda.

8 E hizo mesas diez y puso en el templo: cinco a la derecha y cinco a la izquierda —e hizo tazas áureas ciento;

9 e hizo el atrio de los sacerdotes y el atrio el grande y puertas al atrio; y bronceó las hojas de ellas con bronce.

10 Y el mar puso en ángulo de la casa, a derecha, como al oriente hacia el medio día.

11 E hizo Hiram las marmitas, y los braseros y el hogar del altar, y todos los vasos de ellos. Y acabó Hiram de hacer toda la obra que hizo a Salomón el rey, en casa de Dios:

12 columnas dos y sobre ellas capiteles redondeados sobre las cabezas de las columnas dos, y redes dos para cubrir los capiteles redondeados que hay sobre las cabezas de las columnas;

13 y granadas áureas cuatrocientas para las dos redes, y dos órdenes de granadas en la red la una, para cubrir los dos capiteles redondeados de las columnas.

14 Y las basas hizo diez y las jofainas hizo sobre las basas;

15 y el mar uno y los becerros los doce, debajo de él;

16 (c)y las marmitas, y los tridentes, y las tazas y todos los vasos de ellos hizo Hiram a Salomón para la casa del Señor, de bronce puro.

17 En los alrededores del Jordán fundíalos el rey, en lo compacto de la tierra, entre Socot y Saredatá.

18 E hizo Salomón todos estos vasos en abundancia sobremanera, que no se contó el peso del bronce.

19 E hizo Salomón todos los vasos de casa del Señor, y el altar el áureo, y las mesas, y sobre ellas panes de proposición.

20 Y los candelabros y las lámparas de la luz, según la prescripción, y enfrente del oráculo, de oro puro;

21 y las flores y las lámparas y las despabiladeras, de oro puro.

22 Y los braseros, y los turíbulos, y las tazas y los morterillos, de oro puro; y la entrada de la casa, sus puertas interiores al santo de los santos, y las puertas de la casa, del templo, áureas.

5

1 Dedicación del templo Y consumóse toda la obra que hizo Salomón en casa del Señor. E introdujo Salomón lo sacro de David, su padre: la plata y el oro y los vasos; y dio el tesoro de casa del Señor.

2 Entonces congregó Salomón a todos los ancianos de Israel, y todos los príncipes de familias de hijos de Israel, en Jerusalén, para traer el arca de Alianza del Señor, de la ciudad de David; ésta(a), Sión.

3 Congregáronse con el rey todo varón de Israel en la fiesta; éste, el mes séptimo.

4 Y vinieron todos los ancianos de Israel, y tomaron todos los levitas el arca;

5 y subieron el arca y el tabernáculo del testimonio, y todos los vasos, los sagrados, los del tabernáculo; y subiéronla los sacerdotes y los levitas.

6 Y el rey Salomón y toda la congregación de Israel,(b) delante del arca, sacrificando becerros y ovejas que no eran de contar y que no eran de calcular por la muchedumbre.

7 E introdujeron los sacerdotes el arca de la alianza del Señor en su lugar: en el oráculo de la casa, en el santo de los santos, debajo de las alas de los querubines.

8 Y estaban los querubines, extendidas sus alas, sobre el lugar del arca; y sombreaban los querubines sobre el arca y sobre las barras de ella por encima.

9 Y sobresalían las barras y se veían las cabezas de ellas desde el oráculo, por delante del tabernáculo; no se veían de fuera; y han estado allí hasta este día.

10 No había en el arca sino las dos tablas que puso Moisés en Horeb, cuando pactó Señor con los hijos de Israel, al salir ellos de tierra de Egipto.

11 Y aconteció, al salir los sacerdotes del santuario, pues todos los sacerdotes que se hallaron, se santificaron; no había ordenados por turnos diarios;

12 y los levitas los cantores todos, con los hijos de Asaf, con Hemán, con Iditún y sus hijos y sus hermanos; vestidos de estolas bísinas, en címbalos, y en nablas y en cíniras, puestos en frente del altar; y con ellos sacerdotes ciento veinte trompeteando con las trompetas;

13 y hubo una voz en el trompetear, y en el cantar y en el concertar con voz una, para confesar y loar al Señor; y cuando alzaron voz en trompetas, y en címbalos y órganos de los cantares; y decían: «Confesad al Señor porque es bueno, porque por los siglos es su misericordia»; y la casa llenóse de nube de gloria de Señor;

14 y no podían los sacerdotes estar para ministrar a faz de la nube; pues llenó gloria de Señor la casa de Dios.

6

1 Oración de Salomón Y dijo Salomón: «Señor ha dicho habitar en calígine;

2 y yo he edificado casa a tu nombre, santa para ti y dispuesta para habitar por los siglos».

3 Y volvió el rey su semblante y bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie;

4 Y dijo: «¡Bendito, Señor, el Dios de Israel, como que habló en su boca a David, mi padre, y en manos de él cumplió, diciendo:

5 Desde el día que subí mi pueblo de tierra de Egipto, no he elegido ciudad de entre todas las tribus de Israel, para que edifique casa para estar mi nombre allí; y no he elegido varón para ser príncipe sobre mi pueblo de Israel.

6 Y he elegido a Jerusalén para que esté mi nombre allí, y elegido a David para que esté sobre mi pueblo de Israel».

7 «Y vino al corazón de David, mi padre, el edificar una casa a nombre del Señor, Dios de Israel.

8 Y dijo el Señor a David, mi padre: «Por esto: por haber venido a tu corazón el edificar casa a mi nombre, bellamente hiciste por haber venido a tu corazón.

9 Empero, tú no edificarás la casa; porque tu hijo, el que saldrá de tus lomos, éste edificará la casa a mi nombre».

10 Y suscitó el Señor esta palabra que habló, y entrada en lugar de David, mi padre, y sentádome en el trono de Israel, según habló el Señor, y edificado la casa al nombre del Señor, Dios de Israel;

11 y puesto allí el arca, en la que, allí(a), el pacto del Señor que pactó con Israel».

12 Y púsose por delante del altar, delante de toda la congregación de Israel; y extendió sus manos;

13 (pues Salomón hiciera una basa broncínea y la pusiera en medio del atrio del santuario: de cinco codos de longitud, y de cinco codos su anchura, y de tres codos su altura); y púsose sobre ella; y cayó de rodillas delante de toda la congregación de Israel; y extendió sus manos al cielo;

14 y dijo: «Señor, Dios de Israel, no hay semejante a ti, Dios en el cielo y sobre la tierra, guardando la alianza y la misericordia a tus niños los que caminan delante de ti en su corazón;

15 como has guardado a David, mi padre, como le hablaste diciendo y hablaste en tu boca, y en tus manos cumpliste —como este día.

16 Y ahora, Señor, el Dios de Israel, guarda a tu niño, a David mi padre, lo que le hablaste diciendo: «No te faltará varón ante mi faz, sentado en trono de Israel; empero, si guardaren tus hijos el camino de ellos, para caminar en mi ley, como has caminado delante de mí».

17 Y ahora, Señor, el Dios de Israel, afiáncese ya tu palabra que hablaste a tu niño David.

18 Porque: ¡si verdaderamente ha de habitar Dios con hombres sobre la tierra! Si el cielo y el cielo del cielo no te han de bastar— ¡y cuál esta casa que he edificado!

19 también mirarás a la oración de tu niño y a la súplica mía, Señor Dios, para escuchar la súplica y la oración que tu niño ora delante de ti hoy;

20 para que estén sus ojos abiertos sobre esta casa día y noche, a este lugar que dijiste sería invocado tu nombre allí, para escuchar la oración que ora tu niño a este lugar:

21 Y escucharás la plegaria de tu niño y de tu pueblo Israel, lo que oraron; a este lugar; y tu escucharás en el lugar de tu habitación, desde el cielo; y escucharás y propicio serás.

22 Si pecare un varón contra su prójimo y cogiere sobre él maldición para maldecirle y viniere y se maldijere delante del altar en esta casa,

23 tú escucharás del cielo y harás, y juzgarás a tus siervos, retribuyendo al inicuo y retribuyendo sus caminos sobre su cabeza; y justificando al justo, retribuyéndole según su justicia.

24 Y si herido fuere el pueblo de Israel en frente del enemigo si hubieren pecado contra ti; y se arrepintieren, y confesaren tu nombre, y oraren y suplicaren delante de ti en esta casa;

25 tú escucharás del cielo, y propicio serás a los pecados de tu pueblo de Israel, y los volverás a la tierra que diste a ellos y sus padres.

26 Cuando se cerrare el cielo y no hubiere lluvia; (porque pecarán contra ti, y orarán a este lugar, y alabarán tu nombre, y de sus pecados se arrepentirán; porque los humillarás)

27 tú escucharás del cielo, y propicio serás a los pecados de los niños y de tu pueblo de Israel; porque les manifestarás el camino el bueno en que caminarán en él, y darás lluvia sobre tu tierra, que has dado a tu pueblo en herencia.

28 Hombre si viniere sobre la tierra; muerte si viniere; aire infecto e ictericia, langosta y oruga si naciere, y si le atribulare el enemigo frente por frente de sus ciudades; según cada plaga y cada trabajo;

29 toda oración y toda súplica, que se hiciere por todo hombre su plaga y su flaqueza, y tendiere sus manos a esta casa;

30 tú escucharás del cielo, de tu prevenida morada, y te propiciarás y darás cada uno según sus caminos, como conocieres su corazón; pues sólo(b) conoces el corazón de hijos de hombres;

31 para que te teman y anden por tus caminos, todos los días que ellos vinieren sobre faz de la tierra que diste a nuestros padres.

32 También todo extraño, quien no es de tu pueblo de Israel, y viniere de tierra en lontananza, por tu nombre el grande, y tu mano la poderosa y tu brazo el excelso —y vinieren y oraren a este lugar;

33 tú escucharás del cielo, de tu prevenida morada, y harás según todo cuanto te invocare el extraño, para que conozcan todos los pueblos de la tierra tu nombre y para temerte como tu pueblo de Israel y para conocer que tu nombre invocado ha sido sobre esta casa que edifiqué.

34 Pero, si saliere tu pueblo a guerra sobre sus enemigos, en caminos que los enviares y oraren a ti, según el camino(c) de esta ciudad la que has elegido; y de la casa que he edificado a tu nombre;

35 escucharás, del cielo, su oración y su súplica y harás la justificación de ellos.

36 Porque pecarán contra ti (porque no habrá hombre que no peque), y los percutirás; y los entregarás a faz de enemigos; y los cautivarán los cautivadores a tierra de enemigos, a tierra lejos o cerca;

37 y(d) convirtieren su corazón, en su tierra a donde han sido trasladados, allí; y también se convirtieren y te suplicaren en su cautiverio; diciendo: «Hemos pecado, prevaricado, delinquido»;

38 y se convirtieren a ti en todo su corazón y en toda su alma, en tierra de sus cautivadores, donde los hubieren cautivado, y oraren camino de su tierra que diste a sus padres y de la ciudad que elegiste y de la casa que he edificado a tu nombre;

39 escucharás, del cielo, de tu prevenida morada, su oración y su súplica, y harás juicios, y propicio, serás al pueblo, al que ha pecado contra ti.

40 Y ahora, Señor, estén ya tus ojos abiertos y tus orejas escuchadoras de la plegaria de este lugar.

41 Y ahora álzate, Señor Dios, al reposo tuyo, tú y el arca de tu fortaleza: tus sacerdotes, Señor Dios, revístanse salud, y tus hijos(e) regocíjense en bienes.

42 Señor Dios, no apartes, el rostro de tu ungido; acuérdate de las misericordias(f) de David, tu siervo».

7

1 Fiestas de la dedicación Y, al acabar Salomón de orar, el fuego descendió del cielo y devoró los holocaustos y las hostias; y gloria del Señor llenó la casa;

2 y no podían los sacerdotes entrar en la casa del Señor en aquella sazón, pues se llenó de la gloria del Señor la casa.

3 Y todos los hijos de Israel veían descendiendo el fuego y la gloria del Señor sobre la casa, y cayeron de rostro sobre la tierra, sobre el pavimento, y adoraron y loaron al Señor: «Porque es bueno(a) porque por los siglos su misericordia».

4 Y el rey y todo el pueblo, sacrificando sacrificios delante del Señor.

5 Y sacrificó el rey Salomón el sacrificio de becerros: veintidós millares; de ganado ciento veinte millares; y dedicó la casa de Dios el rey y todo el pueblo.

6 Y los sacerdotes sobre sus guardas puestos y los levitas en órganos de cantares del Señor; de David el rey, para confesar delante del Señor. «Porque por los siglos es su misericordia», en himnos de David, por mano de ellos; y los sacerdotes trompeteando con las trompetas delante de ellos; y todo Israel, de pie.

7 Y santificó Salomón en medio del atrio de la casa del Señor, pues hizo allí los holocaustos y las grosuras de los pacíficos; pues el altar broncíneo que hizo Salomón, no bastaba a coger los holocaustos y los pacíficos y las grosuras.

8 E hizo Salomón la fiesta, en aquella sazón, siete días; y todo Israel con él, congregación grande sobremanera, desde la entrada de Emat y hasta el torrente de Egipto.

9 E hizo en el día el octavo un éscodo(b), porque hizo la dedicación del altar: siete días de fiesta;

10 y en el vigésimo tercio del mes el séptimo; despidió al pueblo a sus tiendas regocijados y con buen corazón por los bienes que hizo el Señor a David, y a —Salomón y a Israel, su pueblo.

11 Y terminó Salomón la casa del Señor y la casa del rey; y todo cuanto quiso en el alma Salomón hacer en casa del Señor y en casa suya, bien encaminado fue.

12 Y apareció el Señor a Salomón de noche y díjole: «He escuchado tu oración y elegídome este lugar para casa de sacrificio.

13 Si cerrare yo el cielo y no hubiere lluvia; y si mandare a la langosta devorar la tierra(c); y si enviare muerte en medio de mi pueblo;

14 y si se arrepintiere mi pueblo, sobre los que está invocado mi nombre, sobre ellos; y oraren y buscaren mi rostro y se volvieren de sus caminos los malos, yo escucharé del cielo y propicio seré a sus pecados y sanaré su tierra.

15 Y ahora mis ojos estarán abiertos y mis orejas escuchadoras de la oración de este lugar.

16 Y ahora he elegido y santificado esta casa para que esté mi nombre allí hasta los siglos; y estarán mis ojos y mi corazón allí todos los días.

17 Y tú, si anduvieres delante de mí, como David, tu padre, e hicieres conforme a todo lo que te he mandado; y mis preceptos y mis juicios guardares;

18 levantaré el trono de tu reino como prometí a David, tu padre, diciendo: «No te será quitado príncipe varón en Israel».

19 Y, si os apartareis y abandonareis mis preceptos y mis mandamientos, que he dado delante de vosotros; y fuereis y sirviereis a dioses otros y los adorareis;

20 os arrancaré de la tierra, que les he dado; y esta casa que he consagrado a mi nombre, arrojaré entre todas las gentes.

21 Y esta casa, la sublime —todo el que pasare por ella, se espantará y dirá: «¿Por qué causa ha hecho el Señor(d) a esta tierra y a esta casa?».

22 Y dirán: «Por esto; porque abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, el que los sacó de tierra de Egipto; y adhirieron a dioses otros, y los adoraron y les sirvieron; por esto trajo sobre ellos toda esta malandanza».

8

1 Ciudades, disposiciones litúrgicas y naves de Salomón Y aconteció, después de veinte años en que edificó Salomón la casa del Señor y la casa suya;

2 las ciudades que dio Hiram a Salomón, las edificó Salomón y radicó allí a los hijos de Israel.

3 Y vino Salomón a Emat-Subá y conquistóla.

4 Y edificó a Palmira en el desierto y todas las ciudades fortificadas, que edificó en Emat.

5 Y edificó a Betorón la alta, y a Betorón la baja, ciudades fortificadas: muros, puertas y cerrojos;

6 y a Balaat, y todas las ciudades las fortificadas que tenía Salomón y las ciudades de los carros y las ciudades de los jinetes; y cuanto deseó Salomón, según el deseo, edificar en Jerusalén, y en el Líbano y en todo su reino.

7 Todo el pueblo que quedó del heteo, y del amorreo, y del ferezeo, y del heveo y del jebuseo, los que no son de Israel,

8 sino que eran de los hijos de ellos que quedaron con ellos en la tierra, los que no exterminaron los hijos de Israel; alzólos Salomón a tributo —hasta este día.

9 Y de los hijos de Israel no dio Salomón, para niños(a) a su reino; pues, he aquí(b), varones guerreros y príncipes, y los poderosos y príncipes de carros y jinetes.

10 Y éstos, los príncipes de los prefectos del rey Salomón: doscientos cincuenta proveedores de obras en el pueblo.

11 Y a la hija del Faraón ascendió Salomón de la ciudad de David, a la casa que edificó para ella; porque dijo: «No habitará mi mujer en la casa(c) de David, el rey de Israel, porque santa es, donde ha entrada allí el Arca del Señor».

12 Entonces, ofreció Salomón holocaustos al Señor sobre el altar(d) que edificó delante del templo;

13 para que en razón del día, en su día se ofreciera, según los mandamientos de Moisés; en los sábados, y en los meses y en las fiestas; tres veces al año: en la fiesta de los Azimos, y en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de los Tabernáculos:

14 Y estableció, según el precepto de David, su padre, las divisiones de los sacerdotes, y según los ministerios de ellos; y los levitas, sobre las guardas de ellos, para alabar y ministrar delante de los sacerdotes, en razón del día, en el día; y los porteros, según sus divisiones, en puerta y puerta; porque así, lo había mandado David; hombre de Dios.

15 No preterieron los mandamientos del rey acerca de los sacerdotes y levitas, cuanto a toda palabra y cuanto a los tesoros.

16 Y dispúsose toda la labor, desde el día que se fundamentó hasta que terminó Salomón la casa del Señor.

17 Entonces fue Salomón a Asiongaber y a Ailat la marina, en tierra edomita.

18 Y envió Hiram, en mano de sus niños naves y niños sabedores del mar, y fueron con los niños de Salomón a Ofir, y tomaron de allí los cuatrocientos cincuenta talentos de oro; y vinieron al rey Salomón.

9

1 Sabiduría y gloria de Salomón. La reina de Sabá. Y una reina de Sabá oyó el nombre de Salomón, y vino a tentar a Salomón en enigmas, a Jerusalén, en poder, pesado sobremanera; y camellos, llevando aromas en muchedumbre y oro y piedra preciosa; y vino a Salomón, y hablóle todo cuanto había en su alma.

2 Y anuncióle Salomón todas sus palabras, y no se ocultó palabra a Salomón que no le respondiera.

3 Y vio la reina de Sabá la sabiduría de Salomón y la casa que edificó;

4 y las viandas de las mesas, y la sede de sus niños, y el estado de sus servidores; y la vestidura de ellos, y los coperos de él, y la indumentaria de ellos; y los holocaustos que ofrecía en casa del Señor; y fuera de sí quedó.

5 Y dijo al rey: «Verdadera es la palabra que oí en mi tierra acerca de tus palabras y acerca de tu sabiduría;

6 y no les creí hasta que vine, y vieron mis ojos; y, he aquí, no se me anunció la mitad de la muchedumbre de tu sabiduría; has sobrepasado la oída que oí.

7 ¡Venturosos los varones tuyos, venturosos los niños tuyos, éstos los presentes a ti sin cesar y escuchando tu sabiduría!

8 Sea el Señor, tu Dios, bendito, que se ha complacido en ti, poniéndote en su trono por rey, para el Señor tu Dios. En haber amado el Señor, tu Dios, a Israel para afianzarlo por los siglos, te ha puesto sobre ellos por rey para hacer juicio y justicia».

9 Y dio al rey ciento veinte talentos de oro y aromas en plenitud mucha, y piedra preciosa; y no hubo como aquellos aromas que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

10 Y los servidores de Salomón y los servidores de Hiram traían oro a Salomón, de Ofir y madera abetina y piedra preciosa.

11 E hizo uso el rey de la madera abetina como gradas para la casa del Señor y la casa del rey, y cítaras y nablas para los cantares; y no se vio tal(a) antes en tierra de Judá.

12 Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todas sus voluntades que pidió, fuera de todo lo que trajo al rey Salomón; y volvió a su tierra(b).

13 Y era el peso del oro el traído a Salomón en un año, de seiscientos sesenta y seis talentos de oro;

14 fuera de lo que los varones, los súbditos y los mercaderes traían; y todos los reyes de Arabia y sátrapas de la tierra, todos traían oro y plata al rey Salomón.

15 E hizo el rey Salomón doscientos paveses(c) áureos batidos —seiscientos áureos(d) puros caían sobre él un pavés;

16 y trescientas rodelas batidas, áureas— de(e) trescientos áureos era subido sobre cada rodela; y púsolas el rey en «casa de selva» del Líbano.

17 E hizo el rey un trono marfileño grande y lo doró con oro acrisolado.

18 Y seis gradas tenía el trono entretejidas de oro(f); y brazos de acá y de acá sobre el trono de la sede; y dos leones parados juntos a los brazos.

19 Y doce leones, parados allí sobre las seis gradas de acá y de acá. —No hubo tal en todos los reinos.

20 Y todos los vasos del rey Salomón, de oro; y todos los vasos de «casa de selva» del Líbano, de oro fundidos; —no había plata que valiera, en días de Salomón, para nada.

21 Pues nave(g) para el rey iba a Tarsis, con los niños de Hiram; una vez cada tres años venían navíos, desde Tarsis, al rey, cargados de oro, y plata, y marfil y monos(h).

22 Y fue engrandecido Salomón sobre todos los reyes(i), así en riqueza como en sabiduría(j).

23 Y todos los reyes de la tierra buscaban el rostro de Salomón para oír su sabiduría que dio Dios en el corazón de él.

24 Y ellos traían cada cual sus dones: vasos argénteos y vasos áureos y vestimenta, estacte(k) y aromas, bidones y mulas, de año en año.

25 Y tuvo Salomón cuatro mil bridones(l) para carros, y doce millares de jinetes, y los puso en ciudades de los carros y con el rey, en Jerusalén.

26 Y fue dominador de todos los reyes desde el río(m) y hasta la tierra de los filisteos y hasta los confines de Egipto.

27 Y dio el rey el oro y la plata, en Jerusalén, como piedras; y los cedros, como sicomoros los de la llanura, en muchedumbre.

28 Y la salida de los bridones, de Egipto, para Salomón, y de toda la tierra.

29 Y las demás palabras de Salomón, las primeras y las últimas, he aquí están escritas en las palabras de Natán el profeta y en las palabras de Ahías el Silonita; y en las visiones de Adó(n) el vidente acerca de Jeroboam, hijo de Nabat.

30 Y reinó Salomón, en Jerusalén, sobre todo Israel, cuarenta años.

31 Y durmióse con sus padres, y sepultáronle en la ciudad de David, su padre, y reinó Roboam, su hijo, en su lugar.

10

1 Roboam y Jeroboam Y vino Roboam a Siquem, pues a Siquem iba todo Israel a enreyecerle.

2 Y aconteció al oír Jeroboam, hijo de Nabat (y él en Egipto como huyó de la faz de Salomón el rey, y habitó Jeroboam en Egipto), que volvió Jeroboam, de Egipto.

3 Y enviaron y le llamaron; y vino Jeroboam y toda la congregación a Roboam, diciendo:

4 «Tu padre endureció nuestro yugo; y ahora, quita de la servidumbre de tu padre la dureza, y de su yugo el pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos».

5 Y díjoles: «Idos hasta tres días, y venís a mí». Y se fue el pueblo.

6 Y reunió el rey Roboam a los ancianos, los asistentes ante su padre Salomón, cuando vivía, diciendo: «¿Cómo aconsejáis vosotros responder a este pueblo palabra?».

7 Y habláronle diciendo: «Si hoy te volvieres bueno para con este pueblo y complacieres y les hablares palabras buenas, te serán servidores todos los días».

8 Y dejó el consejo de los ancianos que le aconsejaron; y aconsejóse con los jovencillos, los criados con él, los asistentes ante él.

9 Y díjoles: «¿Qué vosotros aconsejáis y responderé palabra a este pueblo, que han hablado a mí diciendo: «Quita el yugo que puso tu padre sobre nosotros?».

10 Y habláronle los jovencillos los criados con él, diciendo: «Así hablarás al pueblo, al que te ha hablado diciendo: «Tu padre agravó nuestro yugo, y tú quitas de nosotros»; así hablarás: «Mi pequeño dedo es más grueso que los lomos de mi padre;

11 y ahora mi padre os castigó con yugo pesado, y yo añadiré más a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes y yo os castigaré con escorpiones».

12 Y vino Jeroboam y todo el pueblo a Roboam el día el tercero, como habló el rey diciendo: «Volved a mí el día el tercero».

13 Y respondió el rey cosas duras, y dejó el rey Roboam, el consejo de los ancianos;

14 y hablóles según el consejo de los jóvenes, diciendo: «Mi padre agravó vuestro yugo; y yo añadiré a él; mi padre os castigó con azotes, y yo os castigaré con escorpiones».

15 Y no escuchó el rey al pueblo; pues era un trastorno venido de Dios, para confirmar el Señor su palabra que habló en manos de Ahías, el silonita, acerca de Jeroboam, hijo de Nabat,

16 y de todo Israel; porque no les oyó el rey, y respondió el pueblo al rey, diciendo: «¿Cuál fue nuestra parte en David y heredad en el hijo de Isaí. ¡A tus tiendas, Israel! ¡Ahora mira por tu casa David!» Y fue todo Israel a sus tiendas.

17 Y los varones de Israel y los habitantes de ciudades de Judá, enreyecieron sobre sí a Roboam.

18 Y envió sobre ellos Roboam, el rey, a Aduram el sobre el tributo, y le apedrearon los hijos de Israel con piedras y murió. Y el rey Roboam apresuróse a subir en el carro para huir a Jerusalén.

19 Y rebelóse Israel contra la casa de David hasta este día.

11

1 Reinado y mujeres de Roboam Y vino Roboam a Jerusalén y congregó a Judá y Benjamín: ciento ochenta millares de jóvenes haciendo guerra; y guerreaba contra Israel para devolver el reino a Roboam.

2 Y vino palabra del Señor a Semeías, hombre de Dios; diciendo:

3 «Di a Roboam, hijo de Salomón, diciendo:

4 «Esto dice el Señor: «No subiréis y no guerrearéis contra vuestros hermanos; volved cada uno a su casa pues de mí ha venido esta palabra». Y escucharon la palabra del Señor y se volvieron, para no ir contra Jeroboam.

5 Y habitó Roboam en Jerusalén y edificó ciudades en la Judea.

6 Y edificó a Belén, y Etán y Tecué,

7 y Betsur, y Socó, y Odolam;

8 y Get, y Maresá y Zif;

9 y Aduram, y Saquías y Azecá;

10 y Saará, y Ayalón, y Hebrón, la que es de Judá y Benjamín, ciudades muradas.

11 Y fortificó las muradas y puso en ellas a príncipes y depósitos de víveres, aceite y vino;

12 por ciudad y por ciudad, escudos y lanzas; y reforzólas en exceso, por demás; y eran suyos Judá y Benjamín.

13 Y los sacerdotes y los levitas que había en todo Israel, juntáronse a él, de todos los confines.

14 Porque abandonaron los levitas las tiendas de su posesión, y fueron a Judá, a Jerusalén; porque los lanzó Jeroboam y sus hijos, para que no ministrasen al Señor.

15 Y constituyóse sacerdotes de las alturas, y para los ídolos(a) y los becerros que hizo Jeroboam.

16 Y lanzólos de las tribus de Israel; los que dieron su corazón a buscar al Señor Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén a sacrificar al Señor, Dios de sus padres.

17 Y robustecieron el reino de Judá; y robusteció(b) a Roboam, hijo de Salomón, tres años; porque anduvo en los caminos de David y Salomón tres años.

18 Y tomóse Roboam por mujer a Mahalat, hija de Yermot, hijo de David; y a Abihail, hija de Eliab, hijo de Isaí.

19 Y parióle hijos: a Jehús, y a Somorías y a Zoon.

20 Y, después de esto tomóse a Maacá, hija de Absalón, y le parió a Abías, y a Etaí, y a Zizá y a Solomit.

21 Y amó Roboam a Maacá, hija de Absalón sobre todas sus mujeres y sus concubinas; pues mujeres dieciocho tuvo y concubinas sesenta; y engendró hijos veintiocho e hijas sesenta.

22 Y constituyó príncipe Roboam a Abías, hijo de Maacá, ductor en sus hermanos; pues pensaba enreyecerle.

23 Y creció(c) sobre todos sus hijos en todos los confines de Judá y Benjamín, y en las ciudades fortificadas; y diolas víveres en mucha abundancia, y pidió(d) abundancia de mujeres.

12

1 Sesac contra Roboam Y aconteció, cuando se fundamentó el reino de Roboam y cuando se reforzó que abandonó los mandamientos del Señor; y todo Israel con él.

2 Y aconteció en el año quinto en el reino de Roboam, subir Sesac, rey de Egipto, sobre Jerusalén, pues pecaron ante el Señor,

3 con mil doscientos carros y sesenta mil jinetes; y no había número de la muchedumbre la venida, con él, de Egipto, libios, trogloditas y etíopes.

4 Y se apoderaron de las ciudades las fortificadas que había en Judá, y vinieron a Jerusalén.

5 Y Samaías, el profeta vino a Roboam y a los príncipes de Judá, los reunidos en Jerusalén, de la faz de Sesac, y les dijo: «Así dice el Señor: «Vosotros me habéis abandonado, y yo os abandonaré en mano de Sesac».

6 Y confundiéronse los príncipes de Israel y el rey y dijeron: «Justo es el Señor».

7 Y viendo el Señor que se convirtieron, vino palabra del Señor a Samaías, diciendo: «Se han convertido: no los perderé; y los daré un poco en salud, y no goteará, no, mi furor en Jerusalén;

8 pues serán como servidores y conocerán la servidumbre mía y la servidumbre del reino de la tierra».

9 Y subió(a) Sesac, rey de Egipto, sobre Jerusalén, y tomó los tesoros los de la casa del Señor y los tesoros los de la casa del rey, todos los tomó; y tomó los paveses áureos que hizo Salomón;

10 e hizo el rey Roboam paveses broncíneos en lugar de ellos y entrególos en mano de los príncipes de los corredores(b), los que custodiaban la puerta del rey.

11 Y acontecía, al entrar el rey en la casa del Señor, venir los corredores y llevarlos, y devolverlos al aposento de los corredores.

12 Y, convirtiéndose él, retiróse de él la ira del Señor, y no para perdición, para el fin, pues también en Judá había palabras buenas.

13 Y reforzóse el rey Roboam en Jerusalén, y reinó; y de cuarenta y un años, Roboam, al reinar reinó diecisiete años en Jerusalén; en la ciudad que eligió el Señor, para nombrar su nombre allí, de entre todas las tribus de los hijos de Israel; y el nombre de su madre: Naamá la amanita.

14 E hizo lo malo, pues no enderezó su corazón para buscar al Señor.

15 Y palabras de Roboam, las primeras y últimas, no, he aquí escritas en las palabras de Samaías el profeta y Adó el vidente, y acciones de él. Y guerreó Roboam con Jeroboam todos los días.

16 Y durmióse Roboam con sus padres; y fue sepultado en ciudad de David, y reinó Abías, su hijo, en su lugar.

13

1 Abías vence a Jeroboam En el décimoctavo año del reinado de Jeroboam, reinó Abías sobre Judá.

2 Tres años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre Micayá, hija de Uriel de Gabaa: Y guerra hubo entre Abías y entre Jeroboam.

3 Y dispúsose Abías a la guerra en poder, con guerreros de poder: con cuatrocientos millares de varones poderosos, y Jeroboam dispúsose contra él en ochocientos millares poderosos, guerreros de fuerza.

4 Y levantóse Abías del monte Semerón, que está en la montaña de Efraín; y dijo: «Oíd, Jeroboam y todo Israel.

5 «¿No conocéis vosotros que el Señor, el Dios de Israel, puso rey sobre Israel por los siglos a David y sus hijos, con pacto de sal?(a)

6 Y levantóse Jeroboam, hijo de Nabat, el niño de Salomón, hijo de David, y rebelóse contra su Señor.

7 Y juntáronse a él varones—pestes, hijos inicuos; y se levantó contra Roboam, hijo de Salomón; y Roboam era jovencillo y menguado de corazón y no se levantó contra su faz.

8 Y ahora vosotros decís resistir a la faz del reino del Señor, por mano de los hijos de David; y vosotros, turba, y con vosotros, becerros áureos que os hizo Jeroboam en dioses.

9 ¿O no habéis lanzado a los sacerdotes del Señor, los hijos de Aarón, y a los levitas, y hechos sacerdotes de entre el pueblo de la tierra toda? El que venía a llenar las manos(b), con becerro de vacas y siete carneros, era hecho sacerdote al que no era Dios.

10 Y nosotros, a nuestro Dios no hemos abandonado y sus sacerdotes ministran al Señor, los hijos de Aarón y los levitas; y en sus turnos diarios.

11 Sacrifican al Señor holocaustos, mañana y tarde y timiama de composición y proposiciones de panes sobre la mesa pura; —y el candelabro áureo y las lámparas de encendimiento de prender a la tarde(c); porque guardamos nosotros los mandatos del Señor, el Dios de nuestros padres; y vosotros le habéis abandonado.

12 Y he aquí con nosotros al frente del Señor y sus sacerdotes y las trompetas de alarma para alarmar contra nosotros: «Los hijos de Israel, no guerrearéis contra el Señor, Dios de nuestros padres; porque no os sucederá bien».

13 Y Jeroboam tramó que la(d) emboscada anduviese para él por detrás, y estuvo delante Judá y la emboscada por detrás.

14 Y volvióse Judá, y he aquí para ellos guerra por delante y por detrás; y clamaron al Señor, y los sacerdotes trompetearon con las trompetas.

15 Y clamaron los varones de Judá y aconteció, al clamar los varones de Judá, que el Señor percutió a Jeroboam y a Israel, delante de Abías y Judá.

16 Y huyeron los hijos de Israel a la faz de Judá, y entrególes el Señor en sus manos.

17 Y percutió en ellos Abías y su pueblo plaga grande, y cayeron heridos, de Israel, quinientos mil varones poderosos.

18 Y fueron humillados los hijos de Israel en aquel día; y fortaleciéronse los hijos de Judá, por haber esperado en el Señor, Dios de sus padres.

19 Y persiguió Abías en pos de Jeroboam y conquistó, de él, las ciudades Betel, y sus aldeas; a Jesaná y sus aldeas; a Efrón y sus aldeas.

20 Y no tuvo fuerza Jeroboam y a todos los días de Abías; y percutióle el Señor y murió.

21 Y fortalecióse Abías; y tomóse mujeres catorce, y engendró hijos veintidós, y dieciséis hijas.

22 Y las demás palabras de Abías, y sus acciones y palabras están escritas, en el libro del profeta Adó.

14

1 Asa renueva el culto. Vence a los etíopes. Y durmióse Abías con sus padres, y le sepultaron en la ciudad de David; y reinó Asa, su hijo, en su lugar. En los días de Asa reposó la tierra de Judá diez años;

2 e hizo lo hermoso y lo recto en los ojos del Señor, su Dios.

3 Y quitó los altares de los extraños y las alturas; y destrozó las columnas y cortó las selvas;

4 y envió a Judá a buscar al Señor, Dios de sus padres, y hacer cumplir la ley y los mandamientos.

5 Y quitó de todas las ciudades de Judá los altares y los ídolos; y tuvo paz.

6 Y edificó ciudades muradas en tierra de Judá, pues se apaciguó la tierra; y no tuvo él guerra en estos años pues reposo le dio el Señor.

7 Y dijo a Judá: «Edifiquemos estas ciudades y hagamos muros, y puertas y cerrojos: a la faz de la tierra dominaremos; pues, así como hemos buscado al Señor, nuestro Dios nos ha buscado y reposádonos en contorno y prosperádonos(a)».

8 Y tuvo un ejército Asa de armígeros llevando paveses y lanzas, en tierra de Judá: trescientos millares; y, en tierra de Benjamín, escudados y arqueros: doscientos ochenta millares; todos estos guerreros de poder.

9 Y salió sobre ellos Zará, el etíope, con un ejército de mil veces mil, y carros trescientos; y vino hasta Maresá.

10 Y salió Asa a su encuentro y dispuso guerra en el valle de Selfatá, junto a Maresá.

11 Y clamó Asa al Señor, su Dios, y dijo: «Señor, no te es imposible salvar en muchos y en pocos: esfuérzanos, Señor, Dios nuestro, pues en ti confiamos y en tu nombre hemos venido contra esta turba la mucha. Señor, Dios nuestro: no prevalezca contra ti un hombre».

12 Y percutió el Señor a los etíopes a faz de Judá; y huyeron etíopes;

13 Y persiguióles Asa y su pueblo hasta Gerará; y cayeron etíopes, hasta no quedar en ellos vida, pues fueron deshechos a la faz del Señor y a la faz del ejército de él. Y apresaron presas muchas.

14 Y extirparon sus aldeas, en contorno de Gerará; pues vino terror del Señor sobre ellos; y saquearon todas sus ciudades; pues mucho botín había en ellas.

15 Y también las dehesas de los ganados(b) destruyeron y cogieron ovejas muchas y camellos, y volvieron a Jerusalén.

15

1 Profecía de Azarías. Celo de Asa. Y sobre Azarías, hijo de Oded —vino el espíritu del Señor.

2 Y salió al encuentro de Asa y todo Judá y Benjamín, y dijo: «Oídme Asa y todo Judá y Benjamín: El Señor está con vosotros, siendo vosotros con él; y, si le buscareis, hallado será de vosotros; y, si le abandonareis, os abandonará.

3 Y días muchos(a) para Israel, en no dios verdadero (y no enseñando sacerdote) y en ni ley.

4 Y los convertirá al Señor, Dios de Israel, y hallado será de ellos.

5 Y en aquel tiempo no hay paz al que sale y al que entra; sino el terror del Señor sobre todos los habitadores de las regiones.

6 Y guerreará gente contra gente, y ciudad contra ciudad; pues Dios los aterró en toda tribulación.

7 Y vosotros fortaleceos, y no desmayen vuestras manos; que hay galardón para vuestra labor».

8 Y, al oír(b) estas palabras y la profecía de Oded, el profeta, fortalecióse y arrojó las abominaciones de toda la tierra de Judá y Benjamín, y de las ciudades que retuviera Jeroboam(c) en el monte Efraín; y dedicó el altar del Señor; el que estaba delante del templo del Señor.

9 Y convocó a Judá y Benjamín y los prosélitos que habitaban con él, de Efraín y de Manasés y de Simeón; porque agregáronse a él muchos de Israel al verlos cómo estaba el Señor, el Dios de él, con él.

10 Y congregáronse en Jerusalén, en el mes el tercero, en el año el décimoquinto del reinado de Asa.

11 Y sacrificó al Señor, en aquel día, de los despojos que trajeron: becerros setecientos, y ovejas siete mil.

12 Y entraron en pacto de buscar al Señor, Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma;

13 y todo el que no buscara al Señor, Dios de Israel, moriría, de joven a viejo, de varón a mujer.

14 Y juraron al Señor, en voz grande, y en trompetas y en cuernos.

15 Y regocijáronse todos en Judá por el juramento, porque de toda su alma juraron; y en toda voluntad le buscaron, y fue hallado de ellos; y reposo les dio el Señor, en contorno.

16 También a Maacá, su madre, removió de sí, para que no estuviese a Astarte(d) ministrando; y destrozó el ídolo y quemólo en el torrente de Cedrón.

17 Empero las alturas no quitaron; aun quedaron en Israel; mas el corazón de Asa fue lleno(e) todos los días de él.

18 E introdujo lo consagrado de él mismo, en casa de Dios: plata, y oro y vasos.

19 Y guerra no hubo con él, hasta el trigésimo quinto año del reinado de Asa.

16

1 Asa contra Baasa. Enferma y muere. Y en el trigésimo sexto año del reinado de Asa, subió Baasa, rey de Israel, sobre Judá, y edificó a Rama para no dar salida y entrada a Asa, rey de Judá.

2 Y tomó Asa plata y oro de los tesoros de casa del Señor y casa del rey, y envió cerca de Benadad, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo:

3 «Pacta pacto entre mí y ti, entre mi padre y entre tu padre; he aquí te he enviado oro y plata; ven y disipa(a) de mí, a Baasa, rey de Israel; y retírese de mí».

4 Y oyó Benadad al rey Asa, y envió los príncipes de su ejército sobre las ciudades de Israel y percutió a Ahión, y Dan y Abelmain y todos los alrededores de Neftalí.

5 Y aconteció, al oír Baasa, que desistió de edificar a Rama y paró su obra.

6 Y Asa rey tomó a todo Judá y tomó todas las piedras de Rama y la madera de ella con que edificó Baasa; y edificaron con ellas a Gabaá y Masfá.

7 Y en aquel tiempo vino Hananí, el profeta, a Asa, rey de Judá, y díjole: «Por haber confiado tú en el rey de Siria, y por no haber confiado tú en el Señor, tu Dios; por esto se salvó el ejército de Siria de tu mano.

8 ¿No eran los etíopes y libios un gran ejército, de mucha confianza con jinetes y muchedumbre por demás; y que por confiar tú en el Señor, entregó él en tus manos?

9 Porque los ojos del Señor miraron toda la tierra, para dar fuerza a todo corazón lleno para con él; ignorante has sido; por esto, desde ahora, habrá contra ti guerra».

10 Y airóse Asa contra el profeta y púsolo en prisión; pues se encolerizó por esto; y desmandóse Asa en el pueblo, en aquel tiempo.

11 Y he aquí las palabras de Asa las primeras y las últimas escritas en libros de reyes de Judá e Israel.

12 Y enfermóse Asa, en el año el trigésimo nono de su reinado, de los pies, hasta el extremo se enfermó; y en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos.

13 Y durmióse Asa con sus padres, en el cuadragésimo primer año de su reinado.

14 Y le sepultaron en el monumento que se había él cavado en ciudad de David; y le recostaron sobre el lecho y llenaron de aromas y linajes de ungüentos de ungüentario(b); e hiciéronle(c) funeral grande por demás.

17

1 Piedad y grandeza de Josafat Y reinó Josafat, su hijo, en su lugar, y fortalecióse Josafat sobre Israel.

2 Y puso fuerza en todas las ciudades de Judá, las fortificadas, y constituyó príncipes en todas las ciudades de Judá, y en las ciudades de Efraín, que conquistó Asa, su padre.

3 Y fue el Señor con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de su padre(a); y no buscó los ídolos;

4 sino al Señor, el Dios de su padre, buscó; en los mandamientos de su padre anduvo; y no cual las obras de Israel.

5 Y enderezó el Señor el reino en su mano; y dio todo Judá dones a Josafat, y tuvo riquezas y gloria mucha.

6 Y enaltecióse su corazón en el camino del Señor, y quitó las alturas y las selvas de la tierra de Judá.

7 Y en el año tercero de su reinado envió sus príncipes: Benhail, y Obdías, y Zacarías, y Natanael y Miqueas a enseñar en las ciudades de Judá;

8 Y con ellos los levitas: Semeías y Natanías, y Zabadías, y Asael, y Semiramot, y Jonatán, y Adonías, y Tobías y Tobadonías, levitas; y con ellos Elisamá y Joram, los sacerdotes.

9 Y enseñaban en Judá; y con ellos el libro de la Ley del Señor; y atravesaron las ciudades de Judá, y enseñaban al pueblo.

10 Y vino el terror del Señor sobre todos los reinos de la tierra en torno a Judá, y no guerreaban contra Josafat.

11 También de los filisteos traían a Josafat tributo, y plata y dones; y los árabes traíanles carneros de ovejas(b) siete mil setecientos, y cabrones siete mil setecientos.

12 Y fue Josafat engrandeciéndose hasta lo sumo; y edificó en Judá alcázares y ciudades fortificadas;

13 y obras muchas llegó a tener en Judá, y varones guerreros poderosos, fuertes, en Jerusalén.

14 Y éste el número de ellos, según las casas de sus familias: de Judá, quiliarcas: Ednas, el príncipe y con él hijos poderosos del ejército, trescientos mil.

15 Y, después de él, Joanán, el príncipe, y, con él, doscientos ochenta mil.

16 Y, después de él, Amasías, hijo de Tecrí, el que se espontaneaba con el Señor; y con él, doscientos mil poderosos de poder.

17 Y de Benjamín(c) un poderoso de poder: Eliadá; y con él arqueros y escudados, doscientos mil.

18 Y, después de él, Jozabad; y, con él, ciento ochenta mil poderosos de guerra.

19 Estos eran los que servían al rey; fuera de los que puso el rey en las ciudades fortificadas de todo Judá.

18

1 Alianza con Acab. Miqueas el profeta. Y tuvo Josafat riquezas y gloria mucha, y fue afín en casa de Acab.

2 Y descendió, al fin de años de Acab, a Samaria; y mató para él Acab ovejas y becerros muchos, y para el pueblo con él; y amóle a fin de que juntos con él subiese contra Ramot de Galaad.

3 Y dijo Acab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: «¿Si irás conmigo a Ramot de Galaad?» Y díjole: «Como yo, así también tú; como tu pueblo, también mi pueblo iremos contigo a la guerra».

4 Y dijo Josafat al rey de Israel: «Busca(a) ahora hoy al Señor».

5 Y congregó el rey de Israel a los profetas, cuatrocientos varones, y díjoles: «¿Si iré contra Ramot de Galaad, o desistiré?». Y dijeron: «Sube y la dará Dios en las manos del rey».

6 Y dijo Josafat: «¿No hay aquí algún profeta del Señor y buscaremos por medio de él?»

7 Y dijo el rey de Israel a Josafat: «Todavía hay un varón para buscar al Señor por medio de él; y yo le he aborrecido porque no me está profetizando para bien, sino, todos sus días, para mal. Este es Miqueas, hijo de Yemlá. «Y dijo Josafat: «No hable el rey así».

8 Y llamó el rey de Israel a un eunuco y dijo: «Pronto, trae a Miqueas, hijo de Yemlá».

9 Y rey de Israel y Josafat, rey de Judá, sentados cada uno en su trono y vestidos de estolas; sentados en la plaza de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.

10 E hízose Sedecías, hijo de Canaaná cuernos férreos, y dijo: «Esto dice el Señor: «En estos cornearás a Siria, hasta que se acabe».

11 Y todos los profetas profetizaban así, diciendo: «Sube a Ramot Galaad y te sucederá bien, y la dará el Señor en manos del rey».

12 Y el mensajero, el ido a llamar a Miqueas, hablóle diciendo: «He aquí han hablado los profetas con boca una bien para el rey; y sean ahora tus palabras como de uno de ellos; y hablarás lo bueno».

13 Y dijo Miqueas: «¡Vive Señor! que lo que me dijere Dios a mí, eso hablaré».

14 Y vino al rey, y díjole el rey: «Miqueas, ¿si iré a Ramot de Galaad, a guerra, o desistiré?» Y dijo: «¡Sube, y te sucederá bien, y serán todos en vuestras manos...»

15 Y dijo el rey: ¿»Cuántas veces te conjuro que no me hables sino la verdad en nombre del Señor?

16 Y dijo: «Vi a Israel disperso en los montes, como ovejas que no tienen pastor. Y dijo el Señor «No tienen príncipes éstos, vuelvan cada cual a su casa en paz».

17 Y dijo el rey de Israel a Josafat: «¿No te digo que no profetiza acerca de mí bueno sino malo?».

18 Y dijo: «No así. Oíd palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono; y todo el ejército del cielo asistió a su diestra y a su siniestra.

19 Y dijo el Señor: «¿Quién engañará a Acab, rey de Israel; y subirá y caerá en Ramot de Galaad?» Y éste(b), dijo así; y éste dijo así.

20 Y salió el(c) espíritu y púsose ante el Señor y dijo: «Yo le engañaré». Y dijo el Señor: «¿En(d) qué?».

21 Y dijo: «Saldré y seré espíritu mendaz en boca de todos sus profetas». Y dijo: «Engañarás y podrás; sal y haz así».

22 Y ahora he aquí, ha dado el Señor espíritu mendaz en boca de todos estos profetas tuyos; y el Señor ha hablado malo sobre ti».

23 Y llegóse Sedecías, hijo de Canaaná, y percutió a Miqueas en la mejilla, y díjole: «¿Por qué caminos se fue el espíritu del Señor, de mí a hablarte a ti?».

24 Y dijo Miqueas: «He aquí verás aquel día en que entrarás de alcoba en alcoba, para ocultarte».

25 Y dijo el rey de Israel: «Coged a Miqueas y conducidle a Amón, príncipe de la ciudad, y a Joás, hijo del rey(e).

26 Y diréis: «Así dijo el rey: «Meted a éste en casa de prisión y coma pan de tribulación y agua de tribulación, hasta volver yo en paz».

27 Y dijo Miqueas: «Si volviendo volvieres en paz no ha hablado el Señor en mí». Y dijo: «Oíd, pueblos todos».

28 Y subió el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, a Ramot de Galaad.

29 Y dijo el rey de Israel a Josafat: «Encubriréme y entraré en la guerra y tú vístete la vestidura mía(f). Y disfrazóse el rey de Israel y entró en la guerra.

30 Y el rey de Siria mandó a los príncipes de los carros con él diciendo: «No guerrearéis con el pequeño y con el grande, sino con el rey de Israel sólo».

31 Y aconteció, al ver los príncipes de los carros a Josafat, ellos dijeron: «Rey de Israel es»; y cercáronle a guerrear; y clamó Josafat, y el Señor le salvó y apartóles Dios de él.

32 Y aconteció, al ver los príncipes de los carros que no era el rey de Israel, apartáronse de él.

33 Y un varón tendió arco a la ventura, y percutió al rey de Israel en medio del pulmón y en medio de la coraza. Y dijo al auriga: «Retira tu mano, y sácame de la guerra; pues estoy mal».

34 Y consumóse la guerra en aquel día; y el rey de Israel estuvo de pie en su carro, en frente de Siria, hasta la tarde; y murió poniéndose el sol.

19

1 Reprende el profeta Jehú a Josafat. Este instituye jueces que celen la Ley. Y tornó Josafat, rey de Judá en su casa, a Jerusalén.

2 Y salió a su encuentro Jehú, hijo de Hanán, el profeta, y le dijo: «Rey Josafat(a) ¿si a pecador tú ayudas, o con odiados del Señor te amistas? Por esto ha venido sobre ti la ira del Señor;

3 empero palabras buenas se han hallado en ti, porque quitaste las selvas, de la tierra de Judá; y has enderezado tu corazón a buscar al Señor».(b)

4 Y habitó Josafat en Jerusalén; y de nuevo salió al pueblo, desde Bersabé hasta el monte Efraín y los redujo al Señor, Dios de sus padres.

5 Y constituyó jueces en todas las ciudades de Judá las fortificadas, en ciudad y ciudad.

6 Y dijo a los jueces: «Ved qué vosotros hacéis; porque, no a hombre vosotros juzgáis, sino al Señor; y con vosotros están las palabras(c) del juicio.

7 Y ahora sea el temor del Señor sobre nosotros; guardaos y haced; pues no hay, con el Señor nuestro Dios, injusticia, ni aceptación de persona ni tomar de dádivas».

8 Y también en Jerusalén constituyó Josafat, a los sacerdotes, y los levitas y los patriarcas de Israel, para juicio del Señor, para juzgar a los habitantes de Jerusalén.

9 Y les mandó diciendo: «Así haréis en temor del Señor, en verdad y en lleno corazón.

10 Todo varón, lite(d) ha venido a vosotros de vuestros hermanos, los habitantes de sus ciudades, entre sangre de sangre y entre precepto y mandamiento, y justificaciones y juicios(e) y mandadles, y no habrá ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Así haréis y no pecaréis.

11 Y he aquí Azarías, el sacerdote, príncipe sobre vosotros para toda palabra del Señor; y Zabadías, hijo de Ismael, el príncipe, para la casa de Judá para toda palabra del rey; y los escribas y los levitas ante faz de vosotros; esforzaos y haced; y será el Señor con el bueno».

20

1 Victoria de Josafat; los enemigos mátanse unos a otros. Y después de esto vinieron los hijos de Moab e hijos de Amón, y con ellos, de los mineos(a), contra Josafat en guerra.

2 Y vinieron y avisaron a Josafat diciendo: «Ha llegado contra ti una muchedumbre crecida, de allende el mar: de Siria; y he aquí están en Asasontamar; ésta es Engadí».

3 Y temió y puso Josafat su rostro a buscar al Señor, y pregonó ayuno en toda Judá.

4 Y reunióse Judá a buscar al Señor, y de todas las ciudades de Judá vinieron a buscar al Señor.

5 Y levantóse Josafat en la congregación de Judá, en Jerusalén, en casa del Señor, al frente del atrio el nuevo;

6 y dijo: «Señor, Dios de nuestros padres ¿acaso tú no eres Dios en el cielo arriba, y tú dominas todos los reinos de las gentes; y en tu mano está la fuerza del poderío y no hay contra ti forma de resistir?

7 ¿Acaso tú, el Señor, no has exterminado a los habitantes de esta tierra, a faz de tu pueblo de Israel, y dándola simiente a Abrahán, el amado tuyo, por los siglos?

8 Y habitaron en ella y edificaron en ella santuario a tu nombre, diciendo:

9 «Si vinieran sobre nosotros males; espada, juicio(b), muerte, hambre, nos pondremos delante de esta casa y delante de ti; porque tu nombre está sobre esta casa; y clamaremos a ti, de la tribulación y oirás y salvarás».

10 Y ahora he aquí los hijos de Amón, y Moab, y monte Seír por los cuales no diste a Israel pasar por ellos, saliendo ellos de tierra de Egipto; porque desviáronse de ellos y no los exterminaron.

11 y ahora he aquí se aprestan sobre nosotros para salir a arrojarnos de nuestra heredad, la que nos diste.

12 Señor, Dios nuestro ¿no juzgarás en ellos? Porque no tenemos fuerza de resistir a esta crecida muchedumbre, que ha venido sobre nosotros y no sabemos qué hacerles; empero sobre ti están nuestros ojos».

13 Y todo Judá estaba puesto delante del Señor, y sus pequeñuelos y sus mujeres.

14 Y a Yahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Banaías, hijo de Yehiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, vino sobre el espíritu del Señor, en la congregación;

15 y dijo: «Oídme, toda Judá y los habitadores de Jerusalén y el rey Josafat: Esto dice el Señor a vosotros mismos: «No temáis y no os arredréis ante esta muchedumbre numerosa; pues no es de vosotros la batalla, sino de Dios.

16 Mañana, bajad sobre ellos; he aquí suben por la subida Sis, y les hallaréis en el extremo del torrente del desierto de Yeruel.

17 No a vosotros toca guerrear; esto entended y ved la salud del Señor con vosotros, Judá y Jerusalén; no temáis ni os arredréis mañana para salirles al encuentro; y el Señor, está con vosotros».

18 E inclinándose Josafat sobre su rostro y todo Judá y los habitantes de Jerusalén, cayeron delante del Señor a adorar al Señor.

19 Y levantáronse los levitas, de los hijos de Caat y de los hijos de Coré, a loar al Señor, Dios de Israel, en voz grande, en alto;

20 y madrugaron al alba y salieron al desierto de Tecué; y, al salir ellos, púsose Josafat y clamó y dijo: «Oídme, Judá y los habitantes de Jerusalén: confiad en el Señor, Dios nuestro, y él confiará en vosotros(c); confiad en el profeta de él, y os sucederá bien».

21 Y aconsejóse con el pueblo, y puso cantores y loadores, para confesar y loar lo santo(d), saliendo delante del ejército; y decían: «Confesad al Señor, pues por los siglos su misericordia».

22 Y al empezar ellos la alabanza y la confesión, dio el Señor que guerrearan los hijos de Amón y Moab contra el monte Seír, los salidos contra Judá; y se fugaron.

23 Y levantáronse los hijos de Amón y Moab contra los habitantes del monte Seír a exterminar y borrarlos; y cuando acabaron con los habitantes de Seír, levantáronse unos contra otros para exterminarse.

24 Y Judá vino a la atalaya del desierto y miró, y vio la muchedumbre; y he aquí, todos muertos, caídos sobre la tierra; no había salvo.

25 Y salió Josafat y su pueblo a despojar sus despojos, y hallaron ganado mucho, y armadura, y despojos y vasos deseables; y apresaron en ellos; y pasaron días tres, despojando ellos los despojos; pues muchos eran.

26 Y aconteció el día el cuarto, que se congregaron a la vez en el valle de la bendición; pues allí bendijeron al Señor; por esto llamaron el nombre de aquel lugar: «Valle de bendición», hasta este día.

27 Y volvió todo varón de Judá a Jerusalén; y Josafat encabezándolos, en alegría grande; pues alegróles el Señor, de sus enemigos.

28 Y entraron en Jerusalén, en nablas, y cíniras, y en trompetas a la casa del Señor.

29 Y vino terror del Señor sobre todos los reinos de la tierra, cuando oyeron que el Señor guerreó contra los adversarios de Israel.

30 Y pacificóse el reino de Josafat, y reposo diole su Dios en contorno.

31 Y reinó Josafat sobre Judá, siendo de treinta y cinco años al reinar, y veinticinco años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre; Azubá, hija de Selahí.

32 Y anduvo en los caminos de su padre Asa; y no se desvió en hacer lo recto en los ojos del Señor.

33 Pero también las alturas todavía existían; y todavía el pueblo no enderezaba su corazón al Señor, el Dios de sus padres.

34 Y las demás palabras de Josafat, las primeras y las últimas, he aquí escritas, en palabras de Jehú, hijo de Hemán; el que escribió libros de reyes de Israel.

35 Y, después de esto, unióse Josafat, rey de Judá, con Ocozías, rey de Israel (y éste prevaricó en su obra)

36 para ir a él, a fin de hacer naves para ir a Tarsis; e hicieron naves en Asiongaber.

37 Y profetizó Eliezer hijo de Dodán, de Maresá, a Josafat, diciendo: «Como te has amistado con Ocozías, hirió el Señor tu obra y quebrantó tus naves». Y no pudieron ir a Tarsis.

21

1 Impiedad de Joram Y durmióse Josafat con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David; y reinó Joram, su hijo, en su lugar.

2 Y tuvo hermanos, hijos de Josafat, seis: Azarías, y Jahiel, y Zacarías, y Azarías(a), y Micael y Safatías, todos estos, hijos de Josafat, rey de Judá.

3 Y dioles su padre muchos dones: plata y oro, y aromas(b), con las ciudades muradas, en Judá; y el reino dio a Joram; porque éste era su primogénito.

4 Y levantóse Joram sobre su reino, y afianzóse y mató a todos sus hermanos en espada; y(c) de los príncipes de Judá.

5 Siendo el de treinta y dos años, constituyóse Joram sobre su reino; y ocho años reinó en Jerusalén.

6 Y anduvo en el camino de los reyes de Israel; como lo hizo la casa de Acab, pues hija de Acab, era su mujer; e hizo lo malo en los ojos del Señor.

7 Y no quería el Señor exterminar la casa de David; por el pacto que pactó con David; y según le dijo dar lámpara a él y a sus hijos todos los días.

8 En aquellos días rebelóse Edom contra Judá y enreyeció dándose un rey.

9 Y marchó Joram con los príncipes, y toda la caballería con él; y aconteció que levantóse de noche, percutió a Edom, que le cercaba, y a los príncipes de los carros; y huyó el pueblo a sus tiendas.

10 Y(d) rebelóse contra Judá Edom— hasta este día; entonces se rebeló Lobná, en aquel tiempo, contra su mano, porque abandonó al Señor, el Dios de sus padres.

11 Pues también él hizo alturas en las ciudades de Judá; e hizo fornicar a los habitantes de Jerusalén, y extravió a Judá.

12 Y vino una escritura de Elías, el profeta, diciendo: «Esto dice el Señor, Dios de David, su padre: «Por cuanto no has andado en camino de Josafat, tu padre, y en caminos de Asa, rey de Judá,

13 y andado en caminos de reyes de Israel, y hecho fornicar a Judá y a los habitantes de Jerusalén, como hizo fornicar la casa de Acab; y a tus hermanos, hijos de tu padre, los buenos sobre ti, has muerto;

14 he aquí que el Señor te percutirá con plaga grande en tu pueblo, y en tus hijos, y en tus mujeres, y en todos tus bienes;

15 y tú en dolencia mala, en enfermedad de vientre, hasta que salga tu vientre, con la enfermedad, de días en días».

16 Y suscitó el Señor sobre Judá a los filisteos, y a los árabes y(e) a los limítrofes de los etíopes.

17 Y subieron sobre Judá, y enseñoreáronse y llevaron todos los bienes que hallaron en la casa del rey, y a sus hijos y a sus hijas, y no le quedó hijo sino Ocozías, el más pequeño de sus hijos.

18 Y, después de esto, percutióle el Señor en el vientre con dolencia de que no hay cura;

19 y fue de días en días. Y cuando vino tiempo de los días: días(f) dos, salió su vientre, con la enfermedad; y murió en dolencia mala; y no hizo su pueblo exequias(g) como exequias de sus padres.

20 Era de treinta y dos años, cuando reinó y ocho años reinó; y anduvo no en alabanza; y fue sepultado en la ciudad de David; pero no en el sepulcro de los reyes.

22

1 Ocozías. Atalia. Y enreyecieron los habitantes de Jerusalén a Ocozías, su hijo, el pequeño, en su lugar; porque a todos los mayores mataría los que vinieran sobre ellos en banda: los árabes(a); y reinó Ocozías hijo de Joram de rey de Judá.

2 Siendo de años veinte Ocozías reinó, y un año reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre: Atalía, hija de Amrí.

3 También éste anduvo en el camino de la casa de Acab; porque su madre era consejera del pecar.

4 E hizo lo malo en los ojos del Señor, como la casa de Acab; porque ellos eran sus consejeros (después de morir su padre) para exterminarle;

5 y en sus consejos anduvo; y fue, con Joram, hijo de Acab, rey de Israel a guerra contra Hazael, rey de Siria, a Ramot de Galaad, y percutieron los arqueros a Joram;

6 y volvióse Joram a curarse a Jezrael, de las heridas, con que le percutieron los sirios en Ramot, al guerrear él contra Hazael, rey de Siria. Y Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, descendió a ver a Joram, hijo de Acab, a Jezrael porque estaba enfermo.

7 Y de Dios fue perdición para Ocozías el venir él a Joram; y al venir él, salió con él Joram contra Jehú, hijo de Namsí, ungido del Señor contra la casa de Acab.

8 Y aconteció, al juzgar Jehú la casa de Acab, que halló a los príncipes de Judá y a los hijos de los hermanos de Ocozías, sirviendo a Ocozías, y los mató.

9 Y dijo buscar a Ocozías, y le cogieron curándose en Samaria, y trajéronle a Jehú; y matóle; y le sepultaron, porque dijeron: «Hijo de Josafat es; quien buscó al Señor en todo su corazón»; y no había en la casa de Ocozías cómo apoderarse del reino.

10 Y Atalía, la madre de Ocozías vio que ha muerto el hijo de ella, y levantóse y exterminó toda la simiente del reino en la casa de Judá(b).

11 Y tomó Josabet, hija del rey, a Joás, hijo de Ocozías, y le sustrajo de en medio de los hijos del rey, los que eran muertos; y púsole y a la nodriza de él, en la alcoba de los lechos; y le ocultó Josabet, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, mujer de Yoyadá el sacerdote; y le ocultó de la faz de Atalía; y no le mató.

12 Y estuvo con ellos en la casa de Dios, muy oculto, seis años; y Atalía reinó sobre la tierra.

23

1 Joás Rey. Muerte de Atalía. Y en el año séptimo fortalecióse Yoyadá, y tomó a los centuriones: a Azarías, hijo de Jeroham; y a Ismael, hijo de Joamán; y a Azarías, hijo de Obed; y a Maasías, hijo de Adaías; y a Elisafat, hijo de Zecrí consigo a la casa del Señor(a).

2 Y recorrieron Judá y juntaron a los levitas de todas las ciudades de Judá; y a los príncipes de las familias de Israel, y vinieron a Jerusalén.

3 Y pactaron, toda la congregación de Judá pactó en la casa de Dios, con el rey; y mostróles al hijo del rey y les dijo: «He aquí el hijo del rey reine, según habló el Señor sobre la casa de David.

4 Ahora, ésta es la palabra que haréis: el tercio de vosotros, los que entráis el sábado, los sacerdotes y levitas: colocaos a(b) las puertas de las entradas;

5 y el tercio en la casa del rey; y el otro tercio, en la puerta la media; y todo el pueblo, en los atrios de la casa del Señor.

6 Y no entren en la casa del Señor, sino los sacerdotes y los levitas y(c) los ministrantes de los levitas. Ellos entraron, porque son santos; y todo el pueblo guarde las guardas del Señor.

7 Y cercarán los levitas al rey, en cerco de varón(d) arma, arma(e) en mano de él; y el que entrare en la casa, morirá; y estarán con el rey, salientes y entrantes».

8 E hicieron los levitas y todo Judá, según todo cuanto mandara Yodadá, el sacerdote; y tomaron la casa cual sus varones, desde comienzos del sábado hasta la salida del sábado; pues no despidió Yoyadá el sacerdote, los turnos diarios.

9 Y dio Yoyadá las cuchillas, y los paveses y las armas que había del rey David, en la casa de Dios.

10 Y colocó al pueblo todo, a cada uno en sus armas, desde el costado derecho de la casa, hasta el costado izquierdo del altar y de la casa, sobre el rey en contorno.

11 Y sacó al hijo del rey, y puso sobre él la diadema y el ornato; y le enreyecieron y le ungieron Yoyadá el sacerdote y sus hijos, y dijeron: «Viva el rey».

12 Y oyó Atalía la voz del pueblo que corría y confesaban y loaban al rey; y entró con el pueblo, en la casa del Señor.

13 Y vio, y he aquí vio al rey sobre su tribunal, y sobre la entrada los príncipes y las trompetas; y los príncipes alrededor del rey; y todo el pueblo de la tierra se regocijara y trompeteara con las trompetas. Y los cantantes en los órganos, cantores(f) e himnodeando prez; y rasgó Atalía su estola y gritó: «¡Conjurando, os habéis conjurado!».

14 Y salió Yoyadá el sacerdote y mandó a los centuriones y a los príncipes del ejército y le dijo: «Arrojadla fuera de la casa y entrad en pos de ella y muera a cuchilla»; porque dijo el sacerdote: «No muera en la casa del Señor».

15 Y diéronla lugar(g), y atravesó por la puerta de los jinetes de la casa del rey; y la mataron allí.

16 Y pactó Yoyadá un pacto entre él y el pueblo y el rey, de ser pueblo para el Señor.

17 Y entró el pueblo de la tierra en la casa de Baal, y la derribaron; y sus altares y sus ídolos arrasaron; y a Matán, sacerdote de Baal, mataron ante los altares de él.

18 Y dispuso Yoyadá, el sacerdote, las obras de la casa del Señor por mano de sacerdotes y levitas; y constituyó los turnos diarios de los sacerdotes y los levitas que repartiera David sobre la casa del Señor, y ofrecieron holocaustos al Señor, según está escrito en la ley de Moisés, en alegría y cantares por mano de David.

19 Y pusiéronse los porteros sobre las puertas de la casa del Señor; y no entrará impuro a toda cosa.

20 Y tomó a los centuriones y a los poderosos, y a los príncipes del pueblo, y todo el pueblo de la tierra, y descendieron al rey de la casa(h) del Señor, y entró, por la puerta la anterior, a la casa del rey; y sentaron al rey sobre el trono del reino.

21 Y alegróse todo el pueblo de la tierra; y la ciudad reposada y a Atalía mataron con cuchilla.

24

1 Joás, piadoso primero, después impío. Era de siete años Joás, al reinar; y, cuarenta años reinó a Jerusalén; y nombre de su madre: Sebiá, de Bersabé.

2 E, hizo Joás lo recto en ojos del Señor todos los días de Yoyadá sacerdote.

3 Y tomó Yoyadá dos mujeres para él; y engendraron hijos e hijas.

4 Y aconteció, después de esto, venir al corazón de Joás restaurar la casa del Señor;

5 y juntó a los sacerdotes y levitas, y les dijo: «Salid a las ciudades de Judá y reunid de todo Israel, dinero para reparar la casa del Señor, año por año; y apresuraos a hablar», y no se apresuraron los levitas.

6 Y llamó el rey Joás a Yoyadá, el sacerdote y le dijo: «¿Por qué no has mirado por los levitas para que trajeran, de Judá y de Jerusalén, lo estatuido por Moisés, hombre de Dios; pues juntó a todo Israel en el tabernáculo del testimonio?»

7 Porque Atalía fue la inicua; y sus hijos devastaron la casa de Dios; pues aún los santos de la casa de Dios hicieron para los baales.

8 Y dijo el rey: «Hágase una alcancía, y póngase en puerta de la casa del Señor».

9 Y pregonaron en Judá y en Jerusalén traer para el Señor según lo que dijo Moisés, niño de Dios, sobre Israel en el desierto.

10 Y alegráronse(a) todos los príncipes y todos los pueblos, y trajeron y echaron la alcancía, hasta que se llenó.

11 Y aconteció, cuando llevaban la alcancía a los prefectos del rey, por mano de los levitas; que cuando veían que se colmaba el dinero, venía el escriba del rey y el prefecto del sacerdote el grande, y vaciaba la alcancía; y reponíanla en su lugar; así hacían día a día; y juntaron mucho dinero.

12 Y diolo el rey y Yoyadá el sacerdote a los que hacían las labores para labranza de la casa del Señor; y alquilaban picapedreros y carpinteros, para renovar la casa del Señor; y herreros y bronceros, para renovar la casa del Señor.

13 Y hacían los hacedores las obras y surgió longitud de las obras(b) en manos de ellos, y levantaron la casa del Señor sobre su estado y consolidaron.

14 Y, cuando terminaron, trajeron al rey y a Yoyadá lo restante del dinero e hicieron vasos para la casa del Señor: vasos litúrgicos de holocaustos, y tazas áureas y argénteas; y ofrecieron holocaustos en la casa del Señor, continuamente, todos los días de Yoyadá.

15 Y envejeció Yoyadá lleno de días; y murió, siendo de ciento treinta años, al morir.

16 Y sepultáronle en la ciudad de David, con los reyes; porque hizo lo bueno para con Israel y para con Dios y la casa de él.

17 Y aconteció, después de la muerte de Yoyadá, que entraron los príncipes de Judá y adoraron al rey; entonces oyóles el rey,

18 y abandonaron la casa del Señor, Dios de sus padres, y sirvieron a las astartes y a los ídolos; y vino la ira sobre Judá y sobre Jerusalén en ese día.

19 Y envió a ellos profetas, para volver al Señor y no les oyeron; y conjuróles y no escucharon.

20 Y el espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo de Yoyadá, el sacerdote; y alzóse por sobre el pueblo y dijo: «Esto dice el Señor: «¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor? Y no prosperaréis por haber abandonado al Señor, os abandonará».

21 Y se arrojaron sobre él y le lapidaron, por mandato de Joás el rey, en el atrio de la casa del Señor.

22 Y no se acordó Joás de la misericordia que hizo Yoyadá, su padre con él; y mató al hijo de él; y al morir dijo: «Vea el Señor y juzgue».

23 Y aconteció, después del término del año, subió sobre él un ejército de Siria, y vino sobre Judá y sobre Jerusalén, y perdió todos los príncipes del pueblo, en el pueblo; y todos los despojos de ellos envió al rey de Damasco;

24 porque, en pocos varones vino el ejército de Siria, sin embargo Dios entregó en sus manos un ejército numeroso sobremanera; pues abandonaron al Señor, el Dios de sus padres; y con Joás hizo juicios;

25 Y, después de retirarse ellos de él, abandonándole en enfermedades grandes, rebeláronse contra él sus servidores, en sangres del hijo de Yoyadá, el sacerdote, y le mataron en su lecho; y murió; y sepultáronle en ciudad de David, y no le sepultaron en el sepulcro de los reyes.

26 Y los rebelados contra él: Zabad, hijo de Semaat, el amanita; y Josabed, el de Semarit, el moabita.

27 Y sus hijos y la gran profecía(c) contra él y la fundación de la casa de Dios: he aquí escritos están en la explicación del libro de los reyes; y reinó Amasías, su hijo en su lugar(d).

25

1 Amasías idolatra y es vencido y muerto Siendo de veinticinco años, reinó Amasías, y veintinueve años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén.

2 E hizo lo recto en los ojos del Señor; pero no en corazón lleno.

3 Y aconteció, cuando se afianzó el reino en su mano mató a los siervos los que mataron al rey, su padre.

4 Y los hijos de ellos no mató, según el pacto de la ley del Señor, según está escrito como mandó el Señor, diciendo: «No morirán padres por hijos, e hijos no morirán por padre, sino que cada cual por su propio pecado morirá».

5 Y congregó Amasías la casa de Judá, y púsolos, según sus casas paternas, bajo quiliarcas y centuriones, en todo Judá y Jerusalén; y los contó, de veinte años arriba, y halló trescientos mil de salir a guerra poderosos, empuñando lanzas y pavés.

6 Y asalarió, de Israel, cien mil poderosos en fuerza, por cien talentos de plata.

7 Y un hombre de Dios vino a él, diciendo: «Rey, no irá contigo un ejército de Israel, porque no está el Señor con Israel, con todos los hijos de Efraín.

8 Porque si imaginas prevalecer en(a) éstos, te fugará el Señor delante de los enemigos, porque es del Señor así el envalentonar como el fugar».

9 Y dijo Amasías al hombre de Dios: «¿Y qué haré los cien talentos que he dado al ejército de Israel?». Y dijo el hombre de Dios: «Tiene el Señor como darte mucho más que esto».

10 Y paró Amasías el ejército, el venido a él, de Efraín, para que se retirase a su lugar; y airáronse sobremanera contra Judá, y volvieron a su lugar en ira de furia.

11 Y Amasías envalentonóse, y tomó su pueblo y fue al valle de las Sales, y percutió allí a los hijos de Seír: diez millares.

12 Y diez millares cautivaron los hijos de Judá, y los fueron llevando a lo alto de un precipicio, y despeñando de lo alto del precipicio, y todos fueron destrozados.

13 E hijos del ejército a los que destruyó Amasías para que no partieran con él a la guerra, arrojáronse sobre las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Betorón, y percutieron en ellos tres millares y apresaron mucha presa.

14 Y aconteció, después de venir Amasías percutiendo la Idumea; que se trajo los dioses de los hijos de Seír y se los puso por dioses; y ante ellos adoraba y él mismo les incensaba.

15 Y vino la ira del Señor sobre Amasías, y envió cerca de él a un profeta; y le dijo: ¿«Que has buscado a los dioses del pueblo, los que no han librado al pueblo de ellos mismos de tus manos?»

16 Y aconteció al hablarle él, le dijo: «¿Acaso consejero del rey te he puesto? Tente para que no te azote». Y calló el profeta y dijo: «Que conozco que Dios ha decretado(b) sobre ti perderte, porque has hecho esto, y no has escuchado el consejo».

17 Y consultóse Amasías, el rey de Judá y envió cerca de Joás, hijo de Joacaz, hijo de Yehú, rey de Israel, diciendo: «Ven y veámonos los rostros(c)».

18 Y envió Joás, rey de Israel cerca de Amasías, rey de Judá, diciendo: «El cardo el del Líbano envió cerca del cedro el del Líbano, diciendo: «Da tu hija a mi hijo por mujer»; y he aquí irán las fieras del campo las del Líbano; y vinieron las fieras y conculcaron el cardo.

19 Dijiste: «He aquí percutí a Edom», y te alza tu corazón el impetuoso. Ahora, siéntate en tu casa; y ¿por qué te lanzas en el mal, y caerás tú y Judá contigo?»

20 Y no escuchó Amasías, porque del Señor era el entregarle en sus manos, porque buscó los dioses de Edom.

21 Y subió Joás, rey de Israel, y viéronse él y Amasías, rey de Judá en Betsamés; la que es de Judá.

22 Y sucumbió Judá a la faz de Israel; y huyó cada cual a su tienda.

23 Y a Amasías, rey de Israel, en Betsamés, llevóle a Jerusalén, abriendo una brecha desde la puerta Efraín hasta la puerta del ángulo: en cuatrocientos codos.

24 Y todo el oro, y la plata, y los vasos los hallados en la casa del Señor y cerca de Obededom, y los tesoros de la casa del rey, y los hijos de los rehenes se llevó a Samaria.

25 Y vivió Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, después de morir Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel quince años.

26 Y las demás palabras de Amasías, las primeras y las últimas ¿no, he aquí, escritas en el libro de los reyes de Judá e Israel?

27 Y en el tiempo que se apartó Amasías del Señor, conjuraron contra él conjuración; y huyó de Jerusalén a Laquís, y enviaron tras él a Laquís y le mataron allí.

28 Y trajéronle sobre los bridones y le sepultaron con sus padres en la ciudad de David.

26

1 Triunfo, riquezas y desobediencia de Ozías. Y tomó todo el pueblo de la tierra a Ozías, de dieciséis años; y enreyeciéronle en lugar de su padre, Amasías.

2 El edificó a Ailat; él la devolvió a Judá, después de dormir el rey con sus padres.

3 Hijo de dieciséis años, reinó Ozías; y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre, Yequelía, de Jerusalén.

4 E hizo lo recto en ojos del Señor, según todo cuanto hizo Amasías, su padre.

5 Y estuvo buscando al Señor, en los días de Zacarías, el entendido en el temor del Señor; y, en todos los días de él, buscó al Señor, y prosperóle el Señor.

6 Y salió y guerreó contra los filisteos, y derrocó los muros de Get, y los muros de Yabniá, y los muros de Azato; y edificó ciudades en Azoto y en los filisteos.

7 Y le envalentonó el Señor contra los filisteos y contra los árabes, los habitantes de Gurbaal(a) y contra los mineos(b).

8 Y dieron los mineos dones a Ozías; y fue su nombre hasta la entrada de Egipto; pues se envalentonó hasta lo sumo.

9 Y edificó Ozías torres en Jerusalén, y sobre la puerta del ángulo y sobre la puerta del valle, y sobre los ángulos; y fortificó.

10 Y edificó torres en el desierto; y cortó en piedra muchas cisternas; pues tenía muchos rebaños en la hondonada y en la llanura; y viñadores en la montaña y en el Carmelo; pues agrícola era.

11 Y tuvo Ozías un ejército haciendo guerra y saliendo a batalla, a guerra, y entrando a batalla, por número. Y era el número de ellos, por mano de Yehiel el escriba, y de Maacasías, el juez; por mano de Hananías, el príncipe del rey.

12 Todo el número de los patriarcas de los poderosos para guerra: dos mil seiscientos;

13 y con ellos, un ejército guerrero: trescientos millares y siete mil y quinientos. Estos, los haciendo guerra en ejército de poder, para ayudar al rey contra los adversarios.

14 Y prevínoles Ozías, a todo el ejército, paveses, y morriones y corazas, y arcos y para piedras, hondas.

15 E hizo en Jerusalén inventos inventados de ingenio, para que estuvieran sobre las torres y sobre los ángulos, para disparar con dardos y piedras grandes; y oyóse la disposición de ellos hasta lejos; pues fue hecho maravilloso en ayudársele hasta que se fortaleció.

16 Y, cuando se fortaleció actuó contra el Señor su Dios, y entró en el templo del Señor a incensar en el altar de los timiamas.

17 Y entró en pos de él Azarías, el sacerdote, y con él, sacerdotes del Señor ochenta, hijos poderosos.

18 Y pusiéronse contra Ozías, el rey, y dijéronle: «No a ti, Ozías, corresponde el incensar al Señor, sino a los sacerdotes, hijos de Aarón, los santificados para incensar. Sal del santuario, porque te has separado del Señor, y no te será esto para gloria ante el Señor Dios».

19 Y enfurecióse Ozías; y en su mano, el incensario de incensar en el templo; y, al enfurecerse contra los sacerdotes, la lepra brotó en su frente delante de los sacerdotes en la casa del Señor, sobre el altar de los timiamas.

20 Y volvióse a él Azarías, el sacerdote, el primero, y los sacerdotes, y he aquí, leproso en la frente, y apresuráronle de allí; pues también él mismo se apresuró a salir, por haberle reconvenido el Señor.

21 Y Ozías, el rey, estuvo leproso hasta el día de su muerte; y en casa separada asentóse leproso, pues apartado fue de la casa del Señor; y Joatán, su hijo, sobre el reino de él, juzgando al pueblo de la tierra.

22 Y las demás palabras de Ozías, las primeras y las últimas, escritas por Isaías el profeta.

23 Y durmióse Ozías con sus padres, y le sepultaron con sus padres en la campiña de la tumba de los reyes; porque dijeron: «Que leproso es»; y reinó Joatán, su hijo, en su lugar.

27

1 Piedad y victoria de Joatán Hijo de veinticinco años, Joatán, al reinar; y dieciséis años reinó en Jerusalén, y el nombre de su madre: Jerusá, hija de Sadoc.

2 E hizo lo recto en los ojos del Señor, según todo lo que hizo Ozías, su padre; pero no entró en el templo del Señor(a); y todavía el pueblo se corrompía(b).

3 El edificó la puerta de la casa del Señor la alta; y en el muro de Ofel edificó mucho.

4 Y ciudades edificó en el monte de Judá; y en las sierras, alcázares y torres.

5 El batalló contra el rey de los hijos de Amón; y prevaleció contra él; y dábanle los hijos de Amón, y al año, cien talentos de plata y diez mil coros de trigo y de cebada diez mil; esto traíale el rey de los hijos de Amón, al año, en el primer año, y en el segundo y el tercero.

6 Fortalecióse Joatán, por haber preparado sus caminos delante del Señor, su Dios.

7 Y las demás palabras de Joatán y la guerra y las obras de él, he aquí, están escritas en el libro de los reyes de Judá e Israel.

8 Y de veinticinco años era al reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén.

9 Y durmióse Joatán con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó Acaz, su hijo, en su lugar.

28

1 Impiedad y castigo de Acaz Hijo de veinte(a) años era Acaz al reinar; y dieciséis años reinó en Jerusalén; y no hizo lo recto en ojos de Señor, como David, su padre.

2 Y anduvo según los caminos de los reyes de Israel; pues también hizo esculturas;

3 y a los ídolos de ellos incensó en Valle-Benenom; y pasó sus hijos por el fuego, según las abominaciones de las gentes, que exterminó el Señor a la faz de los hijos de Israel.

4 E incensaba sobre las alturas y sobre los terrados y debajo de todo leño silvestre.

5 Y entrególe el Señor Dios por mano del rey de Siria; y percutió en él, y cautivó de ellos cautiverio grande y llevó a Damasco y en manos del rey de Israel le entregó, y percutió en él plaga grande.

6 Y mató Faceé, hijo de Romelía, rey de Israel, en Judá, en un día, ciento veinte millares de varones poderosos en fuerza, al abandonar ellos al Señor, el Dios de sus padres.

7 Y mató Zecrí, el poderoso de Efraín, a Maasías el hijo del rey; y a Ezricán, príncipe de su casa; y a Elcanán, el lugarteniente del rey.

8 Y cautivaron los hijos de Israel de los hermanos de ellos, doscientos(b) millares: mujeres e hijos e hijas; y despojos muchos despojaron de ellos, y trajeron los despojos a Samaria.

9 Y allí estaba el profeta del Señor; Obed, su nombre; y salió al encuentro del ejército de los que venían a Samaria, y les dijo: «He aquí la ira del Señor, Dios de vuestros padres, contra Judá; y los entregó en vuestras manos y habéis matado en ellos: en ira y hasta el cielo ha llegado(c).

10 Y ahora hijos de Judá y Jerusalén vosotros decís poseer como siervos y siervas. Mirad ¿no estoy con vosotros para acusaros al Señor, vuestro Dios?

11 Y ahora oídme y devolved el cautiverio que cautivasteis de vuestros hermanos; pues ira del furor del Señor contra vosotros».

12 Y levantáronse los príncipes de Efraín: Azarías, hijo de Ivonán; Baraquías, hijo de Mosolamot; Ezequías, hijo de Selum; y Amasa, hijo de Adalí, contra los que venían de la guerra;

13 y dijéronles: «No traigan, no el cautiverio acá a nosotros; pues, para pecar al Señor en contra de nosotros, vos decís añadir a nuestros pecados y a nuestra ignorancia; porque mucho es el pecado nuestro y la ira del furor del Señor está sobre Israel».

14 Y dejaron los guerreros el cautiverio y los despojos delante de los príncipes y de toda la congregación.

15 Y levantáronse los varones, los que fueron llamados por nombre, y acogieron el cautiverio; y a todos los desnudos cubrieron de los despojos, y los vistieron y los calzaron y dieron de comer y ungieron; y acogiéronles y en cabalgaduras a todo débil condujéronles a Jericó, ciudad de «palmeras», a sus hermanos; y retornaron a Samaria.

16 En aquel tiempo envió el rey Acaz cerca del rey de Asiria que le ayudara, y en esto,

17 porque los idumeos invadieron y percutieron en Judá y cautivaron cautiverio.

18 Y los filisteos invadieron las ciudades de la llanura y al mediodía de Judá; y tomaron a Betsamés, y Ayalón, y Gaderot, y Socó, y Tamnán y Ganzó con sus aldeas; y habitaron allí(d);

19 porque humilló el Señor a Judá, por Acaz, rey de Judá; porque apostató con apostasía del Señor.

20 Y vino sobre él Teglatfalnasar, rey de Asiria, y le atribuló.

21 Y tomó Acaz lo de la casa del Señor y lo de la casa del rey y de los príncipes, y dio al rey de asirios; y no de ayuda le fue;

22 sino para ser atribulado(e); y añadió apostatar del Señor y dijo el rey Acaz:

23 «He de buscarme los dioses de Damasco, los que me hieren»; y dijo: «Qué dioses del rey de Siria, ellos les fortalecen; a ellos por tanto sacrificaré y me acogerán». Y ellos fuéronle en tropiezos y a todo Israel.

24 Y quitó Acaz los vasos de la casa del Señor, y deshízolos; y cerró las puertas de la casa del Señor e hizo para sí altares en todo ángulo, en Jerusalén;

25 y en toda ciudad y ciudad, en Judá, hizo alturas para incensar a dioses extraños; e irritaron al Señor, el Dios de sus padres.

26 Y las demás palabras suyas y sus acciones, las primeras y las últimas, he aquí, escritas en el libro de los reyes de Judá y de Israel.

27 Y durmióse Acaz con sus padres; y fue sepultado en la ciudad de David; pues no le llevaron a los sepulcros de los reyes de Israel(f) y reinó Ezequías, su hijo, en su lugar.

29

1 Piedad de Ezequías Y Ezequías reinó, siendo de veinticinco años; y veintinueve años reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre fue Abía, hija de Zacarías.

2 E hizo lo recto en los ojos del Señor, según todo cuanto hizo David, su padre.

3 Y aconteció al principio en su reino, en el mes primero, que abrió las puertas de la casa del Señor y reparólas.

4 Y trajo a los sacerdotes y los levitas, y constituyólos al costado al oriente,

5 y les dijo: «Oíd, los levitas: ahora santificaos, y santificad la casa del Señor, Dios de vuestros padres, y lanzad la inmundicia fuera del santuario.

6 Porque apostataron nuestros padres, e hicieron lo malo ante el Señor, vuestro Dios; y le abandonaron; y apartaron el rostro de ellos del tabernáculo del Señor, y dieron la espalda.

7 Y cerraron las puertas del templo y apagaron las lámparas; y sahumerio no sahumaron: y holocaustos no ofrecieron, en el santuario, al Dios de Israel.

8 Y airóse con ira el Señor contra Judá y Jerusalén y los entregó al espanto, y a anonadamiento y a rechifla; como vosotros veis con vuestros ojos.

9 Y he aquí heridos fueron vuestros padres en cuchilla; y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestras mujeres en cautividad en tierra no de ellos; lo que también ahora es.

10 Por esto, ahora tengo en el corazón pactar mi pacto, pacto del Señor, Dios de Israel; y apartará la ira de su furor de nosotros.

11 Y ahora(a) no tardéis; pues a vosotros ha elegido el Señor para estar delante de él ministrando, y serle ministrantes e incensantes».

12 Y levantáronse los levitas: Mahat, hijo de Amasaí; y Joel, hijo de Azarías, de los hijos de Caat; y de los hijos de Merarí: Cis hijo de Abdí, y Azanías, hijo de Yalaleel; y de los hijos de Gersón: Yoá, hijo de Zemá; y Edén, hijo de Yoá.

13 Y de los hijos de Asaf: Zacarías y Matanías;

14 y de los hijos de Hemán: Yahiel y Seneí; y de los hijos de Iditún: Semeías y Oziel.

15 Y congregaron sus hermanos, y santificáronse, según el mandato del rey por disposición del Señor, para purificar la casa del Señor.

16 Y entraron los sacerdotes dentro a la casa del Señor, a santificar, y lanzaron toda la inmundicia hallada en la casa del Señor; y(b) al atrio de la casa del Señor; y recibieron(c) los levitas para lanzarla al torrente de Cedrón fuera.

17 Y empezaron el día el primero, en neomenia del primer mes santificar; y el día octavo del mes, entraron al templo del Señor, y santificaron la casa del Señor, en días ocho; y en el día dieciséis del mes, el primero, terminaron.

18 Y entraron adentro, a Ezequías, el rey, y dijeron: «Hemos santificado a todos los de la casa del Señor: el altar del holocausto y los vasos de él; y la mesa de la proposición y los vasos de ella;

19 y todos los vasos que mancilló el rey Acaz, en el reinado de él, en su apostasía, hemos preparado y santificado; he aquí están delante del altar del Señor».

20 Y madrugó Ezequías, el rey, y congregó a los príncipes de la ciudad; y ascendió a la casa del Señor.

21 Y ofrecieron becerros siete, carneros siete, corderos siete, cabrones de cabra siete por pecado, por el reino, y por el santuario y por Israel; y ordenó a los hijos de Aarón, los sacerdotes, subir al altar del Señor:

22 y sacrificar los becerros, y recibieron los sacerdotes la sangre y la esparcieron sobre el altar; y sacrificaron los carneros; y esparcieron la sangre sobre el altar; y sacrificaron los corderos, y rociaron la sangre en torno del altar;

23 Y acercaron los cabrones, por pecado, delante del rey y de la congregación; y pusieron sus manos sobre ellos.

24 Y los sacrificaron los sacerdotes y propiciaron su sangre sobre el altar, y propiciaron por todo Israel; porque dijo el rey: «Por todo Israel, el holocausto, y por el pecado».

25 Y colocó a los levitas en la casa del Señor, con címbalos, y con nablas y con cínira, según el precepto de David, el rey, y Gad, el vidente del rey, y Natán, el profeta; pues, por precepto del Señor, la disposición en manos de los profetas;

26 y colocáronse los levitas con los órganos(d) de David, y los sacerdotes, con las trompetas.

27 Y dijo Ezequías ofrecer el holocausto sobre el altar; y al empezar a ofrecer el holocausto, empezaron a cantar al Señor, y las trompetas con los órganos de David, rey de Israel.

28 Y toda la congregación adoraba, y los cantantes, cantando, y trompetas, trompeteando; hasta que se consumó el holocausto.

29 Y cuando consumaron ofreciendo; inclinóse el rey y todos los que se hallaban y adoraron.

30 Y dijo Ezequías, el rey, y los príncipes de los levitas concertar al Señor con palabras de David y Asaf, el profeta; y concertaron en alegrías, y postráronse y adoraron.

31 Y respondió Ezequías y dijo: «Ahora habéis llenado vuestras manos para el Señor; llegaos y traed sacrificios de loor a la casa del Señor»; y trajo la congregación sacrificios y loores a la casa del Señor; y todo pronto de corazón, holocaustos.

32 Y fue el número del holocausto que ofreció la congregación: becerros setenta, carneros ciento, corderos doscientos; para holocausto al Señor(e) todo esto.

33 Y los santificados becerros: seiscientos; ovejas: tres mil.

34 Empero los sacerdotes eran pocos; y no podían desollar el holocausto, y ayudáronles sus hermanos, los levitas, hasta terminarse la labor y hasta santificarse los sacerdotes; pues los levitas gustosamente se santificaron más que los sacerdotes(f).

35 Y el holocausto, mucho, con las grosuras de los pacíficos y las ligaciones del holocausto se ordenó la labor en la casa del Señor.

36 Y se alegró Ezequías y todo el pueblo de haber estado preparado Dios al pueblo; pues repentinamente fue la palabra.

30

1 Celébrase de nuevo la Pascua Y envió Ezequías por todo Israel y Judá; y epístolas escribió a Efraín y Manasés para que reunieran en la casa del Señor, en Jerusalén, a celebrar la Pascua del Señor Dios de Israel.

2 Y acordaron el rey, y los príncipes y toda la congregación en Jerusalén, hacer la Pascua el mes segundo.

3 Pues no pudieron hacerla en aquel tiempo; pues los sacerdotes no se habían santificado bastante, y el pueblo no se había reunido en Jerusalén.

4 Y plugo la palabra ante el rey y ante la congregación.

5 Y determinaron recorrer un pregón a todo Israel, de Bersabé a Dan, para que viniesen a hacer la Pascua del Señor, Dios de Israel, a Jerusalén; porque muchedumbre no lo hiciera, según la escritura.

6 Y fueron los emisarios con las epístolas del rey y de los príncipes a todo Israel y Judá, según la orden del rey, diciendo: «Los hijos de Israel, convertidos al Señor, Dios de Abrahán e Isaac e Israel; y convertid(a) a los salvados, los dejados de mano del rey de Asiria.

7 Y no lo hagáis según lo hicieron vuestros padres y vuestros hermanos que apostataron del Señor, Dios de sus padres y les entregó a desolación, según vosotros veis.

8 Y ahora no endurezcáis vuestros corazones, como vuestros padres; dad gloria al Señor Dios, y entrad en su santuario, que santificó por los siglos; y servid al Señor, vuestro Dios, y apartará de vosotros el furor de su ira.

9 pues convirtiéndoos al Señor vuestros hermanos y vuestros hijos serán en conmiseraciones ante todos los que los cautivan; y los devolverá a esta tierra misericordioso y compasivo el Señor, nuestro Dios, y no apartará su rostro de nosotros, si nos convirtiéremos a él».

10 E iban los corredores atravesando de ciudad en ciudad en el monte Efraín, y Manasés, y hasta Zabulón; y estábanse como burlando de ellos y rechiflando.

11 Pero unos hombres de Aser, y de Manasés y de Zabulón, se arrepintieron y vinieron a Jerusalén(b).

12 Y fue mano del Señor el darles corazón uno de venir, de hacer según las disposiciones del rey y de los príncipes, en palabra del Señor.

13 Y juntóse en Jerusalén pueblo mucho a hacer la fiesta de los ázimos, en el mes el segundo; congregación mucha sobremanera.

14 Y levantáronse y arrasaron los altares los de Jerusalén; y todos los en que incensaban a los embustes, derrocaron y arrojaron al torrente de Cedrón.

15 Y sacrificaron la Pascua al catorce del mes segundo; los sacerdotes y los levitas arrepintiéronse y santificáronse y se ofrecieron holocaustos en la casa del Señor.

16 Y pusiéronse en su puesto, según el orden de ellos, según el precepto de Moisés, hombre de Dios; y los sacerdotes recibían la sangre de manos de los levitas.

17 Porque muchedumbre de la congregación no se santificara; y los levitas estaban para sacrificar la Pascua a todo el que no podía santificarse al Señor.

18 Porque muchísimo pueblo de Efraín y Manasés, e Isacar y Zabulón no se santificaran, sino que comieron la Pascua contra la escritura; esto también rogó Ezequías por ellos, diciendo: «Señor bueno, propíciese.

19 Sobre todo corazón que se endereza a buscar al Señor, Dios de sus padres; y no según la santidad de los santos».

20 Y escuchó el Señor a Ezequías y sanó al pueblo.

21 E hicieron los hijos de Israel, los hallados en Jerusalén, la fiesta de los ázimos siete días, en alegría grande y contentando al Señor día por día; y los sacerdotes y los levitas, en órganos al Señor.

22 Y habló Ezequías a todo corazón de los levitas y de los que sentían un buen sentir para con el Señor; y terminaron la fiesta de los ázimos siete días, sacrificando sacrificios de pacíficos, y confesando al Señor, Dios de sus padres.

23 Y acordó la congregación juntamente hacer siete días más; e hicieron siete días en alegría;

24 porque Ezequías consagró a Judá, a la congregación, mil becerros y siete mil ovejas; y los príncipes consagraron al pueblo becerros mil y ovejas diez mil; y santificáronse sacerdotes en muchedumbre.

25 Y alegróse toda la congregación: los sacerdotes y los levitas, y toda la congregación de Judá y los hallados de Jerusalén(c); y los prosélitos los venidos de tierra de Israel y los habitantes de Judá.

26 Y hubo alegría grande en Jerusalén desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel no hubo semejante fiesta en Jerusalén.

27 Y levantáronse los sacerdotes, los levitas, y bendijeron al pueblo, y oyóse la voz de ellos, y llegó su oración a la morada la santa de él, al cielo.

31

1 Renuévase el orden sacerdotal y levítico Y cuando se terminó todo esto, salió todo Israel, los hallados en ciudades de Judá, y quebrantaron las estatuas y cortaron las selvas y derrocaron las alturas y las aras de toda la Judea y Benjamín; y de Efraín y de Manasés, hasta el fin; y volvieron todos a Israel, cada uno a su heredad y a sus ciudades.

2 Y determinó Ezequías los turnos diarios de los sacerdotes y de los levitas, y los turnos diarios de cada uno según su propio ministerio, a los sacerdotes y los levitas para el holocausto y para los pacíficos y loar y confesar, y ministrar en las puertas en los atrios de la casa del Señor.

3 Y una parte donó el rey(a), de sus primicias, para los holocaustos: el matutino y el vespertino; y los holocaustos para los sábados, y para las neomenias, y para las fiestas, según lo prescrito en la ley del Señor.

4 Y dijeron al pueblo, a los habitantes de Jerusalén, dar la parte de los sacerdotes y de los levitas para que se esforzasen en el ministerio de la casa del Señor.

5 Y cuando ordenó la palabra, colmó Israel primicias de trigo, y vino, y aceite y miel, y todo fruto del campo; y diezmos, todos en abundancia trajeron los hijos de Israel y de Judá.

6 Y los habitantes de las ciudades de Judá, también ellos trajeron diezmos de becerros y ovejas, y diezmos de cabras y santificaron para el Señor, su Dios; e introdujeron y pusieron montones y montones(b).

7 En el mes el tercero empezaron los montones a fundamentarse, en el mes el séptimo se terminaron.

8 Y vino Ezequías y los príncipes y vieron los montones, y bendijeron al Señor y a su pueblo Israel.

9 Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y levitas acerca de los montones.

10 Y díjole Azarías el sacerdote, el príncipe en casa de Sadoc, y dijo: «Desde que han empezado las primicias a traerse a la casa del Señor, hemos comido y bebido, y dejado hasta abundancia; pues el Señor ha bendecido a su pueblo, y hemos dejado en esta abundancia».

11 Y ordenó Ezequías preparar pastoforios en la casa del Señor; y prepararon.

12 Y trajeron allí las primicias y los diezmos y lo santificado en la fe; y sobre él sobrestante Conenías, el levita; y Semeí, su hermano, como sustituto;

13 y Yehiel, y Azarías, y Nahat, y Azael, y Yerimot y Jozab, y Ehiel, y Yesmaquías, y Mahat y Banaías, los hijos de él(c) sobrestante, bajo Conenías y Semeí, su hermano; según ordenara Ezequías, el rey, y Azarías el príncipe de la casa del Señor.

14 Y Coré, hijo de Yemná, el levita, el portero, al oriente, sobre los dones, para dar la primicia del Señor y los santos de los santos;

15 por mano de Edén; y Benjamín y Jesué, y Semeía, y Amarías y Sequenías, por mano de los sacerdotes en la fe, para dar a los hermanos, según los turnos diarios, así al grande como al pequeño;

16 fuera(d) de las criaturas de lo masculino, de tres años arriba, a todo el que andaba en la casa del Señor en razón de días en días(e), al ministerio por turnos diarios de la distribución de él.

17 Este(f) es el catálogo de los sacerdotes según sus casas de familias; y los levitas, en los turnos diarios de ellos, de veinte años arriba, en orden,

18 para distribuir en toda familia de sus mujeres y de sus hijos y de sus hijas, a toda muchedumbre; pues en la fe se santificara a los santos.

19 Para los hijos de Aarón los en función sacerdotal, también(g), los de las ciudades de ellos en toda ciudad y ciudad, varones que se nombraran por nombre, para dar parte a todo lo masculino en los sacerdotes, y a todo apuntado en los levitas.

20 E hizo así Ezequías, en todo Judá; e hizo lo bello y lo recto delante del Señor, su Dios.

21 Y en toda obra que empezó, en operación en la casa del Señor, y en la Ley y los preceptos, buscó a su Dios de toda su alma; e hizo y prosperó.

32

1 Invasión de Senaquerib Después de estas palabras y esta fidelidad, vino Senaquerib, rey de Asiria, y vino sobre Judá; y acampó sobre las ciudades muradas, y dijo conquistárselas.

2 y vio Ezequías que llegó Senaquerib, y el rostro de él a guerrear contra Jerusalén.

3 Y aconsejóse con sus ancianos y los poderosos, para cegar las aguas de las fuentes que había fuera de la ciudad; y apoyáronle.

4 Y juntó mucho pueblo y cegó las aguas de las fuentes, y el río el que dividía la ciudad diciendo: «No venga rey de Asiria y halle agua mucha, y se fortalezca».

5 Y fortaleció Ezequías y edificó todo el muro el derribado y torres y fuera baluarte otro; y fortificó el alcázar(a) de la ciudad de David; y fabricó muchas armas(b).

6 Y constituyó príncipes de la guerra sobre el pueblo; y juntáronse con él en la plaza de la puerta del valle, y habló al corazón de ellos, diciendo:

7 «Confortaos y sed hombres; no temáis, no os espantéis a faz del rey de Asiria y a faz de todo el pueblo el con él.

8 Con él hay sólo brazos de carne; con nosotros, empero, está el Señor, nuestro Dios, para salvar y guerrear esta guerra de nosotros». Y reanimóse el pueblo con las palabras de Ezequías, rey de Judá.

9 Y después de esto envió Senaquerib, rey de Asiria, un emisario sobre Jerusalén, y él, sobre Laquis, y todo el ejército con él; y envió cerca de Ezequías, rey de Judá, y cerca de toda Judá, el en Jerusalén, diciendo:

10 «Así dice Senaquerib, rey de Asiria: «¿En quién vosotros confiáis y estáis sentados en el cerco, en Jerusalén?

11 ¿Acaso Ezequías no os engaña para entregaros a la muerte y a hambre y a sed, diciendo: «¿Señor, el Dios nuestro nos salvará de la mano del rey de Asiria?».

12 ¿No es este Ezequías que arrasó las aras de él y las alturas de él y dijo a Judá y a los habitantes de Jerusalén, diciendo: «Delante de esta ara adoraréis y sobre ella incensaréis?».

13 ¿No conoceréis lo que he hecho yo y mis padres a todos los pueblos de las regiones? ¿Acaso pudiendo pudieron los dioses de las gentes de toda la tierra salvar al pueblo de ellos de mi mano?

14 ¿Quién entre todos los dioses de estas gentes que exterminaron mis padres? ¿Acaso han podido salvar al pueblo de mi mano que pueda vuestro Dios salvar de mano mía?

15 Ahora, pues, no os engañe Ezequías, y no confiar os haga cuanto a esto, y no le creáis, pues no ha podido, no, el dios de todas las gentes salvar al pueblo de él, de mi mano y de mano de mis padres; porque vuestro Dios no os salvará, no, de mi mano».

16 Y más hablaron los emisarios de él contra el Señor Dios, y contra Ezequías, su niño.

17 Y carta escribió para blasfemar del Señor Dios de Israel; y dijo de él diciendo: «Así como los dioses de las gentes de la tierra no libraron a sus pueblos de mi mano, así no librará, no, el Dios de Ezequías a su pueblo de mi mano».

18 Y gritó con voz grande, en judío, contra el pueblo de Jerusalén sobre el muro, para que le ayudaran y derribaran(c), a fin de tomar la ciudad.

19 Y habló contra el Dios de Jerusalén así como también contra los dioses de los pueblos de la tierra, obras de mano de hombres.

20 Y oró Ezequías, el rey, e Isaías, hijo de Amón el profeta, por esto, y clamaron al cielo.

21 Y envió el Señor un ángel y exterminó todo poderoso; y guerreó, y príncipe y estratego en el campamento del rey de Asiria; y retiróse con ignominia del rostro a su tierra; y vino a casa de su dios. Y de los salidos de su vientre derribáronle en espada.

22 Y salvó el Señor a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén, de mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de mano de todos; y sosególes en contorno.

23 Y muchos trajeron dones al Señor, a Jerusalén, y dádivas a Ezequías, rey de Judá; y fue exaltado en ojos de todas las gentes después de esto.

24 En aquellos días enfermó Ezequías de muerte, y oró al Señor; y escuchóle y señal le dio.

25 Y no según la retribución que le dio, retribuyó Ezequías, sino que se enalteció su corazón; y vino sobre él la ira del Señor y sobre Judá y Jerusalén.

26 Y humillóse Ezequías del enaltecimiento de su corazón, él y los habitantes de Jerusalén, y no sobrevino sobre ellos la ira del Señor en los días de Ezequías.

27 Y tuvo Ezequías riqueza y gloria mucha sobre manera; y cámaras se hizo para guardar la plata y oro, y la piedra preciosa, y para los aromas, y armerías, y para los vasos deseables;

28 y ciudades para los productos del trigo y vino y aceite; y aldeas y pesebres de todo ganado, y dehesas para las greyes;

29 y ciudades que se edificó; y hacienda de ovejas y vacas en multitud; pues diole el Señor hacienda mucha sobremanera.

30 El mismo Ezequías cegó la salida del agua del gihón, la de arriba; y dirigiólas(d) hacia abajo, al occidente de la ciudad de David; y prosperó Ezequías en todas sus obras.

31 Y así, a los legados de los príncipes, de Babilonia, a los enviados a él para preguntarle acerca del milagro(e) que aconteciera sobre la tierra; abandonóles el Señor para tentarle, para verlo en el corazón de él.

32 Y lo demás de las palabras de Ezequías y su misericordia, he aquí está escrito en la profecía de Isaías, hijo de Amós, el profeta, y el libro de los reyes de Judá e Israel.

33 Y durmióse Ezequías con sus padres, y le sepultaron en subida(f) de sepulcros de los hijos de David; y gloria y honor diéronle en su muerte todo Judá y los habitantes de Jerusalén; y reinó Manasés, su hijo, en su lugar.

33

1 Impiedad de Manasés Siendo de doce años Manasés reinó; y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.

2 E hizo lo malo en los ojos del Señor, según todas las abominaciones de las gentes que exterminó el Señor a la faz de los hijos de Israel.

3 Y volvió y edificó las alturas que derribó Ezequías, su padre y puso estatuas a los baales, e hizo selvas y adoró a toda la milicia del cielo y les sirvió.

4 Y edificó aras en casa del Señor, de la que dijo el Señor: «En Jerusalén estará mi nombre por los siglos».

5 Y edificó aras a todo el ejército del cielo en los dos atrios de la casa del Señor.

6 Y él pasó sus hijos por el fuego en el valle de Ben-Ennom; y presagió, y auguró, y hechizó; e hizo ventrílocuos y encantadores, y colmó el hacer lo malo en los ojos del Señor, para irritarle.

7 Y puso la escultura, la fundida: una imagen que hizo, en la casa del Señor, de la que dijo Dios a Israel a David y a Salomón, su hijo: «En esta casa y Jerusalén, la que he elegido de todas las tribus de Israel pondré mi nombre por los siglos;

8 y no valoré a mover el pie de Israel, de la tierra que di a sus padres como cuiden de hacer todo lo que les mandé, según toda la ley y preceptos y los juicios en mano de Moisés».

9 Y sedujo a Manasés, a Judá y a los habitantes de Jerusalén a hacer lo malo sobre todas las gentes que exterminó el Señor a la faz de los hijos de Israel.

10 Y habló el Señor a Manasés y al pueblo de él; pero no escucharon.

11 Y trajo el Señor sobre ellos a los príncipes del ejército del rey de Asiria, y prendieron a Manasés, en cadenas, y atáronle en grillos y llevaron a Babilonia.

12 Y como fuese atribulado, buscó el rostro de Dios su Señor y humillóse sobremanera a la faz de Dios, de sus padres.

13 Y oró a él, y escuchóle y escuchó su clamor, y volvióle a Jerusalén, a su reino; y conoció Manasés que el Señor, es el Dios.

14 Y después de esto, edificó un muro fuera de la ciudad de David, de occidente a mediodía, en el torrente y a la entrada la de los que por la puerta de los Peces, salen a la puerta la en contorno y a Ofel, y levantó sobremanera; y contribuyó nombrando príncipes del ejército en todas las ciudades las muradas de Judá.

15 y quitó de en torno los dioses los ajenos, y la escultura, de la casa del Señor, y todas las aras que edificara en el monte de la casa del Señor, y en Jerusalén y afuera de la ciudad.

16 Y restauró el altar del Señor y sacrificó sobre él sacrificio de salud y loor. Y mandó a Judá servir al Señor, Dios de ellos;

17 empero todavía el pueblo sobre las alturas sacrificaba; aunque sólo al Señor, Dios de ellos.

18 Y lo demás de las palabras de Manasés, su oración a Dios, y palabras de los videntes los que le hablaron en nombre del Dios de Israel;

19 he aquí, sobre(a) las palabras de su oración; y como le oyó; y todos sus pecados, y sus apostasías, y los lugares en que edificó, en ellos, las alturas y puso allí silvas y esculturas, antes de convertirse; he aquí escrito está sobre las palabras de los videntes(b).

20 Y durmióse Manasés con sus padres, y le sepultaron en un huerto de su casa; y reinó, en su lugar, Amón, su hijo.

21 Era de veintidós años, al reinar, y dos años reinó en Jerusalén.

22 E hizo lo malo en los ojos del Señor, como hizo Manasés su padre; y a todos los ídolos que hizo Manasés su padre sacrificaba Amón, y les sirvió.

23 Y no se humilló delante del Señor como se humilló Manasés, su padre; pues su hijo Amón colmó las prevaricaciones.

24 Y rebeláronse contra él sus niños y le percutieron en su casa.

25 Y percutió el pueblo de la tierra a los que se rebelaran contra el rey Amón; y enreyeció el pueblo de la tierra a Josías, su hijo en su lugar.

34

1 Piedad de Josías Era de ocho años Josías, al reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén.

2 E hizo lo recto en ojos del Señor, y anduvo en el camino de David, su padre, y no declinó a diestra y siniestra.

3 Y en el octavo año de su reinado, y él aún pequeñuelo, empezó a buscar al Señor el Dios de David, su padre; y en el duodécimo año de su reinado empezó a depurar a Judá y a Jerusalén de las alturas y las selvas; y de los cerca-altares(a) y de los conflátiles(b).

4 Y derribaron a su vista las aras de los baales y las alturas sobre ellos; y cortó las selvas y las esculturas; y los conflátiles desmenuzó y pulverizó y lanzó sobre la faz de las tumbas de los que le sacrificaran.

5 Y huesos de sacerdotes quemó sobre las aras, y depuró a Judá y a Jerusalén;

6 y en las ciudades de Manasés, y Efraín, y Simeón y Neftalí, y los lugares de ellas en contorno.

7 Y derribó las aras y las selvas; y los ídolos destrozó pulverizados, y todas las alturas cortó de toda la tierra de Israel; y volvió a Jerusalén.

8 Y en el año décimoctavo de su reinado, después de haber depurado la tierra y la casa, envió a Safán, hijo de Eselía y a Maasías, príncipe de la ciudad, y a Yohá, hijo de Joacaz, su canciller, para restaurar la casa del Señor, su Dios.

9 Y vinieron a Helcías el sacerdote, el grande, y dieron el dinero, el traído a la casa de Dios, el que juntaran los levitas que guardaban la puerta de mano de Manasés y Efraín y de los príncipes, y de todo el resto de Israel, y de los hijos de Judá y Benjamín y los habitantes de Jerusalén.

10 Y lo dieron en manos de los que hacían las obras, los constituidos en la casa del Señor; y lo dieron a los que hacían las obras, los que hacían(c) en la casa del Señor para que reedificara y reparara la casa.

11 Y dieron a los carpinteros y edificadores para comprar piedras de cuatro pies y madera para vigas para techar las casas que demolieran los reyes de Judá.

12 Y los varones en fe(d) sobre las obras; y sobre ellos, cuidadores: Yahat y Abdías, los levitas de hijos de Merarí; y Zacarías y Mosolam, de los hijos de Caat para cuidar; y todo levita y todo entendido en órganos de cantares.

13 Y(e) sobre los cargadores y sobre todos los que hacían las obras con operación y operación(f); y de los levitas, escribas, y jueces y porteros.

14 Y al sacar ellos el dinero entrado en la casa del Señor, halló Helcías, el sacerdote, un libro de la ley del Señor dado por mano de Moisés.

15 Y respondió Helcías y dijo a Safán, el escriba: «Un libro de la ley he hallado en la casa del Señor»; y dio Helcías el libro a Safán;

16 e introdujo Safán el libro al rey; y dio también al rey cuenta: «Todo el dinero dado en mano de tus servidores los que trabajan(g);

17 han amontonado el dinero hallado en la casa del Señor, y dado en mano de los cuidadores, y en mano de los que hacen la labor».

18 Y anunció Safán, el escriba al rey una palabra diciendo: «Un libro me ha dado Helcías, el sacerdote», y leyólo Safán delante del rey;

19 y aconteció, como oyera el rey las palabras de la ley que rasgó sus vestiduras.

20 Y mandó el rey a Helcías, y a Ahicam, hijo de Safán; y a Abdón, hijo de Micá; y a Safán, el escriba; y a Asaías, servidor del rey, diciendo:

21 «Id, buscad al Señor acerca de mí y acerca de todo lo restante de Israel y Judá, acerca de las palabras del libro el hallado; porque es grande el furor del Señor que está encendido en nosotros; por esto: porque no escucharon nuestros padres las palabras del Señor, para hacer todo lo escrito en este libro».

22 Y fue Helcías y a los que dijo el rey, a Olda, la profetisa, mujer de Selum, hijo de Temat, hijo de Hasrá; la que guardaba los mandamientos(h) y ella habitaba en Jerusalén en suburbio; y habláronle según esto.

23 Y les dijo: «Así dice el Señor, el Dios de Israel: «Decid al varón, el que os envía a mí;

24 Así dice el Señor: «He aquí yo traigo sobre este lugar muchos males: todas las palabras escritas en el libro, el leído delante del rey de Judá;

25 por cuanto me han abandonado e incensado a dioses extranjeros, para irritarme en todas las obras de sus manos; y se encendió mi furor en este lugar, y no se apagará.

26 Y al rey de Judá, el que os ha enviado a buscar al Señor, así le diréis: «Así dice el Señor, el Dios de Israel: «Las palabras que he oído,

27 indican que se ha conmovido tu corazón, y se ha humillado ante mí tu rostro al oír mis palabras sobre este lugar y los habitantes de él y te has humillado delante de mí y rasgado tus vestiduras y llorado delante de mí; yo he oído —dice el Señor,

28 he aquí te reúno con tus padres, y serás reunido a las tumbas en paz, y no verán tus ojos todos los males que yo traigo sobre este lugar y sobre todos los habitantes de él». Y dieron al rey cuenta,

29 y envió el rey y congregó a los ancianos de Judá y Jerusalén.

30 Y ascendió el rey a la casa del Señor, y todo Judá y los habitantes de Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas y todo el pueblo, de pequeño a grande; y leyó en orejas de ellos todas las palabras del libro de la alianza, las halladas en la casa del Señor.

31 Y púsose el rey sobre la columna y pactó pacto delante del Señor: de andar a la faz del Señor, de guardar sus mandamientos y sus testimonios y preceptos en todo el corazón y en toda el alma, para hacer valer las palabras del pacto escritas en ese libro.

32 Y puso a todos los hallados en Jerusalén y Benjamín; e hicieron los habitantes de Jerusalén pacto en casa del Señor, Dios de sus padres.

33 Y arrasó Josías todas las abominaciones, de toda la tierra que era de los hijos de Israel; e hizo a todos los hallados en Jerusalén y Judá servir al Señor Dios de ellos. Todos los días de él, no se desvió(i) de ir en pos del Señor, Dios de los padres de él.

35

1 Celébrase la Pascua. Muere Josías en la guerra. E hizo Josías la Pascua al Señor, su Dios; y sacrificó la Pascua el día catorce del mes el primero.

2 Y puso a los sacerdotes en las guardas de ellos y los confortó para las obras de la casa del Señor.

3 Y dijo a los levitas, los poderosos en todo Israel que se santificaran para el Señor; y pusieron el arca, la santa, en la casa que edificó Salomón, hijo de David, el rey de Israel; y dijo el rey: «No es para vosotros obligación llevar sobre los hombros nada; ahora, pues, ministrad al Señor, vuestro Dios y a su pueblo Israel;

4 y preparaos, según vuestras casas paternas y según vuestros turnos diarios, según la escritura de David, rey de Israel, y por mano de Salomón, su hijo.

5 Y poneos en la casa según las divisiones de vuestras casas paternas para vuestros hermanos, hijos del pueblo, y parte de la casa paterna para los levitas;

6 y sacrificad la Pascua, y lo santo preparad para muchos hermanos, para hacer según la palabra del Señor por mano de Moisés».

7 Y obsequió Josías a los hijos del pueblo ovejas y corderos y cabritos de los hijos de las cabras(a) todo para la Pascua y todos los que se hallaban en número de treinta millares y de becerros tres millares; esto es de las primicias del rey.

8 Y los príncipes de él obsequiaron al pueblo y a los sacerdotes y a los levitas; y dio Helcías y Zacarías y Iahiel, los príncipes a los sacerdotes de la casa de Dios; y dieron para la Pascua, ovejas y corderos y cabritos, dos mil seiscientos; y becerros, trescientos.

9 Y Conenías y Semeías y Natanael, sus hermanos, y Hasabías, y Yeheel, y Yosabad, príncipes de los levitas, obsequiaron a los levitas, para la Pascua ovejas cinco mil, y becerros quinientos.

10 Y arreglóse el ministerio y colocáronse los sacerdotes en su sitio; y los levitas sobre las divisiones de ellos, según el mandato del rey.

11 Y sacrificaron la Pascua y derramaron los sacerdotes la sangre de mano de ellos; y los levitas desollaron.

12 Y prepararon los holocaustos para entregarles, según la división, según las casas paternas a los hijos del pueblo, para ofrecer al Señor, como está escrito en el libro de Moisés, y así(b) para la mañana(c).

13 Y asaron la Pascua en fuego, según lo dispuesto; y lo santo cocieron en los bronces, y en las ollas y en las calderas, y prosperó; y lo distribuyeron a todos los hijos del pueblo,

14 Y después, prepararon para ellos y los sacerdotes porque los sacerdotes(d) estuvieron ocupados en el ofrecer de los holocaustos y las grosuras, hasta la noche; también los levitas prepararon para sí y sus hermanos, hijos de Aarón.

15 Y los cantores hijos de Asaf, en el sitio de ellos, según los mandatos de David y Asaf y Hemán e Iditún, los profetas del rey; y los príncipes y los porteros de puerta y puerta —no tuvieron que moverse del ministerio de lo santo porque sus hermanos, los levitas, prepararon para ellos.

16 Y arreglóse y dispúsose todo el ministerio del Señor, en aquel día, de hacer la Pascua y ofrecer los holocaustos sobre el altar del Señor, según el mandato del rey Josías.

17 E hicieron los hijos de Israel los que se hallaban, la Pascua en aquel tiempo y la fiesta de los ázimos siete días.

18 Y no hubo Pascua semejante a ella en Israel desde días de Samuel, el profeta, y de todo rey de Israel no hicieron como la Pascua que hizo Josías, y los sacerdotes, y los levitas y todo Judá e Israel el que se hallaba y los habitantes de Jerusalén, al Señor.

19 El décimoctavo año del reinado de Josías se hizo esta Pascua. Después de todo esto que hizo Josías en la casa, a los ventrílocuos y a los adivinos, y los terafin y los ídolos y los caresim(e), que había en tierra de Judá y en Jerusalén, quemó el rey Josías para estatuir las palabras de la ley, las escritas en el libro que halló Helcías, el sacerdote en la casa del Señor. Semejante a él no hubo antes de él, que se volviera al Señor en todo su corazón, y en toda su alma y en toda su fuerza, según toda la ley de Moisés; y después de él no se levantó semejante. Empero no se volvió el Señor de la ira de su furor, el grande, con que se airó con furor contra Judá, por todas sus irritaciones que irritó Manasés. Y dijo el Señor: «También a Judá desecharé de mi faz; así como deseché a Israel, y he arrojado la ciudad que eligió a Jerusalén y la casa que dije: «Estará mi nombre allí(f)».

20 Y subió el Faraón Necao, rey de Egipto, contra el rey de Asiria(g) sobre el río Eufrates; y fue el rey Josías a su encuentro;

21 y envióle mensajeros, diciendo: «¿Qué a mí y a ti, rey de Judá? No contra ti he venido hoy a guerrear; y Dios ha dicho que me apresure; no te opongas ante Dios porque está conmigo, para que él no te pierda».

22 Y no volvió Josías su rostro de él, sino que a guerrear contra él se esforzó, y no oyó las palabras de Necao, por boca de Dios, y vino a guerrear en la llanura de Magedó.

23 Y arquearon los arqueros contra el rey Josías; y dijo el rey a sus servidores: «Sacadme fuera, porque estoy mal herido».

24 Y sacáronle sus sirvientes del carro y le subieron en el carro segundo que tenía, y le llevaron a Jerusalén; y murió, y fue sepultado con sus padres; y todo Judá y Jerusalén plañeron sobre Josías.

25 Y trenó Jeremías sobre Josías, y dijeron todos los príncipes y las princesas treno sobre Josías, (hasta hoy); y diéronle por precepto sobre Israel; y he aquí escrito está entre los trenos.

26 Y estaban las demás palabras de Josías y su esperanza(h) escritas en la ley del Señor;

27 y sus palabras las primeras y las últimas, he aquí escritas en el libro de los reyes de Israel y Judá.

36

1 El cautiverio babilónico. Ciro le pone fin. Y tomó el pueblo de la tierra a Joacaz, hijo de Josías y le ungieron, y constituyéronle en lugar de su padre por rey sobre Jerusalén.

2 Hijo de veintitrés años, Joacaz, al reinar; y tres meses reinó en Jerusalén(a); y el nombre de su madre fue Amital, hija de Jeremías de Lobná, e hizo lo malo a faz del Señor, según todo lo que hicieron sus padres. Y atóle Faraón Necao en Deblatá, en tierra de Aimat, para que no reinase en Jerusalén.

3 Y trasladóle el rey a Egipto e impuso tributo a la tierra: cien talentos de plata y un talento de oro.

4 Y constituyó Faraón Necao a Eliaquin, hijo de Josías, por rey sobre Judá, en lugar de Josías, su padre; y mudó su nombre en Joaquín; y a Isacaz, hermano de él, tomó faraón Necao y llevóle a Egipto(b) y murió allí; y la plata y el oro dio al faraón. Entonces empezó la tierra a ser tributaria para dar la plata sobre la boca(c) del faraón; y cada uno, según poder, pedía la plata y el oro, al pueblo de la tierra para darlo al faraón Necao.

5 Era de veinticinco años Joaquín, al reinar y once años reinó en Jerusalén(d); y el nombre de su madre, Zecorá, hija de Nerías, de Ramá, e hizo lo malo a la faz del Señor; según todo cuanto hicieron sus padres. En los días de él vino Nabucodonosor, el rey de Babel, a la tierra, y estuvo sirviéndole tres años; y rebelóse contra él. Y envió el Señor sobre ellos a los caldeos y bandas de siros y bandas de moabitas y de hijos de Amón y de la Samaria; y rebeláronse, después de esta palabra, según la palabra del Señor, en mano de sus niños, los profetas, empero el furor del Señor era contra Judá, para arrojarlo de su faz por el pecado de Manasés en todo lo que hizo; y en sangre inocente, que derramó Joaquín y llenó a Jerusalén de sangre inocente; y no quiso el Señor exterminarlos.

6 Y ascendió sobre él Nabucodonosor rey de Babilonia y atóle en broncíneos grillos y le llevó a Babilonia.

7 Y parte de los vasos de la casa del Señor llevó a Babilonia y púsolos en su templo en Babilonia.

8 Y lo demás de las palabras de Joaquín y todo lo que hizo(e) ¿no, he aquí, esto, escrito en el libro de las palabras de los días para los reyes de Judá? Y(f) durmióse Joaquín con sus padres, y fue sepultado en el Huerto Ozá con sus padres; y reinó Joacín(g), su hijo, en su lugar.

9 De ocho años, Joacín al reinar, y tres meses y diez días reinó en Jerusalén; e hizo lo malo a la faz del Señor.

10 Y volviendo el año, envió el rey Nabucodonosor y llevólo a Babilonia con los vasos deseables de la casa del Señor; y enreyeció a Sedecías, hermano de su padre, sobre Judá y Jerusalén.

11 De veintiún años era Sedecías al reinar, y once años reinó en Jerusalén.

12 E hizo lo malo a la faz del Señor, su Dios; no se arrepintió, a la faz de Jeremías, el profeta, y por boca(h) del Señor.

13 De lo de rebelarse contra el rey Nabucodonosor en lo que le juramentara ante Dios; y endureció su cerviz; y su corazón fortaleció para no volverse al Señor, Dios de Israel.

14 Y todos los ilustres de Judá, y los sacerdotes y el pueblo de la tierra colmaron el prevaricar prevaricaciones de abominaciones de genes, y mancillaron la casa del Señor en Jerusalén.

15 Y envió el Señor, el Dios de sus padres, en(i) de sus profetas madrugando y mandando sus mensajeros, pues era piadoso con su pueblo y su santuario.

16 Y estábanse rechiflando a sus mensajeros, y menospreciaron sus palabras; y jugándose con sus profetas hasta que subió el furor del Señor contra su pueblo; hasta que no hubo curación.

17 Y trajo sobre ellos al rey de los caldeos; y mató a sus jovencillos con espada en casa de su santuario; y no perdonó a Sedecías; y de las vírgenes de ellos no se lastimó; y a sus ancianos llevaron; todo entregó en manos de ellos.

18 Y todos los vasos de la casa de Dios, los grandes y los pequeños, y los tesoros de la casa del Señor, y todos los tesoros del rey y los potentados; todo lo llevó a Babilonia.

19 Y quemó la casa del Señor y arrasó el muro de Jerusalén, y los palacios de ella quemaron en fuego, y todo vaso hermoso en anonadamiento.

20 Y trasportó a los restantes a Babilonia; y fueron para él y sus hijos como siervos, hasta el reinado de los medos;

21 para que se cumpliese la palabra del Señor dicha por boca de Jeremías: «hasta recibir la tierra los sábados de ella para sabatizar, todos los días de su desolación sabatizar hasta cumplimiento de años setenta».

22 El año primero de Ciro, rey de Persia, después de cumplida la palabra del Señor por boca de Jeremías suscitó el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, y mandó pregonar en todo su reino de la tierra:

23 (36:22) «Me ha dado el Señor, el Dios del cielo todos los reinos de la tierra y él mismo me mandó edificarle una casa en Jerusalén, en la Judea: ¿quién de vosotros(j) es de su pueblo? Será su Dios con él, que suba».