1

1 Adán, Set, Enós,

2 Cainán, Malalel, Jared,

3 Enoc, Matusalén, Lamec,

4 Noé. Hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet.

5 Hijos de Jafet: Gómer, Magog, Maday, Javán, Tubal, Mésec y Tirás.

6 Hijos de Gómer: Asquenaz, Rifat y Togarma.

7 Hijos de Javán: Elisá, Tarsis, Chipre y Rodanín.

8 Hijos de Cam: Cus, Misrayin, Fut y Canaán.

9 Hijos de Cus: Seba, Javilá, Sabtá, Ragama y Sabteca. Hijos de Ragama: Sabá y Dedán.

10 Cus fue el padre de Nimrod, quien llegó a ser un notable guerrero en la tierra.

11 Misrayin fue el antepasado de los ludeos, los anameos, los leabitas, los naftuitas,

12 los patruseos, los caslujitas y los caftoritas, de quienes descienden los filisteos.

13 Canaán fue el padre de Sidón, su primogénito, y de Het,

14 y el antepasado de los jebuseos, los amorreos, los gergeseos,

15 los heveos, los araceos, los sineos,

16 los arvadeos, los zemareos y los jamatitas.

17 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. Hijos de Aram: Uz, Hul, Guéter y Mésec.

18 Arfaxad fue el padre de Selá, y éste lo fue de Éber.

19 Éber tuvo dos hijos; el primero se llamó Péleg, porque en su tiempo se dividió la tierra. El hermano de Péleg se llamó Joctán.

20 Joctán fue el padre de Almodad, Sélef, Jazar Mávet, Yeraj,

21 Hadorán, Uzal, Diclá,

22 Obal, Abimael, Sabá,

23 Ofir, Javilá y Jobab. Todos éstos fueron hijos de Joctán.

24 Sem, Arfaxad, Selá,

25 Éber, Péleg, Reú,

26 Serug, Najor, Téraj

27 y Abram, que es también Abraham.

28 Hijos de Abraham: Isaac e Ismael.

29 Sus descendientes fueron Nebayot, primogénito de Ismael, Cedar, Adbel, Mibsán,

30 Mismá, Dumá, Masá, Hadad, Temá,

31 Jetur, Nafis y Cedema. Éstos fueron los hijos de Ismael.

32 Los hijos de Cetura, la concubina de Abraham, fueron Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súah. Hijos de Jocsán: Sabá y Dedán.

33 Hijos de Madián: Efá, Éfer, Janoc, Abidá y Eldá. Todos éstos fueron hijos de Cetura.

34 Abraham también fue el padre de Isaac. Los hijos de Isaac fueron Esaú e Israel.

35 Hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Jeús, Jalán y Coré.

36 Hijos de Elifaz: Temán, Omar, Zefo, Gatán y Quenaz, Timná y Amalec.

37 Hijos de Reuel: Najat, Zera, Sama y Mizá.

38 Hijos de Seír: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán.

39 Hijos de Lotán: Horí y Homán. Timná fue hermana de Lotán.

40 Hijos de Sobal: Alván, Manajat, Ebal, Sefó y Onam. Hijos de Zibeón: Ayá y Aná.

41 El hijo de Aná fue Disón. Hijos de Disón: Amirán, Esbán, Itrán y Querán.

42 Hijos de Ezer: Bilán, Zaván y Yacán. Hijos de Disán: Uz y Arán.

43 Los reyes que a continuación se mencionan reinaron en la tierra de Edom antes de que los israelitas tuvieran rey: Bela hijo de Beor; su ciudad se llamaba Dinaba.

44 Cuando Bela murió, lo sucedió en el trono Jobab hijo de Zera, que era de Bosra.

45 Cuando Jobab murió, lo sucedió en el trono Jusán, que era de la tierra de Temán.

46 Cuando Jusán murió, lo sucedió en el trono Hadad hijo de Bedad, quien derrotó a Madián en el campo de Moab. Su ciudad se llamaba Avit.

47 Cuando Hadad murió, lo sucedió en el trono Samla, que era de Masreca.

48 Cuando Samla murió, lo sucedió en el trono Saúl, que era de Rejobot a orillas del río Éufrates.

49 Cuando Saúl murió, lo sucedió en el trono Baal Janán hijo de Acbor.

50 Cuando Baal Janán murió, lo sucedió en el trono Hadad. Su ciudad se llamaba Pau, y su esposa fue Mehitabel, hija de Matred y nieta de Mezab.

51 Después de que murió Hadad, gobernaron en Edom los siguientes caudillos: Timná, Alvá, Jetet,

52 Aholibama, Elá, Pinón,

53 Quenaz, Temán, Mibzar,

54 Magdiel e Iram. Éstos fueron los caudillos de Edom.

2

1 Los hijos de Israel fueron Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón,

2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser.

3 Hijos de Judá: Er, Onán y Selá. Estos tres le nacieron de una cananea que era hija de Súaj. Er, primogénito de Judá, hizo lo que ofende al SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida.

4 Y Tamar, nuera de Judá, le dio a éste dos hijos: Fares y Zera. En total, Judá tuvo cinco hijos.

5 Hijos de Fares: Jezrón y Jamul.

6 Los hijos de Zera fueron cinco en total: Zimri, Etán, Hemán, Calcol y Dardá.

7 El hijo de Carmí fue Acar, quien provocó la desgracia sobre Israel por haber violado el mandato de Dios de destruirlo todo.

8 El hijo de Etán fue Azarías.

9 Hijos de Jezrón: Jeramel, Ram y Quelubay.

10 Ram fue el padre de Aminadab, y éste lo fue de Naasón, príncipe de los judíos.

11 Naasón fue el padre de Salmón, y éste lo fue de Booz.

12 Booz fue el padre de Obed, y éste lo fue de Isaí.

13 El primer hijo de Isaí fue Eliab; el segundo, Abinadab; el tercero, Simá;

14 el cuarto, Natanael; el quinto, Raday;

15 el sexto, Ozén; y el séptimo, David.

16 Las hermanas de ellos fueron Sarvia y Abigaíl. Los hijos de Sarvia fueron tres: Abisay, Joab y Asael.

17 Abigaíl fue la madre de Amasá hijo de Jéter, el ismaelita.

18 Caleb hijo de Jezrón tuvo hijos con su esposa Azuba y con Jeriot. Éstos fueron sus hijos: Jéser, Sobab y Ardón.

19 Cuando Azuba murió, Caleb tomó por esposa a Efrata, con la que tuvo a su hijo Jur.

20 Jur fue el padre de Uri, y éste lo fue de Bezalel.

21 Cuando Jezrón tenía sesenta años, tomó por esposa a una hija de Maquir, padre de Galaad, y tuvo con ella a su hijo Segub.

22 Segub fue el padre de Yaír, y fue dueño de veintitrés ciudades en la tierra de Galaad.

23 Pero Guesur y Aram le quitaron los campamentos de Yaír y Quenat, y sus aldeas. En total, le quitaron sesenta pueblos. Todos éstos fueron los descendientes de Maquir, padre de Galaad.

24 Después de que Jezrón murió en Caleb Efrata, Abías, la esposa de Jezrón, dio a luz a Asur, padre de Tecoa.

25 Los hijos de Jeramel, primogénito de Jezrón, fueron Ram, el mayor, Buná, Orén, Ozén y Ahías.

26 Jeramel tuvo otra esposa, la cual se llamaba Atará. Ésta fue la madre de Onam.

27 Los hijos de Ram, primogénito de Jeramel, fueron Maaz, Jamín y Équer.

28 Hijos de Onam: Samay y Yada. Hijos de Samay: Nadab y Abisur.

29 La esposa de Abisur se llamaba Abijaíl, con la que tuvo a Ajbán y Molid.

30 Hijos de Nadab: Séled y Apayin. Séled murió sin tener hijos.

31 El hijo de Apayin fue Isí, el hijo de Isí fue Sesán y el hijo de Sesán fue Ajlay.

32 Los hijos de Yada, hermano de Samay, fueron Jéter y Jonatán. Jéter murió sin tener hijos.

33 Hijos de Jonatán: Pélet y Zazá. Éstos fueron los descendientes de Jeramel.

34 Sesán no tuvo hijos sino hijas, y tenía un esclavo egipcio llamado Yarjá.

35 A éste le dio por esposa una de sus hijas, la cual fue la madre de Atay.

36 Atay fue el padre de Natán, Natán fue el padre de Zabad,

37 Zabad fue el padre de Eflal, Eflal fue el padre de Obed,

38 Obed fue el padre de Jehú, Jehú fue el padre de Azarías,

39 Azarías fue el padre de Heles, Heles fue el padre de Elasá,

40 Elasá fue el padre de Sismay, Sismay fue el padre de Salún,

41 Salún fue el padre de Jecamías, y Jecamías fue el padre de Elisama.

42 Los hijos de Caleb, hermano de Jeramel, fueron: Mesá, el primogénito, que fue el padre de Zif; y Maresá, que fue el padre de Hebrón.

43 Hijos de Hebrón: Coré, Tapúaj, Requen y Semá.

44 Semá fue el padre de Raham, que fue el padre de Jorcoán. Requen fue el padre de Samay.

45 Samay fue el padre de Maón. Maón fue el padre de Betsur.

46 Efá, concubina de Caleb, fue la madre de jarán, Mosá y Gazez. Jarán fue el padre de Gazez.

47 Hijos de Yaday: Reguen, Jotán, Guesán, Pélet, Efá y Sagaf.

48 Macá, concubina de Caleb, fue la madre de Séber y de Tirjaná,

49 y también de Sagaf, que fue el padre de Madmana; y de Seva, que fue el padre de Macbena y de Guibeá. Además, Caleb tuvo una hija llamada Acsa.

50 Éstos fueron los descendientes de Caleb. Los hijos de Jur, primogénito de Efrata, fueron: Sobal, padre de Quiriat Yearín;

51 Salmá, padre de Belén, y Jaref, padre de Bet Gader.

52 Los hijos de Sobal, padre de Quiriat Yearín, fueron: Haroé, la mitad de los manajatitas,

53 las familias de Quiriat Yearín, los itritas, los futitas, los sumatitas y los misraítas, de quienes proceden los zoratitas y los estaolitas.

54 Hijos de Salmá: Belén, los netofatitas, Aterot Bet Joab, la mitad de los manajatitas, los zoreítas,

55 y las familias de los escribas que vivían en Jabés, es decir, los tirateos, los simateos y los sucateos. Éstos fueron los quenitas, descendientes de Jamat, padre de la familia de Recab.

3

1 Éstos fueron los hijos de David nacidos en Hebrón: Su primogénito fue Amón hijo de Ajinoán la jezrelita; el segundo, Daniel hijo de Abigaíl de Carmel;

2 el tercero, Absalón hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur; el cuarto, Adonías hijo de Jaguit;

3 el quinto, Sefatías hijo de Abital; y el sexto, Itreán hijo de Eglá, que era otra esposa de David.

4 Estos seis le nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses. En Jerusalén reinó treinta y tres años.

5 Allí le nacieron Simá, Sobab, Natán y Salomón, hijos de Betsabé, la hija de Amiel.

6 Tuvo también a Ibjar, Elisama, Elifelet,

7 Noga, Néfeg, Jafía,

8 Elisama, Eliadá y Elifelet; nueve en total.

9 Todos éstos fueron hijos de David, sin contar los hijos que tuvo con sus concubinas. La hermana de ellos fue Tamar.

10 Éstos fueron los descendientes de Salomón en línea directa: Roboán, Abías, Asá, Josafat,

11 Jorán, Ocozías, Joás,

12 Amasías, Azarías, Jotán,

13 Acaz, Ezequías, Manasés,

14 Amón y Josías.

15 Los hijos de Josías fueron: Johanán, el primero; Joacim, el segundo; Sedequías, el tercero, y Salún, el cuarto.

16 Los hijos de Joacim fueron Jeconías y Sedequías.

17 Los hijos de Jeconías, el desterrado, fueron Salatiel,

18 Malquirán, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosamá y Nedabías.

19 Los hijos de Pedaías fueron Zorobabel y Simí. Los hijos de Zorobabel fueron Mesulán y Jananías; Selomit fue hermana de ellos.

20 Tuvo también estos cinco: Jasubá, Ohel, Berequías, Jasadías y Yusab Jésed.

21 Los descendientes de Jananías fueron Pelatías e Isaías, y también los hijos de Refaías, los de Arnán, los de Abdías y los de Secanías.

22 Los descendientes de Secanías fueron Semaías y sus hijos Jatús, Igal, Barías, Nearías y Safat; seis en total.

23 Los hijos de Nearías fueron Elihoenay, Ezequías y Azricán; tres en total.

24 Los hijos de Elihoenay fueron Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Delaías y Ananí; siete en total.

4

1 Los descendientes de Judá en línea directa fueron Fares, Jezrón, Carmí, Jur y Sobal.

2 Reaías hijo de Sobal fue el padre de Yajat, y Yajat fue el padre de Ajumay y de Lajad. Éstas fueron las familias de los zoratitas.

3 Los hijos de Etam fueron Jezrel, Ismá e Idbás. La hermana de ellos fue Jazelelponi.

4 También fueron sus hijos Penuel, padre de Guedor, y Ezer, padre de Jusá. Éstos fueron los descendientes de Jur, primogénito de Efrata, padre de Belén.

5 Asur, padre de Tecoa, tuvo dos esposas, Helá y Nara.

6 Nara fue la madre de Ajusán, Héfer, Temeni y Ajastarí. Éstos fueron los hijos de Nara.

7 Los hijos de Helá fueron Zéret, Yezojar y Etnán.

8 Cos fue el padre de Anub, de Zobebá y de las familias de Ajarjel hijo de Harún.

9 Jabés fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: «Con aflicción lo he dado a luz».

10 Jabés le rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción.» Y Dios le concedió su petición.

11 Quelub, hermano de Sujá, fue el padre de Mejir, y Mejir fue el padre de Estón;

12 Estón fue el padre de Bet Rafá, de Paseaj y de Tejiná, padre de Ir Najás. Éstos fueron los habitantes de Reca.

13 Los hijos de Quenaz fueron Otoniel y Seraías. Los hijos de Otoniel fueron Jatat

14 y Meonotay, padre de Ofra. Seraías fue el padre de Joab, padre de Ge Carisín, porque sus habitantes eran herreros.

15 Los hijos de Caleb hijo de Jefone fueron Ir, Elá y Noán. Elá fue el padre de Quenaz.

16 Los hijos de Yalelel fueron Zif, Zifá, Tirías y Asarel.

17 Los hijos de Esdras fueron Jéter, Méred, Éfer y Jalón. Una de las esposas de Méred —con la cual tuvo a Miriam, Samay e Isba, padre de Estemoa—

18 era Bitiá, hija del faraón. La otra esposa de Méred era de la tribu de Judá, y con ella tuvo a Jéred, padre de Guedor, a Héber, padre de Soco, y a Jecutiel, padre de Zanoa.

19 Queilá, el garmita, y Estemoa, el macateo, fueron hijos de la esposa de Hodías, es decir, de la hermana de Naján.

20 Los hijos de Simón fueron Amnón, Riná, Ben Janán y Tilón. Los hijos de Isí fueron Zojet y Ben Zojet.

21 Los descendientes de Selá hijo de Judá fueron Er, padre de Lecá; Ladá, padre de Maresá y de las familias que trabajan el lino en Bet Asbea;

22 también descendientes de Selá fueron Joaquín, y los habitantes de Cozebá, Joás y Saraf, quienes (según crónicas muy antiguas) antes de volver a Belén se casaron con mujeres moabitas.

23 Éstos eran alfareros que habitaban en Netaín y Guederá, donde se quedaron al servicio del rey.

24 Los descendientes de Simeón fueron Nemuel, Jamín, Jarib, Zera y Saúl.

25 El hijo de Saúl fue Salún, el de Salún, Mibsán, y el de Mibsán, Mismá.

26 Los descendientes de Mismá en línea directa fueron Jamuel, Zacur y Simí.

27 Simí tuvo dieciséis hijos y seis hijas; pero sus hermanos tuvieron pocos hijos, por lo cual sus familias no fueron tan numerosas como las de los descendientes de Judá.

28 Se establecieron en Berseba, Moladá, Jazar Súal,

29 Bilhá, Esen, Tolad,

30 Betuel, Jormá, Siclag,

31 Bet Marcabot, Jazar Susín, Bet Biray y Sajarayin. Éstas fueron sus ciudades hasta el reinado de David.

32 Sus aldeas fueron Etam, Ayin, Rimón, Toquén y Asán —cinco en total—,

33 más todas las aldeas que estaban alrededor de aquellas ciudades hasta la región de Baal. Éstos fueron los lugares que habitaron, según sus registros genealógicos.

34 Mesobab, Jamlec, Josías hijo de Amasías,

35 Joel, Jehú hijo de Josibías, hijo de Seraías, hijo de Asiel;

36 Elihoenay, Jacoba, Yesojaías, Asaías, Adiel, Jesimiel, Benaías,

37 Ziza hijo de Sifi, hijo de Alón, hijo de Jedaías, hijo de Simri, hijo de Semaías:

38 todos éstos eran jefes de sus clanes. Como sus familias patriarcales llegaron a ser muy numerosas,

39 fueron hasta la entrada de Guedor, al este del valle, en busca de pastos para sus ganados.

40 Allí encontraron pastos buenos y abundantes, y una tierra extensa, tranquila y pacífica. En ese lugar habían vivido los descendientes de Cam.

41 Los jefes mencionados anteriormente llegaron en los días de Ezequías, rey de Judá. Atacaron los campamentos de los descendientes de Cam y las viviendas que encontraron, y los destruyeron por completo. Y como en esa región había pastos para sus ganados, se quedaron allí en lugar de ellos, donde habitan hasta el día de hoy.

42 Quinientos de sus soldados, que eran descendientes de Simeón y estaban bajo las órdenes de Pelatías, Nearías, Refaías y Uziel, hijos de Isí, fueron a la montaña de Seír.

43 Después de destruir a los fugitivos del pueblo de Amalec que habían quedado, se establecieron allí, donde habitan hasta el día de hoy.

5

1 Descendencia de Rubén, primogénito de Israel. Rubén era el primogénito, pero en la genealogía no fue reconocido como tal por haber profanado el lecho de su padre. Su derecho de primogenitura pasó a los hijos de José hijo de Israel.

2 Y aunque es verdad que Judá fue más poderoso que sus hermanos, y hasta llegó a ser jefe de ellos, la primogenitura pasó a José.

3 Los hijos de Rubén, primogénito de Israel, fueron Janoc, Falú, Jezrón y Carmí.

4 Los descendientes de Joel en línea directa fueron Semaías, Gog, Simí,

5 Micaías, Reaías, Baal

6 y Beerá, jefe de los rubenitas. A este último se lo llevó cautivo Tiglat Piléser, rey de Asiria.

7 Éstos fueron los parientes de Beerá, según los registros genealógicos de sus familias: Jeyel el jefe, Zacarías

8 y Bela hijo de Azaz, hijo de Semá, hijo de Joel. Bela habitó en Aroer, y su territorio se extendía hasta Nebo y Baal Megón.

9 Por el oriente se extendía hasta el borde del desierto que colinda con el río Éufrates, pues sus ganados aumentaron mucho en la tierra de Galaad.

10 En el tiempo de Saúl le declararon la guerra a los agarenos y los derrotaron, y se establecieron en la región oriental de Galaad.

11 Éstos fueron los hijos de Gad que habitaron frente a los rubenitas en la región de Basán, hasta llegar a Salcá:

12 Joel fue el jefe en Basán; el segundo, Safán; y luego Janay y Safat.

13 Sus parientes, según las familias patriarcales, fueron siete en total: Micael, Mesulán, Sabá, Joray, Jacán, Zía y Éber.

14 Éstos fueron los hijos de Abijaíl hijo de Jurí, hijo de Jaroa, hijo de Galaad, hijo de Micael, hijo de Jesisay, hijo de Yadó, hijo de Buz.

15 El jefe de sus familias era Ahí, hijo de Abdiel y nieto de Guní.

16 Éstos habitaron en Galaad, en Basán y sus aldeas, y en todos los campos de pastoreo de Sarón, hasta sus confines.

17 La genealogía de ellos se registró en el tiempo de Jotán, rey de Judá, y de Jeroboán, rey de Israel.

18 Los rubenitas, los gaditas y los de la media tribu de Manasés contaban con un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres valientes, armados de escudo y de espada, hábiles en el manejo del arco y diestros en la guerra.

19 Combatieron a los agarenos y a Jetur, Nafis y Nodab.

20 Por cuanto confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate, y Dios los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados.

21 Se apoderaron de su ganado (cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil burros) y capturaron a cien mil personas,

22 a muchas de las cuales mataron, porque Dios estaba con ellos. En ese lugar habitaron hasta el tiempo del exilio.

23 Los hijos de la media tribu de Manasés eran numerosos y se establecieron en el país, desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y el monte Hermón.

24 Los jefes de sus familias patriarcales fueron Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Yadiel. Todos ellos eran guerreros valientes, hombres importantes y jefes de sus respectivas familias patriarcales.

25 Pero pecaron contra el Dios de sus antepasados, pues se prostituyeron al adorar a los dioses de los pueblos de la región, a los cuales Dios había destruido delante de ellos.

26 Por eso el Dios de Israel incitó contra ellos a Pul, es decir, a Tiglat Piléser, rey de Asiria, quien deportó a los rubenitas, los gaditas y a la media tribu de Manasés, llevándolos a Jalaj, Jabor, Hará, y al río Gozán, donde permanecen hasta hoy.

6

1 Éstos fueron los hijos de Leví: Guersón, Coat y Merari.

2 Hijos de Coat: Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

3 Hijos de Amirán: Aarón, Moisés y Miriam. Hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

4 Eleazar fue el padre de Finés. Finés fue el padre de Abisúa,

5 Abisúa fue el padre de Buquí, Buquí fue el padre de Uzi,

6 Uzi fue el padre de Zeraías, Zeraías fue el padre de Merayot,

7 Merayot fue el padre de Amarías, Amarías fue el padre de Ajitob,

8 Ajitob fue el padre de Sadoc, Sadoc fue el padre de Ajimaz,

9 Ajimaz fue el padre de Azarías, Azarías fue el padre de Johanán,

10 Johanán fue el padre de Azarías, quien ejerció el sacerdocio en el templo que Salomón construyó en Jerusalén.

11 Azarías fue el padre de Amarías, Amarías fue el padre de Ajitob,

12 Ajitob fue el padre de Sadoc, Sadoc fue el padre de Salún,

13 Salún fue el padre de Jilquías, Jilquías fue el padre de Azarías,

14 Azarías fue el padre de Seraías, y Seraías fue el padre de Josadac.

15 Josadac fue llevado al cautiverio cuando el SEÑOR deportó a Judá y a Jerusalén por medio de Nabucodonosor.

16 Los hijos de Leví fueron Guersón, Coat y Merari.

17 Hijos de Guersón: Libní y Simí.

18 Hijos de Coat: Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

19 Hijos de Merari: Majlí y Musí. Éstos fueron los descendientes de los levitas por sus familias.

20 Los descendientes de Guersón en línea directa fueron Libní, Yajat, Zimá,

21 Joa, Idó, Zera y Yatray.

22 Los descendientes de Coat en línea directa fueron Aminadab, Coré, Asir,

23 Elcaná, Ebiasaf, Asir,

24 Tajat, Uriel, Uzías y Saúl.

25 Los hijos de Elcaná fueron Amasay y Ajimot.

26 Los descendientes de Ajimot en línea directa fueron Elcaná, Zofay, Najat,

27 Eliab, Jeroán y Elcaná.

28 Los hijos de Samuel fueron Vasni, el primogénito, y Abías.

29 Los descendientes de Merari en línea directa fueron Majlí, Libní, Simí, Uza,

30 Simá, Jaguías y Asaías.

31 Éstos fueron los cantores que David nombró para el templo del SEÑOR, desde que se colocó allí el arca.

32 Ellos ya cantaban en la Tienda de reunión, delante del santuario, antes de que Salomón edificara el templo del SEÑOR en Jerusalén. Luego continuaron su ministerio según las normas establecidas.

33 Éstos y sus hijos estuvieron a cargo del canto: De los descendientes de Coat, el cantor Hemán fue hijo de Joel, descendiente en línea directa de Samuel,

34 Elcaná, Jeroán, Eliel, Toa,

35 Zuf, Elcaná, Mahat, Amasay,

36 Elcaná, Joel, Azarías, Sofonías,

37 Tajat, Asir, Ebiasaf, Coré,

38 Izar, Coat, Leví e Israel.

39 A la derecha de Hemán se colocaba su pariente Asaf hijo de Berequías, descendiente en línea directa de Simá,

40 Micael, Baseías, Malquías,

41 Etní, Zera, Adaías,

42 Etán, Zimá, Simí,

43 Yajat, Guersón y Leví.

44 A la izquierda de Hemán se colocaba Etán hijo de Quisi, que era de sus parientes los meraritas y descendiente en línea directa de Abdí, Maluc,

45 Jasabías, Amasías, Jilquías,

46 Amsí, Baní, Sémer,

47 Majlí, Musí, Merari y Leví.

48 Sus hermanos los levitas estaban al servicio del santuario, en el templo de Dios.

49 Aarón y sus hijos estaban encargados de quemar las ofrendas sobre el altar de los holocaustos y sobre el altar del incienso. De acuerdo con lo ordenado por Moisés, siervo de Dios, eran también responsables de todo lo relacionado con el Lugar Santísimo y de hacer la expiación por Israel.

50 Los descendientes de Aarón en línea directa fueron Eleazar, Finés, Abisúa,

51 Buquí, Uzi, Zeraías,

52 Merayot, Amarías, Ajitob,

53 Sadoc y Ajimaz.

54 Éstos fueron los territorios donde vivían los descendientes de Aarón. A las familias de los coatitas se les adjudicó por sorteo

55 Hebrón, en la tierra de Judá, con sus campos de pastoreo.

56 A Caleb hijo de Jefone le tocaron el campo de la ciudad y sus aldeas.

57 A los descendientes de Aarón les entregaron las siguientes ciudades de refugio: Hebrón, Libná, Jatir, Estemoa,

58 Hilén, Debir,

59 Asán y Bet Semes, con sus respectivos campos de pastoreo.

60 De la tribu de Benjamín les dieron Gueba, Alemet y Anatot, con sus respectivos campos de pastoreo. En total les tocaron trece ciudades, distribuidas entre sus familias.

61 Al resto de los descendientes de Coat les tocaron por sorteo diez ciudades de la media tribu de Manasés.

62 A los descendientes de Guersón, según sus familias, les dieron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser y Neftalí, y de la tribu de Manasés que estaba en Basán.

63 A los descendientes de Merari, según sus familias, les tocaron por sorteo doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

64 Fue así como los israelitas entregaron a los levitas estas ciudades con sus campos de pastoreo.

65 Les adjudicaron por sorteo las ciudades de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín, las cuales ya han sido mencionadas.

66 Algunas de las familias descendientes de Coat recibieron por sorteo ciudades de la tribu de Efraín.

67 Como ciudades de refugio les dieron Siquén, en los montes de Efraín, Guézer,

68 Jocmeán, Bet Jorón,

69 Ayalón y Gat Rimón, con sus respectivos campos de pastoreo.

70 De la media tribu de Manasés les entregaron Aner y Bileán, con sus respectivos campos de pastoreo. Éstas fueron las ciudades asignadas al resto de las familias de Coat.

71 Los descendientes de Guersón recibieron las siguientes ciudades de la media tribu de Manasés: Golán de Basán, y Astarot, con sus respectivos campos de pastoreo.

72 De la tribu de Isacar recibieron Cedes, Daberat,

73 Ramot y Anén, con sus respectivos campos de pastoreo.

74 De la tribu de Aser recibieron Masal, Abdón,

75 Hucoc y Rejob, con sus respectivos campos de pastoreo.

76 De la tribu de Neftalí recibieron Cedes de Galilea, Hamón y Quiriatayin, con sus respectivos campos de pastoreo.

77 Los demás descendientes de Merari recibieron las siguientes ciudades de la tribu de Zabulón: Rimón y Tabor, con sus respectivos campos de pastoreo.

78 De la tribu de Rubén, que está en la ribera oriental del Jordán, frente a Jericó, recibieron Béser, que está en el desierto, Jaza,

79 Cademot y Mefat, con sus respectivos campos de pastoreo.

80 De la tribu de Gad recibieron Ramot de Galaad, Majanayin,

81 Hesbón y Jazer, con sus respectivos campos de pastoreo.

7

1 Los hijos de Isacar fueron cuatro en total: Tola, Fuvá, Yasub y Simrón.

2 Los hijos de Tola fueron Uzi, Refaías, Jeriel, Yamay, Ibsán y Samuel, todos ellos guerreros valientes y jefes de las familias patriarcales de Tola. Según sus registros genealógicos, en el tiempo de David eran veintidós mil seiscientos.

3 Israías fue el hijo de Uzi, y los hijos de Israías fueron Micael, Abdías, Joel e Isías, en total cinco jefes.

4 Tan grande era el número de sus mujeres y niños que, según sus registros genealógicos, contaban con un ejército de treinta y seis mil hombres de guerra.

5 El número total de todos sus parientes de las familias de Isacar ascendía a ochenta y siete mil guerreros valientes.

6 Los hijos de Benjamín fueron Bela, Béquer y Jediael, tres en total.

7 Los hijos de Bela fueron Esbón, Uzi, Uziel, Jerimot e Irí, cinco en total. Todos ellos eran jefes de las familias patriarcales y guerreros valientes, y sumaban veintidós mil treinta y cuatro.

8 Los hijos de Béquer fueron Zemirá, Joás, Eliezer, Elihoenay, Omrí, Jerimot, Abías, Anatot y Alamet. Todos ellos eran hijos de Béquer,

9 jefes de sus familias patriarcales y guerreros valientes. Según sus registros genealógicos, eran veinte mil doscientos.

10 Bilhán fue el hijo de Jediael, y los hijos de Bilán fueron Jeús, Benjamín, Aod, Quenaná, Zetán, Tarsis y Ajisajar.

11 Todos ellos descendían de Jediael, y eran jefes de sus familias patriarcales y guerreros valientes. En total, eran diecisiete mil doscientos hombres aptos para la guerra.

12 Los hijos de Ir fueron Supín y Jupín. Jusín fue el hijo de Ajer.

13 Los hijos de Neftalí fueron Yazel, Guní, Jéser y Salún. Éstos eran descendientes de Bilhá.

14 Los hijos que Manasés tuvo con su concubina siria fueron Asriel y Maquir, este último, padre de Galaad.

15 Maquir tomó por esposa a Macá, de la familia de Jupín y Supín. El segundo hijo se llamaba Zelofejad, quien solamente tuvo hijas.

16 Macá, la esposa de Maquir, dio a luz un hijo, al que llamó Peres. Éste fue hermano de Seres y padre de Ulán y Requen.

17 Bedán fue hijo de Ulán. Éstos fueron los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés.

18 Su hermana Hamoléquet fue la madre de Isod, Abiezer y Majlá.

19 Los hijos de Semidá fueron Ahián, Siquén, Liquejí y Anián.

20 Los descendientes de Efraín en línea directa fueron Sutela, Béred, Tajat, Eladá, Tajat,

21 Zabad, Sutela, Ezer y Elad. Los habitantes de Gad mataron a estos dos últimos porque bajaron a robarles sus ganados.

22 Durante mucho tiempo Efraín guardó luto por sus hijos, y sus parientes llegaron para consolarlo.

23 Luego se unió a su esposa, la cual concibió y le dio a luz un hijo, a quien él llamó Beriá por la desgracia que su familia había sufrido.

24 Su hija Será edificó Bet Jorón la de arriba y Bet Jorón la de abajo, y también Uzén Será.

25 Los descendientes de Beriá en línea directa fueron Refa, Résef, Télaj, Taján,

26 Ladán, Amiud, Elisama,

27 Nun y Josué.

28 Sus posesiones y lugares de residencia fueron Betel con sus aldeas; Narán, al este; Guézer con sus aldeas, al oeste; y Siquén con sus aldeas hasta Ayah con sus aldeas.

29 Los descendientes de Manasés tenían en su poder a Betseán, Tanac, Meguido y Dor, con sus respectivas aldeas. En estos lugares se asentaron los descendientes de José hijo de Israel.

30 Los hijos de Aser fueron Imná, Isvá, Isví, Beriá y Sera, su hermana.

31 Los hijos de Beriá fueron Héber y Malquiel, padre de Birzávit.

32 Los hijos de Héber fueron Jaflet, Semer, Jotán y Suá, su hermana.

33 Los hijos de Jaflet fueron Pasac, Bimal y Asvat.

34 Los hijos de su hermano Semer fueron Rohegá, Yehubá y Aram.

35 Los hijos de su hermano Hélem fueron Zofa, Imná, Seles y Amal.

36 Los hijos de Zofa fueron Súaj, Harnéfer, Súal, Berí, Imrá,

37 Béser, Hod, Sama, Silsa, Itrán y Beerá.

38 Los hijos de Jéter fueron Jefone, Pispa y Ará.

39 Los hijos de Ula fueron Araj, Janiel y Risiyá.

40 Todos ellos fueron descendientes de Aser, jefes de familias patriarcales, hombres selectos, guerreros valientes e importantes. Según sus registros genealógicos eran veintiséis mil hombres, aptos para la guerra.

8

1 Los hijos de Benjamín fueron: Bela, el primero; Asbel, el segundo; Ajará, el tercero;

2 Noja, el cuarto, y Rafá, el quinto.

3 Los hijos de Bela fueron Adar, Guerá, Abiud,

4 Abisúa, Naamán, Ajoaj,

5 Guerá, Sefufán e Hiram.

6 Los hijos de Aod, jefes de las familias patriarcales que habitaban en Gueba y que luego se trasladaron a Manajat, fueron

7 Naamán, Ahías y Guerá, padre de Uza y de Ajiud. Guerá fue el que los trasladó a Manajat.

8 Después de que Sajarayin repudió a sus esposas Jusín y Bará, tuvo otros hijos en los campos de Moab.

9 Con su esposa Hodes tuvo a Jobab, Sibia, Mesá, Malcán,

10 Jeús, Saquías y Mirma. Estos hijos suyos fueron jefes de familias patriarcales.

11 Con Jusín tuvo a Abitob y a Elpal.

12 Los hijos de Elpal fueron Éber, Misán y Sémed. Sémed edificó las ciudades de Ono y Lod, con sus aldeas;

13 Beriá y Semá fueron jefes de las familias patriarcales de los habitantes de Ayalón, y expulsaron a los habitantes de Gat.

14 Los hijos de Beriá fueron Ajío, Sasac, Jeremot,

15 Zebadías, Arad, Ader,

16 Micael, Ispá y Yojá.

17 Zebadías, Mesulán, Hizqui, Éber,

18 Ismeray, Jezlías y Jobab fueron los hijos de Elpal.

19 Yaquín, Zicrí, Zabdí,

20 Elienay, Ziletay, Eliel,

21 Adaías, Beraías y Simrat fueron los hijos de Simí.

22 Ispán, Éber, Eliel,

23 Abdón, Zicrí, Janán,

24 Jananías, Elam, Anatotías,

25 Ifdaías y Peniel fueron los hijos de Sasac.

26 Samseray, Seharías, Atalías,

27 Jaresías, Elías y Zicrí fueron los hijos de Jeroán.

28 Según sus registros genealógicos, éstos fueron jefes de familias patriarcales y habitaron en Jerusalén.

29 Jehiel, padre de Gabaón, vivía en Gabaón. Su esposa se llamaba Macá.

30 Sus hijos fueron Abdón, el primogénito; Zur, Quis, Baal, Ner, Nadab,

31 Guedor, Ajío, Zéquer

32 y Miclot, padre de Simá. Éstos vivían también en Jerusalén con sus hermanos.

33 Ner fue el padre de Quis, y éste fue padre de Saúl, quien fue padre de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal.

34 El hijo de Jonatán fue Meribaal, padre de Micaías.

35 Los hijos de Micaías fueron Pitón, Mélec, Tarea y Acaz.

36 Acaz fue padre de Joada, y éste lo fue de Alemet, Azmávet y Zimri. Zimri fue el padre de Mosá;

37 Mosá fue el padre de Biná, y éste lo fue de Rafá; Rafá fue el padre de Elasá, y éste lo fue de Azel.

38 Azel tuvo seis hijos, cuyos nombres fueron Azricán, Bocrú, Ismael, Searías, Abdías y Janán. Éstos fueron los hijos de Azel.

39 Los hijos de su hermano Ésec fueron: Ulán, el primero; Jeús, el segundo, y Elifelet, el tercero.

40 Los hijos de Ulán fueron hombres guerreros valientes, diestros con el arco. Tuvieron muchos hijos y nietos: ciento cincuenta en total. Todos éstos fueron los descendientes de Benjamín. Todos los israelitas fueron registrados en las listas genealógicas e inscritos en el libro de los reyes de Israel.

9

1 Por causa de su infidelidad a Dios, Judá fue llevado cautivo a Babilonia.

2 Los primeros en ocupar nuevamente sus posesiones y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y servidores del templo.

3 Algunos de los descendientes de Judá, Benjamín, Efraín y Manasés habitaron en Jerusalén.

4 De los judíos: Utay hijo de Amiud, descendiente en línea directa de Omrí, Imrí, Baní y Fares hijo de Judá.

5 De los silonitas: Asaías, el primogénito, con sus hijos.

6 De los zeraítas: Jeuel y el resto de sus parientes; en total seiscientos noventa personas.

7 De los benjaminitas: Salú hijo de Mesulán, hijo de Hodavías, hijo de Senuá;

8 Ibneías hijo de Jeroán; Elá hijo de Uzi, hijo de Micri; Mesulán hijo de Sefatías, hijo de Reuel, hijo de Ibnías,

9 con sus parientes. Según sus registros genealógicos, eran en total novecientos cincuenta y seis, todos ellos jefes de sus familias patriarcales.

10 De los sacerdotes: Jedaías, Joyarib, Jaquín,

11 Azarías hijo de Jilquías, que era descendiente en línea directa de Mesulán, Sadoc, Merayot y Ajitob, que fue jefe del templo de Dios;

12 Adaías hijo de Jeroán, hijo de Pasur, hijo de Malquías; Masay hijo de Adiel, que era descendiente en línea directa de Jazera, Mesulán, Mesilemit e Imer,

13 y sus parientes, en total mil setecientos sesenta jefes de familias patriarcales y hombres muy capacitados para el servicio en el templo de Dios.

14 De los levitas: Semaías hijo de Jasub, que descendía en línea directa de Azricán, Jasabías y Merari;

15 Bacbacar, Heres, Galal y Matanías hijo de Micaías, hijo de Zicrí, hijo de Asaf;

16 Abdías hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Jedutún; Berequías hijo de Asá, hijo de Elcaná, que habitó en las aldeas de los netofatitas.

17 Los porteros: Salún, Acub, Talmón y Ajimán, y sus parientes; Salún era el jefe.

18 Hasta ahora custodian la puerta del rey, que está al oriente, y han sido porteros de los campamentos levitas.

19 Además, Salún hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, y sus parientes coreítas de la misma familia patriarcal, estaban encargados de custodiar la entrada de la Tienda de reunión, tal como sus antepasados habían custodiado la entrada del campamento del SEÑOR.

20 En el pasado, Finés hijo de Eleazar fue su jefe, y el SEÑOR estuvo con él.

21 Zacarías hijo de Meselemías era el portero de la Tienda de reunión.

22 Los escogidos como porteros fueron un total de doscientos doce. En sus aldeas se encuentran sus registros genealógicos. David y Samuel el vidente les asignaron sus funciones.

23 Los porteros y sus hijos estaban encargados de custodiar la entrada de la tienda de campaña que se usaba como templo del SEÑOR.

24 Había porteros en los cuatro puntos cardinales.

25 Cada siete días, sus parientes que vivían en las aldeas se turnaban para ayudarlos.

26 Los cuatro porteros principales estaban en servicio permanente. Eran levitas y custodiaban las salas y los tesoros del templo de Dios.

27 Durante la noche montaban guardia alrededor del templo, y en la mañana abrían sus puertas.

28 Algunos de ellos estaban encargados de los utensilios que se usaban en el servicio del templo, y debían contarlos al sacarlos y al guardarlos.

29 Otros estaban a cargo de los utensilios, de todos los vasos sagrados, de la harina, el vino, el aceite, el incienso y los perfumes.

30 Algunos de los sacerdotes preparaban la mezcla de los perfumes.

31 El levita Matatías, primogénito del coreíta Salún, estaba encargado de hacer las tortas para las ofrendas.

32 Algunos de sus parientes coatitas preparaban los panes sagrados para cada sábado.

33 También había cantores que eran jefes de familias patriarcales de los levitas, los cuales vivían en las habitaciones del templo. Éstos estaban exentos de cualquier otro servicio, porque de día y de noche tenían que ocuparse de su ministerio.

34 Según sus registros genealógicos, éstos eran jefes de las familias patriarcales de los levitas y vivían en Jerusalén.

35 En Gabaón vivía Jehiel, padre de Gabaón. Su esposa se llamaba Macá,

36 y sus hijos fueron Abdón, el primogénito; Zur, Quis, Baal, Ner, Nadab,

37 Guedor, Ajío, Zacarías y Miclot,

38 que fue padre de Simán. Éstos también vivían en Jerusalén con sus parientes.

39 Ner fue el padre de Quis, Quis lo fue de Saúl, y Saúl lo fue de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal.

40 Jonatán fue el padre de Meribaal, y Meribaal lo fue de Micaías.

41 Los hijos de Micaías fueron Pitón, Mélec, Tarea y Acaz.

42 Acaz fue el padre de Jará, y éste lo fue de Alemet, Azmávet y Zimri. Zimri fue el padre de Mosá;

43 Mosá fue el padre de Biná, y éste lo fue de Refaías; Refaías fue el padre de Elasá, y éste lo fue de Azel.

44 Azel tuvo seis hijos, cuyos nombres fueron Azricán, Bocrú, Ismael, Searías, Abdías y Janán. Éstos fueron los hijos de Azel.

10

1 Los filisteos fueron a la guerra contra Israel, y los israelitas huyeron ante ellos. Muchos de ellos cayeron muertos en el monte Guilboa.

2 Entonces los filisteos se fueron en persecución de Saúl, y lograron matar a sus hijos Jonatán, Abinadab y Malquisúa.

3 La batalla se intensificó contra Saúl, y los arqueros lo alcanzaron con sus flechas. Al verse herido,

4 Saúl le dijo a su escudero: «Saca la espada y mátame, no sea que me maten esos incircuncisos cuando lleguen, y se diviertan a costa mía.» Pero el escudero estaba tan asustado que no quiso hacerlo, de modo que Saúl mismo tomó su espada y se dejó caer sobre ella.

5 Cuando el escudero vio que Saúl caía muerto, también él se arrojó sobre su propia espada y murió.

6 Así murieron Saúl y sus tres hijos. Ese día pereció toda su familia.

7 Cuando los israelitas que vivían en el valle vieron que el ejército había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, también ellos abandonaron sus ciudades y se dieron a la fuga. Así fue como los filisteos las ocuparon.

8 Al otro día, cuando los filisteos llegaron para despojar a los cadáveres, encontraron muertos a Saúl y a sus hijos en el monte Guilboa.

9 Lo despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por todo el país filisteo para que proclamaran la noticia a sus ídolos y al pueblo.

10 Después colocaron las armas en el templo de sus dioses y colgaron la cabeza en el templo de Dagón.

11 Cuando los de Jabés de Galaad se enteraron de lo que habían hecho los filisteos con Saúl,

12 se levantaron todos los valientes y rescataron los cuerpos de Saúl y de sus hijos. Los llevaron a Jabés, sepultaron sus huesos debajo de la encina de Jabés y guardaron siete días de ayuno.

13 Saúl murió por haberse rebelado contra el SEÑOR, pues en vez de consultarlo, desobedeció su palabra y buscó el consejo de una adivina.

14

15 Por eso el SEÑOR le quitó la vida y entregó el reino a David hijo de Isaí.

11

1 Todos los israelitas se reunieron con David en Hebrón y le dijeron: «Su Majestad y nosotros somos de la misma sangre.

2 Ya desde antes, cuando Saúl era rey, usted dirigía a Israel en sus campañas. Además, el SEÑOR su Dios le dijo a Su Majestad: “Tú guiarás a mi pueblo Israel y lo gobernarás.”»

3 Así pues, todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón para hablar con el rey, quien hizo allí un pacto con ellos en presencia del SEÑOR. Después de eso, ungieron a David para que fuera rey sobre Israel, conforme a lo que el SEÑOR había dicho por medio de Samuel.

4 David y todos los israelitas marcharon contra Jebús (que es Jerusalén), la cual estaba habitada por los jebuseos.

5 Éstos le dijeron a David: «¡No entrarás aquí!» Pero David se apoderó de la fortaleza de Sión, que también se conoce como la Ciudad de David.

6 Y es que había prometido: «Al primero que mate a un jebuseo lo nombraré comandante en jefe.» El primero en matar a un jebuseo fue Joab hijo de Sarvia, por lo cual fue nombrado jefe.

7 David se estableció en la fortaleza, y por eso la llamaron «Ciudad de David».

8 Luego edificó la ciudad, desde el terraplén hasta sus alrededores, y Joab reparó el resto de la ciudad.

9 Y David se fortaleció más y más, porque el SEÑOR Todopoderoso estaba con él.

10 Éstos fueron los jefes del ejército de David, quienes lo apoyaron durante su reinado y se unieron a todos los israelitas para proclamarlo rey, conforme a lo que el SEÑOR dijo acerca de Israel.

11 Ésta es la lista de los soldados más valientes de David: Yasobeán hijo de Jacmoní, que era el principal de los tres más famosos, en una batalla mató con su lanza a trescientos hombres.

12 En segundo lugar estaba Eleazar hijo de Dodó el ajojita, que también era uno de los más famosos.

13 Estuvo con David en Pasdamín, donde los filisteos se habían reunido para la batalla. Allí había un campo sembrado de cebada y, cuando el ejército huía ante los filisteos,

14 los oficiales se plantaron en medio del campo y lo defendieron, matando a los filisteos. Así el SEÑOR los salvó y les dio una gran victoria.

15 En otra ocasión, tres de los treinta más valientes fueron a la roca, hasta la cueva de Adulán, donde estaba David; y el ejército filisteo acampaba en el valle de Refayin.

16 David se encontraba en su fortaleza, y en ese tiempo había una guarnición filistea en Belén.

17 Como David tenía mucha sed, exclamó: «¡Ojalá pudiera yo beber agua del pozo que está a la entrada de Belén!»

18 Entonces los tres valientes se metieron en el campamento filisteo, sacaron agua del pozo de Belén, y se la llevaron a David. Pero David no quiso beberla, sino que derramó el agua en honor al SEÑOR

19 y declaró solemnemente: «¡Que Dios me libre de beberla! ¿Cómo podría yo beber la sangre de quienes han puesto su vida en peligro? ¡Se jugaron la vida para traer el agua!» Y no quiso beberla. Tales hazañas hicieron estos tres héroes.

20 Abisay, el hermano de Joab, estaba al mando de los tres y ganó fama entre ellos. En cierta ocasión, lanza en mano atacó y mató a trescientos hombres.

21 Se destacó mucho más que los tres valientes, y llegó a ser su jefe, pero no fue contado entre ellos.

22 Benaías hijo de Joyadá era un guerrero de Cabsel que realizó muchas hazañas. Derrotó a dos de los mejores hombres de Moab, y en otra ocasión, cuando estaba nevando, se metió en una cisterna y mató un león.

23 También derrotó a un egipcio que medía como dos metros y medio, y que empuñaba una lanza del tamaño de un rodillo de telar. Benaías, que no llevaba más que un palo, le arrebató la lanza y lo mató con ella.

24 Tales hazañas hizo Benaías hijo de Joyadá, y también él ganó fama como los tres valientes,

25 pero no fue contado entre ellos, aunque se destacó más que los treinta valientes. Además, David lo puso al mando de su guardia personal.

26 Los soldados más distinguidos eran: Asael, hermano de Joab; Eljanán hijo de Dodó, de Belén;

27 Samot el harorita, Heles el pelonita,

28 Irá hijo de Iqués el tecoíta; Abiezer el anatotita;

29 Sibecay el jusatita, Ilay el ajojita,

30 Maray el netofatita, Jéled hijo de Baná el netofatita;

31 Itay hijo de Ribay, el de Guibeá de los benjaminitas; Benaías el piratonita;

32 Juray, del arroyo de Gaas; Abiel el arbatita;

33 Azmávet el bajurinita; Elijaba el salbonita;

34 los hijos de Jasén el guizonita; Jonatán hijo de Sague el ararita,

35 Ahían hijo de Sacar el ararita, Elifal hijo de Ur,

36 Héfer el mequeratita, Ahías el pelonita,

37 Jezró, de Carmel; Naray hijo de Ezbay,

38 Joel, hermano de Natán; Mibar hijo de Hagrí,

39 Sélec el amonita, Najaray el berotita, que fue escudero de Joab hijo de Sarvia;

40 Irá el itrita, Gareb el itrita,

41 Urías el hitita, Zabad hijo de Ajlay,

42 Adiná hijo de Sizá el rubenita, jefe de los rubenitas, y treinta hombres con él;

43 Janán hijo de Macá; Josafat el mitnita,

44 Uzías el astarotita, Sama y Jehiel, hijos de Jotán el aroerita;

45 Jediael hijo de Simri, y su hermano Yojá el tizita;

46 Eliel el majavita; Jerebay y Josavía, hijos de Elnán; Itmá el moabita,

47 Eliel, Obed y Jasiel, de Sobá.

12

1 Éstos fueron los guerreros que se unieron a David en Siclag cuando éste se encontraba desterrado por causa de Saúl hijo de Quis. Ellos lo ayudaron en tiempos de guerra.

2 Eran arqueros que podían lanzar piedras y disparar flechas con ambas manos. De los benjaminitas parientes de Saúl:

3 el jefe Ajiezer y Joás, que eran hijos de Semá de Guibeá; Jeziel y Pélet hijos de Azmávet; Beracá y Jehú, oriundos de Anatot;

4 Ismaías el gabaonita, que era uno de los treinta guerreros y jefe de ellos; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad de Guederá,

5 Eluzay, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías el harufita;

6 los coreítas Elcaná, Isías, Azarel, Joezer y Yasobeán,

7 Joelá y Zebadías, hijos de Jeroán, oriundos de Guedor.

8 También algunos de los gaditas se unieron a David cuando se encontraba en la fortaleza del desierto. Eran guerreros valientes, preparados para la guerra, hábiles en el manejo del escudo y de la lanza, feroces como leones y veloces como gacelas monteses.

9 Se llamaban: Ezer, el primero; Abdías, el segundo; Eliab, el tercero;

10 Mismaná, el cuarto; Jeremías, el quinto;

11 Atay, el sexto; Eliel, el séptimo;

12 Johanán, el octavo; Elzabad, el noveno;

13 Jeremías, el décimo, y Macbanay, el undécimo.

14 Estos gaditas eran jefes del ejército; el menor de ellos valía por cien, y el mayor, por mil.

15 Fueron ellos quienes atravesaron el Jordán en el mes primero, cuando el río se desbordó por sus dos riberas, e hicieron huir a los habitantes de los valles hacia el este y el oeste.

16 También algunos guerreros de las tribus de Benjamín y de Judá se unieron a David en la fortaleza.

17 David salió a su encuentro y les dijo: —Si vienen en son de paz y para ayudarme, los aceptaré; pero si vienen para entregarme a mis enemigos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue, pues yo no soy ningún criminal!

18 Y el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y éste exclamó: «¡Somos tuyos, David! ¡Estamos contigo, hijo de Isaí! ¡Tres veces deseamos la paz a ti y a quien te brinde su ayuda! ¡Y quien te ayuda es tu Dios!» David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.

19 También algunos guerreros de Manasés se unieron a David cuando éste iba con los filisteos a luchar contra Saúl. Pero los príncipes de los filisteos se reunieron y decidieron rechazarlo, así que los filisteos se negaron a ayudarlo, pues dijeron: «David se pondrá de parte de su señor Saúl, y eso nos costará la cabeza.»

20 Éstos fueron los manasesitas que se unieron a David cuando éste fue a Siclag: Adnás, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletay, jefes manasesitas de escuadrones de mil hombres.

21 Ayudaban a David a combatir a las bandas de invasores, pues cada uno de ellos era un guerrero valiente y jefe del ejército.

22 Y cada día se le unían más soldados a David, hasta que llegó a tener un ejército grande y poderoso.

23 Éste es el número de los guerreros diestros para la guerra que se presentaron ante David en Hebrón, para entregarle el reino de Saúl, conforme a la palabra del SEÑOR:

24 De Judá: seis mil ochocientos hombres armados de lanza y escudo, diestros para la guerra.

25 De Simeón: siete mil cien guerreros valientes.

26 De Leví: cuatro mil seiscientos,

27 y tres mil setecientos aaronitas, con Joyadá, su jefe;

28 y Sadoc, joven guerrero muy valiente, con veintidós jefes de su familia patriarcal.

29 De Benjamín, parientes de Saúl: tres mil hombres. La mayor parte de ellos había permanecido fiel a la familia de Saúl.

30 De Efraín: veinte mil ochocientos hombres valientes, famosos en sus propias familias patriarcales.

31 De la media tribu de Manasés: dieciocho mil hombres que fueron nombrados para ir a proclamar rey a David.

32 De Isacar: doscientos jefes y todos sus parientes bajo sus órdenes. Eran hombres expertos en el conocimiento de los tiempos, que sabían lo que Israel tenía que hacer.

33 De Zabulón: cincuenta mil hombres listos para tomar las armas, preparados para usar cualquier clase de armamento y dispuestos a luchar sin cuartel en favor de David.

34 De Neftalí: mil jefes con treinta y siete mil hombres armados de escudos y lanzas.

35 De Dan: veintiocho mil seiscientos guerreros listos para el combate.

36 De Aser: cuarenta mil hombres aptos para la guerra.

37 De las tribus al otro lado del Jordán, es decir, de Rubén, Gad y de la media tribu de Manasés: ciento veinte mil hombres equipados con todo tipo de armamento.

38 Todos estos guerreros, preparados para el combate, fueron a Hebrón decididos a proclamar a David como rey de todo Israel. También los demás israelitas proclamaron de manera unánime a David como rey.

39 Todos se quedaron allí tres días, comiendo y bebiendo con David, ya que sus hermanos les dotaron de lo necesario.

40 Además, los que vivían cerca, y hasta los de Isacar, Zabulón y Neftalí, traían burros, camellos, mulas y bueyes cargados con harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite. También les llevaron toros y ovejas en abundancia, porque Israel rebosaba de alegría.

13

1 Después de consultar a los jefes de mil y de cien soldados, y a todos los oficiales, David

2 dijo a toda la asamblea de Israel: «Si les parece bien, y si es lo que el SEÑOR nuestro Dios desea, invitemos a nuestros hermanos que se han quedado por todo el territorio de Israel, y también a los sacerdotes y levitas que están en los pueblos y aldeas, a que se unan a nosotros

3 para traer de regreso el arca de nuestro Dios. La verdad es que desde el tiempo de Saúl no la hemos consultado.»

4 A la asamblea le agradó la propuesta, y acordó que se hiciera así.

5 Entonces David reunió a todo el pueblo de Israel, desde Sijor en Egipto hasta Lebó Jamat, para trasladar el arca que estaba en Quiriat Yearín.

6 Luego David y todo Israel fueron a Balá, que es Quiriat Yearín de Judá, para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre del SEÑOR, que reina entre querubines.

7 Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y la sacaron de la casa de Abinadab. Uza y Ajío guiaban la carreta.

8 David y todo Israel danzaban ante Dios con gran entusiasmo y cantaban al son de liras, arpas, panderos, címbalos y trompetas.

9 Al llegar a la parcela de Quidón, los bueyes tropezaron; pero Uza, extendiendo las manos, sostuvo el arca.

10 Con todo, la ira del SEÑOR se encendió contra Uza por haber tocado el arca, y allí en su presencia Dios lo hirió y le quitó la vida.

11 David se enojó porque el SEÑOR había matado a Uza. Por eso le puso a aquel lugar el nombre de Peres Uza, nombre que conserva hasta hoy.

12 Aquel día David se sintió temeroso de Dios y exclamó: «¡Es mejor que no me lleve el arca de Dios!»

13 Por eso no se la llevó a la Ciudad de David, sino que ordenó que la trasladaran a la casa de Obed Edom, oriundo de Gat.

14 Fue así como el arca de Dios permaneció tres meses en la casa de Obed Edom, y el SEÑOR bendijo a la familia de Obed Edom y todo lo que tenía.

14

1 Hiram, rey de Tiro, envió a David una embajada que le llevó madera de cedro, albañiles y carpinteros para construirle un palacio.

2 Con esto David se dio cuenta de que el SEÑOR, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino.

3 En Jerusalén David tomó otras esposas, y tuvo más hijos e hijas.

4 Los hijos que tuvo fueron Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

5 Ibjar, Elisúa, Elpélet,

6 Noga, Néfeg, Jafía,

7 Elisama, Belyadá y Elifelet.

8 Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos ellos contra él. Pero David lo supo y salió a su encuentro.

9 Ya los filisteos habían incursionado en el valle de Refayin.

10 Así que David consultó a Dios: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder? —Atácalos —le respondió el SEÑOR—, pues yo los entregaré en tus manos.

11 Fueron, pues, a Baal Perasín, y allí David los derrotó. Entonces dijo: «Como brecha producida por las aguas, así Dios ha abierto brechas entre mis enemigos por medio de mí.» Por eso a aquel lugar lo llamaron Baal Perasín.

12 Allí los filisteos abandonaron a sus dioses, y éstos fueron quemados por orden de David.

13 Los filisteos hicieron una nueva incursión y se desplegaron por el valle.

14 Así que David volvió a consultar a Dios, y él le contestó: —No los ataques de frente, sino rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia.

15 Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, atácalos, pues eso quiere decir que Dios va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo.

16 Así lo hizo David, tal como Dios se lo había ordenado, y derrotaron al ejército filisteo desde Gabaón hasta Guézer.

17 La fama de David se extendió por todas las regiones, y el SEÑOR hizo que todos los pueblos le tuvieran miedo.

15

1 David construyó para sí casas en la Ciudad de David, dispuso un lugar para el arca de Dios y le levantó una tienda de campaña.

2 Luego dijo: «Sólo los levitas pueden transportar el arca de Dios, pues el SEÑOR los eligió a ellos para este oficio y para que le sirvan por siempre.»

3 Después David congregó a todo Israel en Jerusalén para trasladar el arca del SEÑOR al lugar que había dispuesto para ella.

4 También reunió a los descendientes de Aarón y a los levitas. Convocó a los siguientes:

5 De los descendientes de Coat, a su jefe Uriel y a sus parientes; ciento veinte en total.

6 De los descendientes de Merari, a su jefe Asaías y a sus compañeros; doscientos veinte en total.

7 De los descendientes de Guersón, a su jefe Joel y a sus parientes; ciento treinta en total.

8 De los descendientes de Elizafán, a su jefe Semaías y a sus parientes; doscientos en total.

9 De los descendientes de Hebrón, a su jefe Eliel y a sus parientes; ochenta en total.

10 De los descendientes de Uziel, a su jefe Aminadab y a sus parientes; ciento doce en total.

11 Luego David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab,

12 y les dijo: «Como ustedes son los jefes de las familias patriarcales de los levitas, purifíquense y purifiquen a sus parientes para que puedan traer el arca del SEÑOR, Dios de Israel, al lugar que he dispuesto para ella.

13 La primera vez ustedes no la transportaron, ni nosotros consultamos al SEÑOR nuestro Dios, como está establecido; por eso él se enfureció contra nosotros.»

14 Entonces los sacerdotes y los levitas se purificaron para transportar el arca del SEÑOR, Dios de Israel.

15 Luego los descendientes de los levitas, valiéndose de las varas, llevaron el arca de Dios sobre sus hombros, tal como el SEÑOR lo había ordenado por medio de Moisés.

16 David les ordenó a los jefes de los levitas que nombraran cantores de entre sus parientes para que entonaran alegres cantos al son de arpas, liras y címbalos.

17 Los levitas nombraron a Hemán hijo de Joel, a su pariente Asaf hijo de Berequías, y a Etán hijo de Cusaías, de los descendientes de Merari.

18 Junto con ellos nombraron a sus parientes que les seguían en rango y que se desempeñaban como porteros: Zacarías hijo de Jaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaías, Maseías, Matatías, Elifeleu, Micnías, Obed Edom y Jeyel.

19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán tocaban los címbalos de bronce.

20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maseías y Benaías tenían arpas de tono agudo.

21 Matatías, Elifeleu, Micnías, Obed Edom, Jeyel y Azazías tenían arpas de ocho cuerdas para guiar el canto.

22 Quenanías, jefe de los levitas, como experto que era, dirigía el canto.

23 Berequías y Elcaná eran porteros del arca.

24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer tocaban las trompetas delante del arca. Obed Edom y Jehías eran también porteros del arca.

25 Muy alegres, David, los ancianos de Israel y los jefes de mil fueron a trasladar el arca del pacto del SEÑOR desde la casa de Obed Edom.

26 Y como Dios ayudaba a los levitas que transportaban el arca del pacto del SEÑOR, se sacrificaron siete toros y siete carneros.

27 David estaba vestido con un manto de lino fino, lo mismo que todos los levitas que transportaban el arca, los cantores y Quenanías, director del canto. Además, David llevaba puesto un efod de lino.

28 Así que entre vítores, y al son de cuernos de carnero, trompetas, címbalos, arpas y liras, todo Israel llevaba el arca del pacto del SEÑOR.

29 Sucedió que, al entrar el arca del pacto del SEÑOR a la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, se asomó a la ventana; y cuando vio que el rey David saltaba y danzaba con alegría, sintió por él un profundo desprecio.

16

1 El arca de Dios fue llevada a la tienda de campaña que David le había preparado. Allí la instalaron, y luego presentaron holocaustos y sacrificios de comunión en presencia de Dios.

2 Después de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, David bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR

3 y dio a cada israelita, tanto a hombres como a mujeres, una porción de pan, una torta de dátiles y una torta de pasas.

4 David puso a algunos levitas a cargo del arca del SEÑOR para que ministraran, dieran gracias y alabaran al SEÑOR, Dios de Israel.

5 Los nombrados fueron: Asaf, el primero; Zacarías, el segundo; luego Jejiyel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Jeyel, los cuales tenían arpas y liras. Asaf tocaba los címbalos.

6 Los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto del SEÑOR.

7 Ese mismo día, David ordenó, por primera vez, que Asaf y sus compañeros fueran los encargados de esta alabanza al SEÑOR:

8 «¡Alaben al SEÑOR, proclamen su nombre, testifiquen de sus proezas entre los pueblos!

9 ¡Cántenle, cántenle salmos! ¡Hablen de sus maravillosas obras!

10 ¡Gloríense en su nombre santo! ¡Alégrense de veras los que buscan al SEÑOR!

11 ¡Refúgiense en el SEÑOR y en su fuerza, busquen siempre su presencia!

12 ¡Recuerden las maravillas que ha realizado, los prodigios y los juicios que ha emitido!

13 »Descendientes de Israel, su siervo, hijos de Jacob, sus elegidos:

14 el SEÑOR es nuestro Dios, sus juicios rigen en toda la tierra.

15 Él se acuerda siempre de su pacto, de la palabra que dio a mil generaciones;

16 del pacto que hizo con Abraham, y del juramento que le hizo a Isaac,

17 que confirmó como estatuto para Jacob, como pacto eterno para Israel:

18 “A ti te daré la tierra de Canaán como la herencia que te corresponde.”

19 Cuando apenas eran un puñado de vivientes, unos cuantos extranjeros en la tierra,

20 cuando iban de nación en nación y pasaban de reino en reino,

21 Dios no permitió que los oprimieran; por amor a ellos advirtió a los reyes:

22 “¡No toquen a mis ungidos! ¡No maltraten a mis profetas!”

23 »¡Que toda la tierra cante al SEÑOR! ¡Proclamen su salvación cada día!

24 Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas a todos los pueblos.

25 Porque el SEÑOR es grande, y digno de toda alabanza; ¡más temible que todos los dioses!

26 Nada son los dioses de los pueblos, pero el SEÑOR fue quien hizo los cielos;

27 esplendor y majestad hay en su presencia; poder y alegría hay en su santuario.

28 »Tributen al SEÑOR, familias de los pueblos, tributen al SEÑOR la gloria y el poder;

29 tributen al SEÑOR la gloria que corresponde a su nombre; preséntense ante él con ofrendas, adoren al SEÑOR en su hermoso santuario.

30 ¡Que tiemble ante él toda la tierra! Él afirmó el mundo, y éste no se moverá.

31 ¡Alégrense los cielos, y regocíjese la tierra! Digan las naciones: “¡El SEÑOR reina!”

32 »¡Que resuene el mar y todo cuanto contiene! ¡Que salte de alegría el campo y lo que hay en él!

33 ¡Que los árboles del campo canten de gozo ante el SEÑOR, porque él ha venido a juzgar a la tierra!

34 »¡Alaben al SEÑOR porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!

35 Díganle: “¡Sálvanos, oh Dios, Salvador nuestro! Reúnenos y líbranos de entre los paganos, y alabaremos tu santo nombre y nos regocijaremos en tu alabanza.”

36 ¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, desde siempre y para siempre!» Y todo el pueblo respondió: «Amén», y alabó al SEÑOR.

37 David dejó el arca del pacto del SEÑOR al cuidado de Asaf y sus hermanos, para que sirvieran continuamente delante de ella, de acuerdo con el ritual diario.

38 Como porteros nombró a Obed Edom y sus sesenta y ocho hermanos, junto con Obed Edom hijo de Jedutún y Josá.

39 Al sacerdote Sadoc y a sus hermanos sacerdotes los encargó del santuario del SEÑOR, que está en la cumbre de Gabaón,

40 para que sobre el altar ofrecieran constantemente los holocaustos al SEÑOR, en la mañana y en la tarde, tal como está escrito en la ley que el SEÑOR le dio a Israel.

41 Con ellos nombró también a Hemán y a Jedutún, y a los demás que había escogido y designado por nombre para cantar al SEÑOR: «Su gran amor perdura para siempre.»

42 Hemán y Jedutún tenían trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales para acompañar los cantos de Dios. Los hijos de Jedutún eran porteros.

43 Luego todos regresaron a su casa, y David se fue a bendecir a su familia.

17

1 Una vez instalado en su palacio, David le dijo al profeta Natán: —¡Aquí me tienes, habitando un palacio de cedro, mientras que el arca del pacto del SEÑOR se encuentra bajo una simple tienda de campaña!

2 —Bien —respondió Natán—. Haga Su Majestad lo que su corazón le dicte, pues Dios está con usted.

3 Pero aquella misma noche la palabra de Dios vino a Natán y le dijo:

4 «Ve y dile a mi siervo David que así dice el SEÑOR: “No serás tú quien me construya una casa para que yo la habite.

5 Desde el día en que liberé a Israel hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he ido de campamento en campamento y de santuario en santuario.

6 Todo el tiempo que anduve con Israel, cuando mandé a sus jueces que pastorearan a mi pueblo, ¿acaso le reclamé a alguno de ellos el no haberme construido una casa de cedro?”

7 »Pues bien, dile a mi siervo David que así dice el SEÑOR Todopoderoso: “Yo te saqué del redil para que, en vez de cuidar ovejas, gobernaras a mi pueblo Israel.

8 Yo he estado contigo por dondequiera que has ido, y he aniquilado a todos tus enemigos. Y ahora voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra.

9 También voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí los plantaré para que puedan vivir sin sobresaltos. Sus malvados enemigos no volverán a oprimirlos como lo han hecho desde el principio,

10 desde los días en que nombré jueces sobre mi pueblo Israel. Yo derrotaré a todos tus enemigos. Te anuncio, además, que yo, el SEÑOR, te edificaré una casa.

11 Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a reunirte con tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus descendientes, a uno de tus hijos, y afirmaré su reino.

12 Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono para siempre.

13 Yo seré su padre, y él será mi hijo. Jamás le negaré mi amor, como se lo negué a quien reinó antes que tú.

14 Al contrario, para siempre lo estableceré en mi casa y en mi reino, y su trono será firme para siempre.”»

15 Natán le comunicó todo esto a David, tal como lo había recibido por revelación.

16 Luego el rey David se presentó ante el SEÑOR y le dijo: «SEÑOR y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar tan lejos?

17 Como si esto fuera poco, SEÑOR y Dios, has hecho promesas a este siervo tuyo en cuanto al futuro de su dinastía. ¡Me has tratado como si fuera yo un hombre muy importante, SEÑOR y Dios!

18 ¿Qué más podría yo decir del honor que me has dado, si tú conoces a tu siervo?

19 SEÑOR, tú has hecho todas estas grandes maravillas, por amor a tu siervo y según tu voluntad, y las has dado a conocer.

20 SEÑOR, nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.

21 ¿Y qué nación se puede comparar con tu pueblo Israel? Es la única nación en la tierra que tú has redimido, para hacerla tu propio pueblo y para dar a conocer tu nombre. Hiciste prodigios y maravillas cuando al paso de tu pueblo, al cual redimiste de Egipto, expulsaste a las naciones y a sus dioses.

22 Adoptaste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, SEÑOR, fueras su Dios.

23 »Y ahora, SEÑOR, mantén para siempre la promesa que le has hecho a tu siervo y a su dinastía. Cumple tu palabra

24 para que tu nombre permanezca y sea exaltado por siempre, y para que todos digan: “¡El SEÑOR Todopoderoso es el Dios de Israel!”Entonces la dinastía de tu siervo David quedará establecida en tu presencia.

25 »Tú, Dios mío, le has revelado a tu siervo el propósito de establecerle una dinastía, y por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta súplica.

26 Oh SEÑOR, ¡tú eres Dios y has prometido este favor a tu siervo!

27 Te has dignado bendecir a la familia de tu siervo, de modo que bajo tu protección exista para siempre. Tú, SEÑOR, la has bendecido, y por eso quedará bendita para siempre.»

18

1 Pasado algún tiempo, David derrotó a los filisteos y los subyugó, quitándoles el control de la ciudad de Gat y de sus aldeas.

2 También derrotó y sometió a los moabitas, los cuales pasaron a ser vasallos tributarios de David.

3 Además, David derrotó en Jamat a Hadad Ezer, rey de Sobá, cuando éste se dirigía a establecer su dominio sobre la región del río Éufrates.

4 David le capturó mil carros, siete mil jinetes y veinte mil soldados de infantería; también desjarretó los caballos de tiro, aunque dejó los caballos suficientes para cien carros.

5 Luego, cuando los sirios de Damasco acudieron en auxilio de Hadad Ezer, rey de Sobá, David aniquiló a veintidós mil de ellos.

6 También puso guarniciones en Damasco, de modo que los sirios pasaron a ser vasallos tributarios de David. En todas las campañas de David, el SEÑOR le daba la victoria.

7 En cuanto a los escudos de oro que llevaban los oficiales de Hadad Ezer, David se apropió de ellos y los trasladó a Jerusalén.

8 Así mismo se apoderó de una gran cantidad de bronce que había en las ciudades de Tébaj y de Cun, poblaciones de Hadad Ezer. Ése fue el bronce que Salomón usó para hacer la fuente, las columnas y todos los utensilios de bronce.

9 Tou, rey de Jamat, se enteró de que David había derrotado por completo al ejército de Hadad Ezer, rey de Sobá.

10 Como Tou también era enemigo de Hadad Ezer, envió a su hijo Adorán a desearle bienestar al rey David, y a felicitarlo por haber derrotado a Hadad Ezer en batalla. Y Tou envió toda clase de utensilios de oro, de plata y de bronce,

11 los cuales el rey David consagró al SEÑOR, tal como lo había hecho con toda la plata y el oro que había tomado de las naciones de Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec.

12 Por su parte, Abisay hijo de Sarvia derrotó a los edomitas en el valle de la Sal, y aniquiló a dieciocho mil de ellos.

13 También puso guarniciones en Edom, de modo que los edomitas pasaron a ser vasallos tributarios de David. En todas sus campañas, el SEÑOR le daba la victoria.

14 David reinó sobre todo Israel, gobernando al pueblo entero con justicia y rectitud.

15 Joab hijo de Sarvia era general del ejército; Josafat hijo de Ajilud era el secretario;

16 Sadoc hijo de Ajitob y Ajimélec hijo de Abiatar eran sacerdotes; Savsa era el cronista.

17 Benaías hijo de Joyadá estaba al mando de los soldados quereteos y peleteos, y los hijos de David ocupaban los principales puestos junto al rey.

19

1 Pasado algún tiempo, murió Najás, rey de los amonitas, y su hijo lo sucedió en el trono.

2 Entonces David pensó: «Debo ser leal con Janún hijo de Najás, pues su padre lo fue conmigo.» Así que envió a unos mensajeros para darle el pésame por la muerte de su padre. Cuando los mensajeros de David llegaron al país de los amonitas para darle el pésame a Janún,

3 los jefes de ese pueblo le aconsejaron: «¿Y acaso cree Su Majestad que David ha enviado a estos mensajeros sólo para darle el pésame, y porque quiere honrar a su padre? ¿No será más bien que han venido a espiar y explorar el país para luego destruirlo?»

4 Entonces Janún mandó que apresaran a los mensajeros de David y que les afeitaran la barba y les rasgaran la ropa por la mitad, a la altura de las nalgas. Y así los despidió.

5 Los hombres de David se sentían muy avergonzados. Cuando David se enteró de lo que les había pasado, mandó que los recibieran y les dieran este mensaje de su parte: «Quédense en Jericó, y no regresen hasta que les crezca la barba.»

6 Al darse cuenta Janún y los amonitas de que habían ofendido a David, enviaron treinta y tres mil kilos de plata para contratar carros y jinetes en Aram Najarayin, en Aram de Macá y en Sobá.

7 Contrataron treinta y dos mil carros y al rey de Macá con su ejército, que acampó frente a Medeba. Por su parte, los amonitas salieron de sus ciudades y se dispusieron para el combate.

8 Cuando David lo supo, despachó a Joab con todos los soldados del ejército.

9 Los amonitas avanzaron hasta la entrada de su ciudad, pero los reyes que habían venido a reforzarlos se quedaron aparte, en campo abierto.

10 Joab se vio amenazado por el frente y por la retaguardia, así que escogió a las mejores tropas israelitas para pelear contra los sirios,

11 y el resto de las tropas las puso al mando de su hermano Abisay, para que enfrentaran a los amonitas.

12 A Abisay le ordenó: «Si los sirios pueden más que yo, tú vendrás a rescatarme; y si los amonitas pueden más que tú, yo te rescataré.

13 ¡Ánimo! Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios. ¡Y que el SEÑOR haga lo que bien le parezca!»

14 En seguida Joab y sus tropas avanzaron contra los sirios, y éstos huyeron de él.

15 Al ver que los sirios se daban a la fuga, también los amonitas huyeron de Abisay y se refugiaron en la ciudad. Entonces Joab regresó a Jerusalén.

16 Los sirios, al verse derrotados por Israel, enviaron mensajeros para pedir ayuda a los sirios que vivían al otro lado del río Éufrates. Sofac, jefe del ejército de Hadad Ezer, se puso al frente de ellos.

17 Cuando David se enteró de esto, reunió a todo Israel, cruzó el Jordán y tomó posición de batalla contra los sirios. Éstos lo atacaron,

18 pero tuvieron que huir ante los israelitas. David mató a siete mil soldados sirios de caballería y cuarenta mil de infantería; también mató a Sofac, jefe del ejército.

19 Al ver que los sirios habían sido derrotados por los israelitas, todos los vasallos de Hadad Ezer hicieron la paz con David y se sometieron a él. A partir de entonces, los sirios se negaron a ir en auxilio de los amonitas.

20

1 En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, Joab sacó el grueso del ejército y devastó el país de los amonitas. Llegó hasta Rabá, la atacó y la destruyó; pero David se quedó en Jerusalén.

2 Al rey de los amonitas David le quitó la corona de oro que tenía puesta, la cual pesaba treinta y tres kilos y estaba adornada con piedras preciosas. Luego se la pusieron a David. Además, David saqueó la ciudad y se llevó un botín inmenso.

3 Expulsó de allí a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, rastrillos y hachas. Lo mismo hizo con todos los pueblos de los amonitas, después de lo cual regresó a Jerusalén con todas sus tropas.

4 Después de esto, hubo una batalla contra los filisteos en Guézer. Fue en esa ocasión cuando Sibecay el jusatita mató a Sipay, descendiente de los gigantes. Así sometieron a los filisteos.

5 Luego, en otra batalla que hubo contra los filisteos, Eljanán hijo de Yaír mató a Lajmí, hermano de Goliat el guitita, cuya lanza tenía un asta tan grande como el rodillo de un telar.

6 Hubo una batalla más en Gat. Allí había otro gigante, un hombre altísimo que tenía seis dedos en cada mano y seis en cada pie, es decir, tenía veinticuatro dedos en total.

7 Éste se puso a desafiar a los israelitas, pero Jonatán hijo de Simá, que era hermano de David, lo mató.

8 Éstos fueron los descendientes de Rafá el guitita que cayeron a manos de David y de sus oficiales.

21

1 Satanás conspiró contra Israel e indujo a David a hacer un censo del pueblo.

2 Por eso David les dijo a Joab y a los jefes del pueblo: —Vayan y hagan un censo militar que abarque desde Berseba hasta Dan, y tráiganme el informe para que yo sepa cuántos pueden servir en el ejército.

3 Joab le respondió: —¡Que el SEÑOR multiplique cien veces a su pueblo! Pero ¿acaso no son todos ellos servidores suyos? ¿Para qué quiere hacer esto Su Majestad? ¿Por qué ha de hacer algo que traiga la desgracia sobre Israel?

4 Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre la opinión de Joab, de modo que éste salió a recorrer todo el territorio de Israel. Después regresó a Jerusalén

5 y le entregó a David los resultados del censo militar: En Israel había un millón cien mil que podían servir en el ejército, y en Judá, cuatrocientos setenta mil.

6 Pero Joab no contó a los de las tribus de Leví ni de Benjamín, porque para él era detestable la orden del rey.

7 Dios también la consideró como algo malo, por lo cual castigó a Israel.

8 Entonces David le dijo a Dios: «He cometido un pecado muy grande al hacer este censo. He actuado como un necio. Yo te ruego que perdones la maldad de tu siervo.»

9 El SEÑOR le dijo a Gad, el vidente de David:

10 «Anda y dile a David que así dice el SEÑOR: “Te doy a escoger entre estos tres castigos: dime cuál de ellos quieres que te imponga.”»

11 Gad fue adonde estaba David y le dijo: —Así dice el SEÑOR: “Elige una de estas tres cosas:

12 tres años de hambre, o tres meses de persecución y derrota por la espada de tus enemigos, o tres días en los cuales el SEÑOR castigará con peste el país, y su ángel causará estragos en todos los rincones de Israel.”Piénsalo bien y dime qué debo responderle al que me ha enviado.

13 —¡Estoy entre la espada y la pared! —respondió David—. Pero es mejor que yo caiga en las manos del SEÑOR, porque su amor es muy grande, y no que caiga en las manos de los hombres.

14 Por lo tanto, el SEÑOR mandó contra Israel una peste, y murieron setenta mil israelitas.

15 Luego envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Y al ver el SEÑOR que el ángel la destruía, se arrepintió del castigo y le dijo al ángel destructor: «¡Basta! ¡Detén tu mano!» En ese momento, el ángel del SEÑOR se hallaba junto a la parcela de Ornán el jebuseo.

16 David alzó la vista y vio que el ángel del SEÑOR estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano que apuntaba hacia Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de luto, se postraron sobre su rostro.

17 Y David le dijo a Dios: «SEÑOR y Dios mío, ¿acaso no fui yo el que dio la orden de censar al pueblo? ¿Qué culpa tienen estas ovejas? ¡Soy yo el que ha pecado! ¡He actuado muy mal! ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia, pero no sigas hiriendo a tu pueblo!»

18 Entonces el ángel del SEÑOR le dijo a Gad: «Dile a David que vaya y construya un altar para el SEÑOR en la parcela de Ornán el jebuseo.»

19 David se puso en camino, conforme a la palabra que Gad le dio en nombre del SEÑOR.

20 Ornán se encontraba trillando y, al mirar hacia atrás, vio al ángel. Los cuatro hijos que estaban con él corrieron a esconderse.

21 Al ver Ornán que David se acercaba a su parcela, salió a recibirlo y se postró delante de él.

22 David le dijo: —Véndeme una parte de esta parcela para construirle un altar al SEÑOR, a fin de que se detenga la plaga que está afligiendo al pueblo. Véndemela por su verdadero precio.

23 Ornán le contestó a David: —Su Majestad, yo se la regalo, para que haga usted en ella lo que mejor le parezca. Yo mismo le daré los bueyes para los holocaustos, los trillos para la leña y el trigo para la ofrenda de cereal. Todo se lo regalo.

24 Pero el rey David le respondió a Ornán: —Eso no puede ser. No tomaré lo que es tuyo para dárselo al SEÑOR, ni le ofreceré un holocausto que nada me cueste. Te lo compraré todo por su verdadero precio.

25 Fue así como David le dio a Ornán seiscientas monedas de oro por aquel lugar.

26 Allí construyó un altar al SEÑOR y le ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego oró al SEÑOR, y en respuesta Dios envió fuego del cielo sobre el altar del holocausto.

27 Entonces el SEÑOR le ordenó al ángel que envainara su espada.

28 Al ver David que el SEÑOR le había respondido, le ofreció sacrificios.

29 En aquel tiempo, tanto el santuario del SEÑOR que Moisés hizo en el desierto como el altar del holocausto se encontraban en el santuario de Gabaón.

30 Pero David no fue a consultar al SEÑOR a ese lugar porque, por causa de la espada del ángel del SEÑOR, estaba aterrorizado.

22

1 Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el SEÑOR, y también el altar donde Israel ofrecerá el holocausto.»

2 Luego David ordenó que se reuniera a los extranjeros que vivían en territorio israelita. De entre ellos nombró canteros que labraran piedras para la construcción del templo de Dios.

3 Además, David juntó mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas, y bronce en abundancia.

4 También amontonó mucha madera de cedro, pues los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído madera de cedro en abundancia.

5 «Mi hijo Salomón —pensaba David—es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el SEÑOR debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso le dejaré todo listo.» Así que antes de morir, David dejó todo listo.

6 Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el SEÑOR, Dios de Israel.

7 David le dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar al SEÑOR mi Dios.

8 Pero el SEÑOR me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien me construya un templo.

9 Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón. Durante su reinado, yo le daré a Israel paz y tranquilidad.

10 Él será quien me construya un templo. Él será para mí como un hijo, y yo seré para él como un padre. Yo afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel.”

11 »Ahora, hijo mío, que el SEÑOR tu Dios te ayude a construir su templo, tal como te lo ha prometido.

12 Que te dé prudencia y sabiduría para que, cuando estés al frente de Israel, obedezcas su ley. Él es el SEÑOR tu Dios.

13 Si cumples las leyes y normas que el SEÑOR le entregó a Israel por medio de Moisés, entonces te irá bien. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!

14 »Mira, con mucho esfuerzo he logrado conseguir para el templo del SEÑOR tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata y una incontable cantidad de bronce y de hierro. Además, he conseguido madera y piedra, pero tú debes adquirir más.

15 También cuentas con una buena cantidad de obreros: canteros, albañiles, carpinteros, y expertos en toda clase de trabajos

16 en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el SEÑOR te acompañe!»

17 Después David les ordenó a todos los jefes de Israel que colaboraran con su hijo Salomón.

18 Les dijo: «El SEÑOR su Dios está con ustedes, y les ha dado paz en todo lugar. Él ha entregado en mi poder a los habitantes de la región, y éstos han quedado sometidos al SEÑOR y a su pueblo.

19 Ahora, pues, busquen al SEÑOR su Dios de todo corazón y con toda el alma. Comiencen la construcción del santuario de Dios el SEÑOR, para que trasladen el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en su honor.»

23

1 David era muy anciano cuando declaró a su hijo Salomón rey de Israel.

2 Reunió a todos los jefes de Israel, y a los sacerdotes y levitas.

3 Entonces contaron a los levitas que tenían más de treinta años, y resultó que eran en total treinta y ocho mil hombres.

4 De éstos, veinticuatro mil estaban a cargo del trabajo del templo del SEÑOR, seis mil eran oficiales y jueces,

5 cuatro mil eran porteros, y los otros cuatro mil estaban encargados de alabar al SEÑOR con los instrumentos musicales que David había ordenado hacer para ese propósito.

6 David dividió a los levitas en grupos de acuerdo con el número de los hijos de Leví, que fueron Guersón, Coat y Merari.

7 De los guersonitas: Ladán y Simí.

8 Los hijos de Ladán fueron tres: Jehiel, el mayor, Zetán y Joel.

9 Simí también tuvo tres hijos: Selomit, Jaziel y Jarán. Éstos fueron los jefes de las familias patriarcales de Ladán.

10 Los hijos de Simí fueron cuatro: Yajat, Ziza, Jeús y Beriá. Éstos fueron los hijos de Simí.

11 Yajat era el mayor y Ziza, el segundo. Como Jeús y Beriá no tuvieron muchos hijos, se les contó como una sola familia y se les dio un mismo cargo.

12 Los hijos de Coat fueron cuatro: Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

13 Los hijos de Amirán fueron Aarón y Moisés. Aarón y sus descendientes fueron los escogidos para presentar las ofrendas santas, quemar el incienso, servir al SEÑOR y pronunciar la bendición en su nombre.

14 A Moisés, hombre de Dios, y a sus hijos se les incluyó en la tribu de Leví.

15 Los hijos de Moisés fueron Guersón y Eliezer.

16 Sebuel fue el primero de los descendientes de Guersón.

17 Eliezer no tuvo sino un solo hijo, que fue Rejabías, pero éste sí tuvo muchos hijos.

18 El primer hijo de Izar fue Selomit.

19 El primer hijo de Hebrón fue Jerías; el segundo, Amarías; el tercero, Jahaziel, y el cuarto, Jecamán.

20 El primer hijo de Uziel fue Micaías, y el segundo, Isías.

21 Los hijos de Merari fueron Majlí y Musí. Los hijos de Majlí fueron Eleazar y Quis.

22 Eleazar murió sin tener hijos: solamente tuvo hijas. Éstas se casaron con sus primos, los hijos de Quis.

23 Musí tuvo tres hijos: Majlí, Edar y Jeremot.

24 Éstos fueron los descendientes de Leví por sus familias patriarcales. El censo los registró por nombre como jefes de sus familias patriarcales. Éstos prestaban servicio en el templo del SEÑOR, y eran mayores de veinte años.

25 David dijo: «Desde que el SEÑOR, Dios de Israel, estableció a su pueblo y estableció su residencia para siempre en Jerusalén,

26 los levitas ya no tienen que cargar el santuario ni los utensilios que se usan en el culto.»

27 De acuerdo con las últimas disposiciones de David, fueron censados los levitas mayores de veinte años,

28 y su función consistía en ayudar a los descendientes de Aarón en el servicio del templo del SEÑOR. Eran los responsables de los atrios, de los cuartos y de la purificación de todas las cosas santas; en fin, de todo lo relacionado con el servicio del templo de Dios.

29 También estaban encargados del pan de la Presencia, de la harina para las ofrendas de cereales, de las hojuelas sin levadura, de las ofrendas fritas en sartén o cocidas, y de todas las medidas de capacidad y de longitud.

30 Cada mañana y cada tarde debían estar presentes para agradecer y alabar al SEÑOR.

31 Así mismo, debían ofrecer todos los holocaustos que se presentaban al SEÑOR los sábados y los días de luna nueva, y durante las otras fiestas. Así que siempre servían al SEÑOR, según el número y la función que se les asignaba.

32 De modo que tenían a su cargo el cuidado de la Tienda de reunión y del santuario. El servicio que realizaban en el templo del SEÑOR quedaba bajo las órdenes de sus hermanos, los descendientes de Aarón.

24

1 Los descendientes de Aarón se organizaron de la siguiente manera: Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

2 Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos, así que Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.

3 Con la ayuda de Sadoc, descendiente de Eleazar, y de Ajimélec, descendiente de Itamar, David organizó a los sacerdotes por turnos para el desempeño de sus funciones.

4 Como había más jefes entre los descendientes de Eleazar que entre los de Itamar, los organizaron así: dieciséis jefes de las familias patriarcales de los descendientes de Eleazar, y ocho jefes de los descendientes de Itamar.

5 La distribución se hizo por sorteo, pues tanto los descendientes de Eleazar como los de Itamar tenían oficiales del santuario y oficiales de Dios.

6 El cronista Semaías hijo de Natanael, que era levita, registró sus nombres en presencia del rey y de los oficiales, del sacerdote Sadoc, de Ajimélec hijo de Abiatar, de los jefes de las familias patriarcales de los sacerdotes y de los levitas. La suerte se echó dos veces por la familia de Eleazar y una vez por la familia de Itamar.

7 La primera suerte le tocó a Joyarib; la segunda, a Jedaías;

8 la tercera, a Jarín; la cuarta, a Seorín;

9 la quinta, a Malquías; la sexta, a Mijamín;

10 la séptima, a Cos; la octava, a Abías;

11 la novena, a Jesúa; la décima, a Secanías;

12 la undécima, a Eliasib; la duodécima, a Yaquín;

13 la decimotercera, a Hupá; la decimocuarta, a Jesebab;

14 la decimoquinta, a Bilgá; la decimosexta, a Imer;

15 la decimoséptima, a Hezir; la decimoctava, a Afsés;

16 la decimonovena, a Petaías; la vigésima, a Ezequiel;

17 la vigesimoprimera, a Jaquín; la vigesimosegunda, a Gamul;

18 la vigesimotercera, a Delaías; la vigesimocuarta, a Maazías.

19 Así fue como se organizaron los turnos para el servicio en el templo del SEÑOR, tal como el SEÑOR, Dios de Israel, lo había ordenado por medio de Aarón, antepasado de ellos.

20 La siguiente es la lista del resto de los descendientes de Leví: de los descendientes de Amirán, Subael; de los descendientes de Subael, Jehedías;

21 de los descendientes de Rejabías, Isías, el hijo mayor;

22 de los descendientes de Izar, Selomot; de los descendientes de Selomot, Yajat.

23 De los hijos de Hebrón: el primero, Jerías; el segundo, Amarías; el tercero, Jahaziel, y el cuarto, Jecamán.

24 De los descendientes de Uziel, Micaías; de los descendientes de Micaías, Samir;

25 Isías, hermano de Micaías; de los descendientes de Isías, Zacarías;

26 de los descendientes de Merari, Majlí y Musí; Benó, hijo de Jazías.

27 De entre los descendientes de Merari: de Jazías: Benó, Soján, Zacur e Ibrí;

28 de Majlí: Eleazar, quien no tuvo hijos;

29 de Quis: su hijo Jeramel;

30 y los hijos de Musí: Majlí, Edar y Jeremot. Éstos eran los hijos de los levitas por sus familias patriarcales.

31 Al igual que a sus hermanos los descendientes de Aarón, también a ellos los repartieron por sorteo en presencia del rey David y de Sadoc, de Ajimélec y de los jefes de las familias patriarcales de los sacerdotes y de los levitas. A las familias de los hermanos mayores las trataron de la misma manera que a las de los hermanos menores.

25

1 Para el ministerio de la música, David y los comandantes del ejército apartaron a los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún, los cuales profetizaban acompañándose de arpas, liras y címbalos. Ésta es la lista de los que fueron apartados para el servicio:

2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela. A éstos los dirigía Asaf, quien profetizaba bajo las órdenes del rey.

3 De Jedutún, sus seis hijos: Guedalías, Zeri, Isaías, Simí, Jasabías y Matatías. A éstos los dirigía su padre Jedutún, quien al son del arpa profetizaba para dar gracias y alabar al SEÑOR.

4 De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Jananías, Jananí, Eliatá, Guidalti, Romanti Ezer, Josbecasa, Malotí, Hotir y Mahaziot.

5 Todos éstos fueron hijos de Hemán, vidente del rey, y con la palabra de Dios exaltaban su poder. Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.

6 Su padre los dirigía en el culto del templo del SEÑOR, cuando cantaban acompañados de címbalos, liras y arpas. Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo las órdenes del rey.

7 Ellos eran en total doscientos ochenta y ocho, incluyendo a sus demás compañeros, y habían sido instruidos para cantarle al SEÑOR.

8 Para asignarles sus turnos se echaron suertes, sin hacer distinción entre menores y mayores, ni entre maestros y discípulos.

9 La primera suerte le tocó a José el asafita; la segunda le tocó a Guedalías, junto con sus hermanos y sus hijos, doce en total.

10 La tercera, a Zacur, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

11 La cuarta, a Izri, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

12 La quinta, a Netanías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

13 La sexta, a Buquías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

14 La séptima, a Jesarela, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

15 La octava, a Isaías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

16 La novena, a Matanías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

17 La décima, a Simí, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

18 La undécima, a Azarel, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

19 La duodécima, a Jasabías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

20 La decimotercera, a Subael, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

21 La decimocuarta, a Matatías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

22 La decimoquinta, a Jeremot, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

23 La decimosexta, a Jananías, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

24 La decimoséptima, a Josbecasa, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

25 La decimoctava, a Jananí, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

26 La decimonovena, a Malotí, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

27 La vigésima, a Eliatá, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

28 La vigesimoprimera, a Hotir, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

29 La vigesimosegunda, a Guidalti, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

30 La vigesimotercera, a Mahaziot, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

31 La vigesimocuarta, a Romanti Ezer, junto con sus hijos y hermanos, doce en total.

26

1 La organización de los porteros fue la siguiente: De los coreítas: Meselemías hijo de Coré, descendiente de Asaf.

2 Los hijos de Meselemías fueron: Zacarías, el primero; Jediael, el segundo; Zebadías, el tercero; Jatniel, el cuarto;

3 Elam, el quinto; Johanán, el sexto, y Elihoenay, el séptimo.

4 Los hijos de Obed Edom fueron: Semaías, el primero; Jozabad, el segundo; Joa, el tercero; Sacar, el cuarto; Natanael, el quinto;

5 Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo, y el octavo, Peultay. Dios bendijo a Obed Edom con muchos hijos.

6 Semaías hijo de Obed Edom también tuvo hijos, los cuales fueron jefes de sus familias patriarcales, pues eran hombres muy valientes.

7 Los hijos de Semaías fueron Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos Eliú y Samaquías, todos ellos hombres valientes.

8 Todos éstos eran descendientes de Obed Edom. Tanto ellos como sus hijos y hermanos eran hombres muy valientes y fuertes para el trabajo. En total, los descendientes de Obed Edom fueron sesenta y dos.

9 Los hijos y hermanos de Meselemías fueron dieciocho, todos ellos hombres muy valientes.

10 Los hijos de Josá, descendiente de Merari, fueron Simri, el jefe (que en verdad no había sido el primero, pero su padre lo puso por jefe);

11 el segundo fue Jilquías; el tercero, Tebalías; y el cuarto, Zacarías. En total, los hijos y hermanos de Josá fueron trece.

12 Así fue como se organizó a los porteros, tanto a los jefes como a sus hermanos, para que sirvieran en el templo del SEÑOR.

13 El cuidado de cada puerta se asignó echando suertes entre las familias, sin hacer distinción entre menores y mayores.

14 Según el sorteo, a Selemías se le asignó la puerta del este, y a su hijo Zacarías, sabio consejero, la puerta del norte.

15 A Obed Edom le correspondió la puerta del sur, y a sus hijos les correspondió el cuidado de los depósitos del templo.

16 A Supín y a Josá les correspondió la puerta de Saléquet, que está al oeste, en el camino de la subida. Los turnos se distribuyeron así:

17 Cada día había seis levitas en el este, cuatro en el norte y cuatro en el sur, y dos en cada uno de los depósitos.

18 En el patio del oeste había cuatro levitas para la calzada y dos para el patio mismo.

19 Así fue como quedaron distribuidos los porteros descendientes de Coré y de Merari.

20 A los otros levitas se les puso al cuidado de los tesoros del templo y de los depósitos de los objetos sagrados.

21 Los descendientes de Guersón por parte de Ladán tenían a los jehielitas como jefes de las familias de Ladán el guersonita.

22 Zetán y su hermano Joel, hijos de Jehiel, quedaron a cargo de los tesoros del templo del SEÑOR.

23 23-24 Sebuel, que era descendiente de Guersón hijo de Moisés,

24 era el tesorero mayor de los amiranitas, izaritas, hebronitas y uzielitas.

25 Sus descendientes en línea directa por parte de Eliezer eran Rejabías, Isaías, Jorán, Zicrí y Selomit.

26 Selomit y sus hermanos tenían a su cargo los depósitos de todos los objetos sagrados que habían sido obsequiados por el rey David y por los jefes de familia, así como por los comandantes de mil y de cien soldados y por los demás oficiales del ejército.

27 Ellos habían dedicado parte del botín de guerra para las reparaciones del templo del SEÑOR.

28 Selomit y sus hermanos tenían bajo su cuidado todo lo que había sido obsequiado por el vidente Samuel, por Saúl hijo de Quis, y por Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia.

29 Quenanías y sus hijos, que eran descendientes de Izar, estaban a cargo de los asuntos exteriores de Israel, y ejercían las funciones de oficiales y jueces.

30 Jasabías y sus parientes, que descendían de Hebrón, eran mil setecientos hombres valientes. Ellos eran los que al sudoeste del Jordán administraban a Israel en todo lo referente al SEÑOR y al rey.

31 El jefe de los hebronitas era Jerías. En el año cuarenta del reinado de David se investigó el registro genealógico de los descendientes de Hebrón, y se encontró que en Jazer de Galaad había entre ellos hombres valientes.

32 El número de los jefes de familia de estos valientes era de dos mil setecientos. El rey David les asignó la administración de las tribus de Rubén y Gad y de la media tribu de Manasés, en todos los asuntos relacionados con Dios y con el rey.

27

1 La siguiente lista corresponde a los jefes patriarcales, a los comandantes de mil y de cien soldados, y a los oficiales de las divisiones militares de Israel. Cada división constaba de veinticuatro mil hombres, y se turnaban cada mes, durante todo el año, para prestar servicio al rey.

2 Al frente de la primera división de veinticuatro mil hombres, la cual prestaba su servicio en el primer mes, estaba Yasobeán hijo de Zabdiel,

3 descendiente de Fares. Él era el jefe de todos los oficiales del ejército que hacían su turno el primer mes.

4 Al frente de la segunda división de veinticuatro mil, que prestaba su servicio en el segundo mes, estaba Doday el ajojita. El jefe de esa división era Miclot.

5 La tercera división de veinticuatro mil, asignada para el tercer mes, tenía como jefe a Benaías, hijo del sumo sacerdote Joyadá.

6 Este Benaías fue uno de los treinta valientes, y el jefe de ellos. En esa división estaba su hijo Amisabad.

7 La cuarta división de veinticuatro mil, asignada para el cuarto mes, tenía como jefe a Asael, hermano de Joab. Su sucesor fue su hijo Zebadías.

8 La quinta división de veinticuatro mil, asignada para el quinto mes, tenía como jefe a Samut el izraíta.

9 La sexta división de veinticuatro mil, asignada para el sexto mes, tenía como jefe a Irá hijo de Iqués el tecoíta.

10 La séptima división de veinticuatro mil, asignada para el séptimo mes, tenía como jefe a Heles el pelonita, de los descendientes de Efraín.

11 La octava división de veinticuatro mil, asignada para el octavo mes, tenía como jefe a Sibecay de Jusá, descendiente de los zeraítas.

12 La novena división de veinticuatro mil, asignada para el noveno mes, tenía como jefe a Abiezer de Anatot, descendiente de Benjamín.

13 La décima división de veinticuatro mil, asignada para el décimo mes, tenía como jefe a Maray de Netofa, descendiente de los zeraítas.

14 La undécima división de veinticuatro mil, asignada para el undécimo mes, tenía como jefe a Benaías de Piratón, descendiente de Efraín.

15 La duodécima división de veinticuatro mil, asignada para el duodécimo mes, tenía como jefe a Jelday de Netofa, descendiente de Otoniel.

16 Los siguientes fueron los jefes de las tribus de Israel: de Rubén: Eliezer hijo de Zicrí; de Simeón: Sefatías hijo de Macá;

17 de Leví: Jasabías hijo de Quemuel; de Aarón: Sadoc;

18 de Judá: Eliú, hermano de David; de Isacar: Omrí hijo de Micael;

19 de Zabulón: Ismaías hijo de Abdías; de Neftalí: Jerimot hijo de Azriel;

20 de Efraín: Oseas hijo de Azazías; de la media tribu de Manasés: Joel hijo de Pedaías;

21 de la otra media tribu de Manasés que estaba en Galaad: Idó hijo de Zacarías; de Benjamín: Jasiel hijo de Abner;

22 de Dan: Azarel hijo de Jeroán. Éstos eran los jefes de las tribus de Israel.

23 David no censó a los hombres que tenían menos de veinte años porque el SEÑOR había prometido que haría a Israel tan numeroso como las estrellas del cielo.

24 Joab hijo de Sarvia comenzó a hacer el censo, pero no lo terminó porque eso desató la ira de Dios sobre Israel. Por eso no quedó registrado el número en las crónicas del rey David.

25 El encargado de los tesoros del rey era Azmávet hijo de Adiel. El encargado de los tesoros de los campos, y de ciudades, aldeas y fortalezas, era Jonatán hijo de Uzías.

26 Ezrí hijo de Quelub estaba al frente de los agricultores.

27 Simí de Ramat estaba a cargo de los viñedos. Zabdí de Sefán era el encargado de almacenar el vino en las bodegas.

28 Baal Janán de Guéder estaba a cargo de los olivares y de los bosques de sicómoros de la Sefelá. Joás tenía a su cargo los depósitos de aceite.

29 Sitray de Sarón estaba a cargo del ganado que pastaba en Sarón. Safat hijo de Adlay estaba a cargo del ganado de los valles.

30 Obil el ismaelita era el encargado de los camellos. Jehedías de Meronot era el encargado de las burras.

31 Jaziz el agareno era el encargado de las ovejas. Todos éstos eran los que administraban los bienes del rey.

32 Jonatán, tío de David, escriba inteligente, era consejero del rey. Jehiel hijo de Jacmoní cuidaba a los príncipes.

33 Ajitofel era otro consejero del rey. Husay el arquita era hombre de confianza del rey.

34 A Ajitofel lo sucedieron Joyadá hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el jefe del ejército real.

28

1 David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel, es decir, a los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que por turno servían al rey, los jefes de mil y de cien soldados, los administradores de los bienes, del ganado y de los príncipes, los eunucos del palacio, los guerreros, y todos los valientes.

2 Puesto de pie, el rey David dijo: «Hermanos de mi pueblo, escúchenme. Yo tenía el propósito de construir un templo para que en él reposara el arca del pacto del SEÑOR nuestro Dios y sirviera como estrado de sus pies. Ya tenía todo listo para construirlo

3 cuando Dios me dijo: “Tú no me construirás ningún templo, porque eres hombre de guerra y has derramado sangre.”

4 »Sin embargo, el SEÑOR, Dios de Israel, me escogió de entre mi familia para ponerme por rey de Israel para siempre. En efecto, él escogió a Judá como la tribu gobernante; de esta tribu escogió a mi familia, y de entre mis hermanos me escogió a mí, para ponerme por rey de Israel.

5 De entre los muchos hijos que el SEÑOR me ha dado, escogió a mi hijo Salomón para que se sentara en el trono real del SEÑOR y gobernara a Israel.

6 Dios me dijo: “Será tu hijo Salomón el que construya mi templo y mis atrios, pues lo he escogido como hijo, y seré para él como un padre.

7 Y si persevera en cumplir mis leyes y mis normas, como lo hace hoy, entonces afirmaré su reino para siempre.”

8 »En presencia de Dios que nos escucha, y de todo Israel, que es la congregación del SEÑOR, hoy les encarezco que obedezcan cumplidamente todos los mandamientos del SEÑOR su Dios. Así poseerán esta hermosa tierra y se la dejarán en herencia perpetua a sus hijos.

9 »Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con buena disposición, pues el SEÑOR escudriña todo corazón y discierne todo pensamiento. Si lo buscas, te permitirá que lo encuentres; si lo abandonas, te rechazará para siempre.

10 Ten presente que el SEÑOR te ha escogido para que le edifiques un templo como santuario suyo. Así que ¡anímate y pon manos a la obra!»

11 Luego David le entregó a Salomón el diseño del pórtico del templo, de sus edificios, de los almacenes, de las habitaciones superiores, de los cuartos interiores y del lugar del propiciatorio.

12 También le entregó el diseño de todo lo que había planeado para los atrios del templo del SEÑOR, para los cuartos de alrededor, para los tesoros del templo de Dios y para los depósitos de las ofrendas sagradas.

13 Así mismo, le dio instrucciones en cuanto a la labor de los sacerdotes y levitas, y de todos los servicios del templo del SEÑOR y de todos los utensilios sagrados que se usarían en el servicio del templo.

14 Además, le entregó abundante oro y plata para todos los utensilios de oro y de plata que se debían usar en cada uno de los servicios en el templo.

15 También le pesó el oro y la plata para cada uno de los candelabros y sus lámparas, tanto los de oro como los de plata, según el uso de cada candelabro.

16 De igual manera, le pesó el oro y la plata para cada una de las mesas de los panes de la proposición, tanto las de oro como las de plata.

17 Le hizo entrega del oro puro para los tenedores, los tazones y las jarras. Le pesó oro y plata suficiente para cada una de las copas de oro y de plata.

18 Para el altar del incienso le entregó una cantidad suficiente de oro refinado. También le dio el diseño de la carroza y de los querubines que cubren con sus alas extendidas el arca del pacto del SEÑOR.

19 «Todo esto —dijo David—ha sido escrito por revelación del SEÑOR, para darme a conocer el diseño de las obras.»

20 Además, David le dijo a su hijo Salomón: «¡Sé fuerte y valiente, y pon manos a la obra! No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios el SEÑOR, mi Dios, estará contigo. No te dejará ni te abandonará hasta que hayas terminado toda la obra del templo.

21 Aquí tienes la organización de los sacerdotes y de los levitas para el servicio del templo de Dios. Además, contarás con la ayuda voluntaria de expertos en toda clase de trabajos. Los jefes y todo el pueblo estarán a tu disposición.»

29

1 El rey David le dijo a toda la asamblea: «Dios ha escogido a mi hijo Salomón, pero para una obra de esta magnitud todavía le falta experiencia. El palacio no es para un hombre sino para Dios el SEÑOR.

2 Con mucho esfuerzo he hecho los preparativos para el templo de Dios. He conseguido oro para los objetos de oro, plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, y piedras de ónice, piedras de engaste, piedras talladas de diversos colores, piedras preciosas de toda clase, y mármol en abundancia.

3 Además, aparte de lo que ya he conseguido, por amor al templo de mi Dios entrego para su templo todo el oro y la plata que poseo:

4 cien mil kilos de oro de Ofir y doscientos treinta mil kilos de plata finísima, para recubrir las paredes de los edificios,

5 para todos los objetos de oro y de plata, y para toda clase de trabajo que hagan los orfebres. ¿Quién de ustedes quiere hoy dar una ofrenda al SEÑOR?»

6 Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de mil y de cien soldados, y los encargados de las obras del rey hicieron sus ofrendas voluntarias.

7 Donaron para las obras del templo de Dios ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, y alrededor de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.

8 Los que tenían piedras preciosas las entregaron a Jehiel el guersonita para el tesoro del templo del SEÑOR.

9 El pueblo estaba muy contento de poder dar voluntariamente sus ofrendas al SEÑOR, y también el rey David se sentía muy feliz.

10 Entonces David bendijo así al SEÑOR en presencia de toda la asamblea: «¡Bendito seas, SEÑOR, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!

11 Tuyos son, SEÑOR, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo.

12 De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo. En tus manos están la fuerza y el poder, y eres tú quien engrandece y fortalece a todos.

13 Por eso, Dios nuestro, te damos gracias, y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas.

14 »Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido.

15 Ante ti, somos extranjeros y peregrinos, como lo fueron nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son sólo una sombra sin esperanza.

16 SEÑOR y Dios nuestro, de ti procede todo cuanto hemos conseguido para construir un templo a tu santo nombre. ¡Todo es tuyo!

17 Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.

18 SEÑOR, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti.

19 Dale también a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que obedezca y ponga en práctica tus mandamientos, preceptos y leyes. Permítele construir el templo para el cual he hecho esta provisión.»

20 Luego David animó a toda la asamblea: «¡Alaben al SEÑOR su Dios!» Entonces toda la asamblea alabó al SEÑOR, Dios de sus antepasados, y se inclinó ante el SEÑOR y ante el rey.

21 Al día siguiente, ofrecieron sacrificios y holocaustos al SEÑOR por todo Israel: mil becerros, mil carneros y mil corderos, con sus respectivas libaciones, y numerosos sacrificios.

22 Ese día comieron y bebieron con gran regocijo en presencia del SEÑOR. Luego, por segunda vez, proclamaron como rey a Salomón hijo de David, y lo consagraron ante el SEÑOR como rey, y a Sadoc lo ungieron como sacerdote.

23 Y Salomón sucedió en el trono del SEÑOR a su padre David, y tuvo éxito. Todo Israel le obedeció.

24 Todos los jefes, los guerreros y los hijos del rey David rindieron pleitesía al rey Salomón.

25 El SEÑOR engrandeció en extremo a Salomón ante todo Israel, y le otorgó un reinado glorioso, como jamás lo tuvo ninguno de los reyes de Israel.

26 David hijo de Isaí reinó sobre todo Israel.

27 En total, reinó cuarenta años sobre Israel: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres en Jerusalén.

28 Y murió muy anciano y entrado en años, en medio de grandes honores y riquezas, y su hijo Salomón lo sucedió en el trono.

29 29-30 Todos los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, y lo que tiene que ver con su reinado y su poder, y lo que les sucedió a él, a Israel y a los pueblos vecinos,

30 están escritos en las crónicas del vidente Samuel, del profeta Natán y del vidente Gad.